martes, 30 de octubre de 2012

EL DIABLO PREDICA Y NO SE CONVIERTE. LOS CANTOS DE SIRENA DEL PRESIDENTE OBAMA

Mientras escribo estas ideas, la supertormenta "Frankenstorm", que iniciara con el Huracán Sandy, golpea la costa este de los Estados Unidos de América.

Las noticias son alarmantes, pero en medio de ellas vienen las declaraciones que el Presidente Barack Obama hiciera ayer, por radio, defendiendo la tesis de que no hay que dejar que España se hunda en medio de la crisis económica y de empleo que la agobia.

Paradójicamente, en estos momentos el Gobernador del Estado de Nueva Jersey está en casi todos los canales de noticias internacionales, en vivo, dando cuenta de los daños ocasionados por la tormenta, enfundado en una chumpa gruesa que denota que viene de un ambiente mojado y frío, hablando frente a los micrófonos con el escudo de su Estado detrás de él, donde puede leerse "Libertad Prosperidad 1776", en alusión a la fecha de independencia de ese país y las ideas que inspiraron la lucha (o la guerra) que les permitió independizarse.

Es paradójico, digo, porque el valor Libertad no puede vivirse ni sentirse si no está atado a la prosperidad y, a su vez, esta puede ser un espejismo, una sensación artificialmente creada mediante el mecanismo del endeudamiento que, finalmente, lleva a los pueblos a una pérdida gradual de su libertad.

¿Acaso la mayoría de países africanos son verdaderamente libres, aunque sean independientes? ¿Son plenamente libres los griegos en la actualidad, a pesar de haber inventado la democracia?

El Estado Bienestar que tanto han impulsado y usufructuado la mayoría de países europeos ha sido un caso clarísimo de prosperidad generada artificialmente, otorgándole beneficios a las gentes, es decir, a los electores de los políticos que aprueban estos beneficios, a costa de gastar más de lo que se genera en impuestos, endeudando año con año a sus respectivos Estados, Comunidades o Municipios; y el resultado es la pobreza generalizada, la falta de capacidad de hacerle frente a sus acreedores y, recalcamos, la pérdida gradual de su ámbito de libertad.

La reacción de las personas a todo esto, lo estamos viendo en vivo en las noticias provenientes de Europa todos los días, es la inconformidad que lleva a la protesta callejera, la cual no resuelve su situación ni le lleva a absolutamente nada.  A nadie le gusta perder prebendas y privilegios; mucho menos convertirse en el pariente pobre de la comuniad, pero mentalmente cuesta asumir las nuevas realidades que el despilfarro ha provocado año con año, década tras década, gobierno tras gobierno.

¿Se salva Estados Unidos de América de todo esto? Personalmente creo que no.  Van en el mismísimo camino del endeudamiento galopante debido al gasto desmedido de sus autoridades, pero en una fase previa a la que hoy viven las economías mediterráneas europeas que, o han tocado fondo o están metidas en problemas sin precedentes.

De ahí el título del presente ensayo.  No entendemos cómo el Presidente Obama se atreve a hablar sobre los problemas españoles y aparentar que está en la posición de ayudar a que, de donde está el problema, no pase, si es incapaz de demostrar, con el ejemplo, que puede revertir la mismísima tendencia que ha provocado la crisis en España, en el país que gobierna bajo su entera responsabilidad.

Insisto en este tema porque, si varios países europeos entran en crisis, las exportaciones de los países latinoamericanos, el mío incluido, no se verán en riesgo, ni nuestra estabilidad económica, volumen de negocio y niveles de empleo; pero el irresponsable manejo de la economía estadounidense, de la manera que se viene gestionando, finalmente hará crisis, reventará y nos meterá, a todos los países del mundo, en graves y prolongados problemas que son totalmente previsibles.

Ojalá los electores estadounidenses abran a tiempo los ojos, pues los primeros afectados, no se han dado cuenta, serán precisamente ellos.  ¡Está visto que el diablo predica pero no se convierte!

viernes, 26 de octubre de 2012

LA RIQUEZA ESTÁ ATADA A LA IMPORTANCIA Y AL PRESTIGIO

Hubo dos artículos de prensa que, al leerlos hoy, me hicieron reflexionar acerca del enunciado del título de este ensayo.

