lunes, 31 de marzo de 2014

MÁS DE Q.800.0 MILLONES PARA UNA EMPRESA TRAMPOSA

     Es hasta la 6a. acepción de la palabra trampa que  el Diccionario de la Real Academia Española le comienza a dar el sentido que deseamos darle en el título: Contravención disimulada a una ley, convenio o regla, o manera de eludirla, con miras al provecho propio.  La 8a. acepción es categórica: Ardid para burlar o perjudicar a alguien.  Entre las dos, en el caso de esta empresa constructora existe el ardid para burlar las reglas y para perjudicar a la ciudadanía que paga los impuestos o que es beneficiaria de las obras, pero especialmente ese detrimento en la calidad de las mismas porque se hace con miras al provecho propio.

     Del artículo de prensa que saca a la luz estas sinvergüenzadas (http://www.elperiodico.com.gt/es/20140331/pais/245098/) se deduce que no es casualidad que la empresa haya fallado o que la empresa está en manos de alguien que no sabe construir, pues existe el registro de las enormes cantidades de dinero que, desde el año 2,004 y durante más de diez años, se le viene otorgando en jugosos contratos, año con año, durante ya tres gobiernos consecutivos, y los chapuces que ha venido dejando en puentes, movimientos de tierra y carreteras asfaltadas nuevas son lo único consistente de la misma.

     La nota de prensa señala, lo más triste, que a sabiendas de los daños que se le han ocasionado a la infraestructura del país a través de hacer como que se construye y entregar solamente el maquillaje de las obras ordenadas, jamás se ha ejecutado fianza alguna.

     De lo que no habla la prensa es de la colusión que, obviamente, ha habido en esta larga serie continuada de malas obras, no solamente entre las autoridades de turno que le otorgan los contratos, sino las que no supervisan, las que le siguen pagando, las que le reciben las obras como buenas y, finalmente, las que ven el desastre de obras que han recibido y no ejecutan o hacen ejecutar las fianzas, lo cual hace pensar que el sistema de otorgamiento de esas fianzas podría, además, estar igualmente coludido.

     Estos malos empresarios y estos malos funcionarios se aprovechan, en gran medida, porque las obras de infraestructura que les sirven de mecanismo para enriquecerse cortan montañas y sirven a comunidades que, pensarán ellos, con que les pinten el asfalto con brocha quedarán agradecidas, lo cual le agrega otro toque a lo vergonzoso que ya es todo esto, pues esas comunidades, sin esa infraestructura, jamás saldrán de la pobreza y del abandono en que están.

     Afortunadamente, la prensa se da cuenta y denuncia todas esas maneras de despilfarro, y nosotros, desde esta humilde tribuna virtual, asumimos la palabra de esas comunidades "sin voz" para reclamar no sólo la restitución de las obras mal efectuadas sino cárcel para estos corruptos.

     Estos son el tipo de hechos que tenemos mucho tiempo de venir denunciando (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/02/carretera-villa-canales-y-carretera.html), y nuestro conocimiento de personas correctas para hacer cualquier tipo de infraestructura en el país nos hace preguntarnos: ¿por qué insistir en contratar ineptos o corruptos? ¡Solamente hay una explicación! ¡Piensa mal y acertarás!

     Insistimos nuevamente que el sistema nacional de compras y contrataciones tiene que ser, forzosamente, revisado.  No podemos seguir sacándole el agua a una embarcación que se hunde con una cubeta llena de hoyos, pues todos terminaremos con el agua al cuello.

     ¿Y la Contraloría General de Cuentas de la Nación? ¿Y el Ministerio Público? ¿No ha sido suficiente una trayectoria abyecta de casi 11 años de este proveedor del Estado, regando corrupción e ineptitud por donde pasa?

viernes, 28 de marzo de 2014

SIN NECESIDAD DE FORZAR LAS COSAS. DE CÓMO LLEGAMOS A LA DIRECCIÓN POR GUATEMALA EN EL BANCO CENTROAMERICANO DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA

     Hace unos minutos, haciendo una búsqueda por internet (insisto en que debe ir en minúscula), encontramos un antiguo artículo de prensa, del 25 de octubre de 2,001 (http://www.prensalibre.com/noticias/Puede-puede_0_40196887.html) en donde se nos alude directamente, sin mala fe alguna pero con datos inexactos.

