domingo, 26 de junio de 2011

FACETAS NO DICHAS DE LA SEGURIDAD CIUDADANA

La ciudadanía enterada de Guatemala acaba de ver, en vivo o por la televisión por cable, el foro de los candidatos a la Presidencia de la República sobre el tema de seguridad.

Aparte de la ilegalidad de su candidatura, y del poco ético procedimiento para burlar la Constitución de la República para, en fraude de ley, divorciarse y solicitar su inscripción como tal, la señora Sandra Torres le suma varias rayas más al tigre con todas las mentiras que, sin un asomo de pena, llega a proferir públicamente, como si todos sus oyentes fuésemos ignorantes del acontecer nacional o simples idiotas que no nos damos cuenta del engaño. ¡Qué asco! Pues aparte de lo que señalamos, el foro transcurrió entre populismo, sofismas, ideas novedosas, planteamientos serios y hasta ocurrencias jocosas en donde, quizás, la presentadora de la cadena de noticias CNN, Patricia Janiot, moderadora del mismo, pudo estar un poco más a la altura de las circunstancias.

Me llamó la atención, eso sí, que se hable de las maras, del desmantelamiento del Ejército, de la debacle de la Policía Nacional, de las oportunidades que hay que darle a los jóvenes, de las ayudas solidarias que hay que llevar, del programa del adulto mayor, de la formación de mandos de policía, del equipamiento y modernización del Ejército y todos los temas que escuchamos; pero mientras todo esto se daba, no dejaba de pensar que, hace años, cuando el Presidente de turno, que era Alfonso Portillo, subió considerablemente el salario mínimo a los trabajadores, dentro de su esquema populista de hacer política, hace unos diez años, lo que advertí a quien lo quiso escuchar, porque en ese entonces no había o no se habían popularizado los blogs, es que quienes iban a pagar caro esa medida era la juventud, pues los patronos no iban a estar dispuestos a pagar esos salarios mínimos casi duplicados en muchachos y muchachas que no sabían trabajar y que la única manera que tienen de aprender es incorporándose a una línea de trabajo.

Viendo como las cosas han evolucionado diez o más años después, creo que me quedé corto, pues no solamente se le hizo difícil incorporarse al sector productivo formal a esa juventud, sino que las inversiones mermaron en un país necesitado de ellas para crear más fuentes de trabajo y, además, muchas de ellas se fueron a otros países cercanos, como Honduras, que desde entonces fortaleció su sector maquila, y especialmente Nicaragua, que fue a partir de ese momento en que se fueron muchas inversiones que acá venían, para allá.

Coincide en mi memoria la historia que sé, desde esa época, en que la señora madre del entonces Presidente Portillo anunció que estaba siendo objeto de amenazas, saliendo la noticia en todos los medios del país y algunos del resto del mundo, todo porque dicen que quería ir a una boda en Canadá gozando, ya de alguna protección, ya de la atención de todos, que un empresario español, al bajarse del avión, en donde le habían proporcionado Prensa Libre y salía la noticia en primera página, se fue al hotel Meliá a reunirse con otro grupo de españoles que ahí se hospedaban, se pusieron de acuerdo, y se llevaron las inversiones que traían a Guatemala, esa misma tarde, a Nicaragua.

Es que el tema de la percepción que se tiene de nuestros gobernantes es importantísima, y ese desgraciado péndulo de la política guatemalteca no ha dejado que haya un período largo de credibilidad en quienes podrían venir, confiar e invertir en el país, como decía el "slogan" de una campaña de cerveza hace años. Es más, las virtudes de algún mandatario no permean la prensa ni llegan a los escritorios de los ejecutivos, en otros países, como los desmadres que cometen. Pesa más en la no creación de oportunidades la eterna cantaleta de una reforma fiscal en un gobierno totalmente corrupto, que dos gobiernos benévolos funcionando sucesivamente.

