lunes, 15 de agosto de 2011

OTRO RESBALÓN DE LA CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA

La señora Sandra Torres Casanova, en su afán por jugarle la vuelta a la Constitución Política de la República de Guatemala para que, habiendo sido la esposa del actual Presidente, se le permita optar, asimismo, a la Presidencia de la República, cuando la prohibición es expresa, ha recurrido a demandar al Estado de Guatemala ante la Corte Centroamericana de Justicia.

Como sabemos del afán desmedido por tener y mantener el poder y de su peculiar estilo de ir detrás de donde no sólo hay poder, sino dinero, no nos extraña la actitud asumida.

Tampoco extraña que una Corte Centroamericana de Justicia que no es capaz de entender la integralidad de una demanda para dejar estabecido, con claridad, el procedimiento para determinar el quórum en una Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano, como fue planteado por nosotros en su oportunidad, y se haya politizado totalmente para cubrirle las espaldas a una persona que ocupó ilegalmente la Presidencia de ese Alto Organismo, con tal de decir, al final, que su presidencia era ilegal, pero dejarla ejercerla durante todo el tiempo, ahora haya aceptado, para su conocimiento, una demanda que nada tiene que ver con sus atribuciones.

¿Cómo se les ocurre a los Magistrados de la Corte Centroamericana de Justicia que pueden inmiscuirse en los asuntos de materia electoral de los países miembros? ¿Tuvieron presiones para recibir y darle trámite al expediente, como podría ser?

Creemos improbable que haya habido presión alguna. Más bien se nos antoja que es otro de esos resbalones que habrán de conjurar, en pocos días, declarándose, por fin, incompetentes para conocer dicho caso.

No soportaría esa frágil Corte que el Estado de Guatemala se sumara a Panamá y a Costa Rica en el "ninguneo" que le hacen, pues bien comprenden sus integrantes que lo que la misma necesita es fortalecerse.

De modo que no extrañará enterarse pronto, por las noticias, que han cerrado el caso. Peor es la disparatada opción de navegar en contra de la corriente, especialmente cuando no tienen fundamento legal para inmiscuirse en un tema que nada tiene de comunitario y todo tiene de asunto doméstico.

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