     Fuimos electos para el cargo de Diputado Centroamericano para el período del 28 de octubre de 1,991 al 28 de octubre de 1,996, de modo que cuando nuestro pariente en 2do. grado de consanguinidad fue electo como Vice Presidente de la República estábamos más que conscientes de que, para no violar la Constitución que juramos cumplir y hacer cumplir, en virtud del razonamiento que bien explica el artículo mencionado, preparamos nuestra carta dirigida a la Presidencia del Parlamento Centroamericano para hacerles ver que, mientras durase dicho impedimento, permaneceríamos fuera de las actividades parlamentarias.

     Lo anterior obedecía a que, en las elecciones generales de 1,995, fuimos reelectos para el mencionado cargo, por cinco años más que finalizarían el 28 de diciembre de 2,001, es decir, poco más de año y medio después de que, por finalizar el período presidencial, también terminaría dicho impedimento legal.

     Por ende, no es que no asumiéramos el cargo, como dice el artículo, sino que voluntariamente nos retiramos del mismo (por cierto, el único columnista que recordamos que comentó este tema fue Mario Antonio Sandoval en su columna Catalejo, en Prensa Libre).  

     Fueron unas semanas después que el Presidente de la República, Álvaro Arzú, en su potestad legal conforme al Convenio Constitutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, a través de su Gobernador, el Ministro de Economía, nos propusiera para ocupar ese honroso cargo dentro de la banca regional, el cual asumimos alrededor del 8 de febrero de 1,996, unas 3 semanas después de haber salido voluntariamente del ámbito parlamentario.

     Vale la pena decir que, años después, para la campaña política de 1,999, mientras los antecedentes en el resto de países de Centroamérica iban a contrapelo y los consejos de personas allegadas nos hacían ver que el tema pasaría inadvertido, también, por otro tipo de impedimento legal, teniendo todo el potencial para lanzar nuestra candidatura a cualquier cargo de elección popular, nos abstuvimos, pues el artículo 19 del Convenio Constitutivo del BCIE, según recordamos, era explícito en el sentido de ordenar a los Directores el abstenerse de participar en cuestiones de política interna de nuestros respectivos países.

     Estamos seguros que si lo hubiésemos hecho, nadie se hubiese percatado de una limitación que no es de carácter nacional, pero hay principios éticos y valores jurídicos bien entendidos que están por encima de una aspiración de carácter espurio con la que, estamos seguros, no habríamos estado cómodos en sentido alguno.

     No nos podemos quejar de la vida, pues sin necesidad de forzar las cosas e impulsados por una disciplina de estudio, una escala de valores y algo de sentido común, nos ha permitido tener una de las experiencias políticas más completas que hubiésemos podido imaginar.  De lo anterior, podemos agradecer a Dios y a todas esas personas que, de una u otra manera, han creído en nuestra capacidad de gestión y nuestra hombría de bien.

LA INTEGRACIÓN DE GUATEMALA Y EL SALVADOR

     Tenemos muchísimos años de estudiar y tratar de empujar la integración de Centroamérica, un proceso que empezó, prácticamente, con quienes no estuvieron de acuerdo con la desintegración de la Federación de Centroamérica, desde la primera mitad del siglo XIX.

     Mientras Europa avanza en su integración, profundizándolo y ampliándola a más países, lo que sucede en Centroamérica es un estancamiento, un casi nulo avance en este sentido.

     La próxima instalación, en El Salvador, de un nuevo gobierno, debiera ser la ocasión especial para comenzar una nueva etapa en las relaciones bilaterales entre Guatemala y este país, y esa ocasión debe ser aprovechada para fortalecer la integración de estos dos países que, al producir resultados, empiece a abrirle los ojos a los demás gobiernos de la región y, poco a poco, se vayan sumando a un esfuerzo que debe ser de todos.