Pero volviendo al tema de la seguridad ciudadana, aunque es impopular para todos aquellos trabajadores que están, hoy, ganando el salario mínimo, pero que también sufren todos los días por los embates de la violencia que se ha generalizado en las calles y que es a ellos mismos, transportándose en el servicio público, a quienes más golpea, hay que mencionar que se hace necesario un Gran Acuerdo Nacional para generar las condiciones que permitan que toda esa juventud, muchas veces recién saliendo de la niñez, pueda aprender a trabajar sin, necesariamente, costarle el jornal completo de un adulto a quienes invierten, no sólo en que haya una plaza de trabajo, sino en entrenar a ese nuevo trabajador que contrata partiendo de la base que no sabe, todavía, hacer nada.

Varias veces, en este espacio, he mencionado que muchas veces se actúa de buena fe, pero los efectos de nuestro actuar político pueden tener diversidad de factores que se hace necesario analizar antes de actuar.

Creo que una de las grandes razones por las cuales existen hoy asaltantes y matones por todos lados, entre los 15 y los 30 años de edad, especialmente, es porque en su oportunidad, para subirle el sueldo a las personas que ya tenían trabajo, se les vedó, casi sin querer, la manera en que ellos podían acceder a aprender la manera de ganarse la vida honradamente, y eso hay que revertirlo de alguna manera.

Yo apuesto por el fortalecimiento, equipamiento y modernización del Ejército y de la Policía Nacional Civil, con inclusión de cambios radicales en sus leyes orgánicas para que los malos elementos puedan ser purgados sin que un Tribunal de Trabajo ordene, después, no sólo la reinstalación sino el pago de los salarios caídos, con una Comisión de Alto Nivel que, a nivel ético y sin injerencia política partidaria, analice los expedientes que se tienen para hacerlo (de esto tampoco se habló, hasta donde sé).

Apuesto, paralelamente, por medidas que nos ayuden a elevar los niveles de desarrollo humano de la población en general; por coadyuvar en el fortalecimiento de la parte de investigación y aportación de pruebas; por promover la reforma de la ley para que el nombramiento de jueces y magistrados ya no sea un acto político de la Corte Suprema de Justicia ni del Congreso de la República, sino de la ciudadanía, que los vea en sus actuaciones administrando justicia y reeligiéndolos o sustituyéndolos; pero, especialmente, generando las condiciones para que todas las empresas del país puedan contratar jóvenes de ambos sexos, sin necesariamente erogar un salario mínimo, en calidad de aprendices, y que cientos de miles de adolescentes puedan comenzar a aprender a trabajar y ganar unos centavos en lo que se van formando y profesionalizándose, en lugar de andar aplanando calles y viendo cómo remedian las necesidades que todos tenemos volteando a ver el patrimonio ageno.

Gran parte de los problemas actuales de seguridad se deben a la falta de ocupación de toda una generación a la que los políticos de turno les dieron la espalda. No es tan difícil comprender cómo se han volteado en contra de una sociedad que, a través de sus líderes electos, los abandonó.

Total, el tema del salario mínimo proviene, como idea para generar un contrapeso necesario en esa época, de la Constitución mexicana de 1917, nacida como producto de la revolución de ese país y que se reglamentó hasta 1931 con la promulgación de la Ley Federal del Trabajo. Funcionó a nivel de comisiones municipales hasta 1936 cuando, en época de Lázaro Cárdenas (a quien el autor de un libro que compré en 1984 lo denota "en los albores del marxismo-leninismo"), sé creó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, la cual entra a decretarlos, a nivel nacional, hasta 1987.

De aquí podemos deducir dos cosas: la primera, que las condiciones del trabajo han cambiado radicalmente en casi 100 años de evolución; la segunda, que como todos los injertos traídos de otros países, algunas cosas funcionan bien y otras mal.

En el presente caso podemos asegurar que la totalidad de trabajadores que, actualmente, generan de sus labores un salario mínimo, si son preguntados, contestarán que no les es suficiente y que se hace necesario que el mismo se suba, y probablemente, con argumentos técnicos, que han faltado en las Comisiones Paritarias para ese efecto nombradas, se puede comprobar que así es, pues el deterioro, tanto de nuestra moneda, el quetzal, como del mismo dólar estadounidense, que sirve para fijar precio de muchas materias primas y mercaderías elaboradas en el extranjero, hacen casi imposible para un trabajador, ganando ese mínimo, comprar lo necesario para vivir decentemente. Es decir, no es este el tema de fondo. Probablemente habrá que seguir trabajando con este sistema hasta encontrar uno mejor que satisfaga a trabajadores y patronos.

