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miércoles, 2 de junio de 2010

HONDURAS Y SU SOCIEDAD CIVIL. LAS CONSECUENCIAS DE LA INSENSATEZ DE CANCILLERÍAS APARENTEMENTE SERIAS.

Acabo de recibir, por internet, un comunicado que hacen varios grupos, en forma conjunta, de la sociedad civil hondureña. Aunque no copian el texto, el comunicado es motivado por las declaraciones recientes del ciudadano presidente de ese país, Porfirio Lobo, las cuales, asumimos, se refieren a la posibilidad de que el ciudadano ex presidente desde junio del año pasado, Manuel Zelaya, regrese a su país sin asumir responsabilidad alguna en los sucesos políticos que ocasionó y que motivaron su remoción del cargo, irregularmente si se quiere, mediante un Golpe de Estado, pero por traición a la patria como prescribe la constitución de ese país.

Porfirio Lobo, con sus buenas intenciones, de las cuales se dice que está empedrado el camino al infierno, con sus declaraciones, se está poniendo peligrosamente al margen de la ley, porque no es al Presidente de la República a quien le corresponde juzgar y eximir de responsabilidad penal, sino al Organismo Judicial, especialmente cuando, dentro de los cargos que se le hacen al ahora vocero de una de las organizaciones neo imperialistas de Hugo Chávez (Imperio Chamo pero, al fin, imperio), se involucran actos de corrupción que nada tienen que ver con el tema político o de violación a la constitución.

Las declaraciones de Porfirio Lobo las podemos analizar desde varias aristas.

Una, que pueden dar paso, si no a la autodestrucción porque eso sería exagerar, sí a la división del Partido Nacional, ya que una gran mayoría de miembros del hoy partido oficial hondureño seguramente respaldan el texto del comunicado, el cual va precisamente en contra de la actitud asumida por el Presidente de la República, salido de sus filas.

La otra, como ya me extendí en un ensayo anterior, el peligroso papel que democracias fuertes y constituidas, como la mexicana, como la brasileña, como la chilena, están jugando en la ya golpeada sociedad y democracia hondureña, con esa actitud arribista que no ayuda a nadie, que no construye pero que, está demostrado, continúa dañando y dividiendo a un país que celebró elecciones probablemente con mayor participación porcentual que en los países mencionados, y que no tienen atisbo de ilegitimidad que se le pueda reclamar a ese pueblo digno y valeroso que salió a expresar su voluntad como debe hacerse: mediante el sufragio. ¿Qué más quieren?

México tiene sus propios problemas con la guerra abierta, interna, que está llevando a cabo con los carteles de la droga. Chile tiene los suyos con la tragedia de tanto terremoto que acaba de sufrir, y Brasil también tiene los suyos, y sólo por mencionar alguno, el enorme proceso de reversión de la situación de las miles de favelas que tiene. De los tres, posiblemente México sea el que más aliados necesita en el exterior en este momento, pero su cancillería parece no entenderlo.

En Honduras, como desde Guatemala, donde escribo, la actitud de la cancillería mexicana con respecto a la anterior crisis política hondureña, simplemente no se entiende. ¿Será demasiada la arrogancia que les cuesta mirar hacia el sur? Por lo menos de Brasil entendemos que la ceguera es ocasionada por el tema ideológico que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo a nuestros países; y lo mismo sucedió con Chile, del cual esperamos que, pronto, reconozca la legalidad y legitimidad de las elecciones hondureñas, ya que el actual presidente, Piñera, no está ideologizado como su antecesora, la Sra. Bachelet.

Un último argumento: ¿alguien volvió a satanizar al gobierno de los Estados Unidos de América por haber reconocido al gobierno constitucional de Honduras? La respuesta: que yo sepa, que leo las noticias todos los días, nadie.

Hasta la Asmblea Plenaria del Parlamento Centroamericano, presidida por un sandinista de línea dura como tiene que ser el Secretario de Relaciones Internacionales y ex embajador de Nicaragua en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, reconoció al gobierno de Porfirio Lobo.

La pregunta nuevamente es, entonces, ¿cuándo va a reaccionar México?

domingo, 11 de abril de 2010

NICARAGUA RECONOCE GOBIERNO HONDUREÑO. ¿DÓNDE ANDA LA CANCILLERÍA MEXICANA?

Hace meses escribí, en este espacio, que los gobiernos que objetaban el proceso electoral hondureño y no reconocían al gobierno que la mayoría eligió libre, democrática y popularmente, conforme a las leyes y los procesos establecidos, se tendrían que ir tragando sus palabras.

Uno a uno han ido bajando su tono beligerante, reconociendo al gobierno constitucionalmente electo e instalado en Honduras y, algunos de ellos, como el de Guatemala, que tantos yerros cometió durante la parte álgida de la crisis política del vecino, se han convertido en procuradores oficiosos de la causa hondureña.

Lo poco que hay que reconocerle a la política exterior guatemalteca del actual gobierno, por cierto (y este tema debería ser otro ensayo), es haber logrado el reconocimiento del sandinista Daniel Ortega, precisamente porque es el más visible testaferro de los intereses de Hugo Chávez, el petro poderoso czar de la Alianza Bolivariana, ALBA, en Centroamérica, la cual no valdría centavo alguno si no estuviera respaldada por una montaña de dinero proveniente del petróleo. Y no me refiero sólo al valor en nuestra región.

Por cierto, cuentan mis buenas fuentes de información que Daniel Ortega llegó a recibir a Porfirio Lobo al aeropuerto y hasta de piloto le sirvió en su tránsito hacia la capital de Nicaragua, Managua.

Recordemos que fue la intromisión de Hugo Chávez y su política neo imperialista la que causó, originalmente, la crisis política hondureña, y como el pueblo y las instituciones de ese país no accedieron a caminar por la ruta trazada por Caracas y le salió el tiro por la culata, poco cuesta imaginarse que su gobierno de corte marxista será de los más duros para reconocer el triunfo de la libertad expresada en las urnas de un pequeño pero valiente país centroamericano.

Gobiernos grandemente ideologizados como el de República Dominicana o el de España, después de dirigir el sainete de declaraciones de los países europeos, se han tenido que ir tragando sus palabras.

Sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué pasa con la política exterior mexicana? Es cierto que la agenda presidencial está más que ocupada con la problemática interna, pero México, con tanto peso político en el área, como lo hiciera en la década de los 1970's en que tomó partido y apadrinó la Revolución Sandinista y luego participó en el Grupo Contadora para tratar de encontrar la paz perdida en el istmo, en el caso de la crisis política volvió a tomar partido, el de Manuel Zelaya, el mismo que mal le pagó al Presidente Calderón en la visita que le hizo, como Jefe de Estado, estando derrocado, a ese país, en una visita histórica por haber finalizado en la expulsión inmediata del invitado de honor.

México no puede seguir dando palos de ciego en su profesional política exterior y debe voltear a ver, nuevamente, a Centroamérica. Si bien somos sus vecinos pobres, no dejamos de ser sus vecinos, como ellos lo son con relación a los Estados Unidos.

A México le urge revisar su política exterior hacia Centroamérica, con la cual mantenía un intercambio comercial importante hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. No es cualquier bicoca habernos llegado a exportar el 12% del total y recibir el 5% de sus importaciones de esta región; sin embargo, algo sucedió después de la Segunda Guerra Mundial en que Centroamérica dejó de ser importante para México.

Hoy, con el mundo tan globalizado, parece increíble que con el vecino del norte mantengamos tan malas relaciones políticas, de comercio, sociales, económicas, cuando provenimos de un mismo origen.

Es más, me parece que México ha descansado gran parte de su diplomacia hacia Centroamérica en el ámbito multilateral, en donde fue baluarte en el diseño de la defensa conjunta de los intereses económicos de los países de la región (como el Sistema Económico Latinoamericano, SELA, fundado en 1975), pero ha venido descuidando por completo esa relación directa, bilateral, que fomenta las relaciones y que hermana a las naciones.

No bastan las relaciones frías de los foros como la ONU o la OEA, donde México tradicionalmente defendió los principios de autodeterminación y de no intervención que ahora ha olvidado, o utilizando las mejores armas que existen en estos foros, que son las de la argumentación jurídica; o el de instituciones de desarrollo como el FMI, el BID, el Banco Mundial o el BCIE, del cual México es socio extrarregional, para acercar a los pueblos y los gobiernos.

En ese contexto la Cancillería Mexicana lleva un rezago de varias décadas, aunque he conocido, personalmente, embajadores de primer nivel en nuestro país que se han empleado, en su misión, más allá de lo que normalmente vemos en funcionarios de esta naturaleza, que fácilmente se acomodan al nuevo país y a la actividad social. He sido testigo, por ejemplo, del impulso de México al Programa de Desarrollo Fronterizo, PRODESFRO, en Guatemala, en la época del Presidente Ernesto Zedillo.

A lo lejos recuerdo la visita oficial del Presidente Gustavo Díaz Ordaz a Guatemala, a mediados de la década de 1960's, y luego la del mencionado Presidente Zedillo, y eso me parece que ha sido la totalidad de visitas de presidentes mexicanos a Guatemala, su vecino del sureste.

Hoy, aunque observamos una situación difícil en México, que ha de tener ocupada la mente y agenda presidencial, nos atrevemos a sugerir una visita del Presidente Felipe Calderón a Honduras, la cual perfectamente puede arreglarse, por la vía diplomática, para que se haga con todos los presidentes de Centroamérica, el corredor previo de la droga antes de llegar a México.

Esta reunión fortalecería, políticamente, a todas las partes: al gobierno actual de Honduras frente al mundo, porque realmente no tiene cosa que ver con lo que provocó la crisis y el Presidente Porfirio Lobo ha hecho hasta lo que quien escribe no hubiera efectuado, con tal de tener contentos a todos; al gobierno de México, que obtendría un respaldo unánime en su lucha contra el narcotráfico; y al resto de los gobiernos de la región, que no sólo posarían en la foto, porque estarían revitalizando sus lazos políticos, diplomáticos, económicos, comerciales, sociales y hasta culturales con el gran vecino del norte.

Ojalá la canciller mexicana, Patricia Espinoza, tenga buenos asesores en estos puntos.

La política exterior mexicana de los últimos tiempos, independientemente de sus yerros con la crisis política hondureña, se ha hecho dura para con sus vecinos del sur, a quienes discrimina totalmente a través de los también fríos funcionarios consulares, en donde cada vez se inventan más requisitos para conseguir una visa para poder viajar.

Una anécdota como muestra: en un viaje a Europa, viajando con pasaporte guatemalteco con visa estadounidense vigente, pero sin tener visa de turismo mexicana, se me hizo hacer una espera de siete horas, ni siquiera en una sala de espera sino en un pasillo, con una custodio como de metro y medio de alto y desarmada, a la que le pregunté: "¿a dónde cree que me voy a fugar, a Estados Unidos, de donde aquí está mi visa, o a Guatemala, de donde vengo?". Menciono lo anterior, aunque se sienta fuera de contexto, porque es una pequeña muestra de la falta de interés que le han puesto a su frontera sur, donde también habemos personas que valemos, que pensamos y que no los vemos como enemigos.