     Las recientemente revividas disputas entre Honduras y El Salvador, por cuestiones territoriales y limítrofes en el Golfo de Fonseca, en las costas del Océano Pacífico, en nada ayudan a fortalecer esos lazos de hermandad y las políticas de integración que la ciudadanía espera, pero una autopista de cuatro carriles, iluminada totalmente en la noche y vigilada con tecnología y con suficiente personal confiable durante las 24 horas del día, sin necesidad de hacer paradas en la frontera, entre las ciudades capitales de Guatemala y de El Salvador, sería un primer y gran paso para estimular los canales de integración más poderosos, que son los que no están a cargo de los gobiernos.

     Ojalá la visita del mandatario electo de El Salvador al Presidente de Guatemala, que se está dando en estos momentos, sirva para algo positivo en beneficio de la ciudadanía productiva, que paga impuestos y espera respuestas creativas y con sentido común para las preocupaciones que le conciernen.

miércoles, 19 de marzo de 2014

REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN, EL CLIMA Y EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS

Hoy ha sido un día especialmente bello en nuestro país tropical que mantiene una temperatura media ideal para producir casi cualquier cosa en beneficio de la humanidad.

Nuestro clima es una bendición para vivir, pero nos hace reflexionar que es uno de los elementos que, de alguna manera, han influido en la falta de desarrollo de nuestros pueblos.

No creemos que haya una raza superior a la otra, de modo que el mayor desarrollo industrial que, por ende, genera un mejor nivel de vida en los países del hemisferio norte, que hacen identificar una enorme diferencia frente a los del sur, provocando en los últimos tiempos enormes presiones sobre la migración de poblaciones pobres o empobrecidas hacia el norte, donde existen esas fuentes de trabajo que tanto se anhelan en nuestras latitudes, no se da porque quienes viven en esos países provengan de una raza superior.

Nos parece que nuestros suelos fértiles, la cantidad de horas de sol, la provisión adecuada de agua pero, especialmente, la falta de crudos inviernos, nos ha hecho, a través de los siglos, constituirnos en comunidades que se conforman, en gran medida, con que los frutos de la tierra nos provean de comer sin mayores contratiempos.

Por el contrario, la crudeza de los inviernos en el hemisferio norte ha volcado a las poblaciones a ingeniárselas de mil maneras, produciendo toda una cultura alrededor del aprendizaje y de la eficiencia.

Si los países del hoy industrializado norte hubiesen sido poblados por nuestros pueblos originarios, estamos convencidos que hubiesen sido, bajo la amenaza mortal de esos meses de frío, los protagonistas de los primeros intentos por conseguir el desarrollo, que apenas comenzó y cobró forma durante los últimos dos siglos.

Quién sabe qué hubiese sido de los germanos, escandinavos, etcétera, de haber sido los pueblos originarios de nuestros países tropicales.  Todo esto es una idea; una hipótesis; pero dudamos que, sin el acicate de esa posibilidad llegando a certeza, de perecer por falta de previsión, sin tomar medidas al respecto del cíclico y crudo invierno, hubiesen sido los pueblos organizados, tecnificados y altamente educados que son hoy en día.

Nuestro país es tan fértil que no es sino hasta hace poco más de una década que comenzamos a ver mortandad por falta de alimento.  Siempre hubo desnutrición crónica y algunas muertes, pero la nube gris que hoy se cierne sobre algunas comunidades del denominado "corredor seco" cada vez es más negra y cada vez más permanente.

Quiera Dios que las comunidades que hoy viven bajo esta amenaza tengan la claridad de ideas y la fortaleza para entender, en primer lugar, el riesgo que corren si no se ayudan a sí mismos, pues está visto que el Estado puede ayudar alguna vez, pero no está en capacidad de solucionar el tema sin el involucramiento de los afectados; y en segundo lugar que, entendiendo la situación, puedan darse cuenta que la única manera de romper ese círculo vicioso no es recibiendo dádivas sino educándose, preparándose intelectualmente, para lo cual el Estado, en un abrazo fraterno con la sociedad civil, sí debieran ayudar a proveer de cuanta oportunidad esté al alcance para tales propósitos.