El tema de fondo es que, paralelamente, debe permitirse el trabajo de aprendices bajo circunstancias de pago diferentes, pues es urgente, para el progreso de todos y para bajar los índices de inseguridad ciudadana y que haya mayores y mejores inversiones y más trabajo, que vivamos en paz, y mientras nuestra juventud no tenga cómo aprender un oficio, la zozobra reinará en las calles y, hágase lo que se haga en fortalecimiento institucional, incluyendo más y mejores presidios, nos seguirán matando y asaltando en las calles y no tendremos paz.

miércoles, 8 de junio de 2011

DOS CASOS DE BACTERIAS, PARECIDOS PERO DISTINTOS

A mediados de los años 1990's, como productor de mora para exportar, estaba enterado de que Guatemala se había metido bien al mercado estadounidense y que estaba penetrando excelentemente el mercado europeo. La fruta que producíamos, mi suegro y yo, por separado, por su calidad, era precisamente la presentación del país ante la apertura de nuevos mercados.

Sin embargo, en una oportunidad en que viajé a Miami, Florida, en los Estados Unidos de América, como siempre me fui a meter a un supermercado al área de vegetales y frutas frescas, porque ésa ha sido mi costumbre, a ver los diferentes productos en exhibición, y mi sorpresa fue grande cuando me encontré cartelones, hechos a mano, colocados en el área de las "berries" (bayas), diciendo simplemente "don't buy guatemalan berries" (no compre bayas guatemaltecas), sin haber y sin explicar razón alguna.

A mi regreso, al comentar al repecto de lo anterior, pudimos concluir que lo que sucedía es que Guatemala se había convertido en una potencia en la producción de mora, de manera que, cuando comenzaba la cosecha en Estados Unidos, concentrada en gran parte en el Estado de Oregón, bien al norte, había todavía un traslape con la producción guatemalteca que era capaz de competir, no sólo en precios sino en calidad, al grado de desplazar a la mora producida después de las nevadas y, por supuesto, a través de otras variedades, quizás menos dulces.

La campaña de cartelones fue insuficiente para hacer que el público consumidor dejara de comprarle a Guatemala un producto de calidad, de modo que pasaron a la acción infame de inventarse, con ocasión de un brote de personas enfermas por intoxicación con la bacteria ciclospora, que el origen de la contaminación estaba en las moras de Guatemala.

De nada le valieron a la pequeña Guatemala los argumentos razonados de que la ciclospora es una bacteria que se mantiene al nivel del suelo, lugar en donde las moras nunca están. Es más, la voz de Guatemala estuvo conformada más por algunos productores, entre quienes no había grandes y poderosos pues todos éramos pequeños productores, y si hubo algún apoyo del gobierno fue tan débil, que no lo recuerdo.

Era obvio que Guatemala tenía la razón, pues la contaminación por ciclospora, que sí era una realidad, tuvo que darse por vía de un alimento que estuviera en contacto con el suelo, y la mora es un arbusto espinoso que no tiene ramas rastreras ni nada que se le parezca.

Sin tener pruebas contundentes, me atrevo a señalar a los poderosos productores de Oregón, que ahí sí son grandes compañías que tenían el poder de llenar de cartelones todos los supermercados de Estados Unidos, quienes finalmente encontraron una excusa más o menos creíble y, con la connivencia de las autoridades sanitarias del gobierno estadounidense, y en perjuicio de sus propios consumidores internos, desviaron la atención de donde pudiera estar el verdadero brote, que pudieron ser hojas de espinaca o algo parecido, y enfocaron toda la atención de los medios en las ahora más que nunca famosas "berries" de Guatemala.

