martes, 15 de noviembre de 2011

LA IMPORTANTE RENDICIÓN DE CUENTAS. INFORME DE NUESTRA GESTIÓN ANTE EL PARLAMENTO CENTROAMERICANO

El 28 de octubre de 2011 finalizó el período para el cual fuimos electos por los ciudadanos guatemaltecos para representarlos en el Parlamento Centroamericano, aunque realmente se entregó el cargo el día 27 de octubre por otro desafortunado fallo de la Corte Centroamericana de Justicia, que preferimos no cuestionar por lo baladí, que confunde el período para el cual fuimos electos conforme al Derecho Interno de Guatemala con el Principio Procesal de que los plazos se vencen en la víspera; pero eso es harina de otro costal.

Resultamos electos, en 2003, propuestos por la alianza de tres partidos que se denominó GANA (que no hay que confundir con el posterior partido político GANA), proveniente de lo que en aquel entonces se llamó el movimiento 17-M o algo parecido, término utilizado para señalar a quienes, sin haber renunciado al Partido de Avanzada Nacional, PAN, continuábamos apoyando la candidatura a la Presidencia que Oscar Berger había ganado, en buena lid, en las elecciones internas de ese partido político, a pesar de que el Secretario General de ese entonces, Lionel López Rodas, se negó a inscribirlo como tal en el Tribunal Supremo Electoral.

El cargo como diputado fue asumido hasta finales del mes de mayo de 2008, a pesar de haber comenzado esta legislatura desde el 28 de octubre de 2006, pues en ese momento todavía teníamos la enorme carga de terminar de enderezar el Registro General de la Propiedad, luego del colapso informático que tuvo en mayo de 2003.

Al ver las cosas tan poco claras con el actual gobierno de Álvaro Colom, le presentamos la renuncia irrevocable al cargo de Registrador Sustituto de dicha Institución y procedimos a tomar posesión del cargo de elección en el foro político regional.

El Parlamento Centroamericano cumplió este año su XX aniversario. No es una institución perfecta pero sí es perfectible en la medida que, algún día, encuentre diputados dispuestos a proponer las modificaciones necesarias y una Reunión de Presidentes que, por fin, entienda que hay que efectuarle algunos cambios importantes a su marco legal para que deje de ser tan poco funcional como hasta ahora.

Su Asamblea Plenaria está conformada por diputados electos de seis países que, dicho sea de paso, conforman el foro político de más amplio espectro del mundo, pues ni la Duma rusa, ni el Congreso de los Estados Unidos, ni el Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, ni el Parlamento Británico, ni el mismísimo Parlamento Europeo, que es el que más se asemeja a nuestro foro, tienen en su seno representantes más extremistas que el Parlamento Centroamericano, en cuya Asamblea Plenaria toman la voz, algunas veces, ex Comandantes Guerrilleros, ex torturadores y ex torturados, ex militares, ex Jefes de Escuadrones de Derecha, así como radicales verdes y toda suerte de líneas de pensamiento.

En dicho foro pretendimos llevar la representación especial de aquellos ciudadanos que no suelen tener voz, y en todas y cada una de nuestras intervenciones tuvimos presente el imaginario de sus designios a la hora de depositar su voto por nosotros.

De esa cuenta, sometemos al escrutinio de la ciudadanía acuciosa no sólo las actas, que contienen a versión abreviada y formal de la discusión de los diversos puntos sometidos a su consideración, sino los diarios de debates, documentos que recogen la transcripción literal de lo que ahí sucedió, sesión por sesión.

Podemos decir, con la frente en alto, que nos retiramos con un ciento por ciento de asistencia, que no devengamos un solo centavo en viáticos ni en viajes, a pesar de que estuvimos en todas las actividades programadas en otros países, como Panamá, República Dominicana, El Salvador y el interior de Guatemala, a donde nos trasladamos, hospedamos y alimentamos con nuestros propios recursos económicos.

El tema de la disciplina para asistir a las Asambleas Plenarias y demás actividades convocadas, como las sesiones de las Comisiones Permanentes, puede pasar desapercibido para las grandes mayorías, pero a nosotros nos enorgullece haber estado presente en la totalidad de actividades, y de haberlo hecho desde la hora programada, antes de que se pasase lista por primera vez para efectos de establecer el quórum, el que normalmente se lograba conformar hasta que se pasaba lista por tercera y última vez.