Así como una madre es capaz de desarrollar una fuerza increíble y levantar un vehículo si ve a su hijo en peligro mortal bajo el mismo, también debieran, padres y madres de familia, hermanos mayores, tíos y vecinos, tomar el hambre como un peligro mortal y enfrentarlo con todas sus posibilidades.  Total, el frío mata igual que la inanición.  Los dos existen.  Si unas comunidades se preparan para enfrentar al primero y esa previsión las ha convertido en usufructuarias de mejores niveles de riqueza, las otras comunidades debieran hacer lo suyo para contrarrestar ese segundo flagelo y verlo tan cíclico y mortífero como el primero.

El clima incide en el hambre por educarse; elevar la educación genera bienestar y desarrollo de los pueblos, quienes al estar desarrollados no tienen por qué pasar hambre del físico, del que lleva a los niños y adultos a morir y convertirse en una estadística más de las nefastas.

lunes, 17 de marzo de 2014

APOYAR LO QUE ES POSITIVO ES DE MADUREZ Y DE SENTIDO COMÚN

Las noticias, generalmente, suelen ser malas, pero no siempre.  Los columnistas que generan opinión también suelen ser negativos, pues muy pocos, que los hay, resaltan las cosas que, desde la gestión pública, se hacen bien.

Ejemplos de iniciativas positivas para el país hay varias, como el impulso que la Municipalidad de Guatemala le está dando a los jóvenes emprendedores; pero la relación del alcalde con la prensa es tan mala, que al momento que escribimos estas líneas no hemos encontrado un solo comentario positivo al respecto (que quizás lo haya).

Otra noticia que merece destacarse, porque va en el sentido correcto, es la de los ministerios de Economía y de Trabajo, de impulsar el empleo "distrital", es decir, en las poblaciones urbanas del interior del país, la cual ocupó una página entera de Prensa Libre, el jueves 13 de marzo en curso, y al momento no ha habido un solo comentario al respecto, cuando son temas que todos debiéramos estar apoyando, pues la juventud desempleada del interior del país también es Guatemala y merece que se le dé atención y se mejoren sus oportunidades de colocación.

Todos nos quejamos de las extorsiones, de los asesinatos que cometen las maras, de cómo estos grupos antisociales han venido copando barrios enteros en detrimento de la gente honrada, pero solamente con represión no se soluciona el problema.  La juventud necesita espacios para divertirse y oportunidades para aprender y para ganar su sustento, todo lo cual generará actividades que no sólo la mantendrán ocupada sino serán las que la encausen en los caminos del bien, de la productividad, para que algún día esos jóvenes sean, a su vez, cabezas de hogares responsables para con sus propios hijos.

Desarmar la bomba de tiempo que constituye el crimen organizado que capta niños y jóvenes requiere políticas claras e inversión, además del apoyo de todos nosotros cuando se tienen iniciativas positivas para el país, pues apoyar a la juventud del interior del país es apoyar a todos quienes conformamos esta gran nación.

Nosotros hemos tenido lo que se necesita para criticar.  Hoy demostramos que también lo tenemos, junto con la madurez necesaria, para apoyar iniciativas que no son nuestras pero que reconocemos como valiosas para todos.

miércoles, 12 de marzo de 2014

LOS ORGANISMOS DEL ESTADO, ¿COMPRANDO AL CRÉDITO?

La lectura de una nota de hoy, en Prensa Libre, referente a los sobreprecios pagados en la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad, SAAS, (http://www.prensalibre.com/noticias/SAAS-efectua-compras-precios-elevados_0_1100289983.html), en donde la elevación de esos precios pretende justificarse porque no todos los oferentes le quieren dar crédito al Estado, nos motiva a desarrollar un punto de vista que, según recordamos, ya dejamos alguna vez establecido en algún lado.

El argumento esgrimido tiene su peso.  El costo financiero de que el gobierno o quien sea que compre retrase los pagos de los materiales o de los servicios, viene incluido en los precios que los oferentes ofrecen. Mientras más se tarden las instituciones en pagar, más le recarga el ciudadano de a pie, a cargo de proveer cualquier cosa, por lo que ofrece.  Es natural.

