miércoles, 30 de abril de 2014

EL EJEMPLO DEL TOMATE Y EL ENFOQUE EXPORTADOR

     La noticia de los últimos días es la caída del precio de la caja de tomate por debajo del costo de producción, lo que ocasiona pérdidas a toda la cadena de intermediarios pero, especialmente, a los productores.

     En el año 1995, haciendo campaña política por las montañas de Alta Verapaz, los productores de tomate que se salvaron del "tizón", la enfermedad que acaba con los tomatales, produjeron coincidiendo con una de estas caídas de precios, y 6 de ellos, del área de Tactic, ingirieron herbicida, prefiriendo suicidarse ante la perspectiva de no poder, con la cosecha, cubrir sus deudas.

     Ahora, casi 20 años después, en su desesperación, los tomateros hacen ver que, quienes tienen la culpa de la caída de los precios, son quienes, aprovechando las nuevas técnicas de cultivo en invernadero, siembran a destiempo, produciendo no solamente más cantidad de tomate sino en una época inapropiada para mantener los precios altos.

     Desde nuestro punto de vista, la solución que plantean los tomateros, de que únicamente se siembre en el tiempo y la cantidad necesaria para cubrir la demanda y mantener los precios, no es la correcta.

     Nosotros preferiríamos ver a todos los sectores productivos duplicando la cantidad de vegetales, de frutas, de maderas, de leche, de carne, de lo que sea.  Las posibilidades productivas del país no deben enfocarse ni hacia el consumo interno con exclusividad ni con la idea de mantener los precios elevados, sino en irle añadiendo, aunque sea poco a poco, algún valor añadido y, especialmente, haciéndose énfasis en mejorar la oferta exportable del país.

     El Estado (y con esto decimos el Gobierno) debiera estar en condiciones de facilitar el que haya polos de desarrollo industrial conforme a las necesidades de los diversos sectores productivos.

     En el caso del tomate que nos sirve de ejemplo, bien podrían instalarse plantas procesadoras y enlatadoras; los productores dejarían de producir un producto que, sin procesar, es altamente perecedero, y el país estaría en posibilidades de mejorar su oferta exportable no solamente en tomates cocidos enteros, sino en deshidratados, salsas con diferentes sazones, sin picante, con picante, y presentaciones para hogares, a través de las grandes cadenas de supermercados de los países industrializados, sino en presentaciones industriales diseñadas para cadenas de restaurantes, de cruceros, de hoteles, etc.

     Por supuesto que, en un principio, seguramente nos llenaríamos de latas y costaría comenzar a vender, pero los guatemaltecos somos personas ingeniosas y entendemos y producimos calidad, de modo que poco sería el tiempo en que nuestra capacidad de producir tomate tendría que verse incrementada, duplicada o centuplicada para cubrir la demanda de los grandes consumidores.

     Es más, es seguro que, a partir de que Guatemala se convierta en una potencia exportadora de tomate, se nos van a acercar grandes compradores para ver de llevarse el fruto, también, en fresco, y chiles pimientos, y morrones, y jalapeños, y culantro, y perejil, y un largo etcétera.

     El problema es que muchas veces estamos enfocados en lo local, con una visión de aldea, cuando hace tiempo que debiéramos tener la de conquistar el mundo con nuestros excelentes productos.

     Dios nos dio una porción de tierra maravillosa y un gran ingenio.  Es cuestión de que compartamos esta visión y nos pongamos manos a la obra.  Los respetables tomateros no tienen por qué seguir sufriendo si se armara, con una amplia visión, el "cluster del tomate".

     Y lo mismo podemos decir de los productores de madera o de cualquier otro fruto de nuestra tierra. 

lunes, 28 de abril de 2014

LA FALTA DE TRANSPARENCIA TIENE CULPA COMPARTIDA

     La falta de transparencia suele achacársele únicamente a algún político de turno, pero gran parte de la responsabilidad recae, también, en los electores.

     Hay indicios claros de que un candidato, al obtener el favor del elector, será más o menos transparente. 

     De un candidato que haya baleado y matado a varias personas en una borrachera, en un país vecino, no es mucho lo que pudiera esperarse a nivel de principios.

     Igual se puede decir de quien llega al proceso de elección en libertad bajo fianza, sujeto a un proceso por lavado de fondos en otra institución del Estado.

     ¿Y qué se puede decir del candidato que, ante el descubrimiento de que la empresa que se quedó con más de ochenta millones de quetzales del Congreso de la República le pagó con un cheque lo que podría interpretarse como una comisión, se lava las manos diciendo que era el desembolso de un préstamo?

