martes, 15 de noviembre de 2011

EL CENTRO NACIONAL DE REGISTROS

De la competitividad del país y la confianza en sus autoridades depende, en gran medida, el acercamiento de las inversiones y su consecuente generación de empleo.

Para que un país compita con los demás, es indispensable que su sistema de Registros Públicos sea transparente, ágil, confiable, y produzca la certeza jurídica que todos los inversores buscan.

La captación de más impuestos no se logra tan sólo incrementando las tasas actuales, sino creando un clima general de negocios que fomente el crecimiento de la economía y la expansión de los sectores productivos.

El actual sistema de Registros, aunque informatizado en su mayoría, todavía está eminentemente centralizado, lo que no permite el acceso a los mismos sino viajando a la capital, con pocas excepciones, y disperso en diferentes instituciones, pero además está anclado, todavía, a muchas prácticas del siglo XX y hasta del siglo XIX que hacen los trámites lentos, engorrosos y caros, lo que pone al país entero en condición de desventaja, no sólo frente a sus vecinos, sino frente al resto del mundo, que es, finalmente, con quien se compite por los recursos.

Cambiar las cosas, para bien, en Guatemala, implica un cambio total de paradigmas, reformas legales y una combinación de visión con experiencia de los funcionarios que deban ocupar los cargos de Dirección en las Instituciones involucradas.

El péndulo de los políticos nefastos está por darle un respiro al país, ocasión que debe aprovecharse para sentar las bases de lo que podrá ser el sistema registral guatemalteco del siglo XXI.

Es por tales razones que nos atrevemos a proponer la conformación del Centro Nacional de Registros, que involucre:

1. Registro General de la Propiedad, RGP: encargado del registro de las propiedades muebles e inmuebles y de los derechos reales sobre las mismas;

2. Registro Mercantil General de la República: encargado del registro de las empresas comerciales, sociedades anónimas y cuestiones comerciales;

3. Registro de la Propiedad Intelectual: encargado del registro de patentes de invención, de industria, marcas, expresiones o señales de propaganda, etcétera;

4. Registro de Vehículos: que, como su nombre lo expresa, es donde se registran los
automotores, el cual no corresponde llevar a la Superintendencia de Administración Tributaria, que sólo lo lleva para efectos tributarios, y que debiera pasar al Registro General de la Propiedad, RGP, como corresponde.

5. El Registro de Información Catastral: encargado de la elaboración del Catastro Nacional de carácter multifuncional que, primordialmente, podrá sentar la base para reanudar el tracto sucesivo de muchas fincas y regularizar la tenencia y propiedad de la tierra para cientos de miles de familias que hoy no tienen un título legítimo ni pueden ser sujetos de crédito con sus garantías reales.

La propuesta de crear un Centro Nacional de Registros comienza por pasar el Registro de Vehículos al RGP (proyecto que existe pero quedó inconcluso durante el gobierno de Oscar Berger); y por pasar el Registro de la Propiedad Intelectual a ser una dependencia del Registro Mercantil, como paso previo, y dejar funcionando únicamente 3 dependencias registrales con todas las funciones de las demás, bajo la dirección y coordinación del RGP.

Simultáneamente, es fundamental comenzar a trabajar en la propuesta de reformas legales para dejar, finalmente, una sola institución fuerte, autónoma y despolitizada, el Centro Nacional de Registros, CNR que, con el tiempo, al tener vigente la reforma legal necesaria, comience a funcionar como una sola Institución al servicio de la Nación.

La dirección a cargo del RGP facilitaría el que, mientras se da la reforma legal, se comience la ubicación de lugares idóneos, la planificación y construcción de las sedes departamentales del CNR, para facilitar el acceso de toda la población a todos los servicios de registro que le son necesarios, para no tener que acudir a la capital para efectuar cada uno de esos trámites, proyecto que puede comenzar a funcionar lo más pronto posible, antes aún de la aprobación de las reformas legales.

La coordinación a cargo del RGP también facilitaría el compartir y propugnar la visión de cambio de paradigmas, normas legales obsoletas, sistemas de publicidad y demás valladares en la constitución de nuevas empresas (puesto 165 dentro de 183 economías, según el documento Doing Business 2012, Banco Mundial); la revisión integrada de procesos, el aprovechamiento de sinergias con otros actores, como bancos, en la agilidad del sistema burocrático y la capacidad de respuesta y la protección a los inversores (puesto 133 entre 183 economías, Doing Business 2012, Banco Mundial).

Todo lo anterior ayudaría a mejorar la capacidad del país por generar más y mejores empleos, por abarcar campos del conocimiento hoy vedados por la maraña de trabas que constituye la Administración, por dar un verdadero "salto de rana" (leap frogging) en las opciones de países para invertir que las revistas especializadas pongan en los escritorios de quienes toman las decisiones de venir a colocar su capital en nuevas empresas.

Guatemala lo tiene todo para ser un gran competidor en el escenario mundial. Una prueba palpable es que los gobiernos desastrosos que hemos tenido no han llevado al país a una quiebra definitiva, pero es hora de que los guatemaltecos comencemos a hacer las cosas debidamente para que, desde afuera, se nos comience a ver como una opción seria para venir a trabajar.

Quedarnos encerrados en nuestro propio entorno tratando de vender artesanías solamente, sin repensar y cambiar, para bien, los procesos de formación de nuevas empresas y los actos que le den certeza jurídica a todos es, a la larga, un lento suicidio.

Esperemos que las nuevas autoridades del país, dentro de las cuales incluímos a los diputados electos, tengan el entendimiento y la voluntad política para coadyuvar a hacer los cambios que el país necesita para despegar de manera importante y fortalecer su economía y su capacidad de generación de nuevas fuentes de trabajo.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Ricardo y, de paso, me permito recomendar aprender dos lecciones importantes que nos ha dejado tanto el RENAP como el RIC:

    1. El enfoque metodológico de los registros debe ser eminentemente jurídico y no informático (lo informático es solo un medio)y el fin debe ser claramente la eficiencia, eficacia y transparencia de los registros.

    2. Se debe hacer un trabajo importante para superar las roscas y sectarismos que anidan en cada uno de los registros y que serán, ineludiblemente, los principales opositores a una idea como esta.

    Saludos

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