No denuncio únicamente porque no me consta que, detrás de lo que mencionaré, haya "mano peluda"; pero me parece una extraña casualidad que, habiendo criticado a través de twitter al ex-embajador Robinson y al Ministro de la Defensa Mancilla, mi teléfono celular, desde el cual accedo al twitter, no ha funcionado en todo este día tan importante para expresarse.
Aun así, me parece apropiado dejar constancia de mi felicitación al pueblo de Guatemala por haber demostrado, una vez más, no solamente cordura sino que tiene una voz potente #EnContraDeLaCorrupción, la cual puede convertirse en rugido en determinado momento.
Por mi experiencia de tres décadas en política es posible que tenga un análisis de más largo alcance, y dentro de mi prospectiva política preveo escenarios con los cuales no podría estar de acuerdo, como el de sacar al presidente para que acceda alguien más que pueda ser más cuestionado que el actual, dejando el nombramiento de alguna vacante del más alto nivel en el Organismo Ejecutivo en manos de diputados que son más cuestionados todavía.
La voz del pueblo ha sonado fuerte y clara, y no me importaría que la presión ciudadana hiciese renunciar a los cabecillas en Congreso, que todos sabemos quienes son. Pero lo más importante no es sacar personas y sustituirlas por otras que provienen de los mismos partidos políticos que acogieron a las "joyitas" que hoy todo el mundo aborrece; lo es, eso sí, empujar los cambios estructurales que el país necesita para ir tomando el rumbo debido.
Yo no me perdería con una agenda complicada. Solamente recordemos el video del diputado por Quetzaltenango y entendamos que la melcocha no da para más. Me conformaría, por el momento, con que tengamos dos cosas que funcionen de una manera distinta: la manera como elegimos autoridades y la manera como gastamos el dinero y contratamos servicios.
No digo que no se puedan impulsar más cosas, más adelante. Digo que enfoquemos todo ese esfuerzo en esos dos puntos, y si logramos eso en el corto plazo, decidamos qué más conviene, como la modificación a la Ley de Servicio Civil.
Para clavar un clavo usamos una herramienta que se llama martillo, que lo que hace es concentrar la fuerza del tórax de la persona y sumarlo a la masa y a la gravedad para pegarle a un solo punto, donde concentra toda esa fuerza e impulsa a un objeto sólido para penetrar otro. Esto es lo mismo. Concentremos nuestros esfuerzos y utilicemos nuestro enojo y nuestra rabia para hacer que las cosas vayan en la dirección adecuada.
No permitamos que unos pocos y malos políticos nos roben el dinero, el presente, el prestigio de nuestro país y el futuro. Y no olvidemos, tampoco, que dentro de esas instituciones defenestradas también hay gente valiosa que puede ser punto de apoyo para lograr nuestros objetivos.
¡Que la madurez que hoy vi en las marchas y concentraciones de todo el país conduzcan a la patria a nuevos altares!
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