lunes, 31 de enero de 2011

EL INTECAP DEBIERA SER CONVERTIDO EN UTECAP

El último libro de Andrés Oppenheimer, ¡Basta de historias!, editado hace tan sólo unos tres meses, nos abre los ojos con relación a cómo hay que cambiar el enfoque de la educación, desde la perspectiva de las políticas públicas y desde la visión del conglomerado nacional, para volvernos más competitivos, como país, en la búsqueda del anhelado desarrollo que nos ayude a elevar el precario nivel de vida que viven nuestras mayorías de población.

En ese orden de ideas, el impulso que se le da, mayoritariamente desde la iniciativa privada, la Instituto Técnico de Capacitación, INTECAP, debe revisarse, no sólo para que esa iniciativa privada lo haga con más decisión, sino para que, desde el sector público, se haga todo lo posible para facilitar la ampliación y la modernización de sus instalaciones, para convertirlo en una universidad que eleve la capacitación que brinda al nivel de licenciaturas, para que, ya como universidad, logre establecer convenios con las mejores universidades del mundo para otorgar doble titulación en el país y para que, eventualmente, eleve los conocimientos de sus estudiantes y de sus mismos profesores, a nivel de doctorado, lo que le permitiría, con el tiempo, convertirse en un importante ente centralizador, además, de la investigación e innovación en el país, siempre en apoyo del sector productivo.

Lo que hace y ha venido haciendo el INTECAP, con transparencia, con pública honradez, es ya loable y admirable, pero a la luz de la globalización del comercio, de la economía, de los servicios financieros, el país debe estar en condiciones de dar un paso adelante para mejorar la capacidad de nuestro sector laboral y, así, poder atraer mayores y mejores inversiones, especialmente en tecnología.

Desde nuestra particular visión, la mejor opción que tenemos, por el momento, porque hay otras un tanto más complicadas, es la conversión del Instituto en Universidad, con todas las de ley.

sábado, 29 de enero de 2011

ALEMANIA CONDICIONA LA COOPERACIÓN CON GUATEMALA. LES DOY LA RAZÓN Y SE LAS NIEGO A LA VEZ.

Alemania acaba de condicionar la continuidad de los programas de cooperación con Guatemala a que, antes de las elecciones del presente año, se apruebe una Reforma Fiscal como una muestra de que el país ayudado está dispuesto a invertir en su desarrollo, pero creo que la posición alemana es un tanto equivocada.

Lo que Alemania debiera estar exigiendo para continuar desembolsando es transparencia en la utilización de los recursos, honradez por parte de sus contrapartes, los funcionarios públicos guatemaltecos, por lo menos para comenzar, y no solamente exigir que los diputados le encaramen la carga tributaria a quienes ya pagamos pues, probablemente, en un bis a bis con los ciudadanos alemanes, si tomamos en cuenta lo que la educación y la salud nos cuestan en lo privado, por ejemplo, seguramente pagamos tanto o más que ellos.

Por supuesto que les concedo que ellos pueden hacer con su dinero lo que quieran: suspender la cooperación, condicionarla, disminuirla, ampliarla, lo que se les ocurra; pero quedan muy mal parados ante nuestros ojos al venir con propuestas simplistas, exactamente iguales que las que provienen de las actuales autoridades que nos gobiernan, que lo único que harían sería incrementar los ingresos para que, quienes manejan los recursos, los nuestros y los de los alemanes y demás países o instituciones cooperantes, roben más.

Alemania y cualquier cooperante debieran ver que todo ese dinero que viene, supuestamente, es para apoyar a personas que no tributan y que, hagan la reforma que hagan a las leyes tributarias y fiscales, en el mediano plazo no se ve la posibilidad de que lo hagan por sus precarios niveles de vida.  En cambio, gran parte de la población que tributa, que es una pequeña parte de la población total del país, sostiene la carga de impositiva de todo el país, de modo que no es tan fácil comparar tasas impositivas europeas, donde todos cooperan, con las de acá, donde la tasa se diluye entre la gran cantidad de personas que no pagan impuestos y que no lo hacen tan sólo porque no quieran, sino porque viven en unos niveles de pobreza y de extrema pobreza que a duras penas subsisten, marginados de la economía formal.