Este ensayo, más que tratar de hacer ver los fallos en general de una cancillería, trata de hacer el mejor de sus esfuerzos por hacerla reflexionar. México, más tarde o más temprano, ha de reconocer que el gobierno hondureño es legítimo, popularmente electo y constitucional. Mientras más pronto lo haga, más fácil se reanudarán las relaciones normales en el área, y eso es lo que más le conviene tanto a México como a todos los centroamericanos.

martes, 12 de enero de 2010

NUEVO RESBALÓN EN LA POLÍTICA EXTERIOR ESTADOUNIDENSE

Creí que no iba a volver a escribir sobre la crisis política hondureña, pero las circunstancias obligan a hacer un pequeño análisis de situación.

Es extraño que un político de experiencia, como es el caso de la señora Hillary Clinton, dé muestras de inconsistencia al grado que la cancillería estadounidense, denominada por quién sabe qué razón Departamento de Estado, primero condenó el Golpe de Estado en Honduras, luego reconoció al presidente interino Roberto Micheletti, manifestó que reconocería al gobierno que el pueblo hondureño eligiera y ahora, en nuevo resbalón, se meten en los asuntos internos de este querido país para pedir, a cambio de varios millones de dólares de "ayuda", que Roberto Micheletti deje la Presidencia de la República el 15 de enero de 2010, con el afán de "taparle el ojo al macho" o de querer tapar el sol con un dedo y que sea otra persona, pero no Micheletti, quien haga el traspaso de poder al presidente electo, Porfirio Lobo.

Con esos fines ha enviado en calidad de pro cónsul, con esa actitud que los gobernantes estadounidenses no entienden que odiamos todos en latinoamérica, al subsecretario adjunto de dicho Departamento de Estado, para América Latina, Craig Kelly.

Reto a cualquiera de mis lectores a que me explique en qué cambia cualquiera de los hechos pasados, incluyendo las responsabilidades políticas, civiles y penales, el hecho de que no sea fulano sino mengano quien entregue la banda presidencial. ¿No se entiende esto más como un capricho, como una necedad, como una terquedad que no tiene un solo fin utilitario?

Contrasta esta noticia con la nota de prensa que señala el periplo del embajador brasileño Gonçalo Moura, jefe del Departamento de América Central y el Caribe, a reunirse con delegados de los gobiernos guatemalteco, dominicano y salvadoreño, para afinar sus posiciones con miras a la próxima reunión de la Organización de Estados Americanos, OEA, según se dice, con una evaluación preliminar brasileña de que la situación en Honduras, después de la toma de posesión del presidente electo, tenderá a normalizarse. Eso dicen los cables de prensa; otra cosa que lo creamos así.

El problema que tiene Brasil es que no desea quedarse, a perpetuidad, con un huésped inesperado, creemos, a quien hay que buscarle una salida, so pena de quedarse la embajada brasileña en calidad de hotel por los siguientes años.

¿Qué tanto tendrán que ver, tanto la danza de millones venezolanos, junto a los ahora millones estadounidenses, en el nuevo capítulo de esta crisis política desatado alrededor de la amnistía que pretende otorgar el Congreso de Honduras a Manuel Zelaya?

¿Tienen derecho los extranjeros, sean brasileños, venezolanos, estadounidenses o guatemaltecos, ya en lo individual, ya parapetados en organizaciones como la OEA, para interferir en asuntos exclusivos de los hondureños?

El sometimiento a juicio de los militares involucrados en los hechos acaecidos el 28 de junio de 2009 en Tegucigalpa lo veo yo como algo que deviene natural, pero que no debiera ser exclusivo de ellos ni de los hechos sucedidos a partir de esa fecha. La administración de justicia debe ser amplia y revisar los hechos desde el inicio del período presidencial de Manuel Zelaya y atraer a ese ámbito a todos los involucrados en cualquier hecho antijurídico que se enmarque debidamente dentro de las regulaciones constitucionales y penales de ese país.

Someter a los militares a juicio es posible que lo interprete la Comunidad Internacional, así llamada, como el preludio de lo que podría pasarle a su protegido, el violador constitucional Zelaya, y por eso andan alborotados en reuniones entre ellos y, lo pero, creyendo que estamos en la época del Imperio Romano, yendo a tratar de manipular las cosas fuera del ámbito de la legalidad, en primer lugar, y de la jurisdicción que les corresponde, por otra parte.

Estados Unidos, con esta actitud, le da la razón a Fidel Castro y a Hugo Chávez cuando se refieren a ellos como el Imperio. Estados Unidos necesita aliados en el mundo, y los seguidores más recalcitrantes del sociópata Manuel Zelaya nunca van a ser sus aliados, así logre la restitución de este antes de la toma de posesión de Porfirio Lobo. Por otro lado, insulta, con estas actitudes neoimperialistas, a sus aliados naturales, a quienes siempre han creído en la democracia, en la libertad, en la no ingerencia en los asuntos internos de otros países, en el respeto mutuo de las naciones con base en la igualdad.

En la sociedad estadounidense suele haber "bullies", esas personas que pretenden conseguir lo que desean a base de pasarle encima a los demás. Es un fenómeno que se da desde los niños, pasa por los adolescentes y llega a las altas esferas de la sociedad, pero con una característica común: siempre son mal vistos, criticados, rechazados por los demás. El término más apropiado en español podría ser el de un matón, aunque no se adapta del todo al término original en inglés. Sin embargo, eso mismo es lo que el gigante, con sus millones, pretende hacer con la pequeña Honduras sin recordarse o haciendo caso omiso que por muy pequeño que sea el país, para sus ojos, hay Constitución, hay leyes, hay dignidad, hay patriotismo y hubo una decisión enmarcada en su ley constitucional mediante la cual el Congreso Nacional nombró a Roberto Micheletti como Presidente de la República para terminar el mandato de Manuel Zelaya, a quien destituyó, según entiendo, por traidor a la patria.

En reciente entrega en este blog señalo que el Acuerdo Guaymuras, el que apoyó en su conjunto la denominada Comunidad Internacional, está vigente, pero ahora resulta que son los mismos Estados Unidos quienes vienen a desacreditar lo pactado entre las partes, que es un proceso en marcha, y a inmiscuirse abusivamente para hacer renunciar al funcionario que representa, frente al mundo, a todos los hondureños. ¿Cómo vería la opinión pública estadounidense que un funcionario menor de la cancillería hondureña llegara a la Casa Blanca, a hablar con el Presidente de los Estados Unidos, ese que se traslada de un lado al otro en el famoso Air Force One, para pedirle que renuncie a cambio de qué se yo?

Mejor le iría a cualquier nación del mundo, en estos momentos, dejando que los hondureños resuelvan sus propios problemas. Todos los países, a excepción de Brasil, saldrían bien librados, pero también hay que entender que, en este caso, Brasil se invitó solo a ser parte de la crisis política interna y tuvo que haber medido las consecuencias, con anterioridad, de aceptar este tipo de huéspedes en su embajada.

viernes, 13 de noviembre de 2009

¡¡¡¡¡ ME LLEVO MI PELOTA !!!!!

Cual niño rico y consentido por su mami, Manuel Zelaya, el que fuera Presidente de la República de Honduras hasta el 28 de junio de 2009, desautoriza lo actuado por sus propios delegados en la Comisión de Diálogo que suscribieran, junto con los delegados del gobierno de transición de Roberto Micheletti, el Acuerdo Guaymuras que contempla la instalación de una Comisión de Verificación, la constitución de un Gobierno de Unidad y Reconciliación, la solicitud para que el Congreso Nacional, en consulta con la Corte Suprema de Justicia y otras instancias, resuelva sobre una ficción jurídica que consiste en la posibilidad de retrotraer la situación de Manuel Zelaya al estado en que estaban las cosas antes del 28 de junio mencionado, el respaldo al Proceso de Elección de nuevas autoridades y la instalación, el año entrante, de la Comisión de la Verdad.

Es como ver a un niño regordete e inútil para jugar, pero dueño de la pelota, perseguirla hasta recuperarla y retirarse del campo de juegos, abrazándola, porque una decisión del árbitro le fue adversa. ¡Por favor!

Según entendemos, el proceso iniciado con el Acuerdo de Guaymuras está en marcha tal y como fue previsto. No se ha hecho absolutamente nada en contra del mismo, ni siquiera del calendario incompleto que contempla en su texto, como no sea haber dejado de instalar el Gobierno de Unidad y Reconciliación en la fecha prevista.

Ya se instaló la Comisión de Verificación; ya se tienen los candidatos para integrar el Gobierno de Unidad por todas las partes involucradas, a excepción de la de Manuel Zelaya, lo que ha ocasionado solicitudes (a nuestros ojos, ruegos), de parte del gobierno de transición, para que proponga a las personas que, a su juicio, podrían integrar dicho gobierno.

Ahora bien, el Acuerdo Guaymuras prevé que dicha instalación debió darse, a más tardar, el 5 de noviembre en curso (es decir, dicho acuerdo contempla la posibilidad de que se hubiera instalado antes de esa fecha). Si el 30 de octubre pasado se le entregó al Congreso hondureño la solicitud para entrar a conocer el tema, ¿cómo es posible que Manuel Zelaya haya remotamente pensado que, a más tardar el 5 de noviembre, con todo y el fin de semana de por medio, el mismo iba a solicitar la opinión de la Corte Suprema de Justicia y de"las instancias que considere pertinentes...", a recibir los informes de dichas instancias, a reunirse para inmediatamente resolver nombrarlo para que él y solamente él pudiese instalar al mencionado Gobierno de Unidad y Reconciliación? ¡Otra vez: por favor!

Ahora despotrica en contra de Estados Unidos y su cambiante política con relación a su caso, dice.

Ya es hora de que el mundo, en manos de algunos líderes ideologizados, abran los ojos con relación a esta otra manipulación, y le brinden a Honduras y a los hondureños el respeto que se merecen. Se los he venido cantando por este medio: Manuel Zelaya es un sociópata.

El Acuerdo de Guaymuras, como no sea la concesión de Roberto Micheletti de andar esperando que a Manuel Zelaya se le dé la gana nombrar sus delegados para constituir el Gobierno de Unidad y Reconciliación, ha venido siendo cumplido por quienes ejercen el gobierno, por las demás instituciones hondureñas involucradas y por la sociedad civil.

Ojalá las personas sensatas del mundo sí comprendan mejor que los líderes que los representan en el mundo la incómoda situación en que, innecesariamente, siguen poniendo a Honduras y a los hondureños.

sábado, 7 de noviembre de 2009

LA LECTURA DEL ACUERDO GUAYMURAS. INTERPRETACIÓN JURÍDICA-POLÍTICA-SOCIOLÓGICA.

El "Diálogo Guaymuras Acuerdo Tegucigalpa/San José" está escrito en 4 páginas de papel bond tamaño carta, más una adicional que contiene las firmas. Consta de 12 puntos, de los cuales uno, el número 9, es un calendario. Cualquiera que opine con seriedad sobre lo que hoy sucede en Honduras debe leer el documento; si no, como dicen los mismos hondureños, estaría "hablando papadas" (babosadas, en buen chapín; tonterías, para que me entiendan en España).