La pantomima fue más allá. En el afán de seguir produciendo y exportando, las autoridades fitosanitarias estadounidenses, como si fuese una graciosa concesión, acordaron con la Gremial de Productores de Berries de Guatemala, recién organizada y débil, mandar equipos de técnicos para hacer visitas de campo, revisar las granjas productoras, los procesos de selección y manejo de la fruta, así como las cadenas de frío y de distribución, incluyendo fuentes de agua y pruebas de suelos y de higiene de las mesas de trabajo, con la finalidad de certificarlas para darle certeza al consumidor estadounidense, procedimiento que sólo sirvió para que esa muerte, que debió ser súbita, se prolongara en el tiempo, pues parece que fueron un par de técnicos que certificaron para sacar todo el trabajo de campo, con lo cual primero llevaron a la quiebra a todos los productores y ocasionaron unos de los mayores despidos de gente de esa época.

Para tener una idea, en apenas dos manzanas sembradas, en tiempo de cosecha se empleaba a unas 47 personas, pues es un cultivo verdaderamente intensivo.

Ahora la queja es que muchos migrantes de nuestros países se van para allá, pero esta es una de las causas por las cuales la gente, sin fuentes de trabajo, buscan mejores oportunidades.

El final de ese cuento fue ése. Cero compensaciones, cero remordimientos por parte de esas ingratas autoridades estadounidenses, cero disculpas al pasar los años y no encontrar un solo foco de contaminación con ciclospora, lo cual hubiese, seguramente, sido noticia de primera plana en los periódicos más importantes de ese país.

Ahora pasa algo similar en Europa. Pero no igual.

Comienza un brote de contaminación por una de las cepas de la bacteria Escherichia Coli en Alemania, la encargada de sanidad de una ciudad da la voz de alarma echándole la culpa a los pepinos españoles, quienes pegan el grito en el cielo porque no se consideran responsables, el gobierno español reacciona quejándose, y ahora la Unión Europea, en tan poco tiempo como menos de un mes, ya ha aprobado ayudar a los productores que salieron perdiendo con un fondo de 150 millones de euros, los cuales no alcanzan para cubrir todas las pérdidas, pero constituyen un enorme alivio que les evita la quiebra, les ayuda a mantener pagados los sueldos de la gente y les abre la posibilidad para seguir produciendo y exportando.

Es más, las notas de prensa señalan que ha quedado abierta la puerta a la posibilidad que ese fondo de ayuda se incremente, y aún está pendiente de dilucidarse si se deducirán responsabilidades a las autoridades alemanas que, sin fundamento, dieron una correcta voz de alarma pero con una total falta de tino para con inocentes productores.

Luego, lo que recibimos de Estados Unidos son más préstamos, más deportados, y un amargo sabor de boca en un trato totalmente disparejo en donde la prepotencia de algunos funcionarios, y su connivencia con algunos productores, los ha llevado a sostener este tipo de farsas creíbles para su público, pero objeto de nuestro más grande desprecio, por tratarse de una infamia, como ha quedado bien dicho, y constituir, además, un insulto a nuestra inteligencia y dignidad.

¡Hay que estar metido en el campo, a la par de los campesinos, corriendo los riesgos que implican los mercados y la Naturaleza, para saber hasta dónde duele la mentira proconsular de algunas gentes!

lunes, 6 de junio de 2011

LAS MUJERES NO VOTAN PORQUE SÍ. CONGRESO INTERAMERICANO DE MUJERES, 1947

El 2 de junio de 2011, recién pasado, después de 73 años de haber solicitado un veredicto científico e imparcial, fue presentado el estudio filológico del libro Semilla de Mostaza, de la autora guatemalteca Elisa Hall, mi abuela materna, el cual, escrito en imitación del español antiguo, entre 1937 y 1938, narra, a manera de novela histórica, las aventuras del fundador de la rama de Álvarez de Asturias que, en Guatemala, diera lugar al apellido Asturias.