El primero se refiere a las protestas de algunas comunidades de Guatemala, en su mayoría indígenas, en contra de un proyecto hidroeléctrico que desea impulsar el gobierno, que en la medida que no se vuelve una realidad, le pega a todos nuestros bolsillos porque, en lugar ser una sociedad que produce y que convive consumiendo energía renovable, lo seguimos haciendo con la que es producida con recursos fósiles, como el carbón y el búnker, cada día más caros, lo cual puja hacia arriba en el precio promedio de la energía eléctrica, ésta empuja los costos de los productos de consumo y, todo estos, en su conjunto, en general, haciendo más difíciles nuestras subsistencias y, por ende, manteniéndonos en la pobreza.

No se me mal entienda.  No estoy a favor de inundar lugares ocupados, hoy, por seres humanos, sino a favor de la construcción de proyectos, que no necesariamente tienen que ser nocivos, aunque así los perciban algunos por falta de información o de acuciosidad, los que harán que el precio de nuestra energía eléctrica no sólo se estabilice, porque no dependerá de los precios del mercado de los carburantes en el mundo, sino le proporcionará certeza en cuanto a este renglón a los inversionistas que deseen echar a andar proyectos productivos en nuestro país, con lo que se coadyuva a romper varios círculos viciosos, como el de la dependencia, el de la falta de empleo, el de la pérdida de oportunidades, etc.

El otro artículo es el que reporta lo que la reina de España, Sofía, le dijo al presidente de Bolivia, Evo Morales, en el sentido que ahora son los españoles los pobres y los bolivianos los ricos, en referencia a dos eventos: el primero, a la crisis económica, financiera y de desempleados que está viviendo España; la otra a la nacionalización que hizo Bolivia de sus enormes recursos naturales.

Me quedé elucubrando varias ideas alrededor del concepto "riqueza", que es algo así como el denominador común de ambos artículos; la que no tienen nuestros pobladores de las comunidades del interior del país; la que pretende generarse con el recurso hídrico; la que se les ha escapado a los españoles por las políticas públicas que los han llevado a gastar mucho más de lo que tienen durante años; situación similar a la que viene sucediendo en Guatemala, para nuestro mal augurio, en otros países europeos que están al borde de la bancarrota, o en el país más rico de la Tierra, por el momento, Estados Unidos de América.  Pero también es la riqueza que pretende recuperar el gobierno boliviano, pues falta ver si tiene las instituciones transparentes, la tecnología, la capacidad económica para invertir y la voluntad política que implica darle continuidad a los proyectos de exacción de gas, de litio, de metales preciosos, de tierras raras o de lo que sea, y consolidar todo en el largo plazo.

Por su falta de riqueza los ingleses invadieron China, India y las colonias españolas, mal defendidas por un imperio decadente, en su oportunidad.  Por su riqueza posterior y el poder que esta representa no sólo dejaron India sino entregaron Hong Kong, situaciones en que el peso de la población tuvo qué ver también.

Por la pobreza de Guatemala y de Argentina y lo que esta representa, los mismos ingleses se pararon quedando con Belice, un territorio guatemalteco robado poco a poco, en la medida que durante décadas avanzaron depredando la selva de sus maderas finas, y con las Islas Malvinas.  ¿Acaso la comunidad internacional arropó al país pobre frente al rico? La riqueza de Inglaterra generó el silencio de casi todos, en la Organización de Naciones Unidas, ONU, frente al acto de independencia de un territorio robado después de saquearlo.

¿Hubiese tenido Inglaterra la arrogancia de quedarse, hasta la fecha, con el Peñón de Gibraltar, que le arrebató a España, debilitada por una Guerra de Sucesión a la muerte de Carlos II, si no hubiese sido una potencia con suficientes recursos?

