lunes, 22 de marzo de 2010

EL PARO DEL TRANSPORTE. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS AL RESPECTO

Difícil es para mí, por principio, estar de acuerdo con el bloqueo de carreteras para ejercer cualquier tipo de presión. Siempre he dicho que eso es un acto de terrorismo y no voy a cambiar mi posición, hoy. Soy un hombre de ideas claras y no suelo cambiar fácilmente de opinión, a menos que alguien me demuestre algún error en mi capacidad de comprensión.

Hoy, que el país entero amaneció con bloqueos en carreteras, estrangulando la actividad económica de muchas empresas y personas, sigo pensando lo mismo, pero con sentimientos encontrados a favor de quienes, en su desesperación, han ocasionado estos bloqueos.

La televisión globalizada sigue presentándole al mundo como la profesión más peligrosa el salir a pescar cangrejos en los mares helados de Alaska. ¡Cuán equivocados están! Por mucho frío y por muy duras que sean las condiciones de trabajo, en donde en unos dos meses hacen suficiente dinero para mantenerse bien todo el año, no puede compararse a los riesgos que corren los pilotos y ayudantes de la industria del transporte y, últimamente, los empresarios, es decir, los propietarios de autobuses o de una parte de ellos.

Sólo en un año de actividad mueren más pilotos y ayudantes en el transporte público de Guatemala que en un siglo de pesca de cangrejos en esos mares helados y tempestuosos del norte del planeta, de modo que empresarios, pilotos, ayudantes, sus familias y el otro gran actor de esta industria, el público usuario, no debieran estar clamando por seguridad. El problema es que tenemos un gobierno atolondrado que no reacciona, a pesar del baño de sangre que la población está sufriendo a manos de sicarios infantiles y juveniles dirigidos por bandas diabólicas que nos tienen de rodillas.

Si tuviéramos un gobierno que, en lugar de despilfarrar el dinero en programas poco transparentes, conformado por funcionarios corruptos que se las ingenian para robarse el dinero asignado para cualquier cosa, decidiera armar un programa de defensa del transporte, "otro gallo cantaría".

Tenemos, por otro lado, enfrentamiento entre los diferentes transportistas, ya que existen los urbanos (dentro de ellos, los de centros urbanos del interior del país, que no tienen mucho que ver con el de la capital), los de rutas cortas, los de rutas extraurbanas. Difícil ponerlos de acuerdo cuando a unos se les exonera y subsidia y a otros no.

Lo que sí tienen en común es sufrir bajas a mano armada, de manera que la creación de las Patrullas Virtuales de Defensa Civil, una combinación de inversión de tecnología, con cámaras, centros de vigilancia, patrullas armadas y motorizadas en puntos estratégicos, y una sociedad informada, con los consiguientes cambios en la normativa penal, incluyendo la constitucional que se refiere a la inimputabilidad de menores, iríamos mejorando día a día.

Bloquear carreteras, insisto, es un acto de terrorismo, pero algo hay que hacer para detener tanta muerte de pilotos y ayudantes, y en estos momentos yo estoy con ellos. Apoyémoslos todos a la par de solicitarles encausar sus peticiones por la vía legítima. De esa manera contarán con el apoyo mayoritario que necesitan para cambiar las cosas.

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