Mostrando entradas con la etiqueta pobreza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pobreza. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de julio de 2014

CASO MIGRANTES: LA COMPLEJIDAD DEL PROBLEMA EN IMÁGENES.

     La anterior edición dominical de Prensa Libre (13 de julio de 2,014) trae sendos artículos que tienen que ver con lo que han dado en denominar "crisis humanitaria", la de los niños y jóvenes migrantes de Centroamérica (especialmente del también llamado "Triángulo Norte" compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras).

     El primero, titulado "Revisan estrategia migratoria", en página 4, documenta la noticia de la visita a Guatemala de siete congresistas estadounidenses de los dos partidos mayoritarios, de la reunión que tuvieron con el presidente Otto Pérez Molina, el canciller Fernando Carrera y el embajador de Guatemala en Estados Unidos de América, EUA, Julio Ligorría, y el viaje relámpago que hicieron a la frontera México-Guatemala, la cual es ilustrada por las siguientes fotografías:


 
En la página 5 el artículo se titula "Vuelven al país, pero sueñan con EE. UU", y es ilustrado por una fotografía del sepelio de Gilberto Ramos Juárez, el adolescente de 15 años cuyo cadáver apareció en el desierto del sur de Texas, EUA, vino recientemente al país y fue inhumado en su tierra natal, San José las Flores, Chiantla, Huehuetenango, en las montañas de Guatemala.  La fotografía es la siguiente:



     Las ideas que hoy deseamos expresar son evidentes.  El problema de vivir dentro de la pobreza, carente de oportunidades, sin servicios básicos, ni siquiera los esenciales, entre el lodo o el polvo dependiendo de la estación, rogándole a Dios que caiga algún trabajito o que no nos enfermemos porque no hay para las medicinas, o que llueva para que haya cosecha que nos permita no pasar hambre, es muy complejo de comprender cuando se vive una vida de aires acondicionados, trajes caros y lujos como constituye viajar en helicóptero, saltándose hasta los molestos túmulos o topes de la carretera.

     Los enviados del país del norte podrán ser de alto nivel, como resalta la nota periodística, lo cual no dudamos; de lo que dudamos es que esa visita haya sido, del todo, productiva. ¿Qué nivel de sensibilidad puede tener un funcionario para poder captar, desde una oficina de Casa Presidencial o desde el aire, la desnutrición crónica de la población, el desánimo que campea en las comunidades, los anhelos de una población que sufrió lo caliente de la guerra fría y que, desde que se firmó la paz sólo ha recibido promesas?

     En lugar de una visita de traje de pocas horas de duración, preferiríamos haber visto a alguien que se fuese a meter a las montañas a hablar con la gente, a conocerla, a vivir unos días sus miserias para hacerlas suyas, llevárselas en la mente y en el corazón, de regreso, y poder llegar a contar una historia realmente verdadera y no a redactar un simple informe que, asumimos, se referirá a las peticiones que ellos mismos hicieron a nuestras autoridades.

     En los países en donde EUA ha entrado en guerra ha habido un proceso posterior de reconstrucción; hasta en Vietnam, en donde perdieron y prácticamente salieron huyendo pero luego volvieron y lo convirtieron en uno de los mayores productores de café barato del mundo, perjudicando, sin querer, como siempre, a muchos pequeños productores de las montañas centroamericanas.

     Nuestros países fueron escenario de batallas de las dos superpotencias, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y EUA, quienes no se declararon formalmente la guerra pero se la hicieron acá, entre nuestras selvas tropicales.  El dinero, la asesoría, los entrenamientos, el armamento y el material de apoyo como helicópteros, etcétera, ellos lo pusieron.  Nosotros pusimos los muertos.  En ambos bandos.

     Luego de que cayera el Muro de Berlín y finalizara la URSS en medio de nuevos vientos que trajeron la Perestroika (la reestructuración) y el Glasnost (la transparencia), los centroamericanos quedamos en solitario y nadie se acordó que había que reconstruir estos países, especialmente por el tejido social de comunidades enteras que fueron desplazadas por esa guerra y que, al repatriarse, no encontraron ni respuesta a sus expectativas, ni oportunidades ni, en la mayoría de los casos, sus propias viviendas que fueron quemadas, arrasadas o simplemente ocupadas por otras personas.