El papel que hoy está jugando la prensa, tanto la internacional que suele nutrir nuestros medios escritos, radiales y televisivos, como los enviados de prensa nacionales a cubrir la fuente, deja mucho que desear precisamente porque ignoran el documento.

Le han hecho caer el mundo encima a Roberto Micheletti (a quien se empeñan en denominar Presidente de facto y, a su gobierno, gobierno de facto, lo que significa una condena a priori cuando su función es la de informar), por la conformación del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, que es el primer punto del documento suscrito por los delegados del gobierno de transición y del depuesto presidente Manuel Zelaya.

Dicho punto establece, efectivamente, que se conformará un gobierno de esa naturaleza, "...integrado por representantes de los diversos partidos políticos y organizaciones sociales, reconocidos por su capacidad, honorabilidad, idoneidad y voluntad para dialogar, quienes ocuparán las distintas Secretarías y Subsecretarías así como otras dependencias del Estado, de conformidad con el artículo 246 y siguientes de la Constitución de la República de Honduras" (las palabras en negrita así vienen en el documento suscrito).

Sobre la conformación del gabinete y conforme al espíritu de las líneas anteriores, podemos decir lo siguiente:

Primero: las partes, al suscribir el Acuerdo, establecen su intención no sólo de conformar un gobierno de unidad sino que cumpla con la función de reconciliar a la sociedad hondureña, dándole una dualidad que no todos los gabinetes de mundo tienen: la de administrar la "res pública" y la de encaminar al país hacia una reconciliación que todos anhelan.

Segundo: los suscriptores del acuerdo, que eran delegados tan sólo de dos partes, en la búsqueda de las personas idóneas para ocupar los cargos, establecen un espectro que no se limita a esas dos partes sino a todos los partidos políticos y a las organizaciones sociales. Honduras es un país bipartidista en donde, según mi experiencia, si gana las elecciones el Partido Nacional, gobiernan los nacionales o "cachurecos"; si gana el Partido Liberal, gobiernan los liberales o "colorados"; de tal manera que este acuerdo así debe entenderse: el gabinete no estará conformado por personas de un solo partido político (que es lo tradicional); es más, se abre la posibilidad para que personas provenientes de las organizaciones sociales, y no sólo de los partidos políticos, gobiernen, administren la cosa pública y ayuden a buscar esa reconciliación que tanto anhelan.

Tercero: los mencionados suscriptores del Acuerdo no sólo abren la posibilidad descrita en el párrafo anterior, sino la califican: no puede ser cualquiera, tiene que ser alguien que tenga no sólamente una de las características, sino el conjunto de características que el punto primero del Acuerdo establece (aunque el texto es confuso, ya que en unas partes hace ver que no son doce puntos de un Acuerdo sino doce acuerdos). Es decir, no puede conformar el gabinete o ser parte de ese Gobierno de Unidad, alguien que tenga reconocida capacidad pero que su honorabilidad sea discutible; o que tenga voluntad para dialogar pero no sea idóneo, o que sea el más honorable de todos pero un perfecto incapaz. Quienes conformen ese pequeño grupo de personas que administrarán la cosa pública y, a la vez buscarán la reconciliación, tienen forzosamente que cumplir con todas las características acordadas.

Cuarto: quienes suscribieron el acuerdo al cual nos venimos refiriendo, no se limitan a hablar del gabinete, palabra que se utiliza para referirse a los colaboradores más cercanos del Presidente de la República, sean Ministros o Secretarios, como en el presente caso; el acuerdo menciona Gobierno de Unidad y Reconciliación y el texto lo amplía a otras dependencias del Estado que no sean las Secretarías o Subsecretarías de Estado.

El texto del punto uno del Acuerdo mezcla, en su segundo párrafo, lo relacionado con la falta de aprobación del Presupuesto General de Ingresos y Egresos, al 28 de junio pasado, e indica que el Gobierno de Unidad y Reconciliación respetará y funcionará sobre la base del recientemente aprobado por el Congreso Nacional, lo cual no tiene mucho que ver con lo que estamos analizando pero da una idea del caos institucional en que Manuel Zelaya tenía a Honduras mientras ejerció la Presidencia de la República.

Los siguientes puntos del Acuerdo Guaymuras son de vital importancia para Honduras y la resolución de su crisis política, pero no nos sirven para efectos del análisis que hoy deseamos efectuar. Se refieren a la Reuncia a Convocar a una Asamblea Nacional Consituyente o a reformar la Constitución en lo irreformable, que es la génesis del problema; sobre la situación de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional; sobre la creación de una Comisión de la Verdad; sobre la normalización de las relaciones internacionales; agradecimientos y consideraciones sobre la entrada en vigencia del mismo.

En esos puntos dispersos hay otros elementos que, para efectos de nuestro análisis, el cual hacemos conforme a los últimos sucesos que consisten en la conformación de lo que la prensa ha denominado el Gabinete de Reconciliación Nacional bajo la dirección del Presidente de facto (el mismo Congreso Nacional lo denominó de transición), Roberto Micheletti, vale la pena destacar, haciendo ver que la interpretación del Acuerdo de Guaymuras debe hacerse, precisamente, integrando sus diferentes partes. En este punto vale destacar que pensamos que, a la interpretación del Acuerdo, le son aplicables algunos de los Principios que rigen para la interpretación de los Tratados: la buena fe (pacta sund servanda), el sentido corriente de los términos, el contexto (aquí se incluye lo que dice el preámbulo), su objeto y fin, sobre la no obligatoriedad cuando no ha habido consentimiento (para lo que corresponde al Congreso Nacional, a la CSJ y otras instituciones), etcétera.

Primeramente nos referiremos a que ambas partes acordaron, en el punto 3, respetar el proceso electoral, y hacen un llamado al puebo hondureño para que participe pacíficamente en dichas elecciones, instando al Tribunal Supremo Electoral a que autorice y acredite misiones internacionales, tanto durante el proceso de elección hasta la declaratoria del resultado, como durante el traspaso de poderes en enero de 2010. Ahora es lamentable volver a leer declaraciones en el sentido contrario, cuando los electores hondureños deben ser el objeto del mayor respeto, comenzando por cualquier expresidente de la República.

El punto 5 del Acuerdo es el que establece que sea el Congreso Nacional el que decida, no sobre la restitución de Manuel Zelaya al poder, sino acerca de "retrotraer la titularidad del Poder Ejecutivo a su estado previo al 28 de junio hasta la conclusión del actual periodo gubernamental..."; es decir, no le solicita al Congreso Nacional, simplemente establece que ese es el acuerdo y que está dentro de las facultades del mismo; no habla de restitución sino de retrotraer el estado de las cosas a como estaban en determinada fecha, lo cual es una ficción jurídica entendible; jamás se habla de la Presidencia de la República sino del Poder Ejecutivo pero, para efectos prácticos, así debe entenderse. Recalco aquí que el acuerdo de las partes fue sin la intervención del Congreso Nacional por lo que, en sentido jurídico verdaderamente estricto, no está obligado a tomar una resolución al respecto, aunque es aconsejable, políticamente, que sí lo haga, sea en el sentido que sea y conforme a la conciencia de cada diputado.

Es este mismo punto 5 el que establece, y así lo firmaron las partes, que la decisión de esta ficción jurídica a la que nos referimos, la hará el Congreso Nacional "...en uso de sus facultades, en consulta con las instancias que considere pertinentes como la Corte Suprema de Justicia y conforme a ley...". Estas palabras merecen un pequeño análisis:

Primero: si el Congreso Nacional establece que no tiene facultades para retrotraer el estado de las cosas a como estaban el 28 de junio de 2009, está en su derecho de hacerlo y no por eso tendría que seguir causando caos el señor Zelaya; simplemente tendría que acatar lo resuelto, como estoy seguro lo acatará el señor Micheletti si le es adverso dicho fallo.

Recordemos que un acuerdo político tiene que estar enmarcado en la ley, y si el marco legal no da para el mejor acuerdo político, lo que significa es que se está violentando nuevamente la ley. No me atrevo a afirmar, tajantemente, que el Congreso Nacional de Honduras no tiene facultades legales para el presente caso; sólo menciono que tengo dudas de que las tenga y que lo que digo es que puede suceder que así se declare, lo cual no invalidaría el resto del Acuerdo, es decir, continuaría en ejercicio del poder, o el señor Micheletti o quien el Congreso Nacional designe (que eso sí estoy seguro de que sí tiene facultades legales para hacerlo), presidiendo un Gobierno de Unidad y Reconciliación hasta entregar el poder el 27 de enero de 2010.

Segundo: en este delicado caso los suscriptores del Acuerdo Guaymuras ya intuían el necesario acompañamiento, mediante la emisión de opinión, de la Corte Suprema de Justicia, quien tampoco está jurídicamente obligada por el Acuerdo a emitirla, aunque desconozco si está obligada conforme a la ley interna de Honduras, media vez fue solicitada por el Congreso Nacional; este último ha decidido, además, consultar las opiniones de otras instituciones, y es una facultad que se viene discutiendo por los zelayistas, pero que consideramos no sólo totalmente válida sino fundamentalmente necesaria, además de que sus delegados así lo establecieron en el Acuerdo.

También se viene cuestionando que el Congreso solicitó la opinión de dicha Corte Suprema sin ponerle plazo para que responda. ¿Se les olvida a estos críticos que la Corte Suprema representa a otro de los poderes del Estado, el Judicial, y que no está supeditada al Congreso Nacional? Yo sugiero que estos críticos tengan calma, porque estimamos que la CSJ no va a obviar la emisión de tan importante opinión. Ahora bien, la opinión de una CSJ no debe ser política sino eminentemente jurídica; recordemos que Manuel Zelaya no es precisamente un angelito y que fueron meses de violar repetidamente la Constitución y las leyes ordinarias de su país, al grado que uno de los puntos fundamentales del Acuerdo es que ya no se intentará modificar los artículos irreformables de dicha Constitución. Personalmente creo que la CSJ, si no emite una opinión política para quedar bien con la mal llamada "Comunidad Internacional", y emite una con carácter estrictamente jurídico, la misma será negativa, en tres sentidos: uno, que esa ficción jurídica a la que nos referimos es eso, simplemente una ficción que no es posible respaldar con seriedad por las Instituciones Públicas; dos, que el Congreso Nacional no tiene facultades legales para llevar a cabo el mencionado acto; tres, que la persona del señor Manuel Zelaya, mientras no tenga un indulto o se haya decretado una amnistía, lo cual no se ha dado en este caso, sigue siendo sujeto de persecución penal y, por ende, inelegible para ocupar un cargo de esta naturaleza. El Acuerdo Guaymuras no establece indulto ni amnistía alguna porque la Comisión de Diálogo no tiene facultades para otorgar cualquiera de esas medidas, pero tampoco solicita algo al respecto; es más, lejos de éllo, establece la creación de la Comisión de la Verdad, como veremos adelante.