La resolución no es fácil. Eso lo entendemos todos. Pero para quienes pagamos impuestos, y nos cuesta hacerlo, nos agradaría ver a la comunidad cooperante, que tan de gran ayuda ha sido en otras oportunidades, en una posición menos simplista, exigiendo a los diputados que no aprueben presupuestos sin candados;  a los ejecutores que no hagan transferencias poco transparentes, que cumplan con los plazos y demás condiciones que ellos imponen y, especialmente, con normas éticas en la compra y contratación de obras y de servicios; al ente contralor, que deje de hacerse de la vista gorda y cumpla con su papel, pues es la prensa independiente la que se encarga de descubrir muchos de los temas que ellos mismos debieran estar vigilando en nombre de todos los contribuyentes.


Si Alemania y los demás países cooperantes hablaran de honradez en el manejo de la cosa pública y de reforma fiscal, simultáneamente, no dudaríamos en apoyarlos; pero así, como la han planteado, se nos hace cuesta arriba.

miércoles, 26 de enero de 2011

LOS BUEYES, BAJO LA COYUNDA, SE UNCEN DE DOS EN DOS

Hoy, en la radio (Emisoras Unidas), tuve la desagradable experiencia de escuchar que, tanto el Ministro de Finanzas como el Presidente del Banco de Guatemala, ante "el aumento desmedido del precio del pan" (que, por cierto, no se explican ni el Presidente ni el Vicepresidente de la República), le piden al pueblo de Guatemala que ahorren, comiendo menos, según uno, o que coman tortillas, según el otro.

Palabras más, palabras menos, la sensación que dan estos dos funcionarios no es sólo de ignorancia sino de una mala fe y una insidia tremendas para con la población.

Resulta que el negocio del pan, en su gran mayoría, no es el de las grandes fábricas, que las hay, sino el de los pequeños, muy pequeños empresarios, generalmente personas de la tercera edad que alguna vez fueron panaderos y que, en su diario quehacer, son los patronos de un reducido número de personas que, en las madrugadas, se dedican a amasar, elaborar y hornear el pan nuestro de cada día.

Como patronos de tres, cuatro o diez personas, la subida del salario mínimo los obliga a recalcular sus costos y, para mantenerse en el negocio ganando dinero, pues para eso es que madrugan, tienen que subirle el precio al público para compensar lo que tienen que pagarle de más a sus empleados, no sólo en el sueldo semanal, quincenal o mensual, sino en prestaciones.

¿Que cuánto pesa en la estructura del precio del pan el sueldo de la gente?, pues depende del tamaño de la empresa y de su volumen de negocio; no se puede determinar como dos más dos igual cuatro. Lo que sí es perfectamente predecible es que la subida de salarios no va a salir de la utilidad, que ha de ser poca, que puede sacar el jefe de los panaderos, pues lo obligaría en pocos días a salir de su negocio por las pérdidas que esto implicaría, y entonces la ciudadanía sí tendría el precio más caro que una sociedad puede pagar: la carestía, lo cual, también lógicamente, impulsaría para arriba el precio de las tortillas al quedarse sin la "competencia" que le hace el pan en la mesa diaria.

Quienes suben los salarios de la gente, por decreto, lo saben, como lo tienen que saber los ministros y quien ocupa la Presidencia del Banco de Guatemala, de modo que demuestran su mala entraña y su falta de respeto para con la gente este tipo de comentarios, quizás por cubrir de un manto de niebla al verdadero causante de todo: el Presidente de la República, su jefe (el de ambos), Álvaro Colom.