La misma suerte de España, en esa oportunidad, estuvo ligada a la riqueza, tanto suya como la de Francia, pues el sucesor natural era el Delfín, pero las demás potencias tuvieron miedo que tanta riqueza, la de una Francia que venía del reinado más fuerte de su historia, Luis XIV, y la de España con su vasto imperio, provocó la intervención de Inglaterra y, por supuesto, de la otra potencia inmensamente rica: Austria.  Lo más seguro es que, si España hubiese sido el pariente pobre, no hubiese habido quién se peleara por esa herencia.

Pero fue debido a la generación de riqueza de esa pequeña isla que se llama Inglaterra, que sus monarcas y gobernantes tuvieron la capacidad de armar la flota naval más poderosa de su momento y hasta la osadía de irse a meter, a punta de fusil, a bayoneta calada o en la obscuridad de la noche, contrabandeando y robando los recursos bajo el amparo de patentes de corso, una ficción jurídica inventada para tener licencia de asalto a mano armada, en contra de otras potencias menos ricas y, por ende, más débiles.

Otra isla, mucho más pequeñita y del otro lado del planeta, ya ni sería tomada en cuenta como no fuese por la riqueza que han logrado reunir sus laboriosos habitantes; tal el caso de Taiwán, que en el mediano plazo ha subsistido en la medida que su contraparte, el enorme gigante, China, ha sido un país pobre, pero también, en la medida que esa circunstancia cambia y los chinos continentales se enriquecen, el futuro de la isla y de sus relaciones diplomáticas es más incierto.

Por otro lado, países a quienes nadie volteaba a ver porque su población empobrecida vivía en los oasis perdidos entre las arenas de unos desiertos que no valían nada, ahora que el petróleo los ha convertido en los más ricos del planeta, todo el mundo reconoce su importancia y, a donde van sus dirigentes, son recibidos con alfombra roja.

Las prerrogativas de que goza Estados Unidos de América en el concierto de naciones no son debidas a la simpatía o tolerancia de sus gobernantes frente a sus pares, sino al hecho de que, desde que son potencia económica, son escuchados, tomados en cuenta y hasta seguidos por otros países; pero toda esa situación puede cambiar, pues sostengo que la importancia que los demás países le den y hasta el prestigio de que goza, está íntimamente ligado a su riqueza, y los últimos gobiernos, especialmente el actual, están echando a perder esa riqueza, endeudándolo peligrosamente y llevándolo a niveles en los cuales su capacidad de recuperación para pagar lo que ha gastado de más y todavía debe, frente al crecimiento de otros países emergentes, porque no están solos en el mundo, será sumamente difícil o echada a perder definitivamente.

Poco tiempo ha tardado el mundo en balancear los pesos de las hegemonías geopolíticas, que después de finalizar la Guerra Fría, ahora hace 23 años, y romperse un esquema bipolar de décadas entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y Estados Unidos de América, esquema que se rompió al hacerse evidente la pobreza y las carencias soviéticas, hoy ya no podemos asegurar el liderazgo absoluto de la contraparte americana, que al derrumbarse el imperio rojo se vio solo y fuerte en el pináculo de las potencias del orbe.

El prestigio que una democracia reciente, como la española, se ha ganado a pulso, se ve debilitada, hoy, no sólo por las pobrezas que vienen exhibiendo de un tiempo a acá, sino por otras consecuencias de esa debilidad sistémica, como son, por una parte, el fortalecimiento de las tésis independentistas que, encima, contaminan no sólo el debate político sino la visión que cualquier inversionista serio pueda tener para tomar decisiones que puedan afectar su patrimonio o el de quienes confían en su gestión; por la otra, y esta parte la comparten con los griegos, los parientes más pobres de Europa porque son los que más despilfarraron, lo constituye la vociferación feraz que hacen sindicatos, organizaciones y, últimamente, hasta ciudadanos tradicionalmente poco dados a organizarse para fines de protesta, como los padres de familia de los estudiantes.