Cuando tuvimos la enorme tarea de rescatar el entonces colapsado Registro General de la Propiedad, como segundo al mando tuvimos oportunidad de implementar la política de pago contra entrega, la cual en poco tiempo comenzó a brindar sus frutos, porque estimuló, en la medida que se regó la voz, una mayor participación de oferentes, por un lado, y una mayor y mejor competencia, bajando los precios, por la otra.

En lugar de ver las compras de esta institución sin interés, porque solamente a unos pocos les interesan las compras de quien paga mal o nunca paga, especialmente a quienes hacen de este sistema perverso un negocio, disfrazando la colusión que tienen con las autoridades en esos precios altos que genera la poca o nula competencia, comenzó a darse una verdadera competencia por hacer un buen negocio, pues la emisión del cheque de pago contra la entrega de la mercadería o el acta de recepción de algún servicio, se convirtió de repente en algo atractivo para mayor número de oferentes.

Así las cosas, hay mucha gente en la calle que puede darse el lujo de decir, con propiedad, que sus cheques valen más que los del gobierno, pero la manera como se manejan las compras puede y debe cambiar, para hacer rendir mejor el dinero que todos aportamos como contribuyentes, y que el presupuesto alcance para llegar a más lugares en donde las necesidades son verdaderamente apremiantes.

viernes, 7 de marzo de 2014

ENTRE LACAYOS TE VEAS

La solicitud del embajador panameño por que la Organización de Estados Americanos, OEA, debata sobre la convulsión social venezolana no sólo provocó el rompimiento unilateral de relaciones de esta última nación con la primera, sino el señalamiento, por el Presidente Nicolás Maduro, de que el Presidente panameño, Ricardo Martinelli, es un lacayo de Estados Unidos de América.

Curiosamente, quien ha estado muy calladita es, precisamente, la OEA y, con ella, su flamante Secretario General, José Miguel Insulza, quien esta vez se envuelve en el cómplice silencio, el cual contrasta enormemente con sus actuaciones pasadas, tanto en Guatemala, especialmente cuando perdió la vida el abogado Rodrigo Rosenberg, y en Honduras, cuando el ex Presidente Manuel Zelaya trató de violentar la Constitución para perpetuarse en el poder y fue sacado del país después de un Golpe de Estado en donde, curiosamente, quien más vociferaba en contra de las nuevas autoridades era el extinto comandante Hugo Chávez, lacayo, a su vez, de los gobernantes cubanos, los hermanos Castro, quienes a su vez son dependientes, si no lacayos, del petróleo venezolano que les continúa regalando Maduro.

Desde la posición objetiva que nos brinda ver estos acontecimientos desde la distancia, nos atrevemos a decir que la posición panameña no ha sido de servidumbre, sino de dignidad, tal como se dio el Congreso de la República de Chile, que acaba de aprobar, por unanimidad, tres resoluciones que condenan lo que sucede en las calles de Venezuela y solicita que se preserve la seguridad de las personas y sus Derechos Humanos.  Es una posición que hace sentido común a toda persona que crea en la Democracia (con mayúscula) como uno de los grandes valores republicanos.

¿Cuál es la función, en estos momentos, de la OEA? ¿Discutir sobre la última nevada en Washington? Nos parece que el pedido panameño es legal, es oportuno, es serio.

Mientras tanto, vemos con tristeza una violencia innecesaria y el derramamiento de sangre de personas inocentes que lo único que desean es un cambio en su esfera de libertad, en el aprovisionamiento de los supermercados, en su capacidad de intercambiar ideas y en el entorno de sus vidas, cada vez más restringidas por la ola de violencia insensata que los empuja, los envuelve y devora.


Al final, todo esto será una historia más que permanecerá en los libros o en la mente de las personas que vivieron los acontecimientos.  Ahí estarán bien identificados quiénes son los verdaderos lacayos en toda esta trama que ha venido envenenando nuestra América.