Es loable que se quiera que quienes ganan poco ganen más, pero esa medida ha traído el aumento de sueldo para algunos pero el despido para otros. Los efectos de subir salarios tienen consecuencias, sean en panaderías, en tortillerías, en donde el fenómeno es un poco distinto por la índole de participación familiar y quizás sin salario en el proceso, pero especialmente ha golpeado a las maquilas, en donde conocemos la reducción que se viene dando en algunas para ajustarse a los nuevos costos que ese "decretito" implica, y hasta el abandono del país con la consecuente pérdida total de plazas de trabajo, por pocas que parezcan ser de manera individual, que no lo son.

Tendría que haber, alguna vez, algún político que piense primero en los desempleados, que la pasan muy mal, y luego en los empleados, aunque ganen poco, pero tienen algo con lo cual subsistir.  Hay que trabajar en las comunidades rurales, en la Guatemala profunda, para convivir con la pobreza y que nos marque para siempre para tenerla presente en todo nuestro actuar.

Mejor haría nuestro Presidente con pasar este año con la boca callada, sin espantar a los inversionistas con el "petate del muerto" de la ya tres años deseada y frustrada Reforma Fiscal, que sólo crea incertidumbre, y así propicie, por su simple silencio, un mejor clima de negocios para que se genere empleo en nuestro país.

El día que casi todos tengan empleo y se genere cada día más negocio, la puja por mejores salarios comenzará hacia arriba para atraer a los mejores empleados. Hoy simplemente se aumenta el salario por decreto, lo cual ocasiona un leve descenso en el nivel de empleo, pero todo esto solamente potencia los efectos de la crisis financiera y económica mundial, con efectos en nuestro país, y al haber más gente compitiendo por cada vez menos plazas, pues el aumento de costos obliga a recortarlas, la puja se da, por supuesto, pero empujando los sueldos hacia la baja, por lo cual todo es un contrasentido que parece permitirle al gobernante de turno, al año siguiente, volver a aumentar por decreto y continuar con este círculo vicioso, aparentando quedar bien con la gente sencilla que no entiende estas cosas, aunque el agradecido empleado que gana hoy unos pocos centavos más se quede sin trabajo en quince días o en dos meses.

Nosotros preferiríamos ver una población mayoritariamente empleada y productiva en donde se le permita al sistema el suficiente tiempo para desarrollarse y demostrar que es cuestión de sentido común que, mientras menos personas hay disponibles para cierta cantidad de plazas, más tendrán que pagar los patronos para conseguir trabajadores.  Mientras más plazas de trabajo haya, menos aspirantes habrá detrás de cada una para ocuparla.  No hay decreto alguno que sea capaz de eliminar la oferta y la demanda en el empleo, como no sea en un sistema totalitario, el cual no es nuestro caso, afortunadamente.

UN TOMATAZO PARA EL MINISTERIO DE AGRICULTURA

La Asociación Nacional de Productores de Invernaderos (Anapi), dedicados especialmente al cultivo de tomate, chiles pimientos y morrones, busca que la transnacional Monsanto indemnize a los productores por haberles vendido semillas contaminadas de una bacteria, la cual afectó las plantas y arrasó con las cosechas de los años 2009 y 2010.

Triste que la posición del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación del gobierno publicitado como el de la "solidaridad", se excuse diciendo que ese fue un negocio interno entre la Asociación y la multinacional, por lo cual están legalmente al margen del asunto. Como decía el anuncio de la televisión de finales de la década de 1960: "¡qué poca altura!", o como dicen los mexicanos: "¡qué poca madre!"

Y luego quieren que el precio del tomate baje como de milagro.

Nosotros desconocemos si la Asociación tiene la razón, pero desde este humilde espacio les damos todo nuestro respaldo moral para perseguir la verdad y, si las cosas son como dicen, que lleguen hasta las últimas consecuencias.

¡¡Ah, gobiernito, éste...!!!

martes, 25 de enero de 2011

ESCUADRONES PARAMILITARES FÁCILES DE PREVER

De un tiempo a acá, las pandillas, que en Guatemala denominamos "maras", han venido ensayando, poco a poco, con explosivos. Han sido vehículos estacionados el objeto de sus pruebas, pero esos tímidos intentos han pasado a otra fase, la del terrorismo que ha sido poco percibido con las voladuras de torres de transmisión de energía eléctrica, pero que ha quedado más que evidenciado con el acto salvaje de hacer explotar una mochila cargada de gasolina adentro de un autobús de transporte de personas, el cual ocasionó casi una decena de muertes y muchísimos heridos.

