lunes, 28 de mayo de 2012

NUEVO ATAQUE DE LA BUROCRACIA, AHORA EN MIGRACIÓN

Quién sabe qué parte del artículo 53 de la Ley de Migración (Decreto Número 95-98 del Congreso de la República), no ha leído o no ha entendido el Subdirector de Control Migratorio de la Dirección General de Migración de Guatemala, pues contiene prácticamente todos los procedimientos para extender pasaporte a menores de edad, relativos a las autorizaciones de padre, madre o tutores legales de los mismos, y ahora se ha dado a la tarea de enviar una circular memorandum (sic) 032-2012 ih, en donde se inventa una nueva serie de requisitos para que un menor pueda salir del país.


No sabemos ni entendemos por qué lo hace, pues la ley ordinaria establece el procedimiento para extender los pasaportes a menores y todo lo relacionado con las autorizaciones que, en el pasaporte mismo, deben constar. Es más, lo hace a manera de recordatorio, como si así como él dice fuera el procedimiento y a todo el mundo se le hubiese olvidado.

No pueden los funcionarios públicos, por muy bien intencionados que sean, inventarse procedimientos distintos a los que el legislador estableció. Bien dicen que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Ni siquiera una disposición administrativa del Director General de Migración podría estar por encima de lo que ordena la ley.

Podremos tener un Congreso de la República que no es del agrado de todos, pero las reglas del juego democrático establecen, y la fortaleza de un Estado de Derecho radica en que nuestra normativa superior es la constitucional, que las normas ordinarias de la República, emanadas de ese Congreso al que nos referimos, aunque no nos gusten, se respetan, y la autoridad administrativa está llamada a hacer que se respeten las normas, no a cambiar los procedimientos arbitrariamente por antojo, capricho o simplemente buena voluntad.

Ojalá no haya sido el caso de menores que, ante la ignorancia de una disposición que no debe aplicarles, pero ante empleados de migración que deben cumplir órdenes superiores, por ilegales y absurdas que sean, se estén quedando sin poder abordar sus respectivos medios de transporte.

Sin duda se tratará este caso de uno más en el que haya de obligar a la autoridad a aceptar la majestad de la ley y tenga que dar marcha atrás en su festinada disposición.

Y seguramente veremos una rápida reacción impugnando la normativa, pues de todos es conocido que muchos menores de edad están entrando en vacaciones largas o de medio ciclo escolar, y no es justo que los pongan a dar más vueltas que los que la ley establece.

lunes, 21 de mayo de 2012

LA BUROCRACIA Y LA POLÍTICA AGRARIA DE GUATEMALA


La Política de Desarrollo Rural, con la implementación de la nueva Ley y la puesta en marcha del flamante Ministerio de Desarrollo, las dudas con respecto a la legalidad o inconstitucionalidad,  funcionalidad y utilidad, no sólo persisten sino que se agudizan en la medida que nada parece cambiar en el campo y se convierte en un tema de actualidad (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/01/la-administracion-de-tierras-la.html).

Hay dudas acerca de que la decisión política, el acuerdo para establecer el Ministerio, que ya denunciáramos que sólo ocasionará más burocracia y, por ende, más gasto al Estado en detrimento de la inversión real (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/search?q=desarrollo), haya sido la adecuada, y el retraso en la implementación técnica acompañada de la falta de fortalecimiento presupuestario, ocasionarán, en la medida que el tiempo de este gobierno avance, una relación proporcional entre expectativas y frustraciones, lo que puede dar lugar, en un futuro, a mayores presiones sociales.

Como nosotros vemos, la solución al problema agrario en Guatemala no está en la creación de más burocracia o de la simple búsqueda de articulación de políticas públicas en el campo, sino en una fuerte, consistente y prolongada inversión en educación que, a la larga, mediante el esfuerzo de por lo menos dos o tres generaciones, produzca individuos que no pujen por un pedazo de tierra para subsistir, sino crezcan dentro de la industria del conocimiento, del desarrollo de nuevas tecnologías o de la prestación de una variedad de servicios especializados que le provean, a las grandes mayorías hoy desposeídas, de oportunidades de trabajo, de desarrollo personal y de ingresos que en este momento no son capaces de soñar, siquiera.

