jueves, 20 de junio de 2024

COMUNICACIÓN DE 30 DE SEPTIEMBRE DE 2010 A LA COMISIÓN POLÍTICA DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO

Pocas veces se tiene acceso al trabajo parlamentario. Acá una pequeña muestra que, después de algunos años, que quede para la historia. No todos los que llegamos al Parlamento Centroamericano nos llegamos a colgar de la hamaca.


"Estimados colegas miembros de la Comisión Política y de Asuntos Partidarios:
 
Desde que me volví a incorporar al Parlamento Centroamericano, en mayo de 2008, he tenido el afán de proponer, constructivamente, dentro de la Comisión, aspectos que ayuden a ordenar el trabajo, a hacernos más eficientes y, especialmente, a hacerlo con la anticipación debida para que tengamos el suficiente tiempo para pensar, analizar las ideas y llegar a los mejores acuerdos consensuados que sea posible.
 
Fue después de la XVII Conferencia de Partidos Políticos, celebrada en 2008 en Panamá, que inmediatamente después de la misma propuse algunos temas para la siguiente Conferencia, la XVIII, que organizamos y llevamos a cabo el año pasado en Santo Domingo, República Dominicana, y de la misma manera fue con la última, la XIX, llevada a cabo hace apenas poco más de un mes en San Salvador.
 
Dentro de ese orden de ideas he venido pensando que la nueva legislación anti-migrante, primero en Europa y luego en Arizona, esta última, más radical, que ya ha contaminado a otros Estados de la Unión Americana, unido con la falta de equiparación para los migrantes guatemaltecos de un Estatuto de Protección Temporal que ya tienen hondureños, salvadoreños y haitianos en Estados Unidos, y últimamente los asesinatos de migrantes en territorio mexicano, que pone en evidencia algo que sabemos de hace tiempo, las aventuras arriesgadas que se corren nuestros connacionales en el trayecto de búsqueda de una vida mejor a la que nuestros países, pobres, les pueden brindar, me hace pensar que el tema de la XX Conferencia de Partidos Políticos de Centroamérica y República Dominicana, debiera girar alrededor del tema migrante y su problemática.
 
El azote que la Naturaleza ha causado este año en nuestra región me hace presagiar que, para cuando se dé la mencionada Conferencia, la magnitud del flujo de migrantes hacia Estados Unidos se habrá incrementado tremendamente, ya que es un hecho que la devastación de nuestros territorios sólo ha venido a incrementar la pobreza y la pobreza extrema, pero no sólo a nivel de índices, de números fríos, sino en el frío de la noche en las montañas, sin luz, mojados y, probablemente, sin nada en el estómago para calmar el hambre.
 
Los gobiernos de nuestros países difícilmente tendrán la capacidad, el mejor de ellos, de atender debidamente a estas grandes masas de población pobre, ahora más desposeída que nunca, que requieren alimentación, medicinas, vivienda, trabajo, educación y apoyo moral, entre otras cosas.
 
Inclusive, me atrevo a visualizar, dentro del marco de la Conferencia, un cambio de dinámica que nos acerque, como políticos, a esa población, y en lugar de permanecer en el salón de un hotel escuchando alguna conferencia magistral o discutiendo, podamos invitar a senadores y diputados mexicanos a reunirse con nosotros, en ciudad Tecún Umán, para emitir en conjunto una Declaración que, obviamente, tendríamos este año para trabajar junto con ellos, rompiendo el patrón que hemos llevado estos últimos 19 años.
 
Por otro lado, viene la elección de Junta Directiva y de Presidentes de Comisiones Permanentes.  Lamento que la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano haya desoído mi sugerencia de romper el esquema, que no tiene sustento legal sino se trata de un simple acuerdo, ni siquiera de los actuales diputados sino, entiendo, de la diputación anterior, de otorgar la Presidencia de las Comisiones, en forma rotativa, por país.
 
En la práctica hemos visto que no siempre recae una Presidencia necesariamente en la persona más idónea, pero por tratarse algunas veces de la única persona del país al cual le toca, simplemente se le nombra, provocándose un decaimiento en la calidad del trabajo de las mismas.
 
Ahora que, discutiendo y aprobando el nuevo Reglamento Interno, se creó una decimo tercera Comisión Permanente y se rompió ese equilibrio entre países que siempre, por alguna razón que nunca he entendido, tanto se cuidó, era el momento de dar un salto de calidad, romper el acuerdo y proceder a nombrar a quien los miembros de la Comisión de que se trate consideren que lo puede hacer mejor, pero lastimosamente, como digo, no fue del interés de la Asamblea Plenaria.
 