Afortunadamente, en este último caso, como lo dejé documentado en entrega anterior, las instituciones encargadas de la investigación actuaron diligentemente, lo cual dio con la casi inmediata captura de la mujer, joven y tatuada, que se encargó de llevar, activar y abandonar el artefacto explosivo en el autobús.

Sin embargo, la historia del actual gobierno es la de drenar los recursos destinados a brindar seguridad a la ciudadanía, tanto en prevención como en equipamiento, investigación, capacitación, contratación de más personal, etcétera. El colmo es que ahora se gradúan policías en la Academia diseñada para tal efecto, pero no hay recursos para darles un arma con la cual puedan salir a patrullar, o no hay vehículos porque están descompuestos, o simplemente no tienen gasolina para hacerlos funcionar. Patética, en este sentido, una fotografía reciente que publicó la prensa escrita, de varias motocicletas estacionadas, juntas, con una enorme capa de polvo o de tierra encima, como evidencia del tiempo transcurrido sin poderse utilizar.

Así las cosas, es fácil prever que, si le están pegando a las torres de transmisión de energía eléctrica en que confluyen grandes intereses económicos y sociales, sin que el Estado (ya no digamos este gobiernito) tenga la capacidad de investigar, de dar con los responsables, de capturarlos y de llevarlos a juicio con la finalidad de condenarlos y de retenerlos en prisión, alguna respuesta, de otra naturaleza, habrá de provocarse.

Es lo mismo que sucedió en Colombia cuando el Estado no tenía la capacidad de actuar en contra de las acciones hostiles de narcotraficantes en contra de la población.

Es cuestión de tiempo que se organice un ejército privado que supla esa investigación que debe ser institucional y que encuentre soluciones a los ataques terrotistas de las pandillas a la red de distribución eléctrica.

Lo malo es que, después de formados estos grupos, ¿qué otros males nos deparará el destino?

Es indispensable que los diputados del Congreso de la República dejen de jugar con la población, permitiéndole a los funcionarios del Organismo Ejecutivo, irresponsables casi sin precedentes, que hagan las transferencias que les den la gana a los programas clientelares de la Primera Dama.

Esa falta de acción o de capacidad para actuar nos está costando sangre y vidas. Ya basta de jugar con la población. Hay que poner el dinero detrás de las instituciones que deben salvaguardar nuestra seguridad y poner orden en este caos de país en que vivimos por culpa de unos pocos políticos que sólo quieren untarse la mano.

sábado, 15 de enero de 2011

HACIÉNDOLA DE "PITONISO", GANARÁ EL PARTIDO PATRIOTA

El Partido Patriota, PP, con el general Otto Pérez Molina a la cabeza, se ha mantenido durante estos últimos tres años, consistentemente, encabezando, aunque con diferentes números, las preferencias para gobernar el siguiente período constitucional, lo cual no ha obstado para que, desde nuestro particular análisis, hayamos mantenido la tesis de que podría haber surgido una tercera candidatura fuerte.

Sin embargo, la fecha en la que estamos y, muy especialmente, el tristemente desordenado e inconsistente discurso político del Presidente de la República, Álvaro Colom, que no debió serlo, sino un informe de su gestión durante el último año ante el pleno del Congreso de la República, sólo nos viene a señalar que el próximo gobernante será, paradójicamente, Otto Pérez Molina.

Es que, precisamente, las falacias (por no decir mentiras ni adjetivarlas de descaradas) contenidas en el discurso presidencial han, desde nuestra perspectiva, desarticulado toda posibilidad de triunfo electoral del partido oficial.