Sólo hubo en este período una propuesta de viaje que los demás miembros de la Comisión Política y de Asuntos Partidarios pidió a la Junta Directiva que quien escribe asistiera: un evento de lucha en contra de la corrupción en el mundo, que se llevó finalmente a cabo en México, el cual aprobó dicha Junta Directiva pero para uno de sus miembros que ni siquiera regresó a rendir informe sobre la actividad.

La defensa de la legalidad, el orden jurídico y los principios democráticos nos llevó a demandar la nulidad de elecciones de Junta Directiva ante la Corte Centroamericana de Justicia, pues nuestra formación académica y el sentido común no nos permitió tragarnos el cuento de que los Observadores de República Dominicana tuvieran facultades de diputados electos para elegir y ser electos en un cargo de tal naturaleza.

La Corte Centroamericana de Justicia paró dándonos la razón uno o dos días antes de que la Coordinadora de Debates, Gloria Guadalupe Oquelí, entregara el cargo de Presidenta del Parlamento Centroamericano que, en forma espuria, ocupó todo ese año con el apoyo de las facciones ideológicas de izquierda, incluyendo a los magistrados sandinistas ante dicha Corte Centroamericana.

Gracias a esa demanda, República Dominicana entró en razón y procedió a elegir a sus diputados centroamericanos, como corresponde, de manera que el 28 de octubre de 2011 fue electo, por primera vez, un Presidente dominicano para dicho foro regional.

La consciencia de la representación democrática que ostentamos este tiempo nos hizo ser, probablemente, el único diputado centroamericano que, desde adentro, y cuando las cosas se pusieron verdaderamente difíciles por el peso enorme que ejercieron las mayorías sobre la ilegalidad con tal de ver cumplidos sus propósitos, que se atrevió a levantar la voz para sugerir que mejor se clausurase el Parlamento.

Por supuesto, ahora que la legalidad ha tomado de nuevo su cauce, no pretendemos insistir en el cierre de dicha Institución, pero sí sostenemos, como lo pusimos a veces por escrito y lo manifestamos de viva voz, que urge reformar su estructura, pues veinte diputados electos más el ex Presidente y el ex Vicepresidente son representaciones muy grandes y, por ende, onerosas para nuestras economías. La oposición es grande, por supuesto, bajo el argumento de que las minorías se podrían quedar sin representación, pero nosotros somos de los políticos que podemos trabajar con las minorías, pero creemos que si el electorado no les dio los votos suficientes para existir, es porque no convencieron con sus argumentos y sus estrategias y, por ende, la composición de los miembros que la conforman tiene que ser diferentes.

Fuimos criticados, con un sano sentido de la modestia también afirmamos que fuimos admirados, y morimos varias veces con las botas puestas, con argumentos pensados, bien fundamentados y muchas veces razonados en las votaciones para el beneficio de que las generaciones futuras puedan estudiar mejor los motivos que nos inspiraron.

Decir y sostener reiteradamente que ahora no se trabaja en el Parlamento Centroamericano ni la mitad de lo que se trabajaba cuando se inició la Institución no nos hizo, precisamente, de los diputados más populares, especialmente con quienes fomentan la haraganería y se llegan, como se dice, a colgar de la hamaca, pero en cuanta ocasión tuvimos para hacerlo ver, recordarlo e insistir en el tema, lo hicimos, pues consideramos que quienes nos eligieron hubiesen querido que alguien hiciera y dijera algo al respecto.

Como la estulticia va de la mano con la arrogancia y la falta de educación, la defensa de este tipo de posiciones también nos acarreó retos de otra naturaleza, como la de salir a la calle a darnos de trompadas, pero la educación que nos dieron en casa, nuestra formación dentro del arte marcial y la escala de principios y de valores que inspiraban nuestros propósitos, pudieron más que la poca estatura, en todo sentido, de quien proponía tales disparates, y no caímos en la trampa.