     Cuando un candidato ha recorrido varios partidos políticos buscando "hueso", ¿es bueno o malo lo que deba esperarse de su gestión, si es votado?

    Los electores, pues, tienen gran responsabilidad en haber llevado a ocupar puestos importantes a candidatos que daban señales de lo que iban a llegar a hacer.  De ahí que, estando a tiempo de enterarse y de ver quién es quién, que sirvan las letras de este ensayo para estimular a la gran masa de ciudadanos que, en su bondad o ingenuidad, depositan su confianza en los candidatos que los llegan a buscar y a pedirles el voto.

     La ciudadanía electora deben estar consciente del papel que juega y de la importancia de no darle el voto ni a los payasos, ni a los farsantes, ni a las personas que los llegan a buscar pero tienen un pasado deshonroso o poco claro.

     La educación cívica ciudadana es fundamental para que mejore la transparencia de nuestras autoridades.

     Ojalá, algún día, podamos decir que la ciudadanía responsable comparte los créditos de un buen gobierno porque supo escoger bien. 

LA GRANADERA, LA MÚSICA DE MARIMBA Y EL CULTO A LA PERSONALIDAD

     Dicen que "La Granadera", la marcha que tradicionalmente ha sido utilizada cuando ingresa a un recinto el pabellón nacional o el presidente de la República, fue un regalo que España le hizo a Guatemala.  Su autor permanece anónimo, y nos atrevemos a pensar que ese regalo tuvo que hacerse en el primer tercio del siglo XIX, pues dicha composición musical sirvió de himno de las Provincias Unidas del Centro de América y, al irse disolviendo poco a poco la Federación, los diferentes Estados siguieron utilizándola hasta que, de alguna manera, quedó enraizada a los actos protocolarios del estado de Guatemala, como quedó indicado al principio.

     El resto de países de Centroamérica lo consideraban, hasta hace poco, el Himno a Centroamérica, y en actos oficiales del Parlamento Centroamericano fue imponiéndose, poco a poco, el que compusieran para esos fines el autor musical Rafael Castillo y el poeta Rafael Arévalo Martínez.

     Hay dos excepciones a la utilización de "La Granadera" en actos oficiales guatemaltecos: una donde reinó la improvisación, en el acto de juramentación del presidente Ramiro de Leon Carpio, en que no tenían a mano una grabación ni de esta ni del Himno de Guatemala, por lo cual este último fue interpretado a capella.  La otra, deliberada, durante el gobierno de Álvaro Colom, en que se sustituyó la misma por la pieza "El Rey Quiché", del autor Jesús Castillo, nos parece.

     Nuestra experiencia viendo, oyendo y viviendo actos protocolarios es que, tanto la primera pieza como la segunda, fomentan el culto a la personalidad de los mandatarios, un lastre harto pesado del que debieran desprenderse nuestras autoridades. Si el gobierno de Álvaro Colom hubiese optado por cualquier otra pieza de nuestro repertorio vernáculo musical, podríamos pensar otra cosa, pero haber escogido un tema en donde la marimba es secundaria pues la melodía es de una flauta, con un referente a una de las realezas que hubo en nuestro territorio, solamente nos inclina a afirmar que lo hizo por el título, porque se sentía un rey o, por lo menos, aristocrático frente a los demás escuchas, sus súbditos en el supuesto imaginario.

     Los signos de los tiempos cambian, y en ese sentido debiera preservarse "La Granadera" para el ingreso, en solitario, de nuestro pabellón nacional, pues la pieza aludida es bella, apropiada para proporcionarle un marco de grandeza como corresponde a un símbolo patrio, mas no a una autoridad terrenal.

     El ingreso del presidente a algún acto debiera ser acompañado por una de tantas de nuestras bellas piezas de marimba, que simbolice el amor de sus hijos por la tierra que los vio nacer y la manera alegre que tienen los súbditos de esta gran nación para festejar la vida, por infortunadas que sean, en determinado momento, las circunstancias que se atraviesan.

     El repertorio nacional alcanza para que se use una pieza distinta cada semana, durante los cuatro años de mandato que tiene un Presidente de la República, sin repetir una pieza.

     Lo interesante de esta propuesta, aunque es a todas luces de forma, está en el fondo: debemos dejar atrás ese culto nefasto a la personalidad que tiende a envilecer el comportamiento de quien es tratado de esta manera.  Las autoridades son temporales y son nacidas del voto popular, no de la aristocracia.  