Se documentó tan bien doña Elisa, que provenía de una familia de varias generaciones de escritores y poetas y en donde la erudición era algo, si no innato, muy similar a eso, inspirada en la genealogía que, de los Asturias, mantenía al día su suegro, don Antonio Asturias Asturias, y apoyada por la biblioteca propia, que no era poca, y la del mencionado suegro, que muchos de sus detractores cayeron en el error de creer, a pie juntillas, que lo que era producto de la imaginación de la autora era una transcripción de un antiguo manuscrito en el cual el propio don Sancho Álvarez de Asturias, el protagonista de la obra, había dejado escritas sus memorias.

La polémica, según me dijo alguna vez el recordado Director de la Hemeroteca Nacional, Rigoberto Bran Azmitia en una recepción en la Embajada de Israel, es la segunda más larga de la historia guatemalteca después de la que ocupó la del intento de erigir una estatua ecuestre a Francisco Morazán (que entró a sangre y fuego al tomar la ciudad de Guatemala en 1829) en lo que todavía es el parque que lleva su nombre, que fue lo más que lograron quienes apoyaban la idea, pero el debate alrededor de la maternidad o paternidad de Semilla de Mostaza es, por cierto, el debate más original, por la cantidad de intelectuales involucrados y, especialmente, porque muchos de ellos lo utilizaron para demostrar sus conocimientos y su grado de erudición y sapiencia.

Producto de esas dudas, la autora quiso demostrar que sí era ella la mente detrás de la obra, escribiendo la segunda parte de la misma, ocasión que aprovecha para retratar a sus detractores, no sólo físicamente sino en sus manías y defectos, burlándose de ellos y demostrando, a la vez, un verdadero dominio de la pluma, pero lo único que logró fue el empecinamiento de un grupo mayoritariamente de hombres que no pudieron y no quisieron creer que una joven mujer pudiera comenzar escribiendo con la calidad y altura por donde ellos hubieran querido llegar algún día, llegando al colmo de recibir tratos poco elegantes para una dama, por ponerlo eufemísticamente, y el resultado fue que, en lugar de haberla apoyado para que prosiguiera escribiendo, aquel talento literario se amargó y simplemente prosiguió su vida entre otras facetas del arte, las obras de caridad, los viajes y su hogar.

Lo que poca gente sabe de Elisa Hall es que era una mujer nacida de manera anticipada a su época, en todo sentido.

Tenía la licencia de conducir número 10, pero fue la primera mujer en tener licencia en Guatemala. También se cree que fuera la primera dama en pilotar un avión, pues en 1917 llegó a nuestro país un aeroplano, con un piloto estadounidense, el cual aterrizó en lo que todavía es el Campo de Marte. Como su familia era, en esa época, de las pocas que hablaban inglés, pues su padre, el poeta Guillermo Francisco Hall Avilés había pasado parte de su infancia y toda su adolescencia en Londres, educándose, el piloto pronto hizo amistad con ellos, invitó a Elisa a dar una vuelta en su aeroplano y, ya arriba, le cedió el timón y los controles, retomándolos para volver a aterrizar.

Cuando murió, el expresidente Miguel Ydígoras Fuentes publicó un artículo en su memoria (Prensa Libre, 28 de junio de 1982, página 11), en el cual relata como, a principios de los años 1920's, siendo él capitán de infantería y ayudante del Ministro de la Guerra, otro expresidente, Jorge Ubico Castañeda, y estando ambos expresidentes en la esquina de la 9a. calle y 5ta. avenida de la zona uno, lugar en el cual estaba la sede de dicho Ministerio, vieron a una mujer que trataba de cambiar la llanta desinflada de su vehículo, bajo un aguacaero, con un niño recién nacido en un brazo y con el otro las herramientas para efectuar el cambio, lo cual no lograba pues, fuera de haberlo levantado debidamente, no podía aflojar las tuercas que sostienen la llanta que nosotros, popularmente, denominamos "chuchos". Baste decir que el después general Ydígoras le cambió la llanta y ahí comenzó su amistad.

Así era, atrevida, como cuando, también en los años 1920's, sin que hubiera carretera todavía, se fue en su vehículo de Antigua Guatemala a Escuintla, entre potreros y veredas, hacia la finca "Santo Tomás", la hoy conocida finca presidencial, que en esa época era de mi abuelo, su esposo, José Luis Asturias Tejada, y que, curiosamente, fue Jorge Ubico, el dictador de los catorce años (1931-1944) quien se la arrebató.

