lunes, 23 de junio de 2014

DOS CONCEPCIONES DISTINTAS: LA BRÚJULA DE ESTADOS UNIDOS, EL GPS DE EUROPA.

     Las sociedades ricas del planeta, por el momento, o viven en Estados Unidos de América, EUA, o viven en Europa.  El resto de sociedades vivimos en países que buscan la riqueza, el bienestar de sus habitantes, su industrialización, pero se debaten en esa búsqueda por su desarrollo entre la pobreza, las enfermedades y la desigualdad, especialmente, cuando no es entre la vida y la muerte.

     Luego, que no extrañe que todos esos seres que vivimos, no en el primer mundo ni en el segundo sino en el tercero, que gracias a la penetración de la televisión y el cable podemos ver cómo se vive en otros lados, aspiremos a tener una oportunidad de "hacerla" en esta vida y que, como primer paso para lograrlo, hagamos hasta lo imposible por situarnos en donde están, precisamente, esas oportunidades.

     La avalancha de migrantes que buscan mejorar sus ingresos es inmensa, y está siendo agravada, a nivel mundial, por los conflictos armados en algunos países, por el crimen organizado que presiona, extorsiona y mata por todos lados, en otros, y por la enorme pobreza, rayando en miseria, de la mayoría.

     La nueva versión de esa ola migrante, con el peso que le da la ruta que emprenden miles de jóvenes y niños hacia el norte (el de América, el de África como medio para llegar a Europa), hace que recapitulemos sobre algunos conceptos y notas que hemos conocido y compartido con anterioridad (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/08/de-la-cooperacion-intergubernamental-la.html) y, a la luz de estos nuevos hechos, los pongamos en contexto con la visión equivocada, según nuestro criterio, que tiene EUA sobre lo que está sucediendo y la manera de contrarrestarlo.

     Las causas de que tanto niño y tanto joven emigre a EUA son múltiples, tan diversas y se han manifestado abundantemente, de manera que, como no es sobre lo que deseamos hacer énfasis, no las abordaremos.  Sólo dejaremos asentada nuestra admiración por la valentía que muchos muchachitos, a tan corta edad, sin distinción de género, han manifestado para realizar una proeza de tal naturaleza.

     Esas causas nos parece que las autoridades de EUA las conocen y las entienden, pero el enfoque mediante el cual quieren frenar este fenómeno social está condenado a un rotundo fracaso y, lo que es peor, a agravarlo hasta convertirlo en un problema de inmensas proporciones que, en el futuro, será más difícil manejar para ellos mismos.

     ¿Cómo se les ocurre mandar al vicepresidente como portavoz de todo un imperio con un mensaje tan pobre como el "no vengan porque no se les admitirá"? Ni siquiera el ofrecimiento de pingües US$40.0 millones, para cinco años, parece provenir con seriedad. 

     Europa tuvo enormes desafíos, muy parecidos a lo que sucede ahora entre las dos Américas, la de la riqueza y la de la pobreza; y entre Europa y el norte de África, cuando la "Cortina de Hierro" que separaba la Europa industrializada de la Europa del este, hasta entonces comunista, densamente poblada con las grandes masas viviendo en la pobreza; pero lejos de blindar sus fronteras ante una avalancha humana que no iba a poder contener, invirtió enormes sumas de dinero y llevó tecnología a unas comunidades que, hoy, no necesitan movilizarse a otros países, por lo menos con tanta presión, porque tienen oportunidades de desarrollarse y buenas plazas de trabajo en los lugares donde nacieron.

     Es decir, mientras Europa ha navegado por problemas similares con el GPS del desarrollo que no solamente le marca el rumbo sino le señala los escollos que hay que ir salvando, EUA cree que con su milenaria brújula y el amurallamiento de sus fronteras le será suficiente para contener la férrea voluntad de comunidades enteras que buscan un bienestar que, si no lo encuentran en su entorno natural, lo encontrarán de alguna otra manera.