     El rezago en educación que esos años de bombas, de balazos, de humo y de fuego nos trajeron, todavía persiste.

    Entonces, ¿de qué se extrañan que esos seres humanos olvidados por todos busquen oportunidades para, por sí mismos, mejorar su porvenir?

     Ojalá esta simple combinación de fotografías les abra los ojos a los responsables de la política en Washington y en los estados fronterizos con México de EUA, pues no se trata de una invasión de niños o de migrantes inescrupulosos o delincuentes, sino de una consecuencia de épocas pasadas, de la falta de atención de nuestros políticos criollos pero también de los demás.

     Pueden aprobar los US$.3,700 millones y utilizarlos todos para blindar su frontera, para poner más satélites en el espacio y drones en el aire para controlar lo que quieran; pueden contratar más armamento y soldados para patrullar su línea fronteriza y más jueces para ordenar las deportaciones, crear más cárceles para encerrar temporalmente a los migrantes, que mientras los políticos que toman esas decisiones no se bajen al suelo a comprender las causas de la pobreza y a invertir en su reversión, las cosas no sólo no se compondrán sino que esa marea, nos atrevemos a predecirlo, se incrementará.

     Que sirvan estas pocas líneas para ayudar a esos políticos estadounidenses con brillantes carreras universitarias y trayectorias políticas a comprender la complejidad del problema y que, así, sus ideas se enriquezcan y estén en condiciones de acordar soluciones integradas a la realidad que, a la larga, les salgan más baratas también. 

lunes, 7 de julio de 2014

LA ENVIDIA. MOTOR DEL DESARROLLO

     A mediados de 2008 comenzamos a escribir lo que sería nuestro segundo libro, el cual llevaría el título que lleva este ensayo, pero a medio camino se dio el Golpe de Estado que el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, le dio a la Constitución de ese país y, luego de escribir sobre el tema durante varios meses, perdimos el rumbo sobre el propósito original, hasta la presente fecha.

     Sin embargo, el principio que postulábamos, esa envidia sana que produce ver al vecino prosperar y querer hacer lo mismo para ponernos a la par, sigue siendo válido.

     No sabemos si, finalmente, ese libro será terminado y verá la luz algún día, pero en aquella oportunidad tuvimos a bien entrevistar a varias personas involucradas con el movimiento cooperativista del país y, la semana pasada, recibimos el mismo día del evento una invitación electrónica para participar de una rueda de prensa que daban las mujeres cooperativistas agrupadas, a la cual asistimos aunque fuese a la carrera.

     Intercambiar opiniones con estas esforzadas mujeres, aunque fuese por unos pocos minutos, y escuchar el planteamiento de sus inquietudes, las cuales dicho de paso apoyamos abiertamente, ha renovado nuestro entusiasmo por darle forma final a esas ideas nacidas del amor que le profeso a los proyectos de desarrollo de este bello país que nos viera nacer.

     Ojalá Dios nos dé la oportunidad de finalizar ese proyecto tantos años postergado y que nos provea la inteligencia, los contactos oportunos y los medios para ayudar a toda esta gente que está día a día produciendo en condiciones que se pueden mejorar, para que se puedan apoyar y fortalecer tantos y tan variados proyectos.

     La pobreza no se erradica, en la infinitud de los tiempos, regalándole a la gente para que mal subsista, sino ayudando a formar nuevas generaciones de personas productivas que puedan salir, por sí mismas, de las precarias condiciones de supervivencia que hoy mantienen, y sean generadores y generadoras de su propia riqueza, de una riqueza que, en manos de mujeres, estamos seguros que llegará de más eficiente manera a sus niños, esas personitas vulnerables que hay que nutrir y alimentar física e intelectualmente para que mejor dirijan, algún día, los destinos de la patria.

viernes, 26 de octubre de 2012

LA RIQUEZA ESTÁ ATADA A LA IMPORTANCIA Y AL PRESTIGIO

Hubo dos artículos de prensa que, al leerlos hoy, me hicieron reflexionar acerca del enunciado del título de este ensayo.