La presión por la tierra, en otros países y otras latitudes, fue parecida a la que hoy vivimos en Guatemala; el centro y el Oeste de lo que hoy es Estados Unidos de América fue conquistado, poblado y “civilizado” por la presión que mucha gente recién llegada a los centros urbanos del Este, ejercía sobre la tierra; sin embargo, desde entonces, hace poco más de cien años, para ahora, la población de ha casi centuplicado, pero la presión por la tierra no es un problema en ese país porque las grandes mayorías están más vinculadas a las industrias, sean manufactureras, sean de servicios.

Se hace necesaria muchísima inversión en el campo guatemalteco para que haya fuentes de trabajo en el interior, pero se le hace la guerra, casi discriminadamente (porque hay proyectos dañinos y otros que no lo son), a prácticamente cualquier inversión que trate de llegar.

La justificación que algunos nuevos generadores de opinión arguyen es que la visión alrededor de esos proyectos es la de las oligarquías y de los extranjeros, pero que no es la de los pueblos originarios, lo cual no puede ser generalizado, pues conocemos de algunas comunidades indígenas que no sólo entienden lo que, por ejemplo, un proyecto hidroeléctrico significa en su entorno en cuanto a creación de empleo y de nuevas oportunidades de inversión con tan solo contar con una fuente confiable de energía, sino sus líderes trabajan en sus respectivas comunidades y hacia afuera, en búsqueda del tan ansiado capital para desarrollar este o aquél proyecto.

Es la educación consistente, acompañada de muchos más proyectos para desarrollar el agro lo que, finalmente, debiera llevarnos a convertir Guatemala en un país en vías de industrializarse y, así, salir de la pobreza, es decir, ya no más política de gobierno sino Política de Estado, que trascienda la duración de varios gobiernos.

Comencemos por ver los casos de la gente más rica del mundo. ¿Acaso Bill Gates, de Microsoft, Carlos Slim con sus empresas de telefonía, o Mark Zuckerberg, uno de los fundadores de Facebook, hicieron sus respectivas fortunas a partir del elemento tierra?

viernes, 18 de mayo de 2012

UNO AMABA SU TRABAJO; OTRO, A SOLOLÁ; EL OTRO EL ARTE Y LA MÚSICA


Es sorprendente cómo puede uno conocer personas tan variadas en esta vida.

Es la trascendencia hacia otros planos de algunas gentes lo que me motiva a expresar algunas cavilaciones al respecto.

Don Felipe Sajvín fue nuestro panadero.  Apenas lo conocí pues dejaba el milenario alimento antes de las 6 de la mañana, pero lo vi algunas veces cuando, de madrugada, salía a caminar, en su pickupito rojo, destartalado, que el último día se le descompuso y, al meterse debajo a tratar de arreglarlo, se le vino encima y, siendo un anciano, expiró bajo el peso de su vehículo.

Lo traigo a cuenta porque es el perfecto representativo de la naturaleza del guatemalteco: madrugador, trabajador, cumplidor, responsable.  Mes y medio después de su partida habría cumplido 20 años de servirnos sin una sola falla, y la sola ausencia de su producto, un día, fue indicio suficiente de que algo malo le había pasado.

Otra persona que se fue, con quien compartimos charlas indescriptibles, fue don Rafael Téllez García, un amante verdadero de su terruño, Sololá (aunque a lo lejos recuerdo que me pudo haber contado que nació en San Juan Sacatepéquez).  De los políticos guatemaltecos, que en estos casi 25 años hemos conocido muchos, es Rafa Téllez, quizás, el más vivaz e ingenioso, el más conocedor de la idiosincrasia de su pueblo y el más “chispudo”, término que en Guatemala aplicamos a la gente que tiene de respuesta la mejor ocurrencia, inmediatamente, ante cualquier circunstancia.

Las “Crónicas” que dejó escritas en tres tomos dan una idea de las discusiones que los Diputados Constituyentes tuvieron para conformar nuestra actual Constitución Política, tanto en el edificio del Congreso de la República, donde funcionaba, como en reuniones privadas en donde se cabildeaban algunos temas.

Por último, deseo referirme a un gran artista, Leonel Flores, a quien conocí en Panajachel, Sololá, en octubre de 1991, en una Reunión Previa a la instalación del Parlamento Centroamericano en donde él fungió como técnico de sonido.  Hicimos buena amistad, al grado de regresar juntos en su pick up Datsun 1200, celeste, sin saber todavía que era un genio musical, que tenía un grupo que se llamaba Terracota en el cual tocaba, producía, componía, era su diseñador de efectos especiales, coreógrafo y fundador.

