jueves, 9 de julio de 2009

EL DIÁLOGO EN COSTA RICA SOBRE LA CRISIS HONDUREÑA. ALGO PARA LA HISTORIA.

El depuesto presidente Manuel Zelaya, y el recientemente juramentado presidente Roberto Micheletti, ambos hondureños, han aceptado dialogar en territorio costarricense, con el apoyo del gobierno estadounidense (no norteamericano) y el auspicio del presidente Oscar Arias, con el beneplácito (como que sirviera de algo) de la OEA.

Hasta donde sabemos, el primer llamado al diálogo lo pidió la bancada de diputados hondureños al Parlamento Centroamericano, el miércoles 1 de julio de 2009, ya que la Asamblea Plenaria de dicho organismo, la noche antes, había emitido una resolución amañada, debido a la manipulación de la Coordinadora de Debates Gloria Oquelí de Macoto, la que se hace llamar Presidenta después de haber recibido los votos de simples observadores, como lo son los que envió el presidente Leonel Fernández, de República Dominicana, a ese organismo regional, y que no tienen la calidad ni para elegir ni para ser electos dentro del mismo.

La "Descoordinadora de Debates" Oquelí manipuló tanto el debate, al grado de impedir que hablaran en él los mismos hondureños, que sí son diputados electos popular, secreta y democráticamente por los ciudadanos de Honduras, interrumpiendo el debate habiendo una larga lista de oradores pendientes de expresarse, solicitó súbitamente que levantaran la mano quienes creían que debía ser aprobada la iniciativa presentada y, con las manos levantadas de los observadores dominicanos que no tienen derecho a votar, y con el apoyo del bloque ideológico de izquierda (sandinistas de Nicaragua, perredistas de Panamá, FMLnistas de El Salvador y algunos diputados de la UNE de Guatemala), en un acto antidemocrático, ilegal y totalmente inmoral, la aprobaron, convirtiéndola en una resolución que, eso sí, han hecho circular por el mundo.

Las consideraciones por las cuales no apoyé esa moción las publiqué en este blog.

El resultado de estas acciones fue que la bancada hondureña consensuó una declaración (a excepción, por supuesto, de la "Coordinadora de Disparates"), el día 1 de julio, que presentó a la Asamblea Plenaria el día 2 (porque el día anterior no había Plenaria). Hasta donde sabemos, esa declaración, totalmente balanceada, es el primer llamado al diálogo nacional que se hizo dentro de la crisis política hondureña.

El jueves 2 de julio, en medio del debate sobre la comunicación consensuada de los diputados hondureños, que unos diputados apoyamos totalmente, como en mi caso, pidiendo que la Asamblea Plenaria la hiciera suya, las bancadas ideológicas de izquierda obstaculizaron a toda costa, hasta que se rompió el quórum y no se siguió con el debate (porque a la señora Oquelí no le convenía, porque el quórum fue cuestionado durante la aprobación de la resolución del martes 30 de junio, pero como a ella le interesaba que la iniciativa pasara, se hizo caso omiso de tal situación), acordándose continuar con el mismo al día siguiente.

El viernes 3 de julio, la Asamblea Plenaria estaba convocada para las 9 de la mañana. Era un día difícil para sacar adelante la misma, ya que había programada una visita del Embajador de Taiwan, a las 10:30, y muchos diputados tenían programados sus vuelos de regreso a sus países en los vuelos de esa tarde y tenían que estar en el aeropuerto a partir de las 13 horas.

La Secretaria Vilma Reyes, hondureña, era la única miembro de esta Junta Directiva espuria que estaba en su lugar. Constató que había el quórum necesario para abrir la sesión pero la señora Gloria Oquelí, con su continuada manipulación del tema de la crisis hondureña, dentro de la cual tomó partido por el presidente depuesto desde el domingo 28 de junio, se presentó alrededor de las 11:05 horas para abrir la sesión, aprobar el orden del día y, seguidamente, recibir al señor embajador; todo con la excusa de que estaba en una reunión de Jefes de Bloque (el PARLACEN funciona por bloques ideológicos, no por partidos políticos) para discutir la crisis política hondureña, en franca falta de respeto no sólo por los diputados que esperaban que abriera la sesión, sino de falta de respeto a sí misma, ya que ni ella misma hace caso de las convocatorias que salen de la oficina que ocupa inmoral e ilegalmente.

En pocas palabras, pocas fueron las personas que pudieron discutir el tema, pero hubo interesantes aportes, especialmente de las bancadas panameña y guatemalteca, ya que se sugirió no sólo apoyar la visión consensuada de los hondureños, que incluían ese primer llamado al diálogo, sino ofrecer las instalaciones físicas de la sede del Parlamento Centroamericano, en Guatemala, como territorio neutral para llevarlas a cabo. Pero todo fue en vano.

Hoy se lleva a cabo el diálogo entre las dos partes, en Costa Rica, y las personas sensatas debemos apoyarlo. Oscar Arias no tuvo los méritos para obtener un Premio Nóbel dentro del contexto en que se lo dieron, como sí lo tenía Vinicio Cerezo (y que conste que siempre he sido opositor de Cerezo); es más, creo que, en el caso de la crisis hondureña, al haber emitido criterio sobre el asunto, no es la persona más idónea para coordinarlo; debiera haber sido algun líder no latinoamericano; pero reconozco, especialmente después de sus sensatas declaraciones con relación a la falta de "calidad" de las Reuniones de Presidentes de los países miembros del Sistema de la Integración de Centroamérica, que es una persona madura y que, en todo caso, estará dispuesto a hacer borrón y cuenta nueva al sentarse en esa mesa y escuchar, con las dos orejas, cada una de las posiciones de las partes.

No tenemos más que desearle la Iluminación de Dios a los tres y una buena gestión al presidente Arias en este asunto. Yo sería el primero en apoyar, hoy, una nueva candidatura al Premio Nobel de la Paz si tiene éxito en esta delicada gestión. No creo que haya una sola persona a quien hayan galardonado dos veces con el mismo premio, ni sé si la reglamentación lo permite, pero si en el pasado se le otorgó ese reconocimiento, dentro de la coyuntura centroamericana, hoy tenemos que estar atentos, los demócratas convencidos como él, de esta delicada gestión.

Mientras tanto, todas las instituciones condenadoras a priori de una investigación, como la ONU, la OEA, el Grupo de Rio, y los países que las conforman, deben observar una actitud neutral, y en ese orden de ideas, el cierre del espacio aéreo nicaragüense, prohibiéndole el paso al presidente Micheletti, no abona a la construcción de la paz. Y paz queremos todos.

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