Todo el mundo desea la riqueza y la mayoría trabaja para conseguirla.  Todo el mundo quisiera librarse de la pobreza y muchas veces se vocifera y hasta patalea en la dirección contraria.  Lo importante es entender que, en la visión que se tiene de los Estados, la romántica del maestro rural, siempre con el mismo y desgastado traje, de pobreza evidente pero de honradez, corazón y prestigio a toda prueba, no funciona.  Los países con recursos económicos siempre verán a los países pobres sobre el hombro.  Para que un país sea volteado a ver, tiene que tener con qué.

Es importante, entonces, cuidar la riqueza de las naciones y que sus gobernantes, en su función de gestores temporales de esos recursos, entiendan el riesgo que tienen de pasar a la historia como los que dieron al traste, no sólo con un patrimonio acumulado durante varias generaciones esforzadas, sino con el prestigio y la importancia con que, en el futuro, serán reconocidos los hijos y nietos de sus propios electores.


martes, 23 de octubre de 2012

EL DENOMINADOR COMÚN DEL GOBIERNO RUSO Y DEL PUEBLO ESTADOUNIDENSE

Ver el tercer y último debate de los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, y darme cuenta de la prepotencia de las potencias mundiales y de lo absurdo del plano electoral de la mayor democracia de este planeta, fueron una cosa anoche.

La sociedad estadounidense tiene los mayores problemas económicos desde la depresión que iniciara en aquel octubre de 1,929, con unos umbrales de personas desempleadas y niveles de pobreza que se evidencian con la cantidad de personas viviendo de la caridad del gobierno, sin precedentes para nuestra generación, pero la discusión en torno a los candidatos giró sobre su posibilidad de ponerse a la par de otro Estado en una supuesta guerra, sobre la voluntad de estos para intervenir en otros países, sobre el papel que consideran que tiene el país para servir de policía del mundo, un "honroso" cargo que ellos mismos se inventaron, sobre la multimillonaria inversión militar de ese país que, según dijo el mismo presidente Obama, es mayor que las siguientes diez potencias militares del mundo juntas.

¿No les caería bien, en estos momentos de relfexión para elegir sus más altas autoridades, dejar de ver cómo se meten en los asuntos del resto del mundo y componen sus desequilibrios internos?

Todo esto, unido a que, por supuesto, se habló de la "Primavera Árabe", lo que incluye los conflictos internos que se viven en varios países de esta parte del mundo, me hizo pensar en la también prepotente posición del gobierno ruso, defendiendo hasta la saciedad un régimen desgastado en Siria que, tarde o temprano, ha de caer.  Los rusos recién salieron de un proceso electoral no tan transparente, pero ¿no les caería bien, a ellos también, voltearse a ver a sí mismos antes de mantener la defensa a ultranza de sus antiguos territorios de influencia geopolítica?

De ahí el título de este ensayo.  Tanto el pueblo estadounidense, con su actitud de ver a donde no están sus intereses, como el gobierno ruso, defendiendo lo que está por terminar de derrumbarse, tienen algo en común: tarde o temprano se convertirán en perdedores.

Si los electores estadounidenses votan con la mente puesta en Afganistán, en Líbano, en la bomba atómica de Irán, en sus deterioradas relaciones con Pakistán, en sus pleitos en la Organización Mundial de Comercio con China, o en el fuerte lazo diplomático, militar, comercial y de inteligencia que los ata con Israel, con una gráfica de endeudamiento alarmante que señala que van al precipicio, pues no logran estabilizar los presupuestos de los siguientes diez o quince años, no van a desarmar esa bomba financiera y fiscal.  Luego, que no se quejen cuando todo esto les explote en la cara y resulten con niveles de endeudamiento y de desempleo que ya no les permitan salir adelante y convertirse en uno más de los países en crisis alarmante, pues con sólo ver la ruta que los gobiernos socialistas griegos, españoles y portugueses, especialmente, han trazado, para reconocer que el sendero por donde van, con incrementos en los privilegios y en los niveles de deuda para mantenerlos, son insostenibles en el largo plazo.

De igual manera, cuando el régimen de Bashar Al Assad finalmente caiga, el gran perdedor aunque este último pierda la vida en el intento por mantenerse en el poder será el gobierno ruso.