Parte de nuestra falta de interés en buscar la reelección es, precisamente, el sentimiento de malestar que provoca, cada vez que uno recibe el pago por sueldo y por dietas, de que no se hace lo suficiente. Algunas ideas al respecto quedaron plasmadas en el ensayo que se refiere a la decisión que, en ese sentido, tomáramos el 11 de mayo de 2,011. No es nuestra costumbre cobrar por no hacer nada o por hacer poco.

Con la sensación del deber cumplido, venimos ahora, aprovechando el espacio que nos brinda la tecnología, a escribir estas pocas líneas a manera de rendición de cuentas con el electorado, en un afán que abarca un cierre que sentimos que debemos tener todos los funcionarios electos alguna vez por el pueblo, que nos elevó a la posición que ahora hemos dejado y que siempre merece un informe final de nuestras actividades, de nuestro comportamiento, del valor que le hemos dado, o no, al mandato conferido.

No sabemos si algún día hemos de volver a representar al electorado guatemalteco en el Parlamento Centroamericano o en algún otro cargo en el que nos dé su beneplácito, pero con el agradecimiento a Dios por habernos guiado y protegido, y a quienes en su oportunidad nos beneficiaron con su preferencia en la papeleta de votación, damos por terminado el presente ciclo con este sencillo informe que, reiteramos, debiera ser ampliado algún día por investigadores en las fuentes ya indicadas.

EL CENTRO NACIONAL DE REGISTROS

De la competitividad del país y la confianza en sus autoridades depende, en gran medida, el acercamiento de las inversiones y su consecuente generación de empleo.

Para que un país compita con los demás, es indispensable que su sistema de Registros Públicos sea transparente, ágil, confiable, y produzca la certeza jurídica que todos los inversores buscan.

La captación de más impuestos no se logra tan sólo incrementando las tasas actuales, sino creando un clima general de negocios que fomente el crecimiento de la economía y la expansión de los sectores productivos.

El actual sistema de Registros, aunque informatizado en su mayoría, todavía está eminentemente centralizado, lo que no permite el acceso a los mismos sino viajando a la capital, con pocas excepciones, y disperso en diferentes instituciones, pero además está anclado, todavía, a muchas prácticas del siglo XX y hasta del siglo XIX que hacen los trámites lentos, engorrosos y caros, lo que pone al país entero en condición de desventaja, no sólo frente a sus vecinos, sino frente al resto del mundo, que es, finalmente, con quien se compite por los recursos.

Cambiar las cosas, para bien, en Guatemala, implica un cambio total de paradigmas, reformas legales y una combinación de visión con experiencia de los funcionarios que deban ocupar los cargos de Dirección en las Instituciones involucradas.

El péndulo de los políticos nefastos está por darle un respiro al país, ocasión que debe aprovecharse para sentar las bases de lo que podrá ser el sistema registral guatemalteco del siglo XXI.

Es por tales razones que nos atrevemos a proponer la conformación del Centro Nacional de Registros, que involucre:

1. Registro General de la Propiedad, RGP: encargado del registro de las propiedades muebles e inmuebles y de los derechos reales sobre las mismas;

2. Registro Mercantil General de la República: encargado del registro de las empresas comerciales, sociedades anónimas y cuestiones comerciales;

3. Registro de la Propiedad Intelectual: encargado del registro de patentes de invención, de industria, marcas, expresiones o señales de propaganda, etcétera;

4. Registro de Vehículos: que, como su nombre lo expresa, es donde se registran los
automotores, el cual no corresponde llevar a la Superintendencia de Administración Tributaria, que sólo lo lleva para efectos tributarios, y que debiera pasar al Registro General de la Propiedad, RGP, como corresponde.

5. El Registro de Información Catastral: encargado de la elaboración del Catastro Nacional de carácter multifuncional que, primordialmente, podrá sentar la base para reanudar el tracto sucesivo de muchas fincas y regularizar la tenencia y propiedad de la tierra para cientos de miles de familias que hoy no tienen un título legítimo ni pueden ser sujetos de crédito con sus garantías reales.

La propuesta de crear un Centro Nacional de Registros comienza por pasar el Registro de Vehículos al RGP (proyecto que existe pero quedó inconcluso durante el gobierno de Oscar Berger); y por pasar el Registro de la Propiedad Intelectual a ser una dependencia del Registro Mercantil, como paso previo, y dejar funcionando únicamente 3 dependencias registrales con todas las funciones de las demás, bajo la dirección y coordinación del RGP.