     Con cada pieza distinta de marimba que se use para enmarcar la llegada del mandatario a cualquier acto se engalana una actividad y se recuerda a todo el mundo que el acto es para beneficio de la comunidad, de la sociedad, y no una oportunidad para inflar el ego y contribuir a deformar el temperamento y a generar esa prepotencia que ha enfermado tanto a ediles y mandatarios.

     No encontramos algo mejor que la música de la marimba guatemalteca para hacer, de un acto oficial nuestro, ante todo, un acto cívico; de un acto presidido por una persona, un acto de los ciudadanos; de un acto donde se discuten cuestiones serias concernientes al buen gobierno, una fiesta para los electores y un culto a la ciudadanía y a su participación en los asuntos que son de todos, y no al revés.

viernes, 25 de abril de 2014

EL VERDADERO PARADIGMA POLÍTICO QUE ESTÁ POR ROMPERSE

     Ayer, mientras nos conducíamos a la oficina, escuchábamos, como siempre, las noticias y los comentarios de opinión, cuando el locutor de la radio repitió lo que, a su vez, el día anterior, había dicho un analista político.

     Este último señalaba, según se indicó, que la experiencia guatemalteca dicta que el candidato que más dinero "invierte" (las comillas son nuestras) en la campaña política, tiene más probabilidades de ganar la Presidencia de la República y, de paso, llevarse la mayor cantidad de diputados y de alcaldes.

     También hay un refrán popular que indica que "Tanto va el cántaro al agua, que se para rompiendo", y lo que nosotros vemos en el actual acontecer político es que los aspirantes a la Presidencia de la República, en su desesperación por acceder al poder y con una fuente de recursos económicos que parece inagotable y que da muchísimo en qué pensar, han exasperado de tal manera al ciudadano común y corriente (que, finalmente, es el votante), que estamos a punto de ver cómo la ecuación se revierte, y el voto en contra o de castigo será proporcional a la cantidad de dinero invertido, a la falta de respeto que demuestren por las leyes y por la Naturaleza, cuyos elementos han comenzado a destrozar con sus pintas, y a la capacidad que tenga de demostrar la falta de respeto, también, que tienen por la inteligencia de los votantes.

     Si está de moda el tema de andar "Rompiendo Paradigmas", la población tiene y tendrá el suficiente tiempo para organizarse y, verdaderamente, rompérselos.

     Guatemala está madura para apoyar candidatos respetuosos, experimentados, con principios sanos y gran sentido común, así como también lo está para reconocer a los payasos y oportunistas que la quieren gobernar, precisamente para no dejarlos.

lunes, 14 de abril de 2014

EL PODER JUVENIL FRENTE A SU NACIÓN

     La juventud de todos los países tiende a ser la menos consciente de la importancia que tiene, para la calidad de vida del conjunto de la sociedad, su participación política.

     Los políticos tradicionales, tradicionalmente malos y consistentemente nefastos para el desarrollo de los países, le apuestan a la indiferencia de la juventud para tomar el poder y, ya aferrados a él, continuar devastando instituciones, presupuestos y aspiraciones por tener, todos, un mejor país.

     ¡Despierta, juventud! Los procesos políticos no son equiparables a un partido de fútbol que se espera porque se sabe cuándo es, para observarlo desde lejos.  Esa actitud puede afectarnos todo un período presidencial más, como ha sido en el pasado.

     Es ahora que tu nación te necesita.  ¡Y ese ahora tiene carácter permanente!  Si la patria se abandona no navegará a la deriva en un océano de santa paz, sino caerá en las garras de quienes hoy aspiran a depredarla.  Con tan sólo ver de quiénes son las pintas de piedras, rótulos, puentes, barandas y árboles en la carretera se pueden identificar.

     No puede uno quejarse a medio camino si, cuando ha habido oportunidad, no se aprovecha para tratar de encausar el rumbo de quienes pretenden gobernarnos, por desidia, por pereza, por lo que sea.

     Una juventud comprometida con las cosas públicas de su país seguramente tendrá un más provechoso porvenir.

     El poder de la juventud organizada es su voto, y lo ha venido desperdiciando, pero hoy está a tiempo de cambiar las cosas, dándole la espalda a los mentirosos y farsantes y apoyando opciones políticas más serias.

     Además, se requiere la formación de un gran semillero para tener los candidatos y los funcionarios serios del mañana.  La participación de la juventud, por donde se vea, es ganadora.

