martes, 4 de enero de 2011

ALERTA POR UN CAMBIO IRREFLEXIVO EN EL REGISTRO GENERAL DE LA PROPIEDAD

Ahora que comienza un nuevo año inicia, a la vez, la segunda década del siglo, lo cual hace reflexionar sobre su inexorable paso y, además, acerca de lo irrepetible de cada suceso, por pequeño que sea.

En mayo de 2003, por ejemplo, se dio la culminación de todo un proceso de luchas de poder entre diversas facciones dentro del Registro General de la Propiedad, RGP, que acarrearon grandes dosis de avaricia, circunstancias que dieron al traste con el sistema informático del mismo y, con él, también con la posibilidad de efectuar inscripciones, tanto de transmisiones de dominio de bienes inmuebles y muebles identificables, como de derechos reales, situación que derivó en la casi paralización del sistema financiero nacional, debido a que era imposible, bajo tales circunstancias, inscribir una garantía a favor de un banco.

Fue tal la necesidad de seguir operando, tanto de los bancos como del mismo público usuario, que mientras se lograban superar los problemas eminentemente técnicos en el RGP, se comenzaron a hacer desembolsos parciales y hasta totales, a favor de los clientes, sin que estuviesen debidamente inscritas las garantías a favor de los acreedores, dándole un "regresón" a la manera de hacer negocios como de 150 años.

El costo de volver a poner en operación el sistema colapsado es incalculable. Fueron centenas de miles de imágenes electrónicas que hubo de reponerse, tanto de los libros físicos, algunos con más de cien años de antigüedad, como de los asientos de cientos de miles de testimonios y documentos registrables presentados durante décadas anteriores.

Es decir, el costo monetario es incalculable, pero sí es calculable, en años, el costo de volver a funcionar normalmente y de darle, a nuestro sistema de Registro, la credibilidad que hoy goza no sólo a nivel nacional sino internacionalmente.

Comenzar de cero es más fácil que con un sistema quebrantado, pues se puede planificar e ir avanzando con algún método, por áreas, por partes (lo cual lastimosamente no sucedió con el Registro Nacional de las Personas, RENAP); pero cuando ya se tiene en funcionamiento un sistema informático y este se cae, si no se recupera en un par de horas la misma presión del usuario, que en este caso es interno (operadores, certificadores, Registradores Auxiliares) y externo (el público), hacen que el clima se vuelva sumamente difícil de controlar.

En el caso del RGP la recuperación del sistema tardó años en darse, pues no se contaba ni siquiera con las fuentes del programa que había colapsado.

Luego, después de haber vivido la experiencia de rescate de esta Institución que le sirve a todo el país y que es fundamental para el buen desenvolvimiento de la actividad económica y financiera, al ver señales peligrosas alrededor de lo que sea, posiblemente, el Centro de Cómputo más grande de Centroamérica, lanzo la voz de alarma.

Resulta que, hace poco, el Gobierno de la República (que no es el de la persona que la publicidad menciona, por más que desee ser recordado) efectuó el cambio de Registrador General de la Propiedad, poniendo en su lugar a un abogado que provenía del Ministerio de Trabajo, sin mayor experiencia o sin alguna experiencia que mostrar en el tema registral, el cual, a su vez, trae de dicho Ministerio a una persona, a quien nombra como Auditor de Sistemas y, recientemente, sustituye al Jefe del Departamento de Informática, poniendo en su lugar a alguien que viene del sector privado pero que, al igual que el Auditor de Sistemas, no conocen el delicado y, a la vez, complicado sistema informático del RGP.

El país entero tiene que tener los ojos puestos en un cambio de esta naturaleza, en virtud que un paso en falso puede dar pie a complicaciones que nunca podrían llegar al nivel del anterior, por los controles que se dejaron instaurados, pero que ahora también abarcaría a los ocho departamentos que sirve el Segundo Registro, con sede en Quetzaltenango, pues este último registro trabaja con el mismo sistema que el del RGP.

No pretendo cuestionar que el Registrador General pueda hacer los cambios que crea convenientes para mejorar el servicio que se presta, pero el RGP es tan complicado que estoy seguro que ni el mismo Registrador entiende a cabalidad el riesgo que él mismo corre por estos cambios poco meditados y, hasta cierto punto, irreflexivos de su parte, cuyo trasfondo no llegamos a entender, pues los ingenieros informáticos, según nuestra experiencia, son lo más alejados de cuestiones políticas, ideológicas o de cualquier manera problemáticas, que tienen una gran capacidad de centrarse en el desarrollo de su trabajo.

Los dos sindicatos de trabajadores del RGP, y el del Segundo Registro, deben estar vigilantes, especialmente tomando en cuenta la enorme cantidad de trabajadores que ganan a destajo, es decir, que sus ingresos dependen del volumen de trabajo que logren sacar adelante.

Los últimos pensamientos de este ensayo van encaminados, el primero, por que la buena fortuna acompañe en sus decisiones al Registrador General de la Propiedad, con el buen deseo por que la gente que ha enviado, en frío, a hacerse cargo de la Jefatura del Departamento de Informática, tengan la iluminación, la paciencia y la humildad para aprender; el segundo, por que las relaciones con la entidad contratista que tiene a su cargo del manejo del Centro de Cómputo sean de cordialidad y de mutuo entendimiento.

3 comentarios:

  1. Estamos precenciando el cambio con incertidumbre, y no solo Jorge fue removido de su cargo varios colegas de mucho bien para la Institucion

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  2. Esta institución sufrió mucho desde el año 2003, a lo cual aún existen algunas cicatrices, gracias a su personal que apasionadamente ha dado su mejor esfuerzo para darle a los Guatemaltecos un servicio a la vanguardia y luchando por mantener la certeza jurídica el RGP es hoy una institución que está creciendo, pero alguien sabe que paso con los autores intelectuales de lo sucedido en el 2003? como fue posible liberar en una semana a quien se declaró culpable, podría esto repetirse y que nuevamente quede impune???

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  3. Por supuesto que se sabe medianamente qué fue lo que sucedió durante la administración del gobierno de Alfonso Portillo en el RGP, que culminó con la debacle de mayo de 2003, y se sabe con nombres y apellidos. Quizás algún valiente se atreva, algún día, a escribir la historia o un medio a hacer un reportaje a fondo. Ése fue un caso típico de subordinación de la Administración de Justicia al Poder Político. Es una vergüenza en nuestra historia que jamás debe repetirse. De ahí la señal de alerta.

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