Pero lo que traigo hoy para dejar documentado es que, gracias a la popularidad a nivel continental que había logrado, paradójicamente, gracias a la polémica en donde se le acusaba por unos cuantos de plagiadora, es decir, de ladrona, lo cual fue una infamia, pues Elisa Hall lo aprovechó para otros fines.

Junto con otras damas y caballeros de la sociedad guatemalteca, entre los cuales podemos reconocer de un álbum de firmas los nombres de E. González Campo, Elisa Wyld de Tejada (a quien tuve el gusto de conocer), Guillermo Sáenz de Tejada, Elsie Díaz de Rosales, Carlos Hall, Pedro Pérez Valenzuela, José Guirola, Julio Carrillo, Mario Penedo, Roberto Guillermo Hall (su hermano), Gloria Menéndez Mina, Alfonso Drago-Bracco, Carlos Quezada, Luis Cobos S., Héctor Alfonso Leal, Eduardo Mayora, José Rodríguez Cerna, George Koltanow, L. Arévalo, Carmen Campos, J. Alberto Rosales, Raúl Aguilar Batres, Federico Hernández de Léon, Elena Aguirre V., Angelina de Mayora, C. Irigoyen, Juan Lizarralde, María A. de Hall, Manuel Cobos Batres, José Gomar, María del Pilar, Don H. Walther, Angelina Acuña, Salvador Mendieta y otras firmas poco legibles, dentro de las cuales identificamos dos personas de apellido Aguilar (¿Octavio?), González Campo, Reyes, Medina, Bianchi, Álvarez, Arias, Mayorga (¿Roberto?), Cuestas (¿Rafael?), Palomo, Quesada, Rubio, Estrada, Azmitia, sabemos de una reunión, el 17 de noviembre de 1944, que pudo ser preparatoria de la reunión continental a la cual nos referiremos ahora.

Elisa Hall de Asturias, en el círculo rojo.

Es que, el 27 de agosto de 1947, se llevó a cabo en la ciudad de Guatemala el Congreso Interamericano de Mujeres, sirviendo de anfitriona la Unión Democrática de Mujeres de Guatemala.

Recordemos que el 1 de julio de 1944 terminó la dictadura de Jorge Ubico, la cual trató de perpetuar el general Federico Ponce Vaides hasta que se dio el movimiento popular que ha dado en llamarse la Revolución del 20 de Octubre, en que el régimen fue definitivamente derrocado.

Es decir, la primera reunión, preparatoria del mencionado Congreso, se da antes de cumplirse un mes de haber retornado el país a la vida democrática.

La convocatoria ha de haber sido minuciosa pero probó ser efectiva. Pensar en las comunicaciones de aquella época para hacer saber del evento, y planificar tantos viajes de tan variados países para venir a ese Congreso denotan dos cosas: el ansia de las mujeres por obtener igualdad de derechos frente a los hombres, especialmente en aspectos políticos, y el conocimiento de quién era la persona que los convocaba, pues es increíble el nivel de concurrencia al evento.

De Bolivia acudió Ana Rosa Tornero.

De Canadá: Mildred Fahrni, de la Women's International League (4536 - 8th. Ave W., Vancouver, B. C.), Beatrice Brigdeu, del Local Council of Women (1175 Dominion St., Winnipeg, Manitoba), y Helen R. Dlury (no es muy legible), del National Council of Women and Canadian Clubs (309 Daly Ave. Ottawa).

De Colombia: Lucila Rubio de Laerdes, de la Alianza Femenina Colombiana (calle 10 #19-64, Bogotá), y Soledad Peña, de la Unión Femenina de Colombia.

De El Salvador acudieron: María Cruz Palma, delegada por la Liga Femenina Salvadoreña (18 A. N. # 62, San Salvador), Rosa Amelia Guzmán, delegada por la misma Liga y por la Asociación de Costureras (con sede en la Librería Patria de San Salvador), y Matilde Elena López.