En una actividad posterior en que presentamos a una diva del canto de origen griego que ha grabado unos 400 discos en más de nueve idiomas, por no decir nombres, dentro de la faceta de Promotor del Arte, propusimos que Terracota abriera el evento y así fue.  El éxito del grupo local fue tan grande y el aplauso tan largo y apoteósico, que la diva montó en cólera y retrasó su salida como media hora más, seguramente molesta de que un grupo nacional de un país pequeño provocara reacciones en el público que sólo para ella quería.  ¡Quién sabe!

En fin, el éter es ahora su morada, y siendo gentes tan distintas y sin conocerse entre sí, lo que hicieron en vida lo hicieron con pasión, responsabilidad, amor y persistencia, logrando en sus diferentes oficios y profesiones un grado de excelencia que hoy, a manera de tributo y despedida, nos atrevemos a invitarlos, donde estén, a que se conozcan y, desde ese plano, nos ayuden a inspirarnos en nuestras labores y nos contagien el amor que sintieron, cada quien, por lo que fueron y lo que hicieron.

EN FRANCIA, PARA ABAJO; EN ALEMANIA, PARA ARRIBA


Hemos venido expresando nuestra opinión con relación a la crisis que afecta a gran parte de la población europea, debido principalmente a los excesos de los políticos de turno (con concesiones cada vez más grandes y proyectos faraónicos de dudosa necesidad), seguido de los excesos de los banqueros, que han provocado que se cuestione el Estado Bienestar que han tratado de instaurar, cuyas facturas, hoy, no pueden pagar.

La noticia de hoy es una muestra de cómo deben y cómo no deben hacerse las cosas.

Mientras el nuevo gobierno socialista francés ha decretado una rebaja del 30% de los ingresos del Presidente y su equipo de Ministros (con lo cual el Primer Ministro ganará, ahora, unos US$.18,900.00 mensuales y estos últimos, que son 34, pasarán a ganar unos US$.12,600.00 al mes), en Alemania se suben el sueldo, por primera vez en 12 años, un 5.7% (la Canciller pasará a ganar US$.21,600.00 y los Ministros unos US$.17,500.00 mensuales.

El Estado Bienestar moderno se inició en Alemania, pero ha sido en otros países en donde se ha desarrollado de tal manera que ha llegado a colapsar las tesorerías de varios Estados.

La moderación y las decisiones prudentes, hasta donde sabemos, han acompañado a la burocracia alemana, que con una economía pujante y una democracia sólida y estable, a pesar de la reunificación de hace unos 20 años, que les significó costos impresionantes, ahora demuestra que está en condiciones de mejorar los ingresos de sus funcionarios de más alto nivel, probablemente porque, además de la confianza de la opinión pública, se lo han ganado.

Mientras tanto, lo que sucede en Francia es significativo de lo que tendrá que hacerse en muchos países de la Unión Europea, no sólo en los salarios de sus más altos funcionarios (cuya carga es insignificante para los enormes presupuestos que manejan, pero no deja de constituir una medida política y un mensaje positivo en estos tiempos de vacas flacas), sino en la asignación de recursos a todo nivel.

Como en todo, hay dos o más maneras de hacer las cosas, y uno como observador no puede menos que hacerlas notar y apoyar la que más estabilidad le dé al mundo.

¡La juerga no puede continuar!

ROSALINA TUYUC, CAMPEONA DE LA PAZ


Guatemala ha producido grandes valores para la humanidad, dentro de los cuales podemos citar, sin lugar a dudas, a Rosalina Tuyuc, una mujer que vivió y sobrevivió el conflicto armado interno y, sufrida como muchas mujeres que experimentaron circunstancias similares, surgió del campo y asumió un verdadero liderazgo, de los de buen sentido en medio de una agenda por demás difícil, especialmente por el peso de los estigmas en contra de las propuestas provenientes del campo frente a la ciudadanía urbana, a su condición de mujer y de indígena, y por la ideologización que, de toda posición, hace un grupo o el otro.

Sus días de diputada compartiendo sus obligaciones de madre, con naturalidad, la terminaron de formar; su crecimiento como mujer y como persona la hacen uno de esos raros espíritus cuya voz es escuchada, especialmente, por lo que se ve, en el extranjero.