     ¿No les es suficiente motivo para entender la determinación de nuestros pueblos el hecho de que tengan ya, bajo custodia, varias decenas de miles de niños? ¿Es que no se dan cuenta que es muy probable que sus instituciones sólo sean capaces de capturar un pequeñísimo porcentaje de esos millares de niños y jóvenes que ya están en su territorio? ¿Y los que están por emprender esa dura jornada? 

     El mundo ha cambiado tanto estas dos últimas generaciones, que el país con el ejército más grande y más fuertemente financiado del mundo difícilmente puede salir triunfal de un país en donde interviene militarmente.  Los hechos hablan por sí solos.

     De igual manera, los fenómenos sociales del siglo XXI no es posible contenerlos con una orden dictada desde Washington o desde cualquier otro centro de poder del mundo.  Los líderes políticos del mundo occidental (o cualquier otro) no son autoridad para las comunidades pobres que anhelan un mejor porvenir.

     Desde que la información acerca de cómo vivimos los más afortunados se ha democratizado, los seres humanos más pobres y más vulnerables del planeta sueñan, aspiran a tener y, al final, muchos de ellos se atreven a poner en práctica algún plan para convertir esos sueños en realidad.

     Es el hombre, el ser humano, quien se ha encargado de institucionalizar las fronteras.  Las migraciones siempre se han dado y la gran mayoría de ellas, cuando no han sido invasiones violentas, se han dado por la aspiración de ese ser humano por mejorar sus condiciones de vida.

     Los pobres del mundo tienen derecho a soñar y a hacer lo que sea por sobrevivir.  Los políticos de otras latitudes poco entenderán que, a veces, esa partida es cuestión de vivir o morir cuando ya no se tiene recurso alguno al cuál echar mano.  

     Son los políticos del mundo industrializado quienes tienen que apagar sus calefacciones o sus aires acondicionados, usar la misma ropa por más de un mes, rebajar su ingesta calórica al mínimo y olvidarse sus vehículos, de su chequera y tarjeta de crédito por un tiempo para ponerse en los zapatos de quienes están arriesgando su vida y su integridad física y hasta sexual por tener la oportunidad de un empleo digno.  Pueden hacer una prueba de dos días haciéndose los sordos cuando sus propios hijos les piden de comer.

     Son los políticos del mundo industrializado quienes tienen la oportunidad de disponer de mayores partidas para el desarrollo en lugar de armamento, de movilizaciones militares o de fronteras fortificadas y vigiladas por hombres armados.  

     Ni siquiera han sido capaces de comprender que en nuestras culturas, como en sociedades de otras latitudes, los niños y jóvenes están acostumbrados a trabajar; ésa es su manera de aprender un oficio y de integrarse al mundo productivo del adulto, pero hasta esas oportunidades le han vedado a nuestras juventudes, y en su paranoia de que todo puede ser explotación infantil, que también la hay, los niños y jóvenes de los centros urbanos no tienen ocupación, no tienen ingresos, no tienen nada como no sea el afán de búsqueda y de mejora, que eso nadie se los puede quitar.

     Europa, con su GPS en desarrollo, les ha puesto la muestra a los EUA.  Si este último país dispensara tan sólo un 10% de lo que en un mes se gasta en hacer la guerra, en toda Centroamérica podrían apoyarse innumerables proyectos sostenibles que elevaran el desarrollo.  Lo que han hecho con México a través del Tratado de Libre Comercio, TLC, es lo que deben hacer con Centroamérica.  

     En su falta de comprensión del problema, los líderes políticos estadounidenses operan en contra de sí mismos.  La aprobación del Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico (el TPP, por sus siglas en inglés), sin la inclusión de los países centroamericanos, por ejemplo, solamente agravará la situación de los habitantes porque le restará oportunidades de desarrollar empleos a la región en favor de otros países, y esto solamente incrementará el flujo migrante de adultos, de jóvenes y niños hacia el norte.

     Mientras privilegien gastos en portaaviones, envíos de tropas o cualquier otra cosa que se les ocurra, y no entiendan las consideraciones humanas que hay detrás de esa marea humana, podrán invertir en fortificarse que no detendrán el ingenio de los seres humanos para estar donde están las oportunidades dignas.

     Los grandes problemas migratorios de EUA, con todo y los grandes problemas de violencia en México, no son de origen mexicano, pues su industrialización está, poco a poco, generando las oportunidades de trabajo honrado que antes debían salir a buscar al norte.  Es como si el TLC hubiese empujado la frontera Norte-Sur del Río Grande al Río Suchiate.

     ¡Eso es lo que EUA tiene que hacer con Centroamérica! Nos tienen que dejar de ver como una amenaza y dejar de criminalizar a los migrantes, niños y jóvenes incluidos, y ver a nuestros países como otra oportunidad de crecer y de hacernos más fuertes, todos; es decir, ellos y nosotros.

     Esos US$.40.0 millones de "ayuda" los agradecemos, aunque sepamos de antemano que no servirán de nada, especialmente si la mayoría de ese dinero se va, de año en año, en consultorías o sueldos pagados a personal estadounidense, como suele suceder.  Sin embargo, a nuestros ojos no es más que una dádiva, algo así como una limosna que el poderoso da para tener tranquila su conciencia, aunque en el fondo sabe que no está cambiando nada y que no ha dado suficiente.

     EUA debe cambiar su brújula que solamente señala hacia dónde debe ir, por magnetismo, por un GPS que le señale que el camino al desarrollo no es lineal, que a veces hay que virar a la izquierda, otras a la derecha; a veces acelerar y a veces ir con mucha precaución, pero avanzando en el camino real de levantar el nivel de vida de la gente por donde se pasa.

     Ante nuestros ojos y según nuestra experiencia, es la única salida viable para desarticular este problema.

lunes, 16 de junio de 2014

LOS EXPERIMENTOS POLÍTICOS EN GUATEMALA Y LA CLAUDICACIÓN DE LA SAT

     Los políticos guatemaltecos, con lo malos administradores que hemos demostrado ser, tendemos a experimentar nuevas opciones en un afán por mejorar la eficiencia institucional frente a los electores.

     Uno de esos experimentos se dio al final de la última década del siglo XX al crearse la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, con las ideas bien intencionadas de despolitizar al ente recaudador de impuestos y, bajo una presión internacional que no ha cejado, la de subir la tasa impositiva.

     Ninguna de las dos cosas ha sucedido.  El Directorio de la SAT, lejos de ser un ente técnico, se ha politizado y convertido en comparsa de los ministros o gobernantes de turno, y la tasa impositiva, especialmente con la última reforma a la ley, lejos de mejorar, empeoró, lo cual no ha sido impedimento para que la Junta Monetaria y el Congreso de la República sigan apoyando que se endeude más al país, lo cual sí es una consecuencia del fracaso de la primera.

     No bastan las polémicas entre la SAT y el Ministerio de Finanzas, que antes de que se diese esta dicotomía no existían. Ahora, con la pretensión de contratar una empresa extranjera para que cobre nuestros impuestos, pagándole un dineral por hacer un trabajo en donde la SAT ha claudicado, las razones para pensar que ese experimento no funcionó, son muy grandes y poderosas.

     Con las declaraciones vertidas hace poco con la otra polémica surgida del alquiler, por varios millones de dólares, de unos pisos de un edificio para esta entidad, nos enteramos que tiene poco más de cuatro mil empleados.  ¿No son suficientes para cobrar unos impuestos a una ciudadanía cansada de ver el despilfarro que se da en medio de esta danza de millones?

     Para ponerlo más claro: ahora hay que repensar lo que en este espacio hemos comentado como la fragmentación del poder.  ¿Se justifica que haya Ministerio de Finanzas y SAT de manera simultánea? Si el directorio de especialistas de la SAT ya claudicó, ¿no será mejor pensar en clausurar la SAT y fortalecer y modernizar al Ministerio de Finanzas?