El período que  viene le toca la Presidencia de la Comisión Política, por turno, a Guatemala, razón por la cual aprovecho para proponer, si así lo tienen a bien, que elijamos como Presidente de la misma al diputado Rodolfo Dougherty.
 
Finalizo la presente cuando se tienen noticias que el Presidente de Ecuador, Rafael Correo, después de una balacera que duró más de media hora, entre policías y militares, ha salido del hospital en donde lo tenían retenido.  Ojalá que las cosas no pasen a más, que no haya más Golpes de Estado y que la democracia salga fortalecida, situación en donde es evidente que también tienen que ayudar los mismos gobernantes, no abusando del poder que tienen sobre los gobernados y respetando, especialmente, el marco constitucional y legal dentro del cual todos debemos vivir en armonía.
 
Con un atento saludo,
 
Ricardo Flores Asturias"

sábado, 27 de abril de 2024

DE CICLOS AGRÍCOLAS Y ECONÓMICOS, DE LAS DISTORSIONES Y LOS CONSUMIDORES

Guatemala es un vergel. Según el Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales, MARN, contamos con 8 regiones climáticas y 360 microclimas. La temporada de las preciadas lluvias no es igual en todos lados, es decir, en el Norte (Alta Verapaz,  parte de Quiché y Huehuetenango, Petén, Izabal), tienen una temporada que abarca meses distintos de los que suele llover en la Costa Sur (suele, por los fenómenos de La Niña, el Niño, etcétera).

En todo el país se siembra maíz y frijol, pero tales siembras y sus consecuentes cosechas se dan, también, en tiempos distintos. Eso es muy bueno porque: 1) los consumidores guatemaltecos siempre disponen de maíz y frijol fresco y no hay necesidad de almacenamientos largos que arruinan el producto y lo encarecen; 2) los precios mantienen sus fluctuaciones normales, pero debido a que nunca hay una escasez pronunciada, ni una sobreoferta de producto, esas fluctuaciones lo hacen dentro de rangos aceptables para todos; 3) durante muchos años la oferta de maíz y de frijol ha estado en manos de cientos de miles de pequeños productores, de modo que su acaparamiento, para fines de encarecer y enriquecerse inmoralmente, es de lo más difícil y no ha sucedido en décadas; 4) aún cuando la gran mayoría de productores de maíz y frijol lo hacen por satisfacer sus necesidades alimentarias, el autoconsumo, es el excedente de muchas familias, de las más pobres del país, el que surte el mercado, pero también constituye un exiguo ingreso para miles de familias que carecen de otro tipo de oportunidades en sus lugares de origen; y, 5) aun cuando el incremento del precio de los fertilizantes y aperos de labranza ha sido muy marcado desde la pandemia, y precios de otros productos como el trigo se han incrementado en el mercado mundial debido a los efectos de la pandemia de Covid 19 desde 2020 y a la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, los consumidores guatemaltecos hemos gozado de relativa estabilidad en los precios del maíz y del frijol debido, primordialmente, al esfuerzo de un campesinado casi olvidado de todos, incluidas las autoridades.

Por otro lado, en la economía de los países también hay ciclos; hay épocas de vacas flacas y épocas de vacas gordas. Todavía hace unas cuatro décadas, en los años 1970, cuando el precio del café en el mercado internacional caía (la siembra de algodón ya casi había terminado y la de cardamomo era incipiente), la economía entera del país sufría las consecuencias: se ralentizaba y hasta se paralizaba el sector de la construcción, se desplomaban las ventas de vehículos, de viviendas, se retrasaban los proyectos mientras el ingreso de los dólares del café no estuviese asegurado. Hasta las carteras de los bancos se cerraban a la espera del cambio en el ciclo del precio cafetero pues la caña y la industria de la caña no solo no era lo suficientemente grande como para provocar esa derrama, sino la concentración en unas pocas familias lo hacía poco factible.

Luego, con el paso de los años, el país se comenzó a diversificar, y surgieron la maquila de todo lo que es textil (que no interesa acá porque no es agrícola) y la exportación de productos no tradicionales, especialmente frutas, vegetales y flores. ¡La dependencia del  café había terminado y las nuevas generaciones ya nunca vieron paralizarse la economía!

Cuando se detenía la economía mucha gente se quedaba sin trabajo, como albañiles, pilotos, ayudantes, vendedores. Hasta los bufetes de abogados sufrían porque muchas escrituras que documentaban los contratos, las compraventas, los préstamos bancarios, se posponían o se cancelaban. Con la exportación de arveja china, de pascuas, de tillandsias, de troncos de izote, de rosas, de pacayas, de mangos, de mora (hasta que los gringos se inventaron el cuento de la cyclospora), los minivegetales, y luego una gran diversificación de productos que incluyen tamales, salsas de chiltepe y un enorme etcétera, la economía de Guatemala se fue estabilizando.