Encuestas publicadas señalan que alrededor del 87% de la población del país no le cree al Presidente cuando da alguna declaración y, si pudiéramos agregar algo, nos pondríamos encabezando el grupo que no le cree absolutamente nada al mandatario.

Hasta los retorcidos argumentos que utilizó para quedar bien con los diputados lo hunden, por ejemplo, si los diputados son unos héroes, responsables de salvar la vida de las madres parturientas porque aprobaron el presupuesto de salud (lo cual, sea dicho de paso, es su harta obligación, ¡sólo eso faltaba!), la persona del Presidente, es decir, Álvaro Colom, es el responsable directo de la muerte de tantas personas inocentes y de que tanto niño quede huérfano prematuramente por la violencia que se lleva, ensangrentados, a sus progenitores, pues si los diputados aprueban el presupuesto de seguridad, ha sido él quien ha ordenado, junto a su esposa, que no es funcionaria pero manda más que él, que se lleven los recursos urgentes para prevenir la delincuencia y combatirla a otros programas.

Ahora bien, de todo lo que escuchamos ayer de la sesión solemne del Congreso de la República, que nos proporciona la certeza de que ganará el PP, en un ambiente político que se ha caracterizado por tener dos contendientes fuertes, el oficialismo y sus alianzas electoreras (que sólo así se entienden por todo lo que se han dicho en el pasado, especialmente con relación a la culpa de todo del anterior gobierno, de donde salieron casi todos los fundadores de la Gran Alianza Nacional, GANA), por un lado, y el PP por el otro, sin que los demás partidos hayan demostrado tener posibilidades de llegar a gobernar, fue el anuncio de que llevará la propuesta de ley para abolir la pena de muerte.

Olvidémonos, por un momento, de la cantaleta de la Reforma Fiscal, la cual consideramos necesaria pero que no puede proponer un gobierno corrupto sin tener gran oposición, especialmente en un año electoral.

El debate de la abolición de la pena de muerte significará sólamente la muerte de las intenciones del partido de gobierno de retener el poder, así sea la Primera Dama o el Presidente del Congreso quien resulte candidato.

Las inmensas mayorías sienten, con razón, que el desbordamiento de la violencia y la organización de delincuentes para mantenernos en zozobra se debe, en gran parte, a la estupidez de algunos políticos, diputados, que se las llevan de legisladores (los tres términos son distintos), que entramparon su aplicación, de manera que ahora hay decenas de condenados a muerte que siguen extorsionándonos y enviando sus sicarios a asesinarnos desde el interior de las prisiones.

Así como nosotros apoyamos la pena de muerte y haremos lo que esté en nuestras manos para defender el derecho de la sociedad de aplicar esta pena a los reos que han sido citados, oídos y vencidos en juicio llevado a cabo con todas las garantías para que tengan una buena defensa, así habrá muchísimas personas. La mayoría de ellas no tendrá el interés o la capacidad de apoyar su restablecimiento, pero sí entenderán quién es quién dentro del ámbito electoral, de manera que este será un tema que influirá en la decisión a la hora de depositar el voto en las urnas.

Tendría que haber un terremoto político en nuestro país para cambiar las cartas que ayer echó el Presidente, quien, por cierto, llega tarde a hacerse el santo y pedir que nos unamos todos por el país, cuando ha sido él, quien por ley representa la unidad de la nación, quien nos ha insultado y nos ha tratado hasta de idiotas y pendejos a quienes no pensamos como él.

Nos resistimos, finalmente, a opinar si ha sido, o no, el peor gobierno de los últimos tiempo. Difícil resistirse, sí, pero preferimos darle el beneficio de ponerse a trabajar este último año antes de emitir nuestra humilde opinión, que será una más dentro de las múltiples que escribirán la historia.

miércoles, 5 de enero de 2011

LA TENUE LÍNEA ENTRE CRIMEN ORGANIZADO Y TERRORISMO, Y LA INTELIGENCIA EN EL COMBATE A LA DELINCUENCIA.