La sonrisa que nos transmite en todas las fotografías, ahora que ha regresado a su país procedente de Japón, donde fue galardonada nuevamente por su consistente trayectoria a favor de la Paz (sí, con mayúscula), es fiel reflejo del anhelo de felicidad que ese pueblo al que pertenece, añora.

Ojalá todo esto sea un preámbulo para que, en el futuro, se le considere como una fuerte candidata al Premio Nobel de la Paz.  ¡La Paz del mundo se merece una Rosalina Tuyuc!

martes, 15 de mayo de 2012

LA HIPOCRESÍA DE LA BANCA MUNDIAL, DE LOS SUPERVISORES BANCARIOS Y DE LAS CALIFICADORAS DE RIESGO


El mundo tiene algunos años de venir enfrentando una crisis que, en su evolución, primero fue financiera, luego económicamente generalizada y ahora vuelve a dar un nuevo latigazo financiero, especialmente en España que, con la quiebra del Banco Bankia, viene a poner en evidencia la enorme carga que, sobre las finanzas de los bancos de Estados Unidos de América y de Europa, tuvo y sigue teniendo, en un lado la burbuja inmobiliaria, en el otro, lo mismo, sólo que denominado el “peso del ladrillo” (la reciente pérdida de 2 millardos de dólares de Estados Unidos, por parte de JP Morgan, es un tanto distinta).

En una entrega anterior (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/01/la-burbuja-inmobiliaria-la-crisis.html) tratamos de explicar cómo es que a Centroamérica, dentro de esa crisis mundial, protegidos por la Normativa de Basilea que nuestros acreedores extranjeros nos exigían, nos iba mejor, pues el cumplimiento de estas exigencias y parámetros, que ellos utilizaban para establecer si nuestros bancos eran sanos o no para prestarnos dinero, a la larga nos protegió.

Sin embargo, al observar la debacle de los bancos estadounidenses y de la mayoría de bancos europeos, incluyendo los alemanes, que son los más interesados en que Grecia (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/05/el-efecto-papandreu-bomba-de-tiempo.html), España, Italia y Portugal les puedan pagar las enormes sumas de dinero que les deben, podemos prácticamente concluir que Basilea fue creada sólo para los bancos de los países “en vías de desarrollo”, no para los bancos de los países industrializados, de esos que integran el G-8 y hasta el G-20.   ¿No es esto equivalente a hipocresía?

Luego, se supone que los bancos, en todos los países del mundo, son entidades debidamente supervisadas, tomando en cuenta especialmente que son las instituciones en donde miles de millones de personas confían su dinero, pero la supervisión, aún asumiendo que no tenían reglas claras internas para hacerlo, pudiendo suplir estas con los índices que exige la normativa de las reuniones de Basilea, parece ser inexistente.  ¿No es esto equivalente, también, a hipocresía?

Ahora bien, lo que constituye el colmo de la hipocresía es la actitud o el proceder de las grandes calificadoras de riesgo (Moodys, Standard & Poors, etc.) que, como tales, no fueron capaces de advertir riesgo alguno, ¡ninguna de éllas!  Ni con la precipitada caída de los bancos, ni con las situaciones que, una por una, se vinieron dando en Grecia, España, Italia y Portugal, aún cuando los procesos que se agudizaron y provocaron los diferentes problemas de liquidez, en cada país, son tan largos que han durado décadas, a la vista de todos, criticables y objetables por unos y aplaudidos y defendidos por otros, pero a la luz del día, y ellas no pudieron predecir, con los datos que contaban, absolutamente nada.

Es más, no sólo fueron totalmente incapaces de advertir de riesgo alguno, que es su objetivo principal, sino participaron de las jugosas tajadas de pastel de todos los negocios que, a nivel global, fueron parte de la burbuja que les reventó en la cara.  Nunca hemos visto un reportaje que incluya un análisis de la cantidad de dinero que las calificadoras de riesgo se embuchan en un año normal y cuál es su responsabilidad (que debería estarse deduciéndoseles) en los problemas que, por su falta de visión, de previsión o su connivencia, se vienen dando en muchísimas economías, y la catástrofe que ha significado para millones de familias en el mundo que se han quedado sin nadie que produzca por falta de trabajo.

Eso sí, después de cada “reatazo” que dan los bancos, o los tumbos y traspiés de las diferentes economías, ahí van ellas, al unísono, rebajándole el grado de calificación al banco que ya tronó o al país en problemas, y subiéndoles el nivel de la prima de riesgo.  ¡Después del trueno: Jesús, María!