También establece el Acuerdo, en el punto 6, la creación de dos Comisiones, la de Verificación, que ya se conformó con dos delegados internacionales y dos nacionales, uno por el grupo en el poder y otro designado por el expresidente Zelaya, coordinada por la injerente OEA, encargada de dar fe del estricto cumplimiento de dicho Acuerdo, lo cual no viene haciendo, sino criticando, como siempre, razón por la cual nos tomamos la molestia de hacer este análisis, un poco largo tal vez, pero necesario para explicar que no ha habido rompimiento del mismo más que por parte de quienes se comprometen, por un lado, pero no dejan de sabotear todo el proceso desde la palestra que les brindan los medios de comunicación que los hacen sentir famosos.

El peligro en ciernes que podría complicar más las cosas para Honduras es que la Comisión de Verificación tiene facultades para declarar el incumplimiento comprobado del Acuerdo, lo cual "producirá la activación de medidas que establecerá la Comisión para el transgresor o los transgresores" y, conforme lo que hemos venido viendo, el bando de Zelaya y de la mal denominada "Comunidad Internacional", sólo han demostrado saber leer para la izquierda, lo cual es, hasta cierto punto, entendible para el primero, pero no para la segunda, que debe ser totalmente imparcial, objetiva, creíble.

Confiamos en que prive el buen sentido y la hombría de bien de don Ricardo Lagos, ex Presidente de Chile a quien tuve el gusto de conocer en un viaje que hizo a Guatemala a principios de los años 1990's. Su trayectoria de muchos años no se puede ver manchada por favorecer, a contrapelo, a quien tiene a su propio país sumido en un caos que pudo no ser. Igual esperanza tenemos de la señora Hilda Solís, quien tiene una sólida y prolongada formación y, entendemos, ha colaborado con el tema de la violencia de género en Guatemala. Es grato que una mujer acompañe al expresidente Lagos; siendo una persona con potencial futuro político, confiamos en su experiencia y en la objetividad que pueda demostrar, lo cual le puede ayudar muchísimo a consolidar su reputación.

Ojalá sepan ver, los dos miembros de la "Comunidad Internacional" de la Comisión de Verificación, que la interpretación del Acuerdo de Guaymuras tiene que estar apegado a la Constitución y a las leyes hondureñas (punto 8 del Acuerdo) y es integral, no por partes. Ambos representan gobiernos de izquierda respetados y respetables. ¡Que Dios proporcione inspiración y serenidad a sus cabezas y ánimo a sus corazones!

El punto 6 al cual ya nos hemos referido contempla, además, la conformación de la Comisión de la Verdad, pidiendo al próximo gobierno que la conforme en el primer semestre del año entrante. Lo menciono porque, como mencioné, el Acuerdo que suscribió la Comisión de Diálogo, conocido como de Guaymuras, no contempla perdón, amnistía ni indulto alguno, y es factible que el año entrante se conforme esta Comisión por personas "Notables" que, al finalizar su comisión, establezcan las violaciones a la Constitución y las personas que han transgredido la Ley, desde los simples soldados que obedecieron órdenes, los altos mandos militares, como jueces, diputados, embajadores, secretarios y el mismo Presidente de la República. Es aquí en donde está ligado el tema del indulto o de la amnistía, la persecución penal de oficio mientras no haya uno u otra, la opinión de la CSJ, todo en el ámbito jurídico, para llegar, finalmente, al campo político, la resolución del Congreso Nacional, que pueda estar basada en la opinión jurídica de la CSJ.

El punto 9 es interesante de analizar porque contiene el Calendario de Cumplimiento de los Acuerdos, el cual desarrolla únicamente 5 puntos: 30 de octubre de 2009: suscripción y entrada en vigencia del Acuerdo y entrega formal del mismo al Congreso "para los efectos del Punto 5, 'Del Poder Ejecutivo' "; 2 de noviembre, conformación de la Comisión de Verificación; "A partir de la suscripción del presente Acuerdo y hasta el 5 de noviembre... Conformación e instalación del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional"; 27 de enero de 2010: celebración del traspaso de gobierno; primer semestre de 2010: instalación de la Comisión de la Verdad.

Es decir, según mi leal saber y entender, Zelaya no ha violado el Acuerdo al hacer sus pataletas porque no lo han restituido, como no sea lo que mencionaré más adelante. El punto es que, emberrinchado porque no lo han restituido (que eso no fue lo acordado), no ha querido proponer personas de su confianza que cumplan con la idoneidad, honorabilidad, etc., para conformar el Gobierno de Unidad y Reconciliación.

Quien sí ha violado el Acuerdo al pasarse de la fecha límite sin conformarlo, haciéndole llamados a Manuel Zelaya para que proponga personas, es Roberto Micheletti, pero no ha violado acuerdo alguno al presidir dicho gobierno, el cual, si la CSJ y las demás instituciones consultadas emiten opinión favorable para aprobar la ficción jurídica de retrotraer las cosas al estado en que estaban el 28 de junio, y el Congreso Nacional así lo decide, podría pasar a ser presidido por Manuel Zelaya. Esto nos obliga a hacer otra consideración: es que, si Manuel Zelaya es "retrotraído" al estado en que estaban las cosas al 28 de junio de 2009, lo único que no podrá retrotraerse, porque eso es lo acordado, es el Gobierno de Unidad y Reconciliación, es decir, los funcionarios, hombres y mujeres, que hoy, bajo la presidencia interina de Micheletti, entren a conformarlo.

Zelaya, como decimos, emberrinchado porque no le dan el poder, cuando eso no fue lo acordado, no propone a su propia gente, en el supuesto de que cumplan con los cuatro requisitos que el Acuerdo señala, para formar parte de ese Gobierno de Unidad. Si por azares del destino la CSJ y las demás insituciones consultadas emiten opinión favorable para "retrotraer" las cosas, y el Congreso Nacional efectivamente las retrotrae al 28 de junio, en teoría, Zelaya tendría que presidir el Gobierno de Unidad y Reconciliación que en estos días se forme, sin allegados suyos. Conociendo su estilo de "rompe y rasga", con seguridad haría caso omiso de esa parte fundamental del Acuerdo, despidiendo a todas las personas que hoy acuden a conformar gobierno bajo circunstancias adversas y nombrando sólamente personas de su confianza, con lo cual se aseguraría la crisis política hasta el 27 de enero de 2010, por lo menos (que cada quién interprete esas últimas tres palabras).

Es decir, entendemos que la Comisión de Diálogo que suscribió el Acuerdo de Guaymuras privilegió el Gobierno de Unidad y Reconciliación, el cual puede ser presidido, desde la óptica de dicho Acuerdo, por Zelaya o por Micheletti, lo cual hace mucho sentido. Lamentablemente, Manuel Zelaya, que mal estudió ingeniería y que de leyes no sabe nada, con su empecinamiento demuestra que no sabe leer textos legales, entiende del acuerdo suscrito por su propia gente que debe restituírsele inmediatamente, lo cual no fue pactado, privilegiándose a sí mismo, no al país, y con él se pasa llevando a sus propios delegados a quienes, con esa actitud, demuestra no respetar, y arrastra a esa pléyade de pericos que, igual que él, no pueden leer y estudiar por sí mismos sino se dedican a repetir las tonterías o "papadas" de su líder.

Los delegados de Zelaya establecieron, de acuerdo con su contraparte, el calendario al cual nos hemos referido. No le pone tiempo límite a la CSJ para emitir la opinión que ellos mismos mencionan, ni se lo ponen al Congreso Nacional para fallar, lo cual ahora critican.

Creemos que si la intención de las partes hubiese sido reinstalar en la Presidencia de la República a Manuel Zelaya, así lo habrían dicho y lo hubieran establecido en un calendario. Ésa ha de haber sido la intención de los delegados de Zelaya, pero su insistencia e intransigencia en el tema habría llevado a no firmarse acuerdo alguno.

El Acuerdo de Guaymuras lo que hace es quitarle, a las dos partes más encontradas hasta entonces (porque son múltiples y no limitadas a éllas) dentro de la crisis política, las representadas por Manuel Zelaya y por Roberto Micheletti, la posibilidad de decidir por ellas mismas.

Dado que la "Comunidad Internacional" no tiene ingerencia para decidir el fondo del asunto y, aunque quisiera y así lo ha manifestado a través de José Miguel Insulza, que Zelaya fuese restituido inmediatamente, no lo pueden hacer, lo que ambas partes acordaron fue pasarle la brasa de la decisión política al Congreso de la República, el mismo que, con anterioridad y por unanimidad de votos presentes (123 de 128 diputados), eligió para sustituir a Manuel Zelaya a Roberto Micheletti.

El expresidente Zelaya incumple el Acuerdo de Guaymuras en el punto 10, cuyo primer párrafo transcribo: "En nombre de la reconciliación y el espíritu patriótico que nos ha convocado ante la mesa de diálogo, nos comprometemos a cumplir de buena fe el presente Acuerdo, y lo que de él se derive." (sic.). ¿De qué sirve enviar delegados, discutir con madurez, llegar a acuerdos, suscribirlos, publicitarlos y comenzar todo un proceso que involucra tiempos, Corte Suprema de Justicia, Congreso de la República y otras insituciones, si después desacreditamos todo lo acordado por los delegados y, para terminarla de amolar, no entendemos ni los tiempos pactados?

¿Cuál es el papel que viene cumpliendo la prensa que se llama independiente, si en lugar de informarnos de lo que sucede, casi todo lo que nos envía son notas plagadas de opiniones, la mayoría de las veces ideologizadas?

Se requiere, en estos momentos en que el Comandante Daniel Ortega, el Presidente de Nicaragua, pareciera que ha prendido nuevamente la mecha de la guerra civil en su país, que el apoyo de la prensa, la "Comunidad Internacional", no se dé hacia uno de los bandos, sino hacia Honduras y sus Instituciones, sean objetivos con el peso que dan la razón, la legalidad y el sentido común. Si las partes pactaron un proceso que está en marcha, hay que respaldarlo totalmente, no minarlo.

Las notas de prensa más desastrosas, quién sabe si previendo que Manuel Zelaya, el bando por el cual han optado traicionando a sus lectores en su objetividad e imparcialidad, no va a ser restituido, ahora dicen que el Congreso de Honduras responde sólo a la oligarquía. ¡Por favor! Todos los Congresos o Parlamentos del mundo representan lo variada que pueda ser su sociedad, el conglomerado humado al cual representan. Dado que los diputados llegan a representar a los ciudadanos mediante el voto de todos, esa aseveración implicaría una de dos cosas: o que la mayoría de votantes hondureños conforman esa oligarquía y que votan por sus representantes más oligarcas, o que la mayoría de votantes hondureños son idiotas, ya que ejercen su sufragio en función de lo que los verdaderos oligarcas del país les indican. ¡Qué desconocimiento de Honduras! Ese país es el de los ciudadanos de mayor sentido político del hemisferio y, de repente, de muchas partes del mundo. En Honduras hasta los niños opinan de futbol y de política, los jóvenes se involucran en movimientos de esa naturaleza que son el verdadero semillero de los futuros líderes del país, las mujeres tienen la mayor participación política de los países de América que conozco, y llegan a viejos hablando de la bandera política que ya enarbolan sus nietos y bisnietos. ¡Eso no se da en ningún otro país que yo conozca!