     Volvemos a insistir: ¡¡Despierta, juventud!!

viernes, 11 de abril de 2014

LOS CICLOS DE LA CONSTRUCCIÓN Y LA INFLUENCIA DE LOS MANDATARIOS

     Recién encontramos un artículo interesante denominado "Ciclo de la Construcción", en la edición número 192 de la revista Construcción de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (http://issuu.com/construcciongt/docs/construccion_192/1?e=4025114/6032253), escrito por el ingeniero Fernando Charles, que incluye un cuadro que presenta, gráficamente, el ciclo constructivo entre los años 1990 a 2013, el cual merece, aunque lo hace de alguna manera el autor, algún análisis bajo el enfoque de la visión política, especialmente porque consideramos que faltan algunos elementos y que algunos conceptos son equivocados.

     La gráfica a la que nos referimos refleja casi exactamente el péndulo pernicioso que tanto daño le ha hecho al desarrollo del país, ese que le permite tener un gobierno que trabaja relativamente bien, seguido de otro de características desastrosas, cosa que en nada tiene que ver con las consideraciones ideológicas de los partidos que han llevado a estos presidentes desastrosos, para la gestión pública, al poder, como lo hace ver el autor.

     No dudamos que alguna influencia tengan la mayor eficiencia en el proceso productivo, la mayor disposición de recursos productivos o la introducción de mejoras tecnológicas en el sector, como ahí se menciona, pero es evidente que el peso del perfil personal de quien ocupa temporalmente la Presidencia de la República y de la visión que éste tenga para con el impulso de la infraestructura del país, es definitivamente enorme.

     Un claro ejemplo de esta aseveración es la gestión de uno de los presidentes que abarca ese período, que fue nefasto para la estabilidad política del país, pues provocó un golpe a los otros Organismos del Estado, el denominado "autogolpe", pero por su condición de ingeniero civil le dio un buen impulso a la generación de obra pública al inicio de su corto gobierno, reflejándose ambas circunstancias en la gráfica aludida.

     El tema de la gran crisis financiera y económica que envolvió al mundo hace poco más de 5 años no le afectó significativamente a Guatemala.  Algunas ideas al respecto se pueden leer en el ensayo que publicara el 22 de enero de 2010 (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/01/la-burbuja-inmobiliaria-la-crisis.html); pero el estilo personal de desgobernar del presidente de turno, durante ese período, acabó con la tendencia del ciclo, entrampó la administración pública y ese reflejo es evidente en la ya mencionada gráfica.  La influencia del Presidente Álvaro Colom para destruir la economía del país, afectando directamente a todos los sectores, incluido el de la construcción, es posiblemente mayor que su falta de capacidad para generar e impulsar obra pública, muestra de ello es el famoso paso a desnivel de la Carretera a El Salvador, frente a Santa Rosalía, donde no sólo inflaron los costos sino cambiaron diseños a su antojo (el proyecto era hacer el paso por abajo, como los demás ya existentes), le recortaron casi 150 metros dejando, finalmente, una trampa para los automovilistas, se tardaron poco más de 3 años en construirlo y, a los pocos meses, ya se estaba quebrando por la pésima calidad de concreto que utilizaron.

     La ilusión de que el ciclo constructivo dura en fase de expansión un tiempo y decrece en otro es una ficción provocada por los buenos o malos presidentes que llegan, en el mismo periodo de estudio, a hacer un buen o mal gobierno para efectos de generar obra y no gastarse los recursos en banalidades.  El ciclo constructivo podría ser menos tormentoso para quienes participan del sector, y para la ciudadanía en general, si los electores estuviesen más conscientes de los principios fundamentales, valores morales, visión de país y capacidad de trabajo de quienes se presentan para ocupar el cargo, y al poner con su voto un presidente capaz y de ideas claras, tener una leve fase de recuperación y una larga fase sostenida de expansión en la medida que el relevo presidencial no sea una catástrofe sino un nuevo y renovado impulso.

     Casi todo puede ser reflejado en esa gráfica.  Por ejemplo, la enorme inyección de recursos públicos después del Huracán Mitch, a fines de 1998 y en 1999, suceso natural que coincide con el gobierno que más se ha esmerado en llevar obra gris al interior del país.  O el desorden institucional del gobierno de Alfonso Portillo en cuanto a su administración (que incluye a sus cuadros de dirigentes, comenzando por la Vicepresidencia, que solía contradecir instrucciones presidenciales abiertamente), y la gráfica representa a ese sector constructivo montado en la ola del gobierno anterior, cayéndose en la medida que, también, salía la mayor cantidad de campesinos del país, en calidad de migrantes, ante las malas condiciones económicas que hubo durante ese período.