Comienzo por enviar un sincero mensaje de consternación y pesar a los familiares de las víctimas del acto terrorista con que este lunes 3 de enero de 2010 se han iniciado las actividades de los guatemaltecos, acto cobarde que consistió en hacer estallar una mochila cargada con gasolina, a control remoto por medio de un teléfono celular, adentro de una unidad de transporte de rutas cortas, de esas que traen a la gente trabajadora de las ciudades dormitorio de los alrededores, a la capital de la República.

Escuchar al padre de familia que perdió a sus hijos y a su esposa, quemados todos, y que además tiene a otros familiares gravemente heridos en el hospital, decir con una voz tranquila, pasmosamente tranquila, que de ahora en adelante se aferrará a los buenos recuerdos, y la evocación que hizo de las chiquilladas que gozaba cuando no estaba atendiendo su oficio de taxista, fue tremendamente conmovedor. Ni una gota de amargura se percibió, a pesar de que estaba dando esas declaraciones minutos después de haber procedido a enterrar a estas víctimas inocentes, especialmente la niña de 3 años y el niño de 11.

Pero volviendo al tema, es preocupante observar que las clicas de las maras ahora han avanzando en su especialización para causar daño a los demás, ya que, hasta ahora, no habían pasado de matar pilotos, ayudantes y empresarios del transporte a puros tiros, y la elaboración de artefactos incendiarios hace prever un giro adverso en estas actividades maléficas.

Sin embargo, la rápida reacción de las fuerzas de seguridad ocasionó varios allanamientos (cuatro, me parece), en los cuales encontraron materiales y el supuesto taller en donde armaron el artefacto incendiario y, lo que es mejor, agarraron a la mujer que, con sangre fría, se subió al autobús, colocó la mochila con los elementos combustibles y de transmisión/recepción para hacerla volar, y la dejó abandonada antes de bajarse de la unidad de transporte con toda tranquilidad. Todo el mismo día de los hechos, como una muestra de que nuestras fuerzas de seguridad, cuando quieren, están en capacidad de investigar y dar con los responsables de estos hechos de sangre y, ahora, de fuego.

Cuando escribo estas notas hay noticias no sólo de que los supervivientes de los hechos la identificaron mediante fotografías que les fueron mostradas hoy mismo y, además, de que la autora ha confesado que sí fue élla quien colocó el artefacto, pero siguiendo instrucciones bajo amenazas de muerte, lo cual, luego de ver su captura en los medios televisivos, anoche, no es creíble; es más creíble que es parte de la pandilla que se divide el dinero de las extorsiones.

También hay noticias de que todo esto se debió a que la empresa del transporte no pagó la extorsión el mes pasado, pero los empesarios sí reunieron el dinero y se lo dieron a uno de los socios para que lo entregara, lo cual no hizo, situación que agregará elementos tristes de analizar pero no en este momento.

Lo importante de hacer ver es que, desde nuestra perspectiva, no es hasta ahora que se cometió un acto de terrorismo. Todas las acciones de asesinar pilotos, ayudantes, empresarios y hasta usuarios del transporte, aunque son asesinatos en lo individual, no están desligados entre sí; se trata del mayor acto terrorista de la historia del país, que ni siquiera la guerrilla, durante el conflicto armado, fue capaz de articular de la manera en que las maras lo han venido haciendo.

No se trata de un asesinato aquí y otro allá, sino de todo un plan de mantener hincados, a base de asesinatos, a todos los involucrados en el transporte, sea urbano o extraurbano, con la finalidad de lucrar, lo que constituye, para mí, un solo acto terrorista que ya lleva varios años de venirse desarrollando en un drama de terror que ha dejado centenares de pilotos, algún centenar de ayudantes y empesarios, algún centenar de usuarios muertos, y varios centenares de viudas y millares de niños huérfanos.

El actual Presidente de la República, Álvaro Colom, ante la campaña de "mano dura" de su contrincante, salió con la frase de que "la violencia se combate con inteligencia", dando a entender que no era una actitud represiva y violenta la que iba a componer las cosas en el país, sino una actitud de una persona inteligente, lo cual se le ha volteado ante su incapacidad para poner orden y brindar seguridad a la población.

