martes, 4 de agosto de 2015

UN POLÍTICO EN LA ENCRUCIJADA COMO VOTANTE

¿Cómo hacemos los abogados que defendemos la Constitución ante la necesidad sentida de que no haya elecciones bajo las actuales circunstancias? Jamás podríamos empujars las cosas del lado obscuro del cumplimiento del Estado de Derecho, pero, ¿no han sido la mayoría de políticos en contienda los que lo han roto, invitando a las mafias y al narcotráfico a financiar sus proyectos?

Los hombres y mujeres de Derecho nos encontramos en la encrucijada, pues ir a votar es, por un lado, una obligación cívica, pero no hay un proyecto sano (aunque haya un par de candidatos que se salvan) por el cual hacerlo en esta contienda, y apenas queda alrededor de un mes para cumplir esa obligación.

La salida legal y política habría sido que se reformase la Ley Electoral y de Partidos Políticos para darle validez, desde ya, al voto nulo; pero eso, por un lado, siempre dijimos que era una cortina de humo que nos tendieron para que no se hablase más y, por el otro, es una utopía pensar que esta legislatura, formada en su inmensa mayoría por diputados trinqueteros, iba a darle vida a la herramienta con la que les podríamos haber echado a perder sus proyectos.

Dinero sano estamos seguros que lo hay en la presente campaña electoral, pero es ínfimo.  La inmensa mayoría de recursos involucrados son sucios, tienen un remitente que vendrá a exigir sus réditos y nosotros, entendiendo lo que pasa, nos sentimos como ovejas que solamente marchan en fila al matadero, y no es así como los legisladores constitucionales concibieron el proceso para toda la ciudadanía. 

Con lo poco que ha salido a luz de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, que intuimos es solamente el principio, vemos cómo nuestros gobernantes se han ido convirtiendo de roba lápices en ladrones, de ladrones en grandes corruptos y, ahora, en corporaciones mafiosas que no llegan a un puesto público más que a saquear nuestros recursos.

Ir a votar, así, es convalidar este sistema.  La mayoría de contendientes a la Presidencia de la República que tienen posibilidad de llegar, son o están rodeados de personas que vibran por las ansias de llegar a tomar control de las chequeras del gobierno, de las decisiones de los proyectos y del Presupuesto General de la Nación en el Congreso, así como de los proyectos comunitarios en las alcaldías.

Guatemala está enferma y antes de poner un energúmeno más de los que vemos en contienda, a gobernarla, debiéramos tener la posibilidad de sanarla.

Conversaciones en la calle evocan los Golpes de Estado del pasado, y nosotros no podemos estar de acuerdo pero entendemos esa desesperación porque la estamos sufriendo en carne viva.

Este es un proceso político sui géneris, pues no hay propuestas, no hay ideas, no hay debates, y toda apuesta va hacia la ignorancia de los electores, a las gigantografías, a la saturación de mensajes grabados para la radio y la televisión.  Seguro le apuestan grande al acarreo masivo de votantes.

¡Guatemala merece algo mucho mejor! Si hace décadas se decía de la ultraderecha que no les interesaba alfabetizar a la gente, hoy, el interés por mantener al votante en la ignorancia, está desideologizado. ¡Es general!

El deterioro ha sido franco, con ex-gobernantes confesos, como Alfonso Portillo, o gobernantes como Álvaro Colom que, vergonzosamente ejercieron su mandato permaneciendo bajo fianza (sí, por la sustracción de fondos de la Contraloría General de Cuentas de la Nación), haasta el presente gobernante que, si tuviera algo de vergüenza como militar pundonoroso, que no lo es, hace tiempo se habría hecho a un lado en lugar de de, desde los medios y las redes sociales (donde ya sumamos unos 3.7 millones de usuarios), le sigamos recordando que es un corrupto y que debe renunciar.

Gobernantes vergonzosos y candidatos ansiosos y en fila para seguir el despilfarro y el robo descarado.

¡Habemos muchos que queremos votar pero no vemos opciones viables! El pulso del dinero inacabable del narcotráfico mexicano y local no hace viables a las opciones respetuosas de la convocatoria, de la ley, y escrupulosas del origen de los fondos de campaña. Los candidatos corruptos tienen tres años de ventaja sobre los otros, en todo sentido.

Para quienes hemos recorrido las montañas del país haciendo varias campañas, sabemos lo que significa ver toda una flotilla de vehículos nuevos promocionando al candidato que se cree ganador. ¿Tan estúpidos nos cree que no sepamos deducir de dónde sale tanto dinero?  Anteriormente teníamos que fajarnos en contra de las flotillas de pick ups nuevos del partido de gobierno, pero, ¿de un partido que se dice de oposición?

Las señales son demasiado claras como para perderse.  Si el actual gobernante dio señales de ser un pícaro al resultar involucrado en el reparto de los fondos que le robaron al Congreso de la República, que fueron poco más de Q.82 millones, ¿quién se pierde con la mayoría de los actuales candidatos?

Mientras no ocurra un milagro, no vemos salida y continuaremos tratando de dilucidar por quién votar en una contienda que ya nos tiene asqueados a casi todos.