     Se refleja el nuevo impulso que se le da al sector en el gobierno de Oscar Berger, que en un inicio, con la administración pública colapsada y la situación económica y fiscal en verdadera crisis, se nos olvida que dio en llamársele "un gobierno de transición", pues estaban tan mal las cosas que se pensaba que esos cuatro años servirían únicamente para poner las cosas en orden nuevamente.

     En conclusión, este sector es importante, no sólo por lo que le aporta al Producto Interno Bruto, PIB, por la creación de infraestructura que todos necesitamos para vivir, para mejorar esas condiciones de vida y para generar riqueza, por la gran cantidad de empleo relativamente estable y bien pagado que puede ofrecer, pero más importante es poner una cabeza sana al frente de la nación.

jueves, 10 de abril de 2014

LE TOMAMOS LA PALABRA A BALDIZÓN

     La desfachatez parece no tener límites.  Ni la del pobre aspirante a presidir Guatemala, Manuel Baldizón, con sus afanes de engañar al pueblo que desea gobernar, más enterado de lo que él supone y querría y, ahora, con el aval que, tanto la Facultad de Derecho como el Consejo Superior Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala le dan a su tésis doctoral, la cual, según investigaciones del mismo público en general, contiene más del 50% de material copiado literalmente de la internet (llegará el día en que la Real Academia acepte que ese término no debe ir en mayúscula).

     En Guatemala, a los personajes que exudan desfachatez se les llama "cuerudos", que significa que tienen el cuero bien grueso, que nada les cala, y la sensibilidad de Baldizón ante la ciudadanía que pretende gobernar es totalmente nula, lo cual da lugar a aplicarle este calificativo.  Sus declaraciones a la prensa, al respecto de lo que señalamos en el primer párrafo, que es noticia desde ayer, de que le satisface, "que era lo esperado por un trabajo original e inédito", lo confirman.

     En donde le tomamos la palabra a este pobre personaje (pobreza de principios, de ética personal, de valores morales, pero no de cuestionados recursos económicos) es en la solicitud que ha venido haciendo para tender una cortina de humo frente a lo que algunos denominan errores garrafales, que no lo son: ¡son mañas!, acerca de discutir los problemas que afectan a los guatemaltecos, y comenzaremos por discutir el que, a nuestro parecer, es el más importante de todos, afecta al conjunto de la sociedad y, de entrada, lo descalifica para gobernar una nación de gente que, en su mayoría, es trabajadora y honrada, no vividora, delincuente y patética como algunos de sus malos hijos.

     El primer problema al que nos referimos es el de la honradez de los gobernantes.  Apenas el martes 8 de abril de 2014, el titular de Prensa Libre reportaba 3,329 quejas por ilícitos en el Estado, y aunque haya una Fiscalía contra la Corrupción en el Ministerio Público y se mande construir una cárcel especial para los funcionarios corruptos, en Guatemala nunca habrá desarrollo ni llegarán las oportunidades para los más necesitados si la cabeza del Organismo Ejecutivo está podrida.

     ¿De qué nos sirve que constantemente se suban los impuestos, desincentivando las inversiones en nuevas fuentes de trabajo que mantienen a la juventud sin posibilidades de emplearse (Prensa Libre de hoy, página 37), si todo el dinero que ingresa se va en negocios sucios de altos funcionarios?

     ¿De qué le sirve al ciudadano de a pie que la deuda del país cada día sea mayor y los recursos que ingresan a través de impuestos se vean cada vez más comprometidos para darle servicio a dicha deuda, si es secreto a voces que alrededor del 40% de todo el dinero que se mueve en supuesta inversión va a parar a los bolsillos de mandatarios, ministros, directores, diputados y hasta funcionarios menores?

     Guatemala necesita no sólo cambios estructurales, sino en muchos otros sentidos, y uno de ellos, que por lo que se ve se está dando, es la toma de conciencia de la ciudadanía acerca de la calidad moral de quienes aspiran a gobernar la nación.  Guatemala tendrá, cada día que pasa, más votantes conscientes.

     En ese orden de ideas, señor Baldizón (disculpe que no le acredite título alguno), Ud. no solamente está descalificado para gobernar el país sino para discutir, con la seriedad que amerita, cualquier tema que tenga que ver con la agenda política del país.