De Chile acudió María M Rivera, delegada por las Asociaciones Cristianas Femeninas, Círculo Pro Paz y de Cooperación Americana, Consejo Nacional de Mujeres y Federación Chilena Femenina (casilla 1214, Valparaíso).

La representación que acudió de Estados Unidos de América, para esa época, es increíble: Marjorie S. Elliott (Mrs. C. Traces o Fraces), de la Zonta International (Canadian Embassy, Santiago, Chile), Sue Bailey Thurman, del National Council of Negro Women (2660 California Street, San Francisco), Lucille Mercer, de Delta Kappa Gamma (32 E. Gabley Rd., Berea, Ohio), Carolyn B. Threlkeld, del Women's International League for Peace and Freedom (170 Tamalpais Road, Berkeley 8, California), Mary Tailisoff de la Pan American Women's Association (39 Ocean Ave. Brookly, N.Y.), Rose Lutmen (o Putman) de la Women International League for Peace and Freedom (60 West, 11 Street (ilegible) Tel Aviv, Palestine) --desconocemos si esta persona cometió el error de firmar dentro de las estadounidenses--, Frances Benedict Stewart, delegada de la Liga Femenina Internacional de paz y Libertad y de la Federación Mundial (1645 Kimble St., Utica - 3 N. Y.), Mary Magdalene Wilkin (4 River Road, Youngstown, N. Y.), Lyu Smith de Mandaley (5406 Connecticut Ave, N.W. Washington, D. C.).

También Dorothy A. Hickie (34 Isabella St., Boston 16, Mass.), Elsie L. Picón, de la Liga Femenina Internacional para la Paz y Libertad (2281 Grand Boulevard, Detroit 8, Michigan), Grace K. Sabor, delegada de la WILPF y la Women Pan American Club of Minneapolis, Minnesota (4950 Harriet Ave., Minneapolis, Minn), Annalee Stewart, Presidenta de la sección estadounidense de la Women's International League for Peace and Freedom (1734 F St N.W, Washington 6, D.C.).

Por Guatemala, Victoria Moraga Martines, delegada por la "U.M.D." (Callejón Delfino No. 11 B), María Luisa Laínez, Matilde Elena López, María del Carmen Vargas Hortencia Hernández Rojas (2a. Av. S. # 24).

De Haití asistió Alice Garontes, délégueé de la Ligue Feménine d'Action Sociale avec... (ilegible) (43 Rue Christophe, Port au Prince).

De México se acreditó Judith Horcasitas de Forgerave, del Servicio Civil de Mujeres Mexicanas (Mississippi #117-11, México, D.F.), Rosa Torres G, delegada por la Liga Internacional y People's Mandate (Querétaro 102, letra E, méxico, D. F.), profesora Emilia Loyola, representante de todas las Maestras de México, D. F. (Medellín 355, Dpto.3), Alena Sánchez Valenzuela, delegada por el Magisterio Mexicano (Filmoteca Nacional, Secretaría de Educación, Coahuila 106 - apto 9).

De Honduras, la doctora Lucila Gamero de Medina, delegada por los Comités Pro Paz y Libertad de San Pedro Sula y Tegucigalpa, Helena Leiva de Holet, delegada por las Hondureñas Exiliadas en Guatemala, y Argentina Díaz Lozano.

De Ecuador asistió Ligia Guerrero Vallejo, delegada por las Damas Protectoras del obrero (calle Santa María 362, Quito).

De Nicaragua vino Alicia Fornos Ramos, de la Mesa Redonda y Liga de Mujeres (3a. calle S.E. 4a. y 5a. Ave. Managua D. N.).

De Panamá, Gumersinda Páez (calle Victoriano Lorenzo No.21, apartado 1627).

De Uruguay, Eloísa García Etchegorken, de la alianza Uruguaya de Mujeres (Santa Lucía 4638, Montevideo).

