lunes, 1 de enero de 2018

SENTANDO LAS BASES DE UNA BUENA PLANIFICACIÓN

Comienza otro año y, con él, un nuevo ciclo de propósitos, de planes, de metas, de expectativas... Somos la única especie del planeta que cuenta las vueltas que este le da al sol, y los únicos, quizás, que visualizamos el futuro y calculamos cómo alcanzar determinados objetivos en la vida.

Casi la totalidad de seres humanos planifica para sí o para su entorno familiar. Otros pocos, porque les pagan, lo hacen para las empresas que les dan sustento económico; de ahí los planes operativos anuales (POA), los presupuestos, las programaciones de pedidos, etcétera.

Poquísimos, casi nadie, visualizan esa preparación previa para actuar, en su plano mental, desde el punto de vista de la patria. Es en este segmento pequeñísimo en el cual nos incluimos.

Con una buena preparación académica, con una ya larga experiencia política que incluye puestos de relativa importancia dentro de la Administración Pública y con un gran amor por el país, el período que terminó con el año que se fue, 2017, que realmente arrancó desde las protestas de abril de 2015 (la etapa de la caída en desgracia de la vicepresidenta y, después del mismísimo presidente), que pasa, desde agosto de 2016 en que se comienzan a enfatizar cambios constitucionales equivocados por el sesgo político, promocionados por los entes y personas también equivocadas, y toda la convulsión que ha habido, en planos políticos, económicos, laborales, etcétera, en 2017, que nos han servido de una especie de diagnóstico, nos posicionan como para visualizar el futuro, en 2018, desde el punto de vista de los cambios que el país necesita para salir a flote.

La #PrimaveraChapina que hemos venido proponiendo desde 2015, que tenía buenas bases pero no fue bien liderada por el actual gobernante, sigue pendiente. Las condiciones para una verdadera revolución sin balas están dadas.

La ciudadanía no sólo espera sino exige cambios contundentes en la manera como se han venido haciendo las cosas. Los cambios lo abarcan casi todo, pues es casi la totalidad de la administración la que está mal enfocada y, en poquísimas excepciones, casi nunca ha tomado en cuenta al usuario final, quien es el que paga las consecuencias de todo lo malo que se planifica, aprueba y hace a nivel de diputados, autoridades gubernamentales, oficinas descentralizadas y hasta tribunales.

2018 es el año de poner en orden todas esas ideas de cambio, pues 2019 será el año de tomar al toro por los cuernos y sentar las bases de poder para tener la capacidad de darle impulso a ese proceso revolucionario que le urge a la patria.

Por el momento, la invitación abierta para toda la ciudadanía responsable, con alguna capacidad académica o experiencia valiosa para que, a su vez, hagan lo mismo. La patria debe ser rescatada de esa vorágine en la que va sucumbiendo, y somos nosotros, quienes entendemos mejor las cosas y la amamos, los llamados a efectuar ese gran rescate.


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