¿Habrá alguno de los Premios Nobel de Economía, que casi todos escriben, lo hacen muy bien y son leídos y respetados en todo el mundo, que haya pedido que se revise, siquiera, el papel que juegan las Calificadoras de Riesgo?

Si el riesgo no se establece y mide por anticipado, ¿de qué sirve cualquier comentario posterior? ¿Cuánto cobran por hacerle al mundo este jueguito de “calificar” un riesgo que nunca ven antes del “porrazo”?
En nombre de los desempleados del mundo (que nunca hemos entendido por qué en España les denominan “parados”), sólo hacemos ver que los que debieran ceder su espacio son todas aquellas personas que, involucradas en la responsabilidad de prever un riesgo, tan delicado como el funcionamiento de la banca a nivel global, no le atinen, jamás, a un pronóstico; y contrario a lo que debiera ser su trabajo, le “tapan el ojo al macho” con medidas posteriores para justificar su sueldo y hacernos creer que así debieran ser las cosas.

Con Calificadoras de Riesgo y políticos hipócritas que, a sabiendas, les permiten seguir actuando así, lo que falta del siglo XXI promete ser más riesgoso que nunca, en términos financieros, por el enorme efecto que estas instituciones crean por su alto nivel de globalización.

Dejémonos ya de hipocresías y, a sabiendas que ganan cientos o miles de millones al año, exijámosles que hagan su trabajo con niveles de excelencia.  ¡Este mundo bien se lo merece! 

lunes, 7 de mayo de 2012

EL ESTADO DE BIENESTAR Y EL CONSUMO DE DROGAS

Se tiene la noción generalizada de que el Estado de Bienestar, como hoy se conoce, inició con las políticas sociales de Otto von Bismarck, en Alemania, a finales del siglo XIX, aunque ya los romanos, durante el perídodo del emperador Trajano (53-117), según consta de relatos de Plinio del Jóven, tuvieron programas exitosos de ayuda a los más necesitados.

La ayuda a los más pobres fue uno de los cinco pilares del Islám desde el sigo VII, en forma de caridad, e incluía a los huérfanos, viudas e incapacitados, además de los ancianos.

Los chinos, durante la dinastía Song en el siglo XI, establecieron servicios esenciales para que la población tuviese una vida decente, con inclusión de préstamos agrícolas, regulación de salarios y planificación de pensiones para los enfermos y los ancianos, regulaciones que fueron conocidas como "Leyes Nuevas", aunque fuesen promulgadas prácticamente hace mil años.

También hay otros claros antecedentes históricos, como la "Ley de Pobres" inglesa, de 1601, las "Leyes de Ayuda a los Pobres" sueca, de 1847, todas desde una visión de apoyo del Estado, o la creación de sociedades privadas, en Francia, España y tantos otros países, fundadas con la finalidad de combatir la pobreza a través de la caridad de las personas.

Es decir, en la medida que las sociedades han ido evolucionando y los gobernantes se han sentido económicamente cómodos, han ido considerando la promulgación de leyes que beneficien a los más necesitados, a aquellas personas que por su edad, por su condición de falta de salud o por la simple falta de dinero o de oportunidades, son susceptibles de recibir algún tipo de ayuda de parte del Estado, con los recursos que, a través de los impuestos, todos los súbditos o ciudadanos contribuyen.

Estados Unidos de América, como se ve, es de los últimos países en llegar al Estado Bienestar, el "Wellfare" para todos sus ciudadanos, y comienza en 1930, precisamente en la parte más profunda de la grave crisis económica que ocasionó la prácticamente quiebra de la Bolsa de Valores de Nueva York en octubre de 1929, pues llamarle sólo caída sería un eufemismo.

Estados Unidos es un país reconocido por su potencial, por su riqueza y por sus enormes proyectos privados de caridad, y encima por unos programas sociales tan grandes que proveen a sus ciudadanos de unas prerrogativas de protección social impresionantes.

Todo esto está bien en la medida que los programas son acequibles sólo para quien los necesita y si partimos de la premisa de que los ciudadanos que no los necesitan no se van a aprovechar de los mismos, pero la historia, y en esta parte nos referimos a lo que sucede en todo el mundo, no es precisamente así.