Por mi parte, aunque estoy convencido que los problemas políticos de Honduras fueron ocasionados por la megalomanía, la sociopatía, el autoritarismo y la prepotencia de una persona, si el Congreso Nacional de Honduras decide que el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional ya no lo deberá seguir presidiendo Roberto Micheletti sino Manuel Zelaya, estoy dispuesto a manifestar, desde hoy, mi apoyo a dicha decisión, ya que va en la línea que siempre he venido sosteniendo. Es una solución acordada y resuelta por hondureños. Eso sí, deberá respetar la conformación que se haga de ese Gobierno de Unidad y Reconciliación.

Esperamos que este análisis que hemos efectuado sea de alguna utilidad para quienes, desde afuera, se interesan verdaderamente por el presente caso, y que aporte algunas luces para el entendimiento, con alguna seriedad, de las diferentes aristas del mismo.

viernes, 30 de octubre de 2009

¿ES LÓGICA LA LÓGICA DE MEL ZELAYA?

Los atentados contra la Constitución y las leyes de Honduras que condujeron a la crisis política, que no institucional, en ese país, tenían una lógica más o menos entendible, aunque no la aprobemos, que era la búsqueda de los medios para perpetuarse el ex presidente Manuel Zelaya en el poder.

Luego de que fuera depuesto el domingo 28 de junio de 2009, sus declaraciones sólo tienen la lógica del terrorista de la democracia. Parece que dijera "hay que bombardear todo, intentar destruirlo, porque en río revuelto, ganancia de pescadores..."

Sin embargo, hay dos actuaciones que, para este observador, carecen de toda lógica: la primera, su encierro voluntario en una embajada. ¿Es que acaso se le ocurrió que el gobierno de transición (y no de facto como insiste en decir la prensa escrita y televisada) le iba a permitir movilizarse de ahí o desde donde está, ir de lugar en lugar llevando el caos? Ese encierro voluntario no tiene sentido, como no sea, como lo insinué hace algún tiempo, buscar su propia inmolación para pasar a la historia como un héroe, al estilo Salvador Allende, en lugar de ser un fracasado que fue echado de su país por la totalidad de instituciones, fuesen estas políticas, académicas o de la sociedad civil.

La segunda actuación a la que me refiero es la última: su petición, ahora aceptada por el gobierno de transición, de que no sea la Corte Suprema de Justicia, a la cual obviamente le teme, sino el Congreso Nacional, quien decida sobre su retorno o no a la Presidencia de la República.

Carece de lógica, según mi punto de vista, porque dicha Institución está compuesta por 128 diputados, me parece que de cinco partidos políticos; en la sesión del domingo 28 de junio en que fue depuesto y, en su lugar, electo Roberto Micheletti, como sucesor de conformidad con la Constitución de la República, votaron en favor de este último, es decir, en contra de que Manuel Zelaya se quedara ejerciéndola, 123 diputados. Sólo los 4 diputados del pequeño partido de extrema izquierda y una diputada de la Democracia Cristiana que, según entiendo, no estaba presente en la reunión, no apoyaron la medida que, hoy, casi todo el país respalda.

Luego, pensar que Manuel Zelaya se saldrá con el cometido de retornar a la Presidencia, se nos hace muy, pero muy, cuesta arriba. A estas altura de mi vida política he visto muchas cosas, pero un cambio repentino de las voluntades de los diputados hondureños, ante los ojos del mundo pero especialmente de la sociedad a quien se deben y representan, me es difícil imaginármelo.

Me parece, en conclusión, que ésta es la oportunidad para que la sociedad hondureña, expresada a través de sus representantes legítimos, le haga a esa malhadada "Comunidad Internacional" tragarse sus palabras.

La crisis política hondureña está por finalizar. Ése es mi pronóstico.

lunes, 26 de octubre de 2009

LOS PELIGROS QUE ENFRENTA EL PROCESO ELECTORAL HONDUREÑO

Esta nota pensaba escribirla mañana, pero al ver las notas de prensa que destacan el asesinato a quemarropa de un coronel, en Honduras, algo totalmente inusual, así como del asesinato cobarde del joven Enzo Micheletti, sobrino del Presidente de Honduras, siento que es necesario expresar lo que me vengo temiendo desde hace algunos días, de lo cual estas dos notas tristes podrían ser sólo el comienzo.

Estoy bastante inquieto con el caso de la crisis política hondureña desde que salió una nota de prensa indicando que, en el oriente del ese país, había aparecido un avión de carga de fabricación polaca, con bandera venezolana, en una pista clandestina, ya vacío, sin saberse exactamente qué fue lo que bajaron en suelo hondureño, de dónde venía y quién está detrás del asunto. Lo que se sabe es que su capacidad de carga es mayor a diez toneladas, lo cual no es usual para el simple tráfico de drogas por vía aérea.

¿Qué llevaron a Honduras en este atípico avión?

Ahora que asesinaron a estas dos personas mis reflexiones me preocupan. Es obvio que, para los partidarios del regreso de Manuel Zelaya, comenzando por Hugo Chávez y Daniel Ortega, el tiempo opera en su contra. En la medida que pasan los días la crisis política hondureña tiende a desvanecerse. Los artículos de prensa escrita son más pequeños, en páginas menos destacadas. En la televisión, como no sea TeleSur, de Venezuela, Manuel Zelaya ya no es noticia. Luego, en su desesperación, algo tienen que hacer para mantener "vigente" una crisis que, si hubiese sido comprendida por la mal denominada "Comunidad Internacional", antes de dar su veredicto apresurado, ya no sería crisis política, por más que patalearan todos los camaradas ideologizados a quienes no les importa más que tener el poder y perpetuarse en él.

Pienso que no estaríamos viendo asesinatos de militares si no fuese porque se cuenta con un apoyo que antes no se tenía; y no me refiero al apoyo moral.

Sigo pensando que es muy posible que en los días que vengan y en la medida que se acerque el día del evento electoral, la violencia política podría desbordarse por el lado de los seguidores de Manuel Zelaya, posiblemente armados ya por obra y gracia de otros países que quieren seguir interfiriendo en los asuntos internos de los demás.

Como lo dije hace unos días en una entrevista de radio: el expresidente Manuel Zelaya es el político que más puentes ha tendido en la historia de Honduras; es un presidente pontificio, ya que logró lo que muchos han querido hacer y no han podido. Unió en una sola causa a los Partidos Políticos, al Congreso de la República, a la Corte Suprema de Justicia, a la Fiscalía General, a los Colegios Profesionales, al Tribunal Nacional de Elecciones, a las Iglesias sin importar su denominación... a casi todos los sectores de la población... pero en su contra.

Veo una Honduras unida como nunca alrededor de sus líderes políticos y enfrascada en el proceso electoral a cargo del TNE, y deseo anticiparme señalando que el grado de asistencia a las urnas, en esta oportunidad, será histórico. Eso lo perciben también quienes quieren que no se lleve a cabo dicho proceso electoral, como si con eso pudiesen prolongarle el mandato a Manuel Zelaya. Ahora bien, lo peligroso es que pocas personas, pero bien armadas, hagan de las suyas el día de las elecciones.

No es buena la señal que estos dos asesinatos envían a todos lados. Veremos qué dice la denominada "Comunidad Internacional" al respecto o si se quedarán callados.

Por nuestra parte sentimos que la sangre derramada por estas dos personas sólo pone en perspectiva el esfuerzo institucional del Ejército en un conflicto que lleva ya varios meses y que, hasta donde hemos visto, ha sabido actuar disciplinadamente, aunque es dable, entre tantas personas que lo conforman, que haya quienes se salgan de la misma. Además, estos hechos sirven también para valorar el esfuerzo personal de quienes están dando la cara por todos los hondureños, especialmente el caso del señor Roberto Micheletti, porque de su peso cae que él no podría pensar siquiera en sostenerse sino porque representa, en estos momentos, el clamor popular y a todas las instituciones hondureñas.

Las sentidas muestras de pesar por las familias de estos dos hondureños y de las demás familias de las personas que también han sufrido la pérdida de algun ser querido por esta crisis que nunca debió existir si el presidente Zelaya hubiese tenido un poco de respeto por la Ley y de sentido común.

sábado, 17 de octubre de 2009

VIDEO DEDICADO A LOS SEGUIDORES DE CASTRO, CHAVEZ, ORTEGA, ZELAYA, MORALES, KIRCHNER, CORREA, MUJICA, COLOM, ETC...

El comunismo no se impone de glope. Llega disfrazado de socialismo, como en Cuba, e inicia un proceso que incluye modificación a la Constitución para perpetuarse en el poder, cancelación de medios independientes de información, control absoluto sobre la educación de niños y jóvenes y confiscación de bienes.

Es obvio que el proceso en marcha en Venezuela es el más avanzado del continente, a excepción de Cuba, en donde Chávez ya se perpetuó en el poder, ya cerró muchos medios de información, ya tiene el control de la educación de niños y, no contento con expropiar empresas extranjeras, ahora ha iniciado, bajo el discutido nombre de "rescate de tierras", la confiscación de las parcelas que los sencillos campesinos han venido trabajando, en calidad de propietarios, durante décadas. El funcionario chavista que aparece en el video "imponiendo el orden" es el Gobernador del Estado. Su prepotencia contrasta con la paciencia y educación del matrimonio acosado.

Bien dice el dicho que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, debes poner las tuyas a remojar. En este vínculo el video. Les recomiendo escuchar el lamento que los pobres campesinos que se han quedado sin nada ese día, emiten al final, en forma de susurro. Al final del mismo, pregúntense si no tienen razón, los hondureños, de defender su patria, su futuro y sus instituciones. Ojalá despierten a tiempo los hermanos uruguayos, que tienen elección el 25 del presente mes, y puedan visualizar su futuro con lo que hoy pasa en Venezuela.

http://www.noticierodigital.com/?p=55067

miércoles, 14 de octubre de 2009

¿HACIA DÓNDE LLEVA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL A AMÉRICA LATINA?