Todo esto comenzó antes del enorme flujo de migrantes hacia Estados Unidos de América y otros países y su consecuente chorro de remesas, las que no solo han venido a democratizar el ingreso, especialmente en los departamentos más olvidados del interior del país, sino le han dado al país otro nivel de estabilidad, hasta en la tasa de cambio de nuestra moneda.

Es decir, queda demostrado que el sector agrícola del país es de suma importancia si queremos entender la estabilidad de precios de que gozamos los consumidores, al tener todos nuestros mercados bien abastecidos, así como las cantidades de moneda dura que ingresan al salir para venderse a los mercados extranjeros.

Escribimos estas líneas porque hay noticias de que el gobierno piensa autorizar la importación de frijol negro, libre de impuestos, por lo que aprovechamos para exponer nuestras ideas al respecto:

1) La noticia cayó en frío, sin una sola queja de escasez, sin una fluctuación impagable de precios, lo que hace pensar que no se está tratando de aliviar una situación de emergencia en la que la población se quedaría sin alimento.

2) El ingreso de una cantidad todavía no especificada de frijol vendrá a agregarse a la oferta local, lo que podría tirar el precio por debajo del costo de producción de los campesinos que a eso se dedican.

3) Desconocemos el origen y el año de producción del frijol que pretenden importar, lo que trae a colación una experiencia que tuvimos en 1980 en que llevábamos juicios de cobro de un banco del sistema y se embargó un lote de frijol, el cual, después de los trámites del juzgado, estaba tan viejo, que ni las enlatadoras de frijoles volteados, que cuentan con procesos industriales, lo quisieron. El frijol puede verse igual, pero estar como piedra debido al tiempo transcurrido.

4) Una sobreoferta de frijol bajará los precios del mismo, beneficiando en algo, temporalmente, a los consumidores, pero eso será como el alegrón del burro, pues el mensaje que recibirán quienes todos los años siembran, madrugan para atender sus siembras y nos proveen, es que no vale la pena tanto esfuerzo; entonces, el año entrante serán menos agricultores los que se arriesguen (la agricultura es un riesgo enorme, el comercio casi no lo es) y, consecuentemente, la oferta de frijol será menor y la dependencia de frijol importado será mayor y hasta real, lo que ahora no es, hasta llegar el momento en que el mercado del frijol ya no estará en manos de miles de productores ofreciendo su producto sino en las de uno o dos, o tres importadores que estarán en la capacidad de acaparar, de cartelizarse y de poner el precio que quieran; entonces, el consumidor que hoy se puede alegrar de que baje artificialmente el precio del frijol, tendrá que pagar el precio que los comerciantes privilegiados quieran, y no habrá otra manera que caer firmes con el precio o abstenerse de adquirir el producto.

5) Recordemos que en nuestro país no hay subsidio alguno para los agricultores ni para el sector agroindustrial, en general; en cambio, en otros países, los precios de algunos productos están distorsionados porque el Estado brinda subsidios importantes a quienes producen. Eso, en términos reales, es una competencia desleal que existe desde hace muchos años. No sabemos qué componente del frijol que se importe podría estar subsidiado, agudizando la competencia desleal contra el agricultor nacional. Recordemos: matar la agricultura nacional es depender, para siempre, de agricultores de otros países y pagar alimentos no solo más caros sino en moneda dura, más fletes, seguros, comisiones de intermediarios, y un largo etcétera.

6) La seguridad alimentaria de un país es primordial, y los gobernantes, lejos de dañarla, la deben proteger como un tesoro y estimularla. El negocio de los amigos, para hoy, puede ser la ruina de decenas de miles de familias productoras, para siempre.

Ojalá que el presente ensayo ayude a comprender que productores agrícolas y consumidores caminamos de la mano dentro de una economía. Mientras más libre la economía y menos distorsiones deliberadas, menos sufrimiento para unos y para otros. Ojalá, también, que se trabajara en mejorar las condiciones de producción del campo. El bienestar de quienes producen carne, leche, papas, verduras, frutas, granos, pollos o lo que sea, y surten nuestros mercados y supermercados, es el bienestar de todos los que se benefician de una economía que se mueve y prospera con las altas y bajas regulares de todos los mercados.

Una distorsión de origen burocrático puede provocar una crisis. 

Se llenan la boca diciendo que la gente se va porque no hay oportunidades, pero le están clavando la daga en el corazón, desde el despacho presidencial, a la Guatemala profunda, donde se siembra el frijol, el maíz y todo lo que va con la milpa.