martes, 3 de agosto de 2010

SIGUE LA LUCHA DE CLASES EN GUATEMALA. CONTRALORÍA GENERAL DE CUENTAS: ¿INSTRUMENTO DEL GOBIERNO?

Mi ya larga experiencia en el Parlamento Centroamericano me ha permitido percatarme que, aunque cayó el Muro de Berlín, se desbarató la Cortina de Hierro, finalizó la Guerra Fría y el marxismo leninismo de los rusos y el maoísmo de los chinos dio paso, pragmáticamente, a una nueva era de hacer negocios y generar dinero, lo cual ha ayudado a muchos millones de seres humanos a salir de la extrema pobreza y la opresión de su ámbito de libertad al cual estaban condenados; aunque se firmaron sendos acuerdos de paz en El Salvador y luego en Guatemala, y el sandinismo nicaragüense, por lo menos hacia afuera, dio algunos signos de democratizarse, la cruda realidad es que la ideologización continúa viva, los sectores antes autodenominados "progresistas" se han convertido en políticos antediluvianos que no salen del discurso trasnochado, les cuesta elevarse sobre la coyuntura para visualizar un provechoso porvenir y, lo que es peor, ahora, con apariencias civilizadas, algunos personajes que no pudieron acceder al poder a través de la lucha armada que tanta sangre y sufrimiento le costó a nuestros pueblos, ahora hacen gobierno, legítimamente, algunos, como el caso de El Salvador, con elecciones bien ganadas, jugando al camaleón, como el caso de Guatemala, o ilegítimamente, como en Nicaragua, en donde ganaron limpiamente una elección pero, ya encaramados en el poder, copan las instituciones, cometen fraude electoral cuando pueden y, con el dinero que les llega de Venezuela, corrompen toda oficina o persona que se ponga en su mira.

En Guatemala no es secreto, porque ha sido publicado varias veces en los medios escritos, que la Primera Dama de la Nación y varios funcionarios del Gobierno fueron comandantes de la antigua guerrilla, lo cual a mí, para ser franco, me tendría sin cuidado si su actuar político, que nos afecta a todos, no se viera contaminado por esa circunstancia.

El discurso de pobres contra ricos, que no construye absolutamente nada viniendo de sus bocas porque no trata más que de confrontar, es una muestra de ello. Vale la pena resaltar que yo mismo he abanderado, muchas veces, las causas de los más pobres, a quienes denomino "los sin voz", y a quienes pretendo representar en mi gestión como diputado, como la campaña emprendida en apoyo a la solicitud de otorgamiento del TPS, el Estatuto de Protección Temporal para los migrantes en Estados Unidos; pero de ahí a utilizar, con la clara metodología marxista, el tema de la lucha de clases, o fomentarla, es muy distinto.

El último caso en esta trama es la persecución política que vemos en dos miembros de la Asociación de Polo, con la cual no tengo relación alguna.

El deporte del Polo es, de por sí, de las élites económicas, porque se requiere mucho capital para mantener un establo con varios caballos, pagar pasajes del jinete y varios caballos, personal que los cuide, alimentación, medicinas, etcétera, lo cual únicamente personas con suficiente dinero pueden hacer.

Hace algunos años, con el proyecto de ampliación del aeropuerto "La Aurora", entendemos que la Asociación de Polo accedió a vender los terrenos aledaños a dichas instalaciones, con la finalidad de que aquél contara con suficiente espacio para ampliar la capacidad aeroportuaria y, con el dinero objeto de esa venta, sus directivos negociaron otros terrenos en las afueras de la capital, sin hacerle mal a nadie, para continuar con sus actividades deportivas.

Lo curioso es que nadie, dentro de la Asociación de Polo, denunció anomalía alguna, a pesar que han transcurrido algunos años desde que se dieron estos negocios. Pero como dos de esos directivos pertenecen a familias adineradas, y uno de ellos hasta lleva el mismo apellido del Presidente de la República que promovió la ampliación de dicho aeropuerto, es desde las estructuras del Estado que comienza esta especie de "cacería de brujas", cuya finalidad, creo visualizar, es enviarle un claro mensaje al gran capital, de parte de nuestras ideologizadas autoridades.

Acostumbrados como estamos a las "Pantallas de Humo" cuando la gestión gubernamental es desastrosa, los guatemaltecos no debemos tragarnos, de entrada, este otro cuento que se visualiza como un instrumento más en la división que, a fuerzas, se quiere hacer de la familia guatemalteca.

No nací para defender gente rica ni creo que estas dos personas, ahora acusadas de malversación de fondos, necesiten que los defienda, pero dejo asentado el escepticismo que causa todo esto, a menos que se piense que la totalidad de asociados de este deporte está metido en un negocio sucio de compra de un terreno de pocas manzanas, cuando creemos que el volumen de negocios que cada uno de ellos maneja está muy por encima del presupuesto anual de dicha Asociación, la cual ni siquiera sería necesaria, pues, a diferencia de otros atletas que sí necesitan fondos del Estado para entrenar y participar, en este caso, como deportista que he sido, entiendo que la estructura legal la necesitan para que sus competencias tengan un respaldo que les dé validez.

Más conviene que las autoridades dejen por un lado esa ideologización y comiencen a actuar apoyando a los más necesitados sin necesidad de atacar a quienes, teniendo, trabajan y producen en el país y que cuesta pensar que se manchen las manos porque así lo dice la Contraloría General de Cuentas de la Nación, que ya quisiéramos que fuera más proactiva en los descarados desfalcos que la prensa independiente se encarga de sacar a luz y no ellos, que son los obligados.

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