El primero se refiere a las protestas de algunas comunidades de Guatemala, en su mayoría indígenas, en contra de un proyecto hidroeléctrico que desea impulsar el gobierno, que en la medida que no se vuelve una realidad, le pega a todos nuestros bolsillos porque, en lugar ser una sociedad que produce y que convive consumiendo energía renovable, lo seguimos haciendo con la que es producida con recursos fósiles, como el carbón y el búnker, cada día más caros, lo cual puja hacia arriba en el precio promedio de la energía eléctrica, ésta empuja los costos de los productos de consumo y, todo estos, en su conjunto, en general, haciendo más difíciles nuestras subsistencias y, por ende, manteniéndonos en la pobreza.

No se me mal entienda.  No estoy a favor de inundar lugares ocupados, hoy, por seres humanos, sino a favor de la construcción de proyectos, que no necesariamente tienen que ser nocivos, aunque así los perciban algunos por falta de información o de acuciosidad, los que harán que el precio de nuestra energía eléctrica no sólo se estabilice, porque no dependerá de los precios del mercado de los carburantes en el mundo, sino le proporcionará certeza en cuanto a este renglón a los inversionistas que deseen echar a andar proyectos productivos en nuestro país, con lo que se coadyuva a romper varios círculos viciosos, como el de la dependencia, el de la falta de empleo, el de la pérdida de oportunidades, etc.

El otro artículo es el que reporta lo que la reina de España, Sofía, le dijo al presidente de Bolivia, Evo Morales, en el sentido que ahora son los españoles los pobres y los bolivianos los ricos, en referencia a dos eventos: el primero, a la crisis económica, financiera y de desempleados que está viviendo España; la otra a la nacionalización que hizo Bolivia de sus enormes recursos naturales.

Me quedé elucubrando varias ideas alrededor del concepto "riqueza", que es algo así como el denominador común de ambos artículos; la que no tienen nuestros pobladores de las comunidades del interior del país; la que pretende generarse con el recurso hídrico; la que se les ha escapado a los españoles por las políticas públicas que los han llevado a gastar mucho más de lo que tienen durante años; situación similar a la que viene sucediendo en Guatemala, para nuestro mal augurio, en otros países europeos que están al borde de la bancarrota, o en el país más rico de la Tierra, por el momento, Estados Unidos de América.  Pero también es la riqueza que pretende recuperar el gobierno boliviano, pues falta ver si tiene las instituciones transparentes, la tecnología, la capacidad económica para invertir y la voluntad política que implica darle continuidad a los proyectos de exacción de gas, de litio, de metales preciosos, de tierras raras o de lo que sea, y consolidar todo en el largo plazo.

Por su falta de riqueza los ingleses invadieron China, India y las colonias españolas, mal defendidas por un imperio decadente, en su oportunidad.  Por su riqueza posterior y el poder que esta representa no sólo dejaron India sino entregaron Hong Kong, situaciones en que el peso de la población tuvo qué ver también.

Por la pobreza de Guatemala y de Argentina y lo que esta representa, los mismos ingleses se pararon quedando con Belice, un territorio guatemalteco robado poco a poco, en la medida que durante décadas avanzaron depredando la selva de sus maderas finas, y con las Islas Malvinas.  ¿Acaso la comunidad internacional arropó al país pobre frente al rico? La riqueza de Inglaterra generó el silencio de casi todos, en la Organización de Naciones Unidas, ONU, frente al acto de independencia de un territorio robado después de saquearlo.

¿Hubiese tenido Inglaterra la arrogancia de quedarse, hasta la fecha, con el Peñón de Gibraltar, que le arrebató a España, debilitada por una Guerra de Sucesión a la muerte de Carlos II, si no hubiese sido una potencia con suficientes recursos?

La misma suerte de España, en esa oportunidad, estuvo ligada a la riqueza, tanto suya como la de Francia, pues el sucesor natural era el Delfín, pero las demás potencias tuvieron miedo que tanta riqueza, la de una Francia que venía del reinado más fuerte de su historia, Luis XIV, y la de España con su vasto imperio, provocó la intervención de Inglaterra y, por supuesto, de la otra potencia inmensamente rica: Austria.  Lo más seguro es que, si España hubiese sido el pariente pobre, no hubiese habido quién se peleara por esa herencia.

Pero fue debido a la generación de riqueza de esa pequeña isla que se llama Inglaterra, que sus monarcas y gobernantes tuvieron la capacidad de armar la flota naval más poderosa de su momento y hasta la osadía de irse a meter, a punta de fusil, a bayoneta calada o en la obscuridad de la noche, contrabandeando y robando los recursos bajo el amparo de patentes de corso, una ficción jurídica inventada para tener licencia de asalto a mano armada, en contra de otras potencias menos ricas y, por ende, más débiles.

Otra isla, mucho más pequeñita y del otro lado del planeta, ya ni sería tomada en cuenta como no fuese por la riqueza que han logrado reunir sus laboriosos habitantes; tal el caso de Taiwán, que en el mediano plazo ha subsistido en la medida que su contraparte, el enorme gigante, China, ha sido un país pobre, pero también, en la medida que esa circunstancia cambia y los chinos continentales se enriquecen, el futuro de la isla y de sus relaciones diplomáticas es más incierto.

Por otro lado, países a quienes nadie volteaba a ver porque su población empobrecida vivía en los oasis perdidos entre las arenas de unos desiertos que no valían nada, ahora que el petróleo los ha convertido en los más ricos del planeta, todo el mundo reconoce su importancia y, a donde van sus dirigentes, son recibidos con alfombra roja.

Las prerrogativas de que goza Estados Unidos de América en el concierto de naciones no son debidas a la simpatía o tolerancia de sus gobernantes frente a sus pares, sino al hecho de que, desde que son potencia económica, son escuchados, tomados en cuenta y hasta seguidos por otros países; pero toda esa situación puede cambiar, pues sostengo que la importancia que los demás países le den y hasta el prestigio de que goza, está íntimamente ligado a su riqueza, y los últimos gobiernos, especialmente el actual, están echando a perder esa riqueza, endeudándolo peligrosamente y llevándolo a niveles en los cuales su capacidad de recuperación para pagar lo que ha gastado de más y todavía debe, frente al crecimiento de otros países emergentes, porque no están solos en el mundo, será sumamente difícil o echada a perder definitivamente.

Poco tiempo ha tardado el mundo en balancear los pesos de las hegemonías geopolíticas, que después de finalizar la Guerra Fría, ahora hace 23 años, y romperse un esquema bipolar de décadas entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y Estados Unidos de América, esquema que se rompió al hacerse evidente la pobreza y las carencias soviéticas, hoy ya no podemos asegurar el liderazgo absoluto de la contraparte americana, que al derrumbarse el imperio rojo se vio solo y fuerte en el pináculo de las potencias del orbe.

El prestigio que una democracia reciente, como la española, se ha ganado a pulso, se ve debilitada, hoy, no sólo por las pobrezas que vienen exhibiendo de un tiempo a acá, sino por otras consecuencias de esa debilidad sistémica, como son, por una parte, el fortalecimiento de las tésis independentistas que, encima, contaminan no sólo el debate político sino la visión que cualquier inversionista serio pueda tener para tomar decisiones que puedan afectar su patrimonio o el de quienes confían en su gestión; por la otra, y esta parte la comparten con los griegos, los parientes más pobres de Europa porque son los que más despilfarraron, lo constituye la vociferación feraz que hacen sindicatos, organizaciones y, últimamente, hasta ciudadanos tradicionalmente poco dados a organizarse para fines de protesta, como los padres de familia de los estudiantes.

Todo el mundo desea la riqueza y la mayoría trabaja para conseguirla.  Todo el mundo quisiera librarse de la pobreza y muchas veces se vocifera y hasta patalea en la dirección contraria.  Lo importante es entender que, en la visión que se tiene de los Estados, la romántica del maestro rural, siempre con el mismo y desgastado traje, de pobreza evidente pero de honradez, corazón y prestigio a toda prueba, no funciona.  Los países con recursos económicos siempre verán a los países pobres sobre el hombro.  Para que un país sea volteado a ver, tiene que tener con qué.

Es importante, entonces, cuidar la riqueza de las naciones y que sus gobernantes, en su función de gestores temporales de esos recursos, entiendan el riesgo que tienen de pasar a la historia como los que dieron al traste, no sólo con un patrimonio acumulado durante varias generaciones esforzadas, sino con el prestigio y la importancia con que, en el futuro, serán reconocidos los hijos y nietos de sus propios electores.