Sin embargo, hay otra inteligencia que sí sirve para combatir a la delincuencia, y es la que generalmente hacen los ejércitos pero que no necesariamente tiene que ser militar.

Está visto que la rápida captura de esta asesina confesa se debió al involucramiento de personal entrenado en tácticas de inteligencia, sean del orden civil o del orden militar. Dónde obtuvieron el entrenamiento, es en este momento lo de menos. Lo importante es que los hechos demuestran no sólo resultados concretos y positivos, sino una total supeditación a la normativa legal, ya que los allanamientos se lograron con orden de juez y, en los mismos, se vio personal del Ministerio Público, del juzgado, de la Procuraduría de los Derechos Humanos y de las fuerzas de seguridad.

Es este tipo de personal al que es urgente apoyar para obtener resultados de tanto crimen que se comete a diario en las calles. La inteligencia del Presidente, hasta donde vemos, ha consistido, durante varios años, de presentar un presupuesto al Congreso a través del Ministro de Finanzas y de quitarle cientos de millones de quetzales al mismo, cada año, a través de transferencias que le obligan a hacer al mismo Ministro de Gobernación, especialmente en favor de los programas políticos de la esposa del Presidente a los cuales han dado en llamarles "sociales".

Si nuestras fuerzas de seguridad hubiesen sido apoyadas, en todo sentido, desde el inicio del presente gobierno, la sangre de estos inocentes probablemente no se habría derramado.

Mi experiencia, al llegar a trabajar a varias instituciones del sector público en el pasado, es consistente: organizacional, presupuestariamente, todo era un desastre en cada una de éllas, y la calidad de los servicios que se brindaban era pésima, pero siempre, léase bien, siempre encontré laborando en élla a personas bien entrenadas y dispuestas a darlo todo por mejorar, lo que me ha demostrado que es más bien la sumatoria de cabezas poco preparadas y sin un plan estratégico lo que hace que la calidad de casi todo lo que el Estado puede darle a la población sea muy baja, pero eso puede cambiar en poco tiempo.

Por eso, desde este espacio, abogo por que se apoye, como debe ser, a las fuerzas de seguridad. Que se tienen que depurar, es cierto. Pero depurar sin darles todo el respaldo que necesitan es inútil, pues en poco tiempo estaremos viendo de qué manera depuramos nuevamente. El plan de 10 años que ha hecho público la Comisionada Hellen Mack, con relación a dicha reforma, es creíble, pero debe ser sustentado por políticas de Estado antes de que la delincuencia acabe con todos nosotros.

martes, 4 de enero de 2011

ALERTA POR UN CAMBIO IRREFLEXIVO EN EL REGISTRO GENERAL DE LA PROPIEDAD

Ahora que comienza un nuevo año inicia, a la vez, la segunda década del siglo, lo cual hace reflexionar sobre su inexorable paso y, además, acerca de lo irrepetible de cada suceso, por pequeño que sea.

En mayo de 2003, por ejemplo, se dio la culminación de todo un proceso de luchas de poder entre diversas facciones dentro del Registro General de la Propiedad, RGP, que acarrearon grandes dosis de avaricia, circunstancias que dieron al traste con el sistema informático del mismo y, con él, también con la posibilidad de efectuar inscripciones, tanto de transmisiones de dominio de bienes inmuebles y muebles identificables, como de derechos reales, situación que derivó en la casi paralización del sistema financiero nacional, debido a que era imposible, bajo tales circunstancias, inscribir una garantía a favor de un banco.

Fue tal la necesidad de seguir operando, tanto de los bancos como del mismo público usuario, que mientras se lograban superar los problemas eminentemente técnicos en el RGP, se comenzaron a hacer desembolsos parciales y hasta totales, a favor de los clientes, sin que estuviesen debidamente inscritas las garantías a favor de los acreedores, dándole un "regresón" a la manera de hacer negocios como de 150 años.

