CONSECUENCIAS LÓGICAS DEL ACEFALISMO OFICIAL

Con la sentencia que la Corte de Constitucionalidad emitió dentro del expediente de la candidatura de Sandra Torres Casanova, en la cual se confirma lo que muchos ya sabíamos: que conforme a la Constitución Política, no puede optar a una candidatura a la Presidencia de la Repúbica la esposa del Presidente, se comenzarán a ver algunas consecuencias.

En este mismo espacio hemos hablado de la ley de causalidad en política, según la cual toda decisión produce una reacción.

Las consecuencias más visibles que la coalición de partidos sufrirá a raíz del colapso (por llamarlo de alguna manera, pues se trató más bien de una candidatura que nació muerta, por más vida que quisieron darle) de los candidatos a la primera magistratura, serán, en primer lugar, un debilitamiento de las candidaturas a diputados y a alcaldes, con el correspondiente reacomodo de fuerzas en el próximo Congreso, pues gran parte de la población perderá interés en apoyar a alcaldes o a diputados que, en su mente, no tendrán la "palanca" necesaria para llevar a cabo sus proyectos.

Es decir, la bancada UNE-GANA que llegará al próximo Congreso se puede vislumbrar que será menor que si, en lugar de impulsar una candidatura vetada por Ley, hubiesen corrido en las elecciones generales con sus cuadros de candidatos completos. Mala apuesta hicieron algunos líderes de ambos partidos, y ahora ellos mismos están por pagar las consecuencias de ver al pueblo de Guatemala, a sus instituciones y a las personas que las integran, como un instrumento más de sus fines, por muy retorcidos que fuesen.

Predecible, también, que entre los líderes de ambos partidos políticos se comiencen a echar la culpa de la debacle y, una vez en el Congreso, se separen en dos bancadas distintas o quizás en más mini bancadas. No se vislumbran, entonces, ni unidos, ni ganadores, sino todo lo contrario a lo que los nombres de sus partidos proyectan como mensaje subliminal o directo.

La pregunta del millón, entonces, es a dónde irán a dar el supuesto millón y pico de votos de gente que, incondicionalmente, apoyaban a la señora Torres Casanova: ¿a quien encabeza las encuestas? (Otto Pérez Molina) ¿a alguno de los que viene en un remoto tercer lugar? (unos dicen que es Eduardo Suger, y Manuel Baldizón paga sus campos pagados indicando que es él).

Nuestra apreciación es que el voto duro debiera adoptar una actitud de rebeldía y abstenerse de votar; ésa sería su reacción natural, pero bajo la mesa, estamos seguros, ya han de haber comenzado esas negociaciones que asquean a la población, y probablemente veremos a los líderes de la UNE y de la GANA acercarse a Manuel Baldizón e incluso a Mario Estrada, que no tiene posibilidad alguna de llegar, con tal de ver qué sacan y de que no llegue Pérez Molina.

Sin embargo, la estructura del Partido Patriota, con el mismísimo Otto Pérez a la cabeza, en pocas horas ha reaccionado dando una conferencia de prensa en donde, si bien sale diciendo que respaldan la sentencia porque es lo que en Derecho corresponde, también les sale tendiendo un puente de plata a todos los seguidores de la coalición, indicándoles que para ellos hay un lugar en el partido. Jugada inteligente que demuestra, además, madurez. Ya se verá qué tanto es aceptada, lo cual podría otorgarle al país la posibilidad de que este candidato gane la contienda, de una vez, en la primera vuelta, ahorrándole al Estado de Guatemala la erogación de otra millonada para confirmar lo que todo el mundo ya presiente, pero especialmente ahorrándonos a nosotros, los electores, un poco más de dos meses de campaña adicional, con la saturación de medios y la contaminación visual que todo esto implica y, además, otorgándole al gobierno que venga la posibilidad de organizarse como nunca antes en la historia para entrar, de una vez, a gobernar.

Hoy otro tipo de consecuencias indirectas de todo este enredo en el proceso político. Por ejemplo, el deterioro de nuestras carreteras, de nuestros hospitales, el desaprovisionamiento de nuestras farmacias estatales, de las escuelas, llegará a unos niveles nunca antes vistos, pues es de toda lógica pensar que, si querían mantener un nivel aceptable de servicios pues estaban contendiendo por la Presidencia de la República, ahora no habrá interés alguno de estos funcionarios pertenecientes al peor gobierno de nuestra historia repubicana, por hacer las cosas bien hechas. Como ratas, tratarán de hartarse hasta con los últimos recursos que queden para atender nuestros enfermos. Rellenar un agujero en una carretera, como no sea un candidato a alcalde en su localidad, y que conste que no les corresponde, no lo veremos frecuentemente, como no sea rellenándolos con tierra, como ya sucedió en un gobierno anterior.

El oficialismo queda, a partir de ayer en que se dio a conocer la sentencia, doblemente acéfalo, pues también hay que decir que hemos tenido un Presidente que no ha sido la cabeza y que ahora, siéndolo por primera vez, lo efectuará en una época en la que ya nadie le tendrá el respeto a una alta investidura que ha manchado por todos lados, ni el interés de acatar una orden de alguien a quien perciben como el próximo compañero de celda de aquel otro ex Presidente.

La ingobernabilidad, entonces, campeará en nuestro país hasta que termine, por fin, la tortura de ser gobernados por estas autoridades. Es previsible, entonces, que algunos grupos de poder quieran aprovecharse de esta circunstancia, tal el caso del sindicato de maestros, que al mando de Joviel Acevedo ha venido demostrando lo carroñeros que pueden ser.

Malestar y posibles levantamientos de los policías nacionales, es previsible también, pues si han estado mal equipados y con un presupuesto tan débil, al final de este mandato se vislumbra que no habrá dinero para nada. Igual podría suceder en el ramo de salud, en donde también hay sindicatos pero manejados de una manera más humana y en donde hemos visto en sus dirigentes la desesperación, no la actitud de aprovechamiento.

No estaría lejos que no haya presupuesto para pagar el agua o la energía eléctrica en los hospitales, escuelas y oficinas públicas, de manera que veamos cortes del servicio por esta razón en edificios públicos.

No es que querramos ser apocalípticos, pero mientras se celebra el triunfo de la Constitución, de la legalidad y de la razón frente a la terquedad y la estupidez, el panorama de mala administración potenciado, ahora, por la sensación de que se les acabó la piñata y hay que terminar de sacarle hasta el último dulce antes de tirarla a la basura, es realmente preocupante.

Es condición natural que, durante los últimos meses del mandato de un Presidente, haya una tendencia a que ya nadie le hace caso, pero con el actual, que ha sido totalmente desgastado en su capacidad de mando por la ingerencia que permitió de su antigua esposa, esos niveles de "ningunismo" estarán elevados a su máxima potencia y, como siempre, es el país y nosotros, los gobernados, quienes pagamos las consecuencias.