Soy del tipo de políticos que suelen morirse con las botas puestas cuando se trata de principios, pero me cuesta entender que los electores estadounidenses o los estrategas políticos y militares rusos, tanto o más inteligentes que quien escribe, no abran los ojos y se den cuenta que conducen, unos a su país, otros al gobierno al que sirven, por la ruta del matadero.

La diferencia entre ambos es que, para los rusos, será como una raya más al tigre y no tendrá consecuencias más que en el prestigio de los defensores del carnicero de Damasco; pero la llevada de la economía del país que hoy es todavía el más rico de la Tierra, por irresponsabilidad primaria de sus autoridades y corresponsabilidad compartida de electores ciegos y formadores de opinión vendidos o con poca o nula capacidad para ver más allá de su entorno cotidiano, tendrá consecuencias globales negativas para las economías de todos los países en vías de desarrollo y hasta para las grandes economías que dependen del comercio con este gigante para generar y mantener su riqueza.

Pedir que un gobierno rectifique su política es pedirle peras al olmo, pero espero que los votantes estadounidenses tengan la sensatez de enfocar el debate político de su nación en las cosas que, verdaderamente, les debieran interesar, y dejar de ver al resto de países del mundo con esa falta de respeto, como si pueden ir por ahí interviniendo en uno y en otro.

viernes, 19 de octubre de 2012

THE "LATINOS" AND THE PRESIDENTIAL ELECTIONS IN THE UNITED STATES OF AMERICA


For more than three years have I been warning in this very space (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2009/04/una-larga-crisis-o-dos-crisis.html) on the enormous concern for the future of the United States. A circumstance which, far from change and dissipation, has deepened thanks to the authorities of the United States of America lead by President Barack Obama. Either they don't take warning of what's happened in all of the southern European countries who have spent more than what they have, or they simply don't even begin to understand the letter "e" in economic matters. 

If this were a problem of a small island in the Caribbean, an African country, or even a larger country on the other side of the world such as Australia, this wouldn't have such a great importance for Latin America as a whole, or even for the large countries of the Sub Continent such as Mexico or Brazil, or even individual small economies such as Guatemala wouldn't be as affected and impact wouldn't be as significant. 

But the case is that all the countries in America, with the possible exception of Cuba, yet including Venezuela, have a huge economic balance with the United States, which means that if the United States is doing well, economically speaking, it generates the ability to buy our products and it requires more labor in its own soil, including latin american labor. A healthy economy implies the expansion of business and it constitutes the most efficient way to allocate wealth by means of wages, commissions, utilities, fees and all those things that come into existence when humans are capable of generating productive work. 

Weakness in the economy of the United States translates into layoffs, starting with a minority that earn the highest wages, and continuing with the weakest link of those who earn the least, which are a majority and the group in which most of the productive force of latin americans will be affected. Aside from this, trade of fruits, vegetables and manufactured goods will fall like never before, hitting hard on international prices and generating, in turn, layoffs and losses in our own economies. 

That is why now, that we find ourselves days away from renewing the authorities that define the future of this great country, and understanding that President Obama has done an acceptable job within democratic parameters, we have to go out and state that the part of disarming the dangers of a prolonged economic crisis  (such as the one I wrote about in that article three years ago), instead of dedicating the appropriate diligence and care, the economy has been not only handled with ignorance but also irresponsibly and ill lead. The debt of the country, which I announced as a threat of a second crisis, has reached gigantic proportions never before seen in history, a debt permissive of spending that which they don't have. 

The electorate has all the freedom that the democratic process guarantees, but the problem is that not all voters realize how, in every election, they are lead like a heard into a slaughterhouse. Everyone has their mind set on election day, November 6th, 2012; yet few think about the future that's at stake for the years 2014, 2016, 2023 and beyond. 

When the actual debt of the United States, which is so hard to simply read and even harder to understand its amount; when it reaches those levels at which the ever treacherous risk qualifiers will place it in its proper place, interest rates that allow them to acquire debt will be doubled, tripled and even quintupled. The entire country will fall into that downward spiral of its credibility facing its creditors, with China at the head of them. And then the path to recovery will be too late.

