martes, 30 de octubre de 2012

EL DIABLO PREDICA Y NO SE CONVIERTE. LOS CANTOS DE SIRENA DEL PRESIDENTE OBAMA

Mientras escribo estas ideas, la supertormenta "Frankenstorm", que iniciara con el Huracán Sandy, golpea la costa este de los Estados Unidos de América.

Las noticias son alarmantes, pero en medio de ellas vienen las declaraciones que el Presidente Barack Obama hiciera ayer, por radio, defendiendo la tesis de que no hay que dejar que España se hunda en medio de la crisis económica y de empleo que la agobia.

Paradójicamente, en estos momentos el Gobernador del Estado de Nueva Jersey está en casi todos los canales de noticias internacionales, en vivo, dando cuenta de los daños ocasionados por la tormenta, enfundado en una chumpa gruesa que denota que viene de un ambiente mojado y frío, hablando frente a los micrófonos con el escudo de su Estado detrás de él, donde puede leerse "Libertad Prosperidad 1776", en alusión a la fecha de independencia de ese país y las ideas que inspiraron la lucha (o la guerra) que les permitió independizarse.

Es paradójico, digo, porque el valor Libertad no puede vivirse ni sentirse si no está atado a la prosperidad y, a su vez, esta puede ser un espejismo, una sensación artificialmente creada mediante el mecanismo del endeudamiento que, finalmente, lleva a los pueblos a una pérdida gradual de su libertad.

¿Acaso la mayoría de países africanos son verdaderamente libres, aunque sean independientes? ¿Son plenamente libres los griegos en la actualidad, a pesar de haber inventado la democracia?

El Estado Bienestar que tanto han impulsado y usufructuado la mayoría de países europeos ha sido un caso clarísimo de prosperidad generada artificialmente, otorgándole beneficios a las gentes, es decir, a los electores de los políticos que aprueban estos beneficios, a costa de gastar más de lo que se genera en impuestos, endeudando año con año a sus respectivos Estados, Comunidades o Municipios; y el resultado es la pobreza generalizada, la falta de capacidad de hacerle frente a sus acreedores y, recalcamos, la pérdida gradual de su ámbito de libertad.

La reacción de las personas a todo esto, lo estamos viendo en vivo en las noticias provenientes de Europa todos los días, es la inconformidad que lleva a la protesta callejera, la cual no resuelve su situación ni le lleva a absolutamente nada.  A nadie le gusta perder prebendas y privilegios; mucho menos convertirse en el pariente pobre de la comuniad, pero mentalmente cuesta asumir las nuevas realidades que el despilfarro ha provocado año con año, década tras década, gobierno tras gobierno.

¿Se salva Estados Unidos de América de todo esto? Personalmente creo que no.  Van en el mismísimo camino del endeudamiento galopante debido al gasto desmedido de sus autoridades, pero en una fase previa a la que hoy viven las economías mediterráneas europeas que, o han tocado fondo o están metidas en problemas sin precedentes.

De ahí el título del presente ensayo.  No entendemos cómo el Presidente Obama se atreve a hablar sobre los problemas españoles y aparentar que está en la posición de ayudar a que, de donde está el problema, no pase, si es incapaz de demostrar, con el ejemplo, que puede revertir la mismísima tendencia que ha provocado la crisis en España, en el país que gobierna bajo su entera responsabilidad.

Insisto en este tema porque, si varios países europeos entran en crisis, las exportaciones de los países latinoamericanos, el mío incluido, no se verán en riesgo, ni nuestra estabilidad económica, volumen de negocio y niveles de empleo; pero el irresponsable manejo de la economía estadounidense, de la manera que se viene gestionando, finalmente hará crisis, reventará y nos meterá, a todos los países del mundo, en graves y prolongados problemas que son totalmente previsibles.

Ojalá los electores estadounidenses abran a tiempo los ojos, pues los primeros afectados, no se han dado cuenta, serán precisamente ellos.  ¡Está visto que el diablo predica pero no se convierte!

1 comentario:

  1. Primero el G-20 a principios de noviembre de 2012, en México; luego el Fondo Monetario Internaciona, FMI, en la misma línea de lo que, sin alarmismo pero consistentemente, venimos advirtiendo en este espacio desde hace poco más de 3 años: el espeluznante panorama mundial con un Estados Unidos de América que no puede hacerle frente a las deudas y aterra, con su iliquidez, al resto del mundo.

    Ahora, el Presidente Barack Obama, con ocasión de su visita a Myanmar, la antigua Birmania, un estado totalitario al cual no le da el mismo tratamiento que a Cuba, pues los votantes de origen birmano en EEUU no son significativos, viene a expresar, según reportan las agencias noticiosas, que evitar que su país caiga en un abismo fiscal es responsabilidad de los dos importantes partidos políticos, con lo cual concordamos.

    Solo un detalle: que el G-20 y el FMI le hayan refrescado la mente no quiere decir que, bajo su mandato, no se haya endeudado a su país en unos niveles nunca antes vistos en la historia, de modo que esa potencia y su población están endeudados tremendamente debido, preponderantemente, a su gestión estos últimos cuatro años.

    ¿Serán sus declaraciones nuevos cantos de sirena?

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