     Si otros presidentes nos han avergonzado en el pasado, sólo es de imaginarnos, con su historial de mentiras y falsedades, lo que podría esperarle a Guatemala con un gobernante de tal calaña.

miércoles, 9 de abril de 2014

LA FRAGMENTACIÓN DEL PODER EN EL TRANSCURSO DEL TIEMPO

     Empezamos a tener noción de la actividad política y social del país desde que, siendo trasladados al colegio donde cursábamos párvulos, jugábamos trocitos y en el arenero, resultamos metidos en medio de una manifestación estudiantil violenta en contra del entonces Presidente de la República, Miguel Ydígoras Fuentes, aunque éramos demasiado jóvenes como para recordar su gobierno.

     Sin embargo, sí tenemos la suficiente edad como para recordar el desempeño de los gobiernos, desde el de Julio César Méndez Montenegro, hasta el actual, que son 12 Presidentes y un Jefe de Estado (aunque se haya auto proclamado Presidente), bajo el amparo de dos diferentes Constituciones de la República, la de 1965 y la de 1985.

     Hemos notado que casi siempre tiende a analizarse algún asunto en un momento dado, estáticamente, pero nuestra tendencia, durante años, ha sido la de tratar de ver la dinámica de las cosas, es decir, de dónde vienen, cómo han estado en determinado momento, en qué están en el momento de estudio y, lo que es más interesante, tratar de predecir, conforme a la tendencia que vemos, hacia dónde nos llevará en el futuro o qué podemos esperar, para prever o para promover los cambios necesarios para que las cosas vayan por el rumbo que deseamos.

     En el tema del ejercicio del poder, lo que hemos visualizado durante estas décadas observando y, últimamente, analizando, es una fragmentación del mismo.

     La separación de poderes que alguna vez inspirara Montesquieu en un libro publicado en Ginebra a mediados del siglo XVIII, El Espíritu de las Leyes (y que luego desarrollaran innumerables autores), dio el fundamento filosófico para que, al estallar la Revolución Francesa, en 1789, comenzase a tener aplicación práctica.

     La influencia de esas ideas en la América Hispana fue inmensa, y también comenzaron a tener aplicación a raíz de los procesos de independencia y la conformación de las nuevas repúblicas americanas con sus característicos tres organismos.

     Sin embargo, el peso del presidencialismo durante más de siglo y medio de vida independiente dio margen a que, poco a poco, comenzase un proceso de "desmantelamiento", por decirlo de alguna manera, de ese inmenso poder que llegaron a tener presidentes de antaño.

     No hablamos de un simple proceso de descentralización o de desconcentración, que suelen verse desde el ámbito puramente administrativo, sino de cortarle posibilidades de ejercicio de poder real al Organismo Ejecutivo, especialmente.

     Con el advenimiento de la nueva Constitución Política de la República de Guatemala promulgada en 1985, este proceso se acentúa: para que ya no haya más fraudes electorales como el que provocó el Golpe de Estado del 23 de marzo de 1982 y se crea un ente autónomo a cargo de dichos procesos, el Tribunal Supremo Electoral, TSE; para que no haya influencia del Presidente de la República en el tema de la persecución penal, se crea el Ministerio Público, MP, como un ente autónomo donde el poder del primero, en teoría, se limita al nombramiento del Fiscal General y Jefe del mismo.

     Otra manera de frenar la discrecionalidad del Presidente fue la creación del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural, en donde el primero sigue teniendo gran peso, pero tiene que hacerse acompañar en la toma de decisiones por los demás miembros del mismo.

     La creación de la Corte de Constitucionalidad no la vemos como un acto deliberado para limitar el ejercicio del poder del mandatario, pero en la práctica sí ha salvado al país de algunas ilegalidades que alguno de los ex Presidentes han tratado de cometer en su ejercicio, como el intento de anular al Congreso de la República y a la Corte Suprema de Justicia por el ingeniero Jorge Serrano Elías, en 1993.

     Tampoco creemos que sea el caso de la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH, como tampoco lo fue, en un principio (posteriormente, en 1998), la creación de la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, pero de hecho, esta última sí ha venido a limitar la capacidad presidencial de ejercer poder, y una muestra de ello es el pulso que, recientemente, se llevó a cabo entre Ministro de Finanzas y Superintendente, donde los dos fueron perdedores, el segundo por verse obligado a renunciar originalmente, el primero por tener que hacerlo después al demostrarse, mediante números reales, que el superintendente siempre había tenido la razón.