Las economías de las potencias industriales europeas están en crisis, precisamente porque sus políticos han abusado de los ofrecimientos y la puesta en marcha de proyectos populistas que buscan atraer votantes pero hacen que todo el aparato crezca y se haga excesivamente caro para quienes pagan impuestos, lo que en los útimos años los ha venido obligando a aprobar presupuestos totalmente deficitarios con el ánimo de continuar con esta especie de fiesta en la que, por otro lado, demasiados ciudadanos están montados para obtener beneficios que, en la mayoría de los casos, no necesitan.

Sólo los dos temas que mencionamos en el párrafo anterior merecen un ensayo específico.

Sin embargo, el tema sobre el cual deseamos llamar la atención, hoy, es sobre la ley que hace casi un año (el 31 de mayo de 2011) promulgara el gobernador del Estado de la Florida, en Estados Unidos, el republicano Rick Scott, que manda hacer examen de orina para establecer que no consume drogas, a todas las personas que deseen hacer uso de los recursos de ayuda.

A nosotros nos parece que, en lugar de ser leyes antiinmigrantes las que contaminen los Estados de la Unión Americana, son leyes de esta naturaleza las que debieran estar contagiando, beneficiosamente, al mundo entero.

Por supuesto, no han faltado ciudadanos e instituciones que se hayan opuesto a tal medida, argumentando especialmente que los exámenes se tratan de una intromisión en la vida privada de las personas. ¿Y no establece el Principio del Derecho que prevalece el interés social sobre el interés particular? ¿Y no es de interés social que los recursos económicos, que son de todos, sean empleados en los programas de ayudas únicamente en las personas que los necesitan? ¿Si una persona tiene dinero para consumir drogas, está en posición para exigir que se le ayude económicamente por cualquier otra razón?

El Presidente de Guatemala, quien no tiene un pelo de tonto, recientemente propuso la legalización de las drogas como una medida de quitarle recursos al narcotráfico, y muchos mandatarios, unos por decisión propia, como el de Estados Unidos, y otros por mandato imperial, como otros que no vale la pena mencionar, descartaron la medida a priori, manifestando su real temor por discutir un problema que nos afecta a todos.

Ahora bien, retirarle los recursos de ayuda a tanto drogadicto que prefiere no trabajar y salir a asaltar o a robar y hasta matar con tal de conseguir dinero para la siguiente dosis, ¿no es una política que contiene todo el sentido común que podría desear una norma legal de aplicación pública?

Casi nadie le ha puesto atención a la medida que se ha tratado de implementar en el Estado de la Florida (con la oposición, por cierto, de los políticos del Partido Demócrata, que son opositores), pero desde este humilde sitio le damos el respaldo y pedimos que se implemente en todos los países del mundo, especialmente en aquellos que, por más recortes que vengan haciendo, como Grecia, Italia, Portugal y España, no logran estabilizar sus presupuestos.

Luego, sería interesante conocer estadísticas y establecer cuántos de los narcoenfermos del mundo están ayudando a ser intoxicados con recursos públicos de un Estado que todavía llaman Bienestar.

viernes, 4 de mayo de 2012

LA VALENTÍA Y CLARIDAD DE IDEAS DE FELIPE LARRAIN, MINISTRO DE HACIENDA DE CHILE

Tengo muchos años de no verlo, pero recuerdo perfectamente cuándo fue la última vez que lo vi.  Coincidimos en el aeropuerto de Miami; él iba hacia Chile y yo regresaba a Guatemala.

Conocí a Felipe Larrain, mientras quien escribe fungía como Director por Guatemala del Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, en donde comenzó a reunirse el grupo que inició el Programa Nacional de Competitividad, PRONACOM, en Guatemala; él era un profesor de la Universidad de Harvard que, junto al Instituto Centroamericano de Administración de Empresas, INCAE, con recursos del BCIE, coadyuvaban a darle una dirección a la discusión, cuando todavía se trataba de identificar los diferentes "clusters" que le convenían al país.

Posteriormente lo vi, nuevamente, con ocasión de un seminario de una semana de duración, en las instalaciones del Centro Kennedy de la Universidad de Harvard, acerca de los diferentes sistemas latinoamericanos de administrar la salud y la seguridad social.

Anoche tuve la ocasión de escucharlo en el canal de la televisión chilena, en medio del debate de una reforma fiscal y tributaria que se pretende llevar a cabo en Chile.

