lunes, 28 de septiembre de 2009

TREMENDO ERROR DE MICHELETTI

La crisis política hondureña de agudizó hoy hace 3 meses cuando Manuel Zelaya fue sacado con violencia del país. Unos dicen que sacaron al Presidente de la República; otros sostienen que, cuando lo sacaron, ya no lo era, por haber violentado reinteradamente la Constitución, haber sido declarado traidor a la patria y perdido la oportunidad de terminar el mandato, democráticamente, hasta finalizar el período que contempla la mencionada Constitución.

Desde este blog no hemos apoyado el regreso de un ex presidente desgastado y destituido, básicamente, por dos razones: la primera, porque, como no vengo observando este fenómeno desde el 28 de junio de 2009 como la mayoría de quienes constituyen la denominada Comunidad Internacional, sino desde que comenzó hace más de un año, estoy consciente de por qué los hondureños, en conjunto, tienen la idea de que Manuel Zelaya violó su Constitución y las leyes, entiendo el concepto constitucional de traición a la patria y, desde el momento en que el Partido Nacional, la Democracia Cristicana, en Partido Innovación Nacional y Unidad y el mismo partido oficial, el Liberal, están de acuerdo, como lo están el Congreso Nacional, la Fiscalía, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte Suprema de Justicia, no existe mejor balance de pesos y contrapesos que ése, y ninguno de los mencionados pone una palabra de duda en lo que en este proceso de destitución se ha hecho.

El error se comete al final de dicho proceso en que, en lugar de capturar al infractor, detenerlo en un centro de reclusión y procesarlo por los 18 delitos que se indica que cometió, se opta por sacarlo, ya destituido, fuera del país, lo cual ha dado en pensarse, y yo mismo insisto en decirlo, que sí fue un Golpe de Estado. De todos modos, jurídicamente hablando, no procede reinstalar a alguien que ha perdido el cargo por no cumplir con los requisitos para ostentarlo, por muy democrátia y popularmente que haya sido electo originariamente.

Ahora bien, aquí entra la segunda consideración que ha hecho que no defienda el regreso de Manuel Zelaya. Aparte que lo he señalado de que es un sociópata, es decir, alguien a quien no le inspiran respeto ni las leyes, ni las instituciones, ni las personas, y sólo mira, como las mulas de carga, hacia su objetivo, conociendo como conozco a mis hermanos hondureños, creo que es preferible, para garantizar la paz social y evitar un eventual derramamiento de sangre, insistir en el tema.

El proceso electoral no lo inició ni lo controla el gobierno de Roberto Micheletti. Aquél es un proceso largo que arrancó hace tiempo. Ha habido procesos internos de elección de candidatos en los partidos; hubo una convocatoria a elecciones anterior al mes de junio del presente año, y lejos de hacerle un bien al país, esta denominada comunidad internacional, le hace un daño al proceso político más serio de América Latina con su obstinada insistencia y la necedad de manifestar que no reconocerán a quien resulte electo en dicho proceso que culmina a finales de noviembre entrante.

He hablado de la legitimidad, la cual la comunidad internacional quiere hacer creer que proviene de ellos, cuando es el pueblo hondureño el que le debe otorgar o no esa legitimidad a sus próximas autoridades, pero esa mezcla de arrogancia, filibusterismo y tontera, pareciera que van ganando en las páginas de los periódicos, aunque no se sepa a ciencia cierta en qué parará todo esto.

Lo nuevo en todo este proceso es el craso error del gobierno de Micheletti de conculcar las garantías de los hondureños y vedar la información de lo que sucede. Es una oportunidad de oro para que el mundo conozca cómo los seguidores de Zelaya están más interesados en el saqueo que en la democracia. Es importante que el mundo sepa, libremente, de las gestas cívicas que se llevan a cabo en diferentes ciudades de Honduras, si no para respaldar al actual gobierno, que todos entienden que es de transición, sí para manifestar que la salida de Zelaya fue acorde con la Constitución y que no lo quieren de regreso en el poder.

Micheletti le está dando a Chavez, Ortega, Insulza, Fernández de la Vega, Kirchner, Morales, Castro, D'Escoto y demás satélites y corifeos, el esperado pretexto para "confirmar" lo antidemocrático del régimen (de Gloria Oquelí, la Presidente espuria del Parlamento Centroamericano a quien no le doy más que categoría de Coordinadora de Debates, quien con engaños al Ministro Consejero de la Embajada de Brasil llevó a Zelaya a dicha legación, mejor escribiré aparte).

Desde nuestra tribuna de expectación neutral tenemos que señalar que este error puede dar lugar a que la denominada comunidad internacional se sienta lo suficientemente justificada para intentar algo que todavía los restos de moralidad de algunos de sus integrantes no los dejan hacer.

1 comentario:

  1. Ricardo Flores Asturias5 de octubre de 2009, 21:14

    Hoy 5 de octubre se reciben noticias que Roberto Micheletti levantará la restricción a las garantías constitucionales de todos los hondureños. Así como en su oportunidad señalé el tremendo error de conculcarlas, hoy celebro que dichas medidas se levanten por el bien de todos. El proceso general de elecciones no debe verse empañado por una medida de esta naturaleza.

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