También aparecen las firmas, como parte de la Comisión Organizadora, de Carmen de Lozada, de Bolivia (12 Welwyn Road, Great Neck, New York, y casilla 51 de La Paz, Bolivia), y Heloise Bramirs, de Estados Unidos de América (1734 F Street, N. W., Washington, D. C.); y como miembro de honor, Laura Rubio de Robles.

Las anteriores son personas que, efectivamente, se registraron de puño y letra en el documento que obra en nuestro poder y que proviene de los papeles de Elisa Hall, pero es justo establecer, además, que de puño y letra de esta última, con lápiz, aparecen otros nombres de personas que no sabemos si asistieron y no se registraron o simplementet habían anunciado su participación y, al final, no llegaron. Estas son Odilia Castro Hidalgo y Corina Rodríguez López, de Costa Rica; María Rivera Urquela, de Chile; una Malin, sin apellido, de Cuba; Adelaide Baker, Aida Donnelli, Laura Albrecht y Maria E. Gardiner, de Estados Unidos; Nela Martínez Espinoza, de Ecuador; Amalia Castillo Ledono, de México; Enriqueta de Landaela, de Venezuela; y en una sección internacional, Anita Chustbed y Margorie Elliot.

Por el texto de agradecimiento que puso la representante estadounidense de las mujeres negras sabemos que el evento duró varios días, aunque el diploma de reconocimiento, firmado por Gumersinda Páez, en su calidad de Presidenta del mencionado Congreso, por Heloise Brainerd, Secretaria General, y por Carmen Sánchez Bustamente de Lozada, no lo señala expresamente.

Desconocemos, por el momento, los tópicos de la agenda que se trató, pero es innegable que uno de los puntos más importantes para las mujeres, en esa época, especialmente las intelectuales con élla, era el tema de la igualdad frente a los varones en las urnas, en una época en que las sociedades de los diversos países del planeta evolucionaban, unos más lentos que otros, en ese bregar por el concepto de igualdad que la Revolución Francesa había, desde hacía más de 150 años, esparcido por el mundo.

Es por mujeres como las mencionadas, algunas con dificultad porque todo está escrito con la letra de cada una de ellas y a veces es difícil de leerse, que las mujeres de hoy en día dan por un hecho que tienen el derecho a votar, pero muchas veces desconocen que ha habido batallas completas, en el campo ideológico y en algunas oportunidades en el plano físico, para lograr los beneficios de que hoy disfrutan nuestras sociedades.

Elisa Hall quiso estudiar medicina pero se le negó el acceso a la Facultad. Unos años después, su pariente, Francisca Fernández Hall, 21 años menor que ella, se convertiría en la primera ingeniera graduada en Guatemala. Hoy, cualquier mujer que desee superarse no le tiene que pedir permiso a nadie para estudiar y ser profesional, pero hubo gentes que tuvieron que abrir la brecha entre la ramazón del machismo para restarle supremacía al hombre en todos los órdenes y permitirle a las damas realizarse de la mejor manera.

Falta mucho por hacer, pero que sirva este pequeño ensayo, no sólo de homenaje a esos esfuerzos extraordinarios en tiempos adversos realizados por ese grupo de mujeres, sino de simiente para que colegas estudiosos, en los países mencionados, ayuden a armar el rompecabezas de este Congreso Interamericano de Mujeres y, si alguien sabe algo más, que lo vaya sumando a manera de comentario.

EDICIÓN DEL PRESENTE ENSAYO INTRODUCIDA EL 12 DE AGOSTO DE 2,013.

Este ensayo es, junto a uno que escribí sobre Aristóteles y John Locke (31 de mayo de 2,010), uno de los más leídos de este blog.  Curiosamente, ordenando "cachivaches", encontré todo un regalo para esa multitud de personas que se han interesado por los datos históricos aquí aportados: nada menos que el DIPLOMA DE HONOR que se le otorgara, a mi abuela Elisa Hall, como miembro de la comisión organizadora del aludido Congreso Interamericano de Mujeres, el cual he escaneado, aunque de manera imperfecta porque su tamaño no lo permite.  El único dato que falta es que el mismo fue impreso en Imprenta "La República", en Guatemala.  La imagen es la siguiente: