miércoles, 2 de diciembre de 2009

LOS LÍDERES IBEROAMERICANOS Y EUROPEOS NO LEEN O NO SABEN LEER

Decepcionante ver, en sendas notas de prensa de hoy, las declaraciones de los líderes iberoamericanos que asistieron a la reunión de Estoril, Portugal, que insisten en considerar "que la restitución del presidente Manuel Zelaya es un paso fundamenal para el retorno a la normalidad constitucional". ¿Es que no se han enterado que, por presiones ejercidas por ellos mismos, se firmó un acuerdo? ¿No terminan de enterarse que ese acuerdo, suscrito el 30 de octubre, no contempla la restitución forzosa de Manuel Zelaya? ¿No se han enterado que el mismo Manuel Zelaya ya manifestó que no aceptaría esa restitución, fuese de la manera en que se acordase?

Me explico mejor en beneficio de esos líderes que no han leído o que, leyendo a vista de pájaro, les cuesta entender. El Acuerdo al que me refiero (Guaymuras, Tegucigalpa, San José) tan solo establece la posibilidad de que el Congreso Nacional retrotraiga las cosas a como estaban el 28 de junio de 2009. No es un mandato de restitución, es una solicitud de consideración, que son cosas entendiblemente diferentes.

Zelaya alega que el Acuerdo fue roto porque, al intentar formarse el Gobierno de Unidad y Reconciliación que dicho acuerdo contemplaba, para ser instalado a más tardar el 5 de noviembre de 2009, al darse cuenta que la consideración del Congreso sobre el retrotraimiento de su situación se daría posteriormente y no era él quien iba a presidir dicho gobierno, situación que ya sabía de antemano porque sus dos delegados no firmaron nada sin su conocimiento, aceptación y manifestación de conformidad, se encaprichó nuevamente y dio al traste, según él, con todo lo pactado.

Sin embargo, ya el Congreso Nacional había sido notificado del contenido de dicho Acuerdo, había solicitado la opinión de varias instituciones, entre ellas la Corte Suprema de Justicia (también contemplada esta posibilidad en el texto que firmaron las dos partes) y, con la Comisión de Verificación de dicho acuerdo instalada,el mismo ha seguido avanzando con la entrega al Congreso Nacional de los informes solicitados oportunamente, de tal manera que hoy, 2 de diciembre de 2009, estará reunido para tomar una decisión al respecto.

Entonces, si hay todo un proceso en marcha por acuerdo de las partes con la venia de la consabida comunidad internacional, ¿cuál es la insistencia en restituir a la fuerza a alguien quien, además, ya es público que, según la Corte Suprema de Justicia de ese país, previamente debe enfrentar la justicia? Además, restituir en la Presidencia de la República a una persona, así sea un santo, no es algo factible, ya que no lo contempla la Constitución de ese país. Por eso el acuerdo menciona retrotraer las cosas a como estaban el 28 de junio pasado, como una posibilidad, repito, utilizando este tipo de ficción jurídica porque la restitución es imposible conforme a la ley.

Lamentable, además, que la Unión Europea se limite a calificar las elecciones hondureñas de un "paso significativo para adelante"; esa declaración yo podría calificarla de un paso significativo para ningún lado, pero lo que sí puedo mencionar como un paso significativo para atrás es el lamento europeo porque el acuerdo al cual nos hemos referido no fuera "completamente implementado".

¿Qué quieren decir con estos términos ambiguos? ¿Se lamentan de que hasta ahora se reunirá el Congreso Nacional para tomar acuerdo? Si así fuere, ¿qué pensarían los europeos de que un país extranjero les impusiera tiempos, por no decir cuestiones de fondo? Ahora bien, su lamento se refiere a que no han reinstalado a Zelaya? ¿Y si el Congreso Nacional decide no retrotraer la situación de Manuel Zelaya a la que vivía antes de los sucesos del 28 de junio? Primeramente, estaría en todo su derecho de decirlo y acordarlo: es un Congreso Nacional integrado por 128 diputados electos pública, legal y democráticamente; nadie discute su legitimidad.

Seguidamente, iría en línea de lo que, por lo menos, ya ha manifestado el máximo tribunal de ese país: a Zelaya hay que procesarlo. Finalmente, el Acuerdo Guaymuras que ningún lider europeo o latinoamericano parece haber leído a fondo, no obliga a nadie a restituir en la presidencia a Manuel Zelaya, ni acuerda dicho extremo. Repito: el Acuerdo le pide al Congreso Nacional tomar la decisión para la cual está convocado el día de hoy. ¿Cuál es la necesidad de continuar vociferando?

Lo más lamentable de la nota de prensa a la que me refiero, de AFP, es que dice: "Fuentes comunitarias habían explicado que uno de los principales escollos había sido el empecinamiento de España por declarar 'irregulares' las condiciones en las que se celebraron los comicios..." , circunstancia que no había leído pero que, por experiencia, conocía, razón por la cual tengo algún tiempo de venir señalando los desatinos de la política exterior española en el caso hondureño, sobre cómo influye en sus socios más serios en europa que todavía se creen inferiores en el conocimiento de nuestra idiosincrasia, por lo cual se dejan llevar de la mano de España, y la doble moral del gobierno socialista obrero español que ya he señalado en entrega anterior comparando el trato que, por ejemplo, le da a Bolivia.

Pero no es el único caso. ¿Está recibiendo Guinea Ecuatorial, ex colonia española, el mismo trato de España, donde un golpista con muchos años en el poder se postuló nuevamente a la Presidencia, obteniendo alrededor del 97% de los votos para reelegirse? Seguramente que no, ya que es la quinta potencia petrolera subsahariana y recientemente han descubierto grandes yacimientos de gas.

De los primeros artículos que escribí sobre la errática política de la comunidad internacional para con Honduras fue que tendrían que tragarse sus palabras. Hoy agrego que cuando la Unión Europea tenga que tragárselas, porque estoy convencido que lo hará, el empacho que le produzca tal digestión forzada se lo deberá en gran parte (no excluyo la suya propia) al gobierno español.

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