Existe tremendo contrasentido, para el futuro democrático de América Latina, con el triste papel que está jugando la denominada "Comunidad Internacional", que en lugar de entenderse por el conjunto de ciudadanos que conformamos el mundo, el término se lo han atribuido los líderes del mundo, muchos de ellos totalmente desgastados en sus propios países. Esa "Comunidad Internacional", en su doble moral, por lo que percibimos, viene actuando precisamente en contra del sentir de la gran mayoría de los gobernados de sus respectivos países, y lo que es peor, esa mayoría de opositores a esa política, viene creciendo en la medida que cada día que pasa entendemos mejor que nuestros supuestos líderes van en el sentido equivocado de lo que la razón dicta, distanciándonos cada vez más de ellos. Aunque no todos ejerzamos la política o participemos en élla, todos tenemos ese olfato, ese sentido político de lo que es correcto, de lo que es moral, de lo que es ético, de lo que debiera hacerse. De ahí que comentemos, opinemos y terminemos estando en contra o a favor de algo. Eso sucede siempre. No necesitamos ser activistas políticos sino sólo encontrarnos a alguien en el supermercado, ir al banco; interactuar con las personas. Las poblaciones de nuestros países poco a poco vamos entendiendo las barbaridades que tratan de hacer con el pueblo hondureño, que son súbditos de una constitución legítima y soberana, la entienden mejor que ninguno que provenga de afuera, y están mayoritariamente entendidos y unidos en que el Golpe de Estado que derrocó al Presidente Manuel Zelaya fue la conclusión de un proceso de crisis constitucional y de valores que él mismo inició meses antes. Cuando uno observa en un país que la Corte Suprema de Justicia, el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral, el Ministerio Público, el Defensor de los Derechos Humanos, la Conferencia Episcopal, la Congregación de Iglesias Evangélicas, las Universidades, el Sector Privado Organizado, los Partidos Políticos, los Colegios Profesionales y la mayoría de medios de comunicación social y de ciudadanos, están de acuerdo en algo, es porque tienen elementos suficientes para sustentar las razones que justifican esa unidad de criterio. ¡Ya quiero ver yo este grado de unidad frente a cualquier causa en cualquier país que se considere el más civilizado del mundo! De veras: reto a cualquiera que me haga el favor de ilustrarme por si existe algún caso semejante que no conozca. ¿Hubo ilegalidad con sacar al Presidente Zelaya del país? Sí. ¿Le conviene a Honduras restituir a un Presidente que ha sido declarado traidor a la patria conforme al artículo 239 de su Constitución? No. No le conviene, ni puede, ya que conforme esa norma constitucional no sólo perdió el cargo, es considerado un traidor a la patria y, además, tiene impedimento cons-ti-tu-cio-nal para ocupar cargos públicos durante dos lustros. No fue un Golpe de Estado efectuado por los militares para derogar la Constitución y gobernar. Los militares, hasta donde entiendo, fueron el instrumento final que debieron capturar al Presidente y consignarlo a los Tribunales de Justicia, después de un largo proceso en donde hubo resoluciones de varias instituciones declarando las ilegalidades del entonces Presidente Zelaya; luego de que hubiera órdenes expresas emanadas de las cortes hondureñas, las cuales desobedeció el Presidente de ese entonces, cometiendo el delito de desacato porque, aún siendo el Presidente de la República, nadie es superior a la ley. El problema se suscita porque las violaciones legales del sociópata Zelaya no sólo son de carácter constitucional, sino que fueron acciones deliberadas cometidas directamente en contra de los artículos que los legisladores constituyentes hondureños dejaron protegidos para que nadie los tocara, declarando a quien se atreviera, de una vez, traidor a la patria. Eso tiene también su razón de ser, y no por eso el mediador impuesto por esa "Comunidad Internacional", el Presidente Oscar Arias, con uno de los porcentajes de popularidad más bajos del mundo en su propio país, tiene derecho a decir que esa constitución es un adefesio o que es lo peor que ha visto, sólo porque no la estudio antes de hacer su propuesta, de tal manera que el Acuerdo de San José es inconstitucional. La razón de ser de esa norma es, precisamente, una larga serie de Golpes de Estado que se dieron en Honduras en décadas pasadas, que sí llevaron a dictaduras que hoy no hay. Es la manera que encontraron esos legisladores constitucionales de proteger a su país de nuevos dictadores. ¿Tanto le cuesta a la "Comunidad Internacional" entender cuáles eran las verdaderas intenciones del instrumento denominado Manuel Zelaya, dentro del contexto político del eje formado por La Habana-Caracas? ¿O sólo tienen ojos para ver a Honduras pero no ven cómo ese eje ha influido para hacer fraude electoral en Nicaragua e influir con dólares que son de los venezolanos en los procesos políticos de Bolivia, Ecuador, El Salvador y Argentina, y están influyendo ya en el actual proceso político uruguayo al "comprarle" varias decenas de millones de dólares en libros a una editorial de un pariente del candidato charrúa de Hugo Chávez? Lo mismo esperamos que pueda pasar en Guatemala, donde el actual gobierno ha demostrado querer hacer todo lo que dicten en La Habana y en Caracas, por más que Fidel Castro no le haya recibido la Orden del Quetzal al Presidente Álvaro Colom, poniendo en ridículo a todos los guatemaltecos. Condenar a Honduras por defender sus propias instituciones y su propio sistema jurídico y democrático, el cual está montado en el andamiaje de su propia historia, es inmoral. Pero doblemente inmoral es permanecer callado ante las evidencias que el mundo maneja, a través de la información que todos conocemos, acerca del acoso permanente que Hugo Chávez viene haciendo, con los dólares que los estadounidenses le pagan por el petróleo que extraen en suelo venezolano, a las democracias del resto de países de América Hispana. Lamento decirles por este medio a todos los amigos políticos europeos que durante años he conocido, que hoy todavía están activos, que lo están haciendo mal; que es inmoral lo que hacen con Honduras, que no tienen derecho de decidir si el ganador de las próximas elecciones será legítimo o no (función que le corresponde, con EXCLUSIVIDAD, a los hondureños), y mucho menos pueden andar por el mundo castigando, de cualquier manera que se les ocurra, a quienes han venido defendiendo su Constitución, sus instituciones, su libertad, su patria. ¿Por qué Estados Unidos de América le quitó las visas a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Honduras? Si la actuación de jueces y magistrados debe ser independiente, si esa independencia está consagrada no sólo en la normativa legal interna sino en la doctrina general aceptada por todos en el mundo y, además, su fallo en contra del Presidente Zelaya fue unánime y enmarcado dentro de su propio régimen legal, ¿a cuenta de qué se constituyen, de esa manera, en juzgadores de los asuntos internos de otro país? Eso definitivamente NO ES MORAL, NI ÉTICO. Estados Unidos, hasta hoy, algún ejemplo ha dado al mundo del sentido de Justicia que hoy le falta a esas decisiones punitivas.

¿Dónde estaba esa denominada "Comunidad Internacional" cuando Manuel Zelaya violaba, reiteradamente, diferentes leyes de su país? ¿Qué dijeron cuando Zelaya organizó una turba y, contra la orden de un tribunal, rompió el cerco militar que resguardaba la papelería y las urnas que habían llegado de Venezuela y se las llevó? Recordemos que los eventos en Honduras no comenzaron el 28 de junio, sino culminaron en esa fecha. ¿Es que son tan ciegos que no vieron venir la estampida, aún oyéndose pisadas de animal grande durante meses?

Luego, la "Comunidad Internacional", a través de Estados Unidos, "designa" a Oscar Arias como su instrumento mediador, confiando en que fue laureado con el Premio Nóbel de la Paz hace 22 años, pero desconociendo que el Comité Noruego para el Premio Nóbel de la Paz, integrado en su totalidad por políticos que se confunden como todo ser humano, pudo haberse equivocado en aquella oportunidad, como queda demostrado que, al escogerlo, también se equivocaron, porque un mediador no puede descalificar, como lo ha hecho Oscar Arias, la Ley Suprema del país donde, supuestamente, tiene que mediar. ¿Cómo le iría al Presidente Arias con tal sólo visitar Honduras, hoy?

El hecho es que Oscar Arias es un antiguo conocido de los estadounidenses; hasta ahí encuentro el mérito de tan delicado encargo. Con Guatemala gobernada por una mujer sin mandato, a través de su pareja el Presidente, pero coqueteando con Castro y con Chávez; con El Salvador recién estrenándose con un gobierno del FMLN, la antigua guerrilla salvadoreña; con Daniel Ortega, de larga y discutida trayectoria en Nicaragua.... pues Arias... y pusieron a mediar a alguien que no sabe hacerlo y que, desde un principio, se inclinó por un solo bando, sin intentar comprender, siquiera, la historia, el problema social, el político, el jurídico, el conjunto.

La insistencia de entorpecer el proceso eleccionario de Honduras es contradictoria y es consecuencia de la falta de capacidad de mediación. ¿Cómo piensan, algún día, encausar el proceso democrático en Corea del Norte, o en Myanmar (la antigua Birmania)? ¿Cuál es la situación actual y la relación de Estados Unidos con Viet Nam? ¿Fue ilegítimo el gobierno de Oliver Cromwell al derrocar y después decapitar al Rey Carlos I? Porque, hasta donde sé, no sólo utilizó el título de Lord Protector sino es considerado por los británicos, en 10mo. lugar, uno de los 100 personajes más importantes de la historia (http://en.wikipedia.org/wiki/100_Greatest_Britons), y eso es lo que pasará a la historia con quienes hoy son sancionados por la "Comunidad Internacional" pero elevados a la categoría de héroes en Honduras, cuando no lo son; simplemente hicieron lo que su Constitución y sus leyes dictan.

La "Comunidad Internacional" no sólo está siendo liderada por Hugo Chavez sino que estamos asistiendo, por vez primera, a un escenario donde Estados Unidos, jugando un papel poco claro, por un lado quiere quedar bien con sus tradicionales enemigos, pero por otro lado incrementa el número de tropas que envía a Afganistán, pero sin darse cuenta que, al mejor estilo de la época de Jimmy Carter, en los años 1970's, las hegemonías ideológicas mundiales vuelven a utilizar suelo centroamericano para dirimir sus controversias. Geopolíticamente, Estados Unidos no se ubica; Venezuela y sus satélites ganan terreno.

Pensamos que la Guerra Fría era parte del pasado, pero no es así. Lo que he visto en el Parlamento Centroamericano, el foro parlamentario con el espectro político más amplio que existe en el mundo, es que los tradicionales grupos de derecha se disolvieron, ya no existen porque cayó el muro de Berlín, porque los países de atrás de la Cortina de Hierro ahora son democráticos, porque la misma Rusia aparenta tener un sistema democrático, porque China ha dado muestras evidentes de ser menos comunista que pragmática y tiene el mayor número de millonarios del mundo, porque se han vuelto haraganes, qué se yo. Mientras tanto, los grupos de izquierda se consolidan; todo se ha dado a raíz de la disponibilidad de dinero y otros medios como aviones, asesores de tiempo completo, petróleo que se traduce en más dinero sin control estatal, a veces hasta de armas, como en el caso de la guerrilla colombiana, que Hugo Chávez ha puesto a disposición de todas las organizaciones ideológicas que le son afines.

La Guerra Fría se ha modificado. Ya no es bipolar. Se ha transformado en un enorme juego de "Monopoly Socialista", en donde el Banco es de Venezuela y los Estados Unidos parecieran estar permanentemente en la cárcel, sin posibilidad de tirar los dados y avanzar, mientras los demás jugadores vamos poco a poco perdiendo nuestras instituciones, nuestros valores, nuestra identidad, por otras que son foráneas, que son diseñados para lavarle el cerebro a nuestros niños y juventudes; por otra que nos es agena y que nos están obligando, poco a poco, a tragar. El Banco se está quedando con todo.