     No escapa a este análisis el caso de las Universidades del país, que en un sano intento por despolitizar procesos de elección a cargos importantes o las mismas instituciones, las involucraron, de manera que unos y otras no se despolitizaron, pero sí convirtieron a la academia en nuevos campos del ejercicio político, lo cual, estimamos, no le trajo un beneficio concreto al país.  Dentro de estos cambios se vieron especialmente afectadas las Facultades de Derecho, al grado que es conocido que algunas Universidades crearos su Facultad solamente por tener derecho de participar en algo que, indudablemente, han de ver como un rico pastel.

     Emitir más juicios de valor con respecto a lo positivo o negativo de lo que ha sucedido con la limitación del ejercicio del poder y a su proceso de fragmentación, es difícil y requeriría análisis menos superficiales que el presente, pero baste ver la trampa en la que se ha convertido la posibilidad de llevar obra a donde se requiere, en el interior del país, para darnos cuenta que el proceso de desconcentración de poder merece, al menos, que se revise.

     Dwight Eisenhower, el general que luchó y ganó durante la Segunda Guerra Mundial, quien después fue Presidente de Estados Unidos de 1953 a 1961, todavía es recordado porque fue capaz de hacer la mayoría de la red de autopistas de ese enorme país en 4 años.  Si no hubiese tenido la capacidad de ejercer poder, es seguro que no lo habría podido hacer.  Estamos hablando de una obra monumental de decenas de miles de kilómetros de carreteras de varios carriles de ancho, lo que le permite hoy a Estados Unidos, con todo y que tiene un inmenso territorio, a que todo centro productivo tenga acceso de autopista a no más de 3 millas de distancia (menos de 5 kilómetros).

     Lo que sucede, en todo caso, es que la fragmentación del poder, en teoría, parece ser algo que todos debiéramos apoyar, pero como todo en la vida, ocasiona consecuencias, y a veces es bueno saber que la gran pobreza, la extrema pobreza que no suele vivirse por los ciudadanos de los centros urbanos, está detrás de la loma que nos produce bienestar porque en un paseo vemos un bello paisaje, y que ese gran sector de población espera respuestas rápidas, oportunas, muchas veces para sobrevivir en este planeta, y la tendencia de la toma de decisiones en cuerpos colegiados es a discutirlas mucho, a posponerlas sin que en esto haya realmente malicia, y si terminan los períodos de nombramiento, a que lleguen otras personas, sus relevos, a enterarse de lo que pasa y que la decisión de fondo para poner manos a la obra su vuelva a retardar o nunca se tome, por mucho que el presidente insista.

     Los presidentes, muchas veces, han tenido la culpa de esta tendencia a fragmentar, porque han abusado del poder que se les ha confiado, pero así como ponemos el ejemplo de este ex presidente estadounidense, vemos con idealismo puro que a Guatemala ha de llegar un presidente cuyo ejercicio de poder sea sano y cuyas decisiones sean en favor de los más necesitados, con sensación de urgencia, pues no se trata sólo de generaciones de guatemaltecos que pierden la oportunidad de educarse o de capacitarse para triunfar en la vida; muchas veces son decisiones que pueden salvar vidas de niños, de mujeres, de ancianos.

     El poder de los líderes tribales de hace miles de años, como el de los de las primeras Ciudades-Estado de Grecia o de las primeras Repúblicas ahí o en la península itálica, se hizo para ejercerlo, y normalmente fue efectivamente ejercido conforme a su respectiva época y en beneficio de los representados.  Nuestros líderes fallaron muchas veces en el camino.  ¡Pero habrá de venir un mandatario con un renovado estilo, con principios y valores, que demuestre lo contrario!




EL CÍRCULO VICIOSO DE LA CONSTRUCCIÓN DE OBRA PÚBLICA Y ALGUNOS DE SUS EFECTOS

     Todos los días solemos recibir una nueva noticia relacionada con la corrupción que pulula alrededor de las compras del Estado y de la asignación o reparto de contratos para la construcción de obra pública.  Al respecto ya nos hemos pronunciado acerca de lo imperativo de revisar y cambiar los procedimientos para compra y contratación de obra pública.

     Lo que sucede es que todo el sistema es perverso y, el primer efecto que esto causa, es que ahuyenta a los proveedores y a los constructores honrados, dejando el campo libre para que todo suceda.

