Es hasta la 6a. acepción de la palabra trampa que el Diccionario de la Real Academia Española le comienza a dar el sentido que deseamos darle en el título: Contravención disimulada a una ley, convenio o regla, o manera de eludirla, con miras al provecho propio. La 8a. acepción es categórica: Ardid para burlar o perjudicar a alguien. Entre las dos, en el caso de esta empresa constructora existe el ardid para burlar las reglas y para perjudicar a la ciudadanía que paga los impuestos o que es beneficiaria de las obras, pero especialmente ese detrimento en la calidad de las mismas porque se hace con miras al provecho propio.
Del artículo de prensa que saca a la luz estas sinvergüenzadas (http://www.elperiodico.com.gt/es/20140331/pais/245098/) se deduce que no es casualidad que la empresa haya fallado o que la empresa está en manos de alguien que no sabe construir, pues existe el registro de las enormes cantidades de dinero que, desde el año 2,004 y durante más de diez años, se le viene otorgando en jugosos contratos, año con año, durante ya tres gobiernos consecutivos, y los chapuces que ha venido dejando en puentes, movimientos de tierra y carreteras asfaltadas nuevas son lo único consistente de la misma.
La nota de prensa señala, lo más triste, que a sabiendas de los daños que se le han ocasionado a la infraestructura del país a través de hacer como que se construye y entregar solamente el maquillaje de las obras ordenadas, jamás se ha ejecutado fianza alguna.
De lo que no habla la prensa es de la colusión que, obviamente, ha habido en esta larga serie continuada de malas obras, no solamente entre las autoridades de turno que le otorgan los contratos, sino las que no supervisan, las que le siguen pagando, las que le reciben las obras como buenas y, finalmente, las que ven el desastre de obras que han recibido y no ejecutan o hacen ejecutar las fianzas, lo cual hace pensar que el sistema de otorgamiento de esas fianzas podría, además, estar igualmente coludido.
Estos malos empresarios y estos malos funcionarios se aprovechan, en gran medida, porque las obras de infraestructura que les sirven de mecanismo para enriquecerse cortan montañas y sirven a comunidades que, pensarán ellos, con que les pinten el asfalto con brocha quedarán agradecidas, lo cual le agrega otro toque a lo vergonzoso que ya es todo esto, pues esas comunidades, sin esa infraestructura, jamás saldrán de la pobreza y del abandono en que están.
Afortunadamente, la prensa se da cuenta y denuncia todas esas maneras de despilfarro, y nosotros, desde esta humilde tribuna virtual, asumimos la palabra de esas comunidades "sin voz" para reclamar no sólo la restitución de las obras mal efectuadas sino cárcel para estos corruptos.
Estos son el tipo de hechos que tenemos mucho tiempo de venir denunciando (http://politicaysentidocomun.blogspot.com/2010/02/carretera-villa-canales-y-carretera.html), y nuestro conocimiento de personas correctas para hacer cualquier tipo de infraestructura en el país nos hace preguntarnos: ¿por qué insistir en contratar ineptos o corruptos? ¡Solamente hay una explicación! ¡Piensa mal y acertarás!
Insistimos nuevamente que el sistema nacional de compras y contrataciones tiene que ser, forzosamente, revisado. No podemos seguir sacándole el agua a una embarcación que se hunde con una cubeta llena de hoyos, pues todos terminaremos con el agua al cuello.
¿Y la Contraloría General de Cuentas de la Nación? ¿Y el Ministerio Público? ¿No ha sido suficiente una trayectoria abyecta de casi 11 años de este proveedor del Estado, regando corrupción e ineptitud por donde pasa?
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