The combined experiences of the Republican candidates, headed by Mitt Romney, with his successful management of the Olympic Games, which up to that moment had been historically deficient; and that of the vice presidential candidate Paul Ryan, who has played an important role at the House of Representatives for years; are a positive contrast versus the record of the current President and Vice President. They assumed as authorities with the knowledge of what happens to countries that spend more than what they can, and yet they opted to further expand the debt of this Giant of the North. This makes me see in clear view that the stability of affairs of the latin community, both in and out of the United States, will only be safe when the positions of power become held by a group of people that can coherently organize finances and all matters in a way different to that in which it has been done so far. 

We shouldn't place in a bottomless bag the statement that four more years of President Barak Obama imply that the debt of the United States reaches 20 trillion Dollars (right now its close to the 16 trillion mark, if anyone cares to explain that amount). 

The risk of nuclear war lead the Western Hemisphere to live under a grey cloud, for decades, despite an air of freedom, but the risk of bankruptcy for the United States, Greek style, Portuguese style, Italian or Spanish style, is a reality that's pending to pass the bill as time progresses and things keep being done in the same way. 

Protecting our jobs, businesses and our interests, wether we vote or not, is completely legitimate. Specially when giving opinions and valid arguments at a distance since we are not, in any way, affiliated ideologically, religiously, or politically with any of the candidates from both parties. We are but an independent voice that refuses to accept as valid any electoral promise. We have fought to push the development of our country, its people, and we see the way in which the administration of the country that so happens to be our number one partner is lead. Its a terrible threat to our future. 

May a wind of enlightenment and lucidity inspire the latin vote, at least in sharing this vision of the future and defending it however they can! 

Nota del Autor: a solicitud de varios amigos procedo a publicar la versión en inglés que finamente me hicieran llegar, por la importancia del tema.  RFA.

miércoles, 17 de octubre de 2012

LOS LATINOAMERICANOS Y LAS ELECCIONES DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Hace más de tres años venimos advirtiendo, en este espacio, nuestra enorme preocupación por el futuro de la economía estadounidense (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2009/04/una-larga-crisis-o-dos-crisis.html), circunstancia que, lejos de haber cambiado o de haberse disipado, se ha profundizado, porque las autoridades de Estados Unidos de América, encabezadas por el Presidente Barack Obama, o no escarmientan con lo que sucede en la totalidad de países del sur de Europa, agobiados porque han venido gastando más de lo que tienen, o no entienden "ni la 'o' por lo redondo" en materia económica.

Si se tratara de una pequeña isla del Mar Caribe, de un país africano o inclusive de un gran país del otro lado del mundo, como podría ser Australia, no tendría tanta importancia porque el volumen de negocios de toda América Latina, en su conjunto, o de los países grandes del Sub Continente, como México o Brasil, en lo individual, o los pequeños como el nuestro pero con gran dependencia de ese gran mercado, no sería significativo.

El caso es que todos los países de América, con la posible excepción de Cuba e incluyendo a Venezuela, tienen enormes negocios con Estados Unidos, lo que quiere decir que si a este último le va bien, económicamente hablando, nos compra productos y necesita mano de obra en su propio suelo, incluyendo la latinoamericana, pues una economía sana significa la expansión de los negocios y su consiguiente distribución de riqueza a través de sueldos, comisiones, utilidades, honorarios y todo lo que la actividad productiva del ser humano es capaz de generar cuando las cosas van bien.

Una debilidad en la economía estadounidense significa despidos, comenzando por la parte más débil del eslabón, que serán los sueldos más caros, que son menos personas, y los sueldos más bajos, que son la mayoría y que es donde, seguramente, afectará a la comunidad latina productiva en ese país.  Además, las compras de nuestras frutas, verduras y productos manufacturados caerán como nunca, pegándole duro a los precios internacionales y ocasionando, a su vez, grandes despidos en nuestras propias economías.