     Licitaciones amañadas mediante condiciones o características puestas ad-hoc por funcionarios obscuros para que gane el amigo, el compadre o el asociado, con tiempos imposibles de cumplir, con retrasos en los pagos pero con obligación de facturar, con persecuciones de la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, por el pago de impuestos de dinero que no ha ingresado y hasta por los sistemas de registro de esas deudas en la contabilidad de quien se atreve a participar, con las consecuentes multas que se convierten en parte del "costo" de la obra o del producto suministrado; con las por todos sabidas "mordidas, coimas o comisiones" para que adjudiquen, para que firmen los contratos, para que llegue el supervisor y firme algún otro papel que es condición para un trámite posterior, con la pesada carga de terminar totalmente una obra con el solo anticipo del 50%; para que paguen..... ¡Todo es un asco!

     ¿Quién se aprovecha de todo esto? ¡Exacto! (asumimos la rapidez mental de los lectores).  ¿Quiénes pierden de todo esto? La ciudadanía honrada que no recibe la obra o producto contratado; que si lo recibe es en menor cantidad porque el dinero no da para más, y lo poco que recibe es de pésima calidad, porque las ganancias de quien participa, que siempre tendría que haberlas, se dan a base de elevar los precios y de bajar la calidad de lo entregado.

     Este círculo es evidentemente vicioso y es de las primeras cosas que debieran cambiarse en Guatemala.  ¡Seguir así es estar eternamente condenados al subdesarrollo y a la desesperanza!

viernes, 4 de abril de 2014

EL ESPACIO QUE LE DAN A LAS NOTICIAS

     Casi siempre leemos el suplemento Mundo Económico de Prensa Libre, pues es de nuestro interés estar lo mejor informados del acontecer que tiene que ver con esta actividad.

     En página 39 de dicho medio escrito, del 31 de marzo de 2014, a página completa aparece un reportaje sobre la estandarización que, de las cuentas bancarias, se hará a partir del próximo mes de julio, en que cada cuenta tendrá, ahora, 28 infernales dígitos.

     Nadie ha dicho el caos que esto será, pero solamente de imaginárnoslo entendemos que nadie, a partir de julio, se sabrá de memoria un solo número de cuenta.  Tan sólo llenar una boleta sin equivocaciones para hacer un simple depósito será una proeza.  Los mismos banqueros dicen que este cambio no lo solicitaron y lo ven como que "en teoría es una buena idea, pero que en la práctica es superflua".  Dicha "genialidad" proviene, según indica la nota periodística, del "Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos", http://www.cemla.org/acerca.html, el cual, dentro de sus funciones, no tiene la de ordenar este tipo de cambios.  En fin, otra institución cargada de consultores con los pies y las ideas en la Luna.  A ver qué dicen las oficinas encargadas de la competitividad en cada uno de los países de Centroamérica, donde entendemos que será el campo experimental para implementar esta "fumada" para el resto de países de América Latina.

     Pero hoy, en un rinconcito de la misma página 39, bajo el título de "Autorizan ampliación", en cuatro parrafitos nos enteran que el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado fue ampliado por el Ministerio de Finanzas Públicas en un millardo y quinientos millones de quetzales (Q.1,500,000,000.00), de los cuales un millardo (Q.1,000,000,000.00) va para el Ministerio de Educación y quinientos millones (Q500,000,000.00) para el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

     Ni un centavo de esta ampliación presupuestaria va para inversión alguna.  Todo va para cubrir compromisos salariales.  Esto quiere decir que esa montaña de dinero no servirá para comprar ni una sola aspirina, ni un solo cuaderno de los más sencillos, y si el Presupuesto acaba de ser aprobado y esto se trata de una ampliación, asumimos que los sueldos de ambos Ministerios estuvieron contemplados en la aprobación originaria de aquél, y que esta ampliación presupuestaria servirá únicamente para cubrir aumentos de sueldos.

     En todo caso, con una recaudación en crecimiento pero insuficiente para cubrir tanto programa, y con un déficit fiscal en aumento, este último tema debiera estar en el ojo de la opinión pública.  Muchísimo más que las tachas de quienes fueron aspirantes a integrar el Tribunal Supremo Electoral, TSE, o a ocupar el puesto de Fiscal General, pues de todos modos es el Presidente de la República quien tiene la responsabilidad de ese nombramiento.

     Nos parece que ni siquiera la prensa cae en cuenta la magnitud del impacto de estas dos notas, la primera a la que no se le ha dado seguimiento, la segunda que apenas fue cubierta en un rincón de la página, pero que contribuirá a un mayor déficit y, por ende, a un mayor endeudamiento del país.