El costo de volver a poner en operación el sistema colapsado es incalculable. Fueron centenas de miles de imágenes electrónicas que hubo de reponerse, tanto de los libros físicos, algunos con más de cien años de antigüedad, como de los asientos de cientos de miles de testimonios y documentos registrables presentados durante décadas anteriores.

Es decir, el costo monetario es incalculable, pero sí es calculable, en años, el costo de volver a funcionar normalmente y de darle, a nuestro sistema de Registro, la credibilidad que hoy goza no sólo a nivel nacional sino internacionalmente.

Comenzar de cero es más fácil que con un sistema quebrantado, pues se puede planificar e ir avanzando con algún método, por áreas, por partes (lo cual lastimosamente no sucedió con el Registro Nacional de las Personas, RENAP); pero cuando ya se tiene en funcionamiento un sistema informático y este se cae, si no se recupera en un par de horas la misma presión del usuario, que en este caso es interno (operadores, certificadores, Registradores Auxiliares) y externo (el público), hacen que el clima se vuelva sumamente difícil de controlar.

En el caso del RGP la recuperación del sistema tardó años en darse, pues no se contaba ni siquiera con las fuentes del programa que había colapsado.

Luego, después de haber vivido la experiencia de rescate de esta Institución que le sirve a todo el país y que es fundamental para el buen desenvolvimiento de la actividad económica y financiera, al ver señales peligrosas alrededor de lo que sea, posiblemente, el Centro de Cómputo más grande de Centroamérica, lanzo la voz de alarma.

Resulta que, hace poco, el Gobierno de la República (que no es el de la persona que la publicidad menciona, por más que desee ser recordado) efectuó el cambio de Registrador General de la Propiedad, poniendo en su lugar a un abogado que provenía del Ministerio de Trabajo, sin mayor experiencia o sin alguna experiencia que mostrar en el tema registral, el cual, a su vez, trae de dicho Ministerio a una persona, a quien nombra como Auditor de Sistemas y, recientemente, sustituye al Jefe del Departamento de Informática, poniendo en su lugar a alguien que viene del sector privado pero que, al igual que el Auditor de Sistemas, no conocen el delicado y, a la vez, complicado sistema informático del RGP.

El país entero tiene que tener los ojos puestos en un cambio de esta naturaleza, en virtud que un paso en falso puede dar pie a complicaciones que nunca podrían llegar al nivel del anterior, por los controles que se dejaron instaurados, pero que ahora también abarcaría a los ocho departamentos que sirve el Segundo Registro, con sede en Quetzaltenango, pues este último registro trabaja con el mismo sistema que el del RGP.

No pretendo cuestionar que el Registrador General pueda hacer los cambios que crea convenientes para mejorar el servicio que se presta, pero el RGP es tan complicado que estoy seguro que ni el mismo Registrador entiende a cabalidad el riesgo que él mismo corre por estos cambios poco meditados y, hasta cierto punto, irreflexivos de su parte, cuyo trasfondo no llegamos a entender, pues los ingenieros informáticos, según nuestra experiencia, son lo más alejados de cuestiones políticas, ideológicas o de cualquier manera problemáticas, que tienen una gran capacidad de centrarse en el desarrollo de su trabajo.

Los dos sindicatos de trabajadores del RGP, y el del Segundo Registro, deben estar vigilantes, especialmente tomando en cuenta la enorme cantidad de trabajadores que ganan a destajo, es decir, que sus ingresos dependen del volumen de trabajo que logren sacar adelante.

Los últimos pensamientos de este ensayo van encaminados, el primero, por que la buena fortuna acompañe en sus decisiones al Registrador General de la Propiedad, con el buen deseo por que la gente que ha enviado, en frío, a hacerse cargo de la Jefatura del Departamento de Informática, tengan la iluminación, la paciencia y la humildad para aprender; el segundo, por que las relaciones con la entidad contratista que tiene a su cargo del manejo del Centro de Cómputo sean de cordialidad y de mutuo entendimiento.