Por eso, ahora que estamos a unos días de renovarse las autoridades que marcan el rumbo de ese gran país, y entendiendo que el Presidente Obama ha hecho una aceptable labor dentro de los parámetros democráticos, tenemos que salir a decir que la parte que tiene que ver con desarmar el peligro de una crisis económica ya prolongada (el ensayo lo escribí hace más de tres años), en lugar de haberle puesto la diligencia y el cuidado necesario, ha sido irresponsablemente mal manejada, es decir, no sólo mal manejada por ignorancia, pues la deuda de ese país, desde que anuncié el peligro de una segunda crisis, y este momento, ha alcanzado unas proporciones gigantescas nunca antes registradas en la historia, lo cual han permitido y fomentado a sabiendas de que están gastando lo que no tienen.

Los votantes tienen todas las libertades de elección que un ejercicio democrático garantiza, pero el problema es que la mayoría no se da cuenta cómo los llevan, con cada proceso electoral, cual rebaño al matadero.  Todos tienen la mente puesta en el 6 de noviembre de 2012, pues es el día de la elección, pero pocos piensan en 2014, en 2016 o en 2023, y es el futuro y su bienestar el que se jugarán.

Cuando la deuda actual de Estados Unidos, que al ver la cantidad difícilmente se puede leer, y más difícil entender de qué monto hablamos, llegue a los niveles en donde las siempre traicioneras calificadoras de riesgo las pongan en la situación en que hoy está, por ejemplo, la deuda soberana española, y eso haga que se duplique, se triplique y hasta quintuplique la tasa de interés que hoy les cuesta endeudarse, y el país entero entre en esa espiral de falta de credibilidad de los agentes acreedores, con China encabezando el cobro de ese dinero, será muy tarde para comenzar el rescate.

En esta contienda electoral, la influencia del congresista Paul Ryan, ahora candidato a la Vicepresidencia por el Partido Republicano, es notoria en la campaña, pues por lo menos tenemos a un equipo de posibles autoridades, con posibilidad de triunfo, además, que parecen tener las ideas claras y correctas al respecto.

Sus experiencias combinadas, tanto del candidato republicano Mitt Romney, con un manejo económico exitoso de unos juegos olímpicos que, hasta ese momento, eran tradicionalmente deficitarios, como la de su candidato a vicepresidente, que ha jugado durante años un papel importante en los temas presupuestarios y económicos en la Casa de Representantes, confrontada con las del actual mandatario y su vicepresidente, que a sabiendas de los problemas en que se meten los países al gastar de más, han endeudado tremendamente a ese gigante del Norte, me hacen ver con claridad que los intereses de los latinos, tanto de los que viven dentro de ese país como de quienes vivimos en el resto de los países americanos, está en que llegue a esos puestos de poder un equipo coherente que ordene las finanzas y haga las cosas de una manera distinta a como se vienen haciendo hasta ahora.

Nosotros no echaríamos en saco roto la afirmación de que cuatro años más del gobierno de Barack Obama pueda significar que la deuda estadounidense llegue a los 20 trillones de dólares (ahora ronda los 16 trillones, si alguien quiere explicar qué cantidad es ésa).

El riesgo de una guerra nuclear ensombreció durante décadas la vida dentro de un ambiente de libertad del Hemisferio Occidental, pero la quiebra de Estados Unidos, a la griega, a la portuguesa, a la italiana o a la española, es una realidad pendiente de la marca del tiempo si las cosas continúan haciéndose de esta manera.

Proteger nuestros empleos, nuestros negocios y nuestros intereses, tanto si somos votantes allá como si únicamente opinamos y damos razones válidas, desde acá, es totalmente legítimo, especialmente porque no tenemos interés ideológico, religioso o partidario con alguno de los contendientes ni con los partidos, y no somos más que una voz independiente más que se niega a aceptar por válido cualquier ofrecimiento de campaña o promesa electoral, que ha luchado por impulsar el desarrollo de su país y de su gente y ve, en la manera como se gestiona actualmente el país que coincide con ser nuestro socio comercial número uno, una terrible amenaza para el futuro cercano.

¡Que un soplo de entendimiento y lucidez inspire a los votantes latinos, por lo menos, para compartir esta visión de futuro y defenderla con lo que puedan!