Fue grato escuchar la claridad de sus ideas, pero más grato que escucharlo es comprender la visión de largo plazo que, con las reformas que se pretenden, tiene en mente, especialmente cuando habló, dentro de todo el contexto de la entrevista, del manejo del salario mínimo, pues sus declaraciones denotan lo que hemos venido diciendo en este espacio (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2012/01/la-ciudad-de-guatemala-y-el-indice-de.html), acerca del daño que una elevación desconsiderada del mismo le hace a los trabajadores que en ese momento están desempleados pero, especialmente, a los jóvenes que requieren un tratamiento especial para que los contraten, aún cuando hay que pagarles para que aprendan a trabajar.

Según recuerdo de sus explicaciones, más que subir el salario mínimo, lo que están tratando de hacer en Chile (y lo están logrando, por las cifras que mencionó), es bajar los niveles de inflación (el año pasado fue de 4.4% y este año la van logrando bajar al 3.8%), pues está más en el interés del gobierno elevar el nivel adquisitivo de los trabajadores que optar por lo más sencillo, no luchar por los otros indicadores y simplemente subir el salario mínimo año con año.

Para las grandes masas de votantes todo esto puede parecer difícil de entender, aunque con el tiempo se vaya viendo que es mejor para toda la economía que haya menos desempleados y más personas consumiendo y contratando servicios; de ahí que sea valiente defender una política que contiene todo el sentido común del mundo, en lugar del consabido populismo que tan mal pega en América Latina como en las sociedades acostumbradas a que sus ciudadanos pongan la mano y se cuelguen del "Estado Bienestar" (éste será tema aparte).

No sólo le deseo éxito a Felipe en su gestión, sino específicamente en el tema que ahora abordamos.  Por funcionarios como él, preparados, con visión y sin pena de decir las cosas como las cree y las entiende, es que Chile no ha dejado de ser uno de los países cuya economía más ha crecido, en términos porcentuales, en América Latina, si no es que está por encima del gigante Brasil.

Será  interesante que las ideas que hemos expresado en este espacio durante tanto tiempo, alrededor de la falta de sentido común que consiste subir el salario mínimo sin darle más pensamiento, cuente, ahora, con un ejempo palpable de que, así, las cosas funcionan mejor para todos.

De ahí a convencer a los responsables de este tipo de políticas, será previsiblemente más fácil.

La juventud chilena probablemente no caerá en cuenta del beneficio que es vivir en una sociedad gobernada por personas conscientes del daño o beneficio que una decisión errónea puede inferir para ellos.  Es igual a la inversa: nuestra juventud vive agradecida con los gobernantes y equivocados asesores que suben, cada vez más el salario mínimo, aunque nunca encuentren un patrono dispuesto a pagarles esas cada vez más elevadas cargas por enseñarles a trabajar.

Como dicen en buen chapín: ¡Bien piscinas pero con tennis!

miércoles, 2 de mayo de 2012

SE FUERON LOS TOCAYOS

Hace unos quince años, dentro de mis actividades culturales, coincidimos Ricardo del Carmen Asencio, Ricardo Mata Rodríguez y yo.  Entre bromas y sorbos del vino que servían, pasó el fotógrafo de la sección de sociales del desaparecido Diario El Gráfico, nos tomó una foto que a los pocos días salió publicada en ese medio y nos hizo el comentario de que nunca había visto a tres maestros juntos y llamarse de la misma manera, refiriéndose a las largas trayectorias del primero, dentro del mundo de la música, y del segundo, dentro de la fotografía, y a la menos conocida de quien escribe dentro del fascinante mundo de las artes marciales.

Cultivar una buena amistad con este par de portentos de la cultura y del arte de nuestra sociedad, viéndolo retrospectivamente, fue un verdadero privilegio para mí.

Tengo presente el momento en que los vi por última vez: al primero, en la sala de su casa, enfermo pero compartiendo el optimismo por salir adelante de su enfermedad; al segundo, en el área social de un hotel, pues tanto él como yo llegamos a visitar a nuestro mutuo amigo Facundo Cabral, la penúltima vez que vino a nuestro país, y ambos nos quedamos a ver la filmación de una entrevista que, para el programa "Libre Encuentro", le hizo Dionisio Gutiérrez.

Ahora que ambos se han adelantado en ese viaje que todos habremos de realizar alguna vez, me queda el sabor dulce de su recuerdo, enmarcado siempre por la reminiscencia musical de los eventos de primera categoría que nos hicieron conocernos y apreciarnos.

¡Hasta pronto, tocayos!