¿No entiende la "Comunidad Internacional" que la entrada de Chávez a Honduras no se pospuso sino se arruinó para siempre? ¿Es que no ven que los hondureños, aunque tienen ahora en su seno unas cuantas personas afines a Chávez, en su inmensa mayoría quedaron vacunados? ¿Creen de veras que van a permitir que el instrumento de Chávez, traidor a su patria porque lo dice la Constitución, mande alguna vez porque ellos lo dicen? La apariencia que dan, hoy, las noticias, es que Honduras está polarizada. Yo no lo veo así. Los veo cada vez más unidos por algo que no quieren: Chavez y su sistema (que, por cierto, ayer se tragó en esa vorágine a un hotel y una marina de la cadena estadounidense Hilton sin que, hasta hoy, sepamos qué dirá o si no dirá nada Estados Unidos y, en su caso, qué dirá la "Comunidad Internacional").

Señores miembros de esa "Comunidad Internacional": Dense cuenta que sin ingerencia extranjera, Manuel Zelaya no habría enloquecido de poder; caigan en cuenta que Honduras se ha defendido de una agresión extranjera que, con muchos billetes, tenía de testaferro al mismo Presidente de la República; comprendan que Honduras no es un país de salvajes que no tienen leyes y tomen en cuenta que tienen las instituciones políticas más antiguas y profesionales de la región centroamericana; abran los ojos con lo que pasa en Venezuela, ya que es demasiada casualidad que este tipo ande armando conflictos por todos lados, como si fuera parte de su estrategia para hacerlos ver por donde él no anda, dejándole libre el paso por donde Uds. debieran tener los ojos puestos.

Si la "Comunidad Internacional" hubiese aceptado, desde un principio, que Manuel Zelaya violó la Constitución de su país, hubiesen estudiado el caso antes de precipitarse a condenar y se hubiesen tomado la molestia de darse cuenta que no es el ejército el que gobierna y que todas las Insitituciones vienen funcionando normalmente, en Honduras ya no habría conflicto. Estarían todos, como siempre, enfrascados en el proceso electoral.

La única salida de la crisis hondureña es que su pueblo elija a sus nuevas autoridades. Si las elecciones son legítimas internamente, la "Comunidad Intenacional" no tiene por qué objetarlas. Mucho menos a priori.

Si la "Comunidad Internacional" insiste en desacreditar un proceso que ha estado totalmente separado del Organismo Ejecutivo, lo que hará será condenar a Honduras a una crisis política permanente y, con ello, estará arriesgando la estabilidad de todo el istmo centroamericano.

La "Comunidad Internacional" no tiene necesidad de crear un conflicto donde verdaderamente no lo hay. Lo que hay es una salida a una crisis política que no han querido aceptar.

Yo hago personal, política y económicamente responsable a los líderes que hoy integran la denominada "Comunidad Internacional", así como a los países e instituciones que representan, de las consecuencias que directamente, por su obcecación en este caso, se causen a Honduras, a sus países vecinos y a Centroamérica, tanto en pérdidas humanas, de infraestructura, de niveles de desarrollo, de volúmenes comerciales, de daños morales, institucionales y de cualquier naturaleza que, con su estulticia, nos ocasionen.

lunes, 5 de octubre de 2009

SE CONFIRMAN MIS PALABRAS: EL NÓBEL DE LA PAZ DEBIÓ SER DE VINICIO CEREZO

Hace unas semanas, a raíz que Oscar Arias iniciara su mediación en el conflicto político hondureño, señalaba, de paso, que quienes otorgan el premio Nóbel de la Paz seguramente se habrían equivocado, ya que quien le dio impulso al proceso de paz de Centroamérica a fines de la década de 1980, no fue Oscar Arias sino Vinicio Cerezo.

A través de los años siempre, sin excepción, he sido un opositor de Cerezo, y alguna vez me atreveré a comentar anécdotas personales del trabajo y las vivencias que me ha tocado compartir con él en el Parlamento Centroamericano y en las Conferencias Centroamericanas y del Caribe de Partidos Políticos.

Por otro lado, el Presidente Arias nunca ha sido santo de mi devoción, pero sí llamaron mi atención sus declaraciones del presente año, la primera en la Cumbre de las Américas celebrada en abril, en Trinidad y Tobago ("Algo Hicimos Mal"), otra fue la relativa a la carrera armamentista, y la última la que se refiere a que no iba a las Reuniones de Presidentes porque las considera poco productivas y una pérdida de tiempo. Con esta última hasta hubo un debate en la Asamblea Plenaria del PARLACEN, y la única voz que señaló que, en lugar de descalfiarlo a priori, había que ponerle atención al sentido de sus palabras, ya que es innegable que el proceso de integración de la región tiene más de 50 años de existir; la Reunión de Presidentes como tal, unos 20 años, y el avance es bien pero que bien discutible. Esto último está documentado.

Lo anterior, para explicar mi total independencia de criterio con respecto a ambos, lo cual no obsta para que recuerde que el gran impulsor del proceso democratizador de Centroamérica, por el cual le dieron el Premio Nóbel a Oscar Arias, fue Vinicio Cerezo.

Hoy, Cerezo sigue siendo un zorro de la política. Totalmente vivo, creativo, propositivo, ahora que vemos de nuevo a Centroamérica en crisis, he tenido la oportunidad de escucharlo, en una charla magistral dentro del marco de la XVIII Conferencia Centroamericana y del Caribe de Partidos Políticos, a fines de agosto del presente año, y estoy convencido que habría hecho un mejor papel que Oscar Arias como "mediador" de un conflicto que no entiende.

Le doy a Oscar Arias el beneficio de la duda de que no entiende el conflicto, porque su propuesta, la que la denominada "Comunidad Internacional" ha dado en llamar Plan Arias, contiene varias inconstitucionalidades que lo hacen inviable en Honduras; luego, cualquier observador se dará cuenta que el estudio de la Constitución hondureña vino después de la propuesta del Plan y, finalmente, ante la falta de aceptación de dicho plan por la sociedad y las autoridades hondureñas, le echa la culpa a la Constitución hondureña y, lo que es peor, la descalifica, la denigra y la insulta, atropellando con ello a todos los hondureños, de uno y de otro bando, lo cual nos da una idea de su falta de preparación para servir de mediador.

Cuando le dio la conveniente fiebre AH1N1, en las páginas de este blog advertí que ésa era una clara señal de que Oscar Arias no quería tener que ver más con la mediación en Honduras. Nuevamente fue el ala bolivariana de la denominada Comunidad Internacional, a la cual inexplicablemente se le sumó Estados Unidos de América, quienes le dieron respiración artificial al mediador para que siguiera empujando el tema, a todas luces sin gusto por ello.

Hasta la fecha, no hay nota de prensa que mencione a Arias que no lo ate al ya añejo Premio que le otorgaran en 1987, lo cual no es suficiente para que haga un papel regular, siquiera, en la mediación en Honduras, ni para que a nivel interno levante su popularidad, que lo tiene hoy a la cola en la lista de Presidentes de América Latina.

Nos parece que Oscar Arias le debe al pueblo hondureño, por lo menos, una disculpa.

martes, 29 de septiembre de 2009

GLORIA OQUELI DE MACOTO DEBE DAR EXPLICACIONES

Tengo 11 meses de venir peleando por la legalidad de las actuaciones del Parlamento Centroamericano, debido principalmente a las elecciones amañadas de Junta Directiva de dicha Institución, donde votaron 22 Observadores dominicanos, como si los electores de República Dominicana los hubiesen electo y elevado a la categoría de diputados.

La truculenta elección a la cual me refiero, de fecha 22 de octubre de 2008, elevó a la Presidencia a la diputada hondureña Gloria Guadalupe Oquelí de Macoto.

Si esta diputada hondureña no hubiese utilizado subterfugios para ganar, antidemocráticamente, una elección presidencial, en un órgano esencialmente democrático, jamás hubiese ocupado el primer lugar del listado de candidatos a reelegirse, como diputada centroamericana, en el Partido Liberal de Honduras, en el proceso que culmina a finales de noviembre y que élla, y el grupo de seguidores del ex presidente Manuel Zelaya, se encargan de defenestrar.

Ahora, hasta donde sé, ni sus propios correligionarios quieren saber de élla. Lo anterior no tiene que ver con que haya propiciado un fraude electoral para llegar a la tan ansiada Presidencia de Junta Directiva de un parlamento regional, sino con el hecho de que tampoco quieren saber absolutamente nada de Manuel Zelaya, el expresidente que salió de las filas de su partido, y fue precisamente Gloria Oquelí de Macoto quien, con engaños al funcionario de la embajada brasileña en Tegucigalpa, llevó a Manuel Zelaya a esa legación.

La diputada Gloria Oquelí de Macoto fue requerida, por quien escribe, en la sesión de Asamblea Plenaria del PARLACEN, el viernes 25 de septiembre de 2009, para que diera explicaciones de su conducta, tanto por ser la protagonista como por el respeto que la Asamblea Plenaria se merece, pero no fue posible, porque no tuvo el valor de hacerlo y se retiró antes de que finalizara la misma, dejando en la dirección del debate a la diputada salvadoreña Nidia Díaz, del FMLN, quien tuvo que cerrarlo en su ausencia.

Las últimas palabras registradas antes de finalizar dicha sesión también fueron de quien escribe, en el sentido de lamentar la falta de fortaleza de ánimo de la diputada Oquelí, así como su falta de respeto a la Asamblea Plenaria, señalando que las explicaciones que no quiso dar en el organismo que coordina (porque quien llega a un puesto manipulando las leyes y las personas no tiene la altura para presidir), las tendrá que dar a la opinión pública.

Hoy que nos sentamos a escribir, estamos enterados que la prensa ha tratado de localizar a la diputada Oquelí de Macoto, en Honduras, para que dé su versión de los hechos, pero todo intento ha sido infructuoso. Seguramente, si no tuvo el valor de enfrentar a una simple Asamblea Plenaria, tampoco lo tendrá para enfrentar a todo el pueblo hondureño que hoy exige respuestas, y estará pensando de qué manera regresar a su país.

Si tanto respaldo tiene Manuel Zelaya, si con tanto beneplácito ven los hondureños su regreso, hoy la diputada Oquelí de Macoto sería la heroína del cuento y tendría que ser recibida con una alfombra de flores. En su lugar, por su actuación irreflexiva, o necia, porque nosotros tenemos 3 meses de venir advirtiéndolo, hoy hay costras de sangre derramada en su camino, que sin el regreso del sociópata, apoyado por la sociópata, no se habría dado. Hoy no sólo los vivos desean explicaciones, sino los pobres jóvenes que han perdido la vida por la convulsión social que advertimos que sucedería al retornar Zelaya.

Los miembros de la denominada Comunidad Internacional debieran meditar por qué razón la diputada Gloria Oquelí no se considera a sí misma una heroína, anda escondida como los niños que saben que han hecho algo malo, no da la cara para explicar sus actuaciones y el pueblo no la reclama para levantarle un monumento. Tanto que ha hablado que la prensa no la cubre, y ahora que la misma la busca, no aparece por lado alguno.

Sólo falta ver el veredicto final: el de las urnas, para saberse si este simple observador tiene o no razón de todo lo que ha venido diciendo y que aquí sostiene.