Simultáneamente, es fundamental comenzar a trabajar en la propuesta de reformas legales para dejar, finalmente, una sola institución fuerte, autónoma y despolitizada, el Centro Nacional de Registros, CNR que, con el tiempo, al tener vigente la reforma legal necesaria, comience a funcionar como una sola Institución al servicio de la Nación.

La dirección a cargo del RGP facilitaría el que, mientras se da la reforma legal, se comience la ubicación de lugares idóneos, la planificación y construcción de las sedes departamentales del CNR, para facilitar el acceso de toda la población a todos los servicios de registro que le son necesarios, para no tener que acudir a la capital para efectuar cada uno de esos trámites, proyecto que puede comenzar a funcionar lo más pronto posible, antes aún de la aprobación de las reformas legales.

La coordinación a cargo del RGP también facilitaría el compartir y propugnar la visión de cambio de paradigmas, normas legales obsoletas, sistemas de publicidad y demás valladares en la constitución de nuevas empresas (puesto 165 dentro de 183 economías, según el documento Doing Business 2012, Banco Mundial); la revisión integrada de procesos, el aprovechamiento de sinergias con otros actores, como bancos, en la agilidad del sistema burocrático y la capacidad de respuesta y la protección a los inversores (puesto 133 entre 183 economías, Doing Business 2012, Banco Mundial).

Todo lo anterior ayudaría a mejorar la capacidad del país por generar más y mejores empleos, por abarcar campos del conocimiento hoy vedados por la maraña de trabas que constituye la Administración, por dar un verdadero "salto de rana" (leap frogging) en las opciones de países para invertir que las revistas especializadas pongan en los escritorios de quienes toman las decisiones de venir a colocar su capital en nuevas empresas.

Guatemala lo tiene todo para ser un gran competidor en el escenario mundial. Una prueba palpable es que los gobiernos desastrosos que hemos tenido no han llevado al país a una quiebra definitiva, pero es hora de que los guatemaltecos comencemos a hacer las cosas debidamente para que, desde afuera, se nos comience a ver como una opción seria para venir a trabajar.

Quedarnos encerrados en nuestro propio entorno tratando de vender artesanías solamente, sin repensar y cambiar, para bien, los procesos de formación de nuevas empresas y los actos que le den certeza jurídica a todos es, a la larga, un lento suicidio.

Esperemos que las nuevas autoridades del país, dentro de las cuales incluímos a los diputados electos, tengan el entendimiento y la voluntad política para coadyuvar a hacer los cambios que el país necesita para despegar de manera importante y fortalecer su economía y su capacidad de generación de nuevas fuentes de trabajo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

LA IMPORTANCIA DE LA APARENTE "CALMA CHICHA" POLÍTICA

Calma Chicha es el término que, en marinería, se le da a a circunstancia de que no sople viento sobre el mar, de manera que se dificulta o se impide la navegación a vela y, por consiguiente, se cae en una situación en que no se va a ningún lado.

En política, después de un proceso electoral que ha finalizado con la escogencia de las autoridades que todavía no asumen, pero que habrán de ocupar los más altos cargos de la Administración Pública, y hasta tanto no asuman este importante papel, suele asumirse que existe algo así como una calma chicha.

Para quienes tenemos tiempo de observar estos fenómenos político sociales, no hay que confundir la ausencia de propaganda electoral, de foros y debates entre políticos y hasta programas de opinión y análisis periodístico con la verdadera importancia que este período, previo al inicio del ejercicio de poder político conquistado en las urnas, tiene.

Lo que sucede es que en estos momentos es que los futuros gobernantes (recordemos que en Guatemala la figura Vicepresidencial no es decorativa o de simple sustitución del Presidente cuando falte, como en otros países, sino un puesto con verdaderas facultades y atribuciones contempladas en la Constitución Política), ambos, están conformando su equipo de gobierno (que es uno, integrado).

De ahí deriva la importancia de lo que, desde afuera, no podemos ver. La capacidad que tengan los futuros gobernantes para integrar a dicho equipo de gobierno a las mejores personas que se pueda, para cada uno de los puestos de importancia, derivará en la confianza o falta de la misma que la ciudadanía, en general, vaya teniendo en su gestión gubernamental.

El estilo personal de implementar las medidas administrativas, las políticas de largo plazo, de establecer la relación con la parte legislativa del Estado, será de vital importancia para el desempeño futuro de las actividades de gobierno y el desarrollo del país, desde el clima de negocios, el funcionamiento de la economía, la funcionabilidad del sistema de compras y contrataciones, la disponibilidad personal para pagar impuestos, etcétera.

De nada sirve, para el bien de un país, que gane la contienda política el mejor candidato y que no se tenga la capacidad de convocar un buen equipo para hacer gobierno.

Es en estos momentos en donde la sola evocación de la patria debiera pesar al momento de escoger, para un puesto, al mejor ciudadano o al tenaz colaborador de campaña, a la mejor profesional o al financista de otros tiempos, a la persona con la debida experiencia o al amigo, familiar o compadre.

Es más, el ejercicio de gobierno siempre se finaliza calificando por la prensa, por la opinión pública generada a través del paso del tiempo, y no es sino a través de las acciones de las personas que hoy están escogiendo que las autoridades electas podrán actuar en el futuro.

Terminamos por esperar que el gobierno que se instalará el próximo 14 de enero de 2012 no sea menos que lo mejor que nuestro país pueda dar, dentro de su intelectualidad, para sacar adelante una situación que, precisamente por haber estado en las manos equivocadas estos últimos años, es verdaderamente caótica y necesita ingenio, valentía, honradez y perseverancia para revertirla y sacarla adelante.

viernes, 11 de noviembre de 2011

LA POLÍTICA CENTROAMERICANA, ENTRE EL ASCO Y LA TRANSPARENCIA

Acaba de haber sendos procesos políticos en Centroamérica: uno en Guatemala y otro en Nicaragua; procesos que culminan con la elección de nuevas autoridades y que, dependiendo del curso del mismo, les otorga, o no, legitimidad.

En el caso de Guatemala, el proceso estuvo viciado, en un principio, por la pretensión ilegal de la ex Primera Dama de optar a la Presidencia de la República, a pesar de una prohibición de carácter constitucional. También permaneció viciado porque la candidatura de un Ministro Culto, que también tiene vedada la participación conforme a la normativa constitucional, fue finalmente avalada por un fallo dividido y más cuestionado de la Corte de Constitucionalidad.

Sin embargo, a final de cuentas, nosotros apreciamos que una fortaleza del proceso es que las Instituciones demostraron independencia, no se dejaron manipular del todo (con lo que esta sutileza implica) y los vicios de la principal ilegalidad no se permitieron; pero la gran debilidad continúa siendo la pobreza del electorado, que engendra dependencia, y la ignorancia (que requiere un análisis más profundo que hoy no haremos), pues a quienes vimos el desenvolvimiento de los escenarios imparcialmente, nos causó tremendo asco que uno de los candidatos le apostara, precisamente, a esa ignorancia y a esa dependencia de la gente, que en muchos casos puede protestar porque la conquista se hizo con espejitos, pero muchos fueron atraídos como palomillas al rededor de un foco encendido en la noche detrás de ofrecimientos sin fin. ¡Pobre Guatemala mientras no se eduque debidamente a las nuevas generaciones de jóvenes que vienen creciendo, pues tarde o temprano el país caerá en manos de estos oportunistas!

Ahora, lo verdaderamente despreciable y que produce asco hasta la náusea, es el totalmente viciado proceso político electoral de Nicaragua, en donde hemos venido denunciando lo que sucedió desde las elecciones anteriores, los atropellos a la oposición, las ilegalidades, los ríos de petrodólares de Hugo Chávez en manos de Daniel Ortega y no como apoyo al país y a los nicaragüenses.

No es mucho lo que se escucha o se lee, ahora, de la Organización de Estados Americanos, OEA, y su comparsa mayor, José Miguel Insulza, que se reeligió en el puesto de Secretario Genera de dicha Organización gracias a los votos que, con el dinero de los venezolanos, lidera el mismo Hugo Chávez (pues Fidel Castro ya no tiene el dinero que le proveía la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, ni la energía).

El mismo Centro Carter está obnubilado, y todo parece encaminarse a una aceptación tibia de la farsa electoral que el sandinismo nicaragüense y el orteguismo han montado para todos.

La pasividad de las organizaciones multilaterales, la aquiescencia de los países "democráticos" que están prestos a defender a un violador de la Constitución, como Manuel Zelaya Rosales, pero se hacen de la vista gorda ante las reiteradas violaciones éticas, morales y legales de Daniel Ortega y su grupo de secuaces, mientras son acallados por los ruidosos y vociferantes comparsas de la izquierda de nuevo cuño que ha encontrado cómo mimetizarse de comandantes de la montaña a líderes "democráticos", apesta, da pena.

Mientras en Guatemala asumirá un Presidente Constitucional porque hubo un esfuerzo de muchísimas personas de bien por mantener la institucionalidad del país, y el proceso político culminó de manera transparente, en Nicaragua se apresta a asumir, con las manos manchadas de todo tipo de fluidos apestosos, el segundo dictador con más larga trayectoria en la historia contemporánea de América Latina, y todo con el acompañamiento del silencio o de las voces débiles de quienes se llenan la boca y dan el pecho frente a otro tipo de circunstancias, pero le hacen la reverencia a quien maneja, por lo menos, 550 millones de dólares anuales, en forma personal, que Hugo Chávez, al frente de los intereses venezolanos, le pasa directamente a Daniel Ortega Saavedra.

Por lo pronto, estas pocas pero firmes líneas para dejar establecido que no todos caemos en el engaño o en la compra de voluntades. Habemos gente que se fija, que se da cuenta y entiende el sufrir de muchos nicaragüenses, cuyo esfuerzo personal por salvar la democracia en su país no fue suficiente en esta oportunidad. Desde ya elevamos nuestros pensamientos hacia ellos y les manifestamos que no están solos en esa lucha que debe continuar por que Nicaragua se encauce, finalmente, en el sendero de la democracia bien entendida.

En ese orden de ideas podemos augurar un cambio positivo en Guatemala, en donde saldremos del peor gobierno de la historia republicana para pasar a uno que todavía no sabemos cómo será, pero que podemos y debemos apoyar por el bien del país, con la clara intención de que sea lo mejor que se pueda. Ojalá se logre.

Para Nicaragua sólo podemos pensar que las cosas no sólo seguirán igual de malas, sino la alerta que hemos dado desde este espacio, relativa a la posibilidad de que se dé una nueva guerra civil, la renovamos.

En la década de 1970 vimo cómo el pueblo nicaragüense se levantó en armas para quitarse de encima a Anastasio Somoza, el dictador del momento, y nada diferente vemos ahora que el supuesto libertador se ha convertido, a su vez, en el tirano de turno. El pueblo nicaragüense podría estar a punto de volverse a levantar en armas, pues la luz del tunel que provee un proceso electoral sano, y una derrota transparente en las urnas, no se han dado.

En uno u otro caso, sólo esperemos que Dios nos acompañe.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA DEFINICIÓN POLÍTICA. UN ASPECTO IMPORTANTE FRENTE A LA CIUDADANÍA.

Nos parece un error táctico en la carrera de cualquier político, mal definirse o indefinirse ante un evento en donde toda la ciudadanía está convocada para elegir Presidente de un país. El caso reviste mayor importancia, todavía, en el caso de Guatemala, pues el Vicepresidente, a quien también elegiremos este próximo domingo 6 de noviembre de 2,011, no es un personaje secundario esperando la falta del primero para ocupar su lugar, sino un funcionario con atribuciones y facultades otorgadas, constitucionalmente, que revisten de mayor responsabilidad la escogencia que cada uno de nosotros, los electores, hagamos de las dos personas que habrán de ocupar dichos puestos.

De los dos candidatos en contienda (pues se trata, esta, de una segunda ronda electoral), uno viene usufructuando, por lo menos propagandísticamente, el apoyo, dicen, de trece partidos políticos. ¡Allá ellos!

Desde nuestra particular perspectiva, nos parece que lo que han logrado que la población votante perciba es un saco donde han metido toda clase de alimañas de las que nos han venido explotando y exfoliando durante los últimos años y decenios, tanto desde el gobierno central como desde el Congreso de la República y desde algunas alcaldías.

Otra cosa sería, presentimos, si la propuesta del candidato, Manuel Baldizón, fuese congruente, coherente y, por añadidura, creíble, pero no lo es; la percepción que se tiene de sus discursos y anuncios es la de un personaje populista, bien preparado académicamente pero para manipular la verdad introduciéndole trozos de veracidad a sus falacias, dispuesto a decir lo que el auditorio quiera escuchar porque el ansia de poder es más grande y sabe que necesita votos para ostentarlo y ejercerlo, pues el apoyo a una propuesta seria y cargada de sentido común puede justificarse, pero lo que hoy entendemos de estos apoyos son acomodamientos, negociaciones obscuras, tomas y dacas con tal de mantener, sí, mantener el poder que vienen ejerciendo desde que el peor gobernante de la historia, Álvaro Colom, llegó a la Primera Magistratura de la Nación.

Por eso nosotros, conscientes de que un mal gobierno eventual de Otto Pérez Molina pudiese achacársenos en el futuro, aunque no lo conocemos ni tenemos vínculo alguno con su partido político, por el bien de Guatemala y por la mayor certeza que brinda sobre el futuro de nuestros hijos, nos inclinamos por apoyar su candidatura.

Las payasadas, los argumentos demagógicos y la apuesta que se hace a la ignorancia de los votantes, son argumentos suficientemente convincentes para no apoyar a un candidato; pero el futuro del país, en juego en estos momentos, requiere que todo ciudadano y ciudadana pensante, en capacidad de ejercer su derecho al voto, lo haga en contra de las promesas falsas que tanta decepción han dejado, de los contubernios que han desangrado al país en su gente y en sus arcas, de las sucias alternativas a candidaturas ilegales cuando las Instituciones les han puesto freno, del desprecio por la legalidad, por la honradez y por todos los principios y valores que nuestros abuelos y abuelas nos contaban de gobernantes del pasado.

¿Cuál es el patrio ardimiento, el altar de la patria, el ara que no debiera profanarse que menciona nuestro bello himno nacional? Pues ese sitial, por encima de todo, que la mayoría de políticos que nos han venido gobernando parecen no entender a pesar de cantar el mismo miles de veces, repitiendo como loros, y que nosotros, los votantes, estamos en posibilidad de defender de la candidatura más abiertamente contraria a la razón y a la verdad.

¡Que no nos cuenten que fueron nuestros padres quienes lucharon un día! ¡Salgamos, nosotros, a procurar brindarle al país las condiciones de estabilidad que se requieren para que venga y haya inversión, generación de más puestos de trabajo y crecimiento de nuestra precaria economía!

Votaremos el domingo que viene por Otto Pérez Molina, a pesar de desconocer qué tipo de gobierno hará, porque tiene mayor capacidad de convocar a la mejor gente para acompañarlo en las tareas que le podrían corresponder si así lo decide la mayoría de la población. A contrario sensu, Manuel Baldizón ya no está en capacidad de convocar a nadie más, pues hasta donde vemos y sabemos, lo tienen totalmente copado la mayoría de funcionarios corruptos del actual gobierno y otros del pasado, y así, la certeza de saber hacia dónde podría inclinarse un eventual gobierno por él encabezado, es alarmante, frustrante y preocupante.

Otro argumento que podemos exponer a favor de la decisión que hemos tomado es la configuración de fuerzas del próximo Congreso de la República, en donde una bancada tan débil de diputados, como la que sacó el partido político de Manuel Baldizón, y los prematuros rompimientos en las filas de sus allegados políticos, sólo pueden vaticinar negociaciones turbias, compras asquerosas de voluntades, menos debate político y mayores niveles de corrupción; es decir, Otto Pérez Molina tiene mayores posibilidades de convencer para conseguir apoyos a sus propuestas en el Organismo Legislativo, sin necesidad de sobornos.

Así las cosas, esperemos dos cosas: que Manuel Baldizón NO acceda la Presidencia de la República y que Otto Pérez Molina haga un gobierno de gente decente.