Mis sentidas condolencias anticipadas, eso sí, para todos aquellos aspirantes decentes del Partido Liberal, a una diputación centroamericana, en un listado en donde están abajo de esta otrora "joya" de su partido. ¡Hay joyas de joyas en esta vida"

¿ES LA OPINIÓN PÚBLICA O LA TRAICIÓN DE LA DIPLOMACIA BRASILEÑA?

La evolución de la crisis política hondureña se torna interesante. Hoy, después del análisis jurídico-político a cargo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, de sendos editoriales de los principales medios escritos estadounidenses, y de las innumerables columnas de opinión, blogs, cartas de lectores, comentarios escritos y tráfico de correos electrónicos, la opinión unánime del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, OEA, se rompe. Varios países, especialmente del hemisferio, disienten de la opinión anteriormente generalizada de condenar, a priori, el resultado del proceso electoral en marcha en Honduras, que culminará a finales de noviembre del presente año, aunque no digan abiertamente que ha comenzado a permear el hecho de que las instituciones hondureñas han actuado apegadas a su Constitución y a las leyes, y que la expulsión final del ex presidente pudo haber sido después de que, conforme a la normativa interna hondureña, ya no ejercía el cargo.

Sin embargo, a nuestros ojos, ya lo advertimos en un artículo anterior, ha influido la torpeza de Manuel Zelaya y de su incondicional seguidora, Gloria Oquelí de Macoto, la Presidenta espuria del Parlamento Centroamericano, de forzar el regreso a Honduras del primero, prófugo de la justicia por supuestos 18 diferentes delitos cometidos, especialmente, por violación de la Constitución y las leyes, todo con la posterior aquiescencia de la cancillería brasileña, tradicionalmente seria y confiable pero hoy percibida, por lo menos por el importante actor que se llama Estados Unidos de América, como irresponsable frente a los intentos de búsqueda de una solución.

Lo importante de analizar es que el proceso de resquebrajamiento de criterios al respecto, ha comenzado. De ahí a que se llegue a la culminación del proceso electoral en marcha en Honduras y que el pueblo hondureño elija a sus próximas autoridades, con toda la legitimidad del caso, hay un corto trecho. La legitimidad de estas nuevas autoridades, insistimos, no la otorga la denominada comunidad internacional. Es el pueblo hondureño convocado a las urnas el que habrá de darle una lección al mundo.

Ojalá que los amigos europeos recapaciten, a su vez, hacia dónde los ha llevado la ideologización de la señora Fernández de la Vega, vocera ex oficio en este asunto, y terminen por aceptar que sí ha habido convulsión en este bello país; que la misma ha sido iniciada e incitada por Manuel Zelaya, que los hondureños tienen una larga tradición democrática y las instituciones políticas más antiguas de hispanoamérica; y que lo menos que merecen en estos momentos en que toda la sociedad y sus instituciones están de acuerdo en los orígenes y solución de la crisis es, si no ya su respaldo, por lo menos el beneficio de la duda de que están diciendo la verdad y, por ende, su no intervención en los asuntos internos del país.

lunes, 28 de septiembre de 2009

TREMENDO ERROR DE MICHELETTI

La crisis política hondureña de agudizó hoy hace 3 meses cuando Manuel Zelaya fue sacado con violencia del país. Unos dicen que sacaron al Presidente de la República; otros sostienen que, cuando lo sacaron, ya no lo era, por haber violentado reinteradamente la Constitución, haber sido declarado traidor a la patria y perdido la oportunidad de terminar el mandato, democráticamente, hasta finalizar el período que contempla la mencionada Constitución.

Desde este blog no hemos apoyado el regreso de un ex presidente desgastado y destituido, básicamente, por dos razones: la primera, porque, como no vengo observando este fenómeno desde el 28 de junio de 2009 como la mayoría de quienes constituyen la denominada Comunidad Internacional, sino desde que comenzó hace más de un año, estoy consciente de por qué los hondureños, en conjunto, tienen la idea de que Manuel Zelaya violó su Constitución y las leyes, entiendo el concepto constitucional de traición a la patria y, desde el momento en que el Partido Nacional, la Democracia Cristicana, en Partido Innovación Nacional y Unidad y el mismo partido oficial, el Liberal, están de acuerdo, como lo están el Congreso Nacional, la Fiscalía, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte Suprema de Justicia, no existe mejor balance de pesos y contrapesos que ése, y ninguno de los mencionados pone una palabra de duda en lo que en este proceso de destitución se ha hecho.

El error se comete al final de dicho proceso en que, en lugar de capturar al infractor, detenerlo en un centro de reclusión y procesarlo por los 18 delitos que se indica que cometió, se opta por sacarlo, ya destituido, fuera del país, lo cual ha dado en pensarse, y yo mismo insisto en decirlo, que sí fue un Golpe de Estado. De todos modos, jurídicamente hablando, no procede reinstalar a alguien que ha perdido el cargo por no cumplir con los requisitos para ostentarlo, por muy democrátia y popularmente que haya sido electo originariamente.

Ahora bien, aquí entra la segunda consideración que ha hecho que no defienda el regreso de Manuel Zelaya. Aparte que lo he señalado de que es un sociópata, es decir, alguien a quien no le inspiran respeto ni las leyes, ni las instituciones, ni las personas, y sólo mira, como las mulas de carga, hacia su objetivo, conociendo como conozco a mis hermanos hondureños, creo que es preferible, para garantizar la paz social y evitar un eventual derramamiento de sangre, insistir en el tema.

El proceso electoral no lo inició ni lo controla el gobierno de Roberto Micheletti. Aquél es un proceso largo que arrancó hace tiempo. Ha habido procesos internos de elección de candidatos en los partidos; hubo una convocatoria a elecciones anterior al mes de junio del presente año, y lejos de hacerle un bien al país, esta denominada comunidad internacional, le hace un daño al proceso político más serio de América Latina con su obstinada insistencia y la necedad de manifestar que no reconocerán a quien resulte electo en dicho proceso que culmina a finales de noviembre entrante.

He hablado de la legitimidad, la cual la comunidad internacional quiere hacer creer que proviene de ellos, cuando es el pueblo hondureño el que le debe otorgar o no esa legitimidad a sus próximas autoridades, pero esa mezcla de arrogancia, filibusterismo y tontera, pareciera que van ganando en las páginas de los periódicos, aunque no se sepa a ciencia cierta en qué parará todo esto.

Lo nuevo en todo este proceso es el craso error del gobierno de Micheletti de conculcar las garantías de los hondureños y vedar la información de lo que sucede. Es una oportunidad de oro para que el mundo conozca cómo los seguidores de Zelaya están más interesados en el saqueo que en la democracia. Es importante que el mundo sepa, libremente, de las gestas cívicas que se llevan a cabo en diferentes ciudades de Honduras, si no para respaldar al actual gobierno, que todos entienden que es de transición, sí para manifestar que la salida de Zelaya fue acorde con la Constitución y que no lo quieren de regreso en el poder.

Micheletti le está dando a Chavez, Ortega, Insulza, Fernández de la Vega, Kirchner, Morales, Castro, D'Escoto y demás satélites y corifeos, el esperado pretexto para "confirmar" lo antidemocrático del régimen (de Gloria Oquelí, la Presidente espuria del Parlamento Centroamericano a quien no le doy más que categoría de Coordinadora de Debates, quien con engaños al Ministro Consejero de la Embajada de Brasil llevó a Zelaya a dicha legación, mejor escribiré aparte).

Desde nuestra tribuna de expectación neutral tenemos que señalar que este error puede dar lugar a que la denominada comunidad internacional se sienta lo suficientemente justificada para intentar algo que todavía los restos de moralidad de algunos de sus integrantes no los dejan hacer.

viernes, 25 de septiembre de 2009

LA CAPACIDAD EDITORIAL DE VENEZUELA

Este tema es paradójico. Por un lado, se imprimen en Venezuela las papeletas de la famosa 4 urna del caso hondureño, que ha provocado crisis política, muertos y zozobra para ese hermano pueblo.

Por otro, Venezuela paga casi 40 MILLONES DE DÓLARES a una editorial uruguaya, propiedad de un pariente cercano de un candidato a la presidencia de ese país, afín ideológico de Hugo Chavez, precisamente en medio de un proceso electoral que, tradicionalmente, ha sido limpio.

¿Por qué la denominada Comunidad Internacional es tan ciega? ¿Se requiere explicar paso a paso qué está pasando? ¿Dónde quedaron los principios de autodeterminación de los pueblos y de no intervención en los asuntos internos de otros Estados? ¿Y la reserva moral de la Unión Europea y sus países miembros, como la de Estados Unidos, está diciendo lo que los ciudadanos comunes y corrientes estamos pensando?

martes, 22 de septiembre de 2009

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, EL PLAN ARIAS Y LA UNIÓN EUROPEA, BURLADOS

La Comunidad Internacional debiera ser la totalidad de hombres y mujeres del planeta; sin embargo, este término es utilizado para designar al conjunto de países que, a través de Presidentes, Primeros Ministros, Reyes, Jeques, Cancilleres o de la manera que se denominen los puestos políticos de primer nivel, le dan forma y vida a ciertas maneras de expresión en el concierto internacional.

Dentro de la Comunidad Internacional destacan, por su poderío económico y bagaje moral, más que por el número de población que representan, tanto Estados Unidos de América como la Unión Europea. Ambos han sido muy activos dentro de la crisis política hondureña, ejerciendo una innecesaria y a veces ininteligible presión, hasta con rasgos tan impopulares como el retiro de las visas.

Por aparte, el denominado Plan Arias que yo di por finalizado desde hace tiempo, casualmente cuando coincidió la oportuna gripe AH1N1 en la persona del Presidente Oscar Arias, y que se ha tratado de revivir con todo tipo de respiraciones artificiales, el cual tiende, con total desconocimiento de la idiosincrasia hondureña (según mi entender), a que regrese el depuesto presidente Manuel Zelaya a gobernar con poderes restringidos (como que eso no fuera, también, violar la Constitución) hasta las elecciones generales del mes de noviembre de 2009.

Ni EUA, ni la UE ni el Plan Arias contemplan el regreso furtivo de Manuel Zelaya, a quien yo vengo señalando de sociópata, lo cual ya demostró en su corta visita a México y ahora lo está confirmando al llamar a la insurrección desde los balcones de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Desde nuestro particular punto de vista, tanto EUA, la UE y el Presidente Oscar Arias han sido burlados, y en la burla pienso y estimo que Manuel Zelaya vuelve a ser el títere de un plan fraguado, si no desde Cuba, sí desde Venezuela, desde Nicaragua, la OEA y Brasil, quien no acepta su obvia participación porque, teniendo un servicio diplomático legendario, sí está en capacidad de entender que es a EUA y a la UE, socios comerciales importantísimos, a quienes está dejando burlados.

La culpa la tienen los mismos líderes de Estados Unidos de América, Barak Obama y Hilary Clinton, así como los diversos de la Unión Europea, especialmente María Teresa Fernández de la Vega, quien ha sido, si no parte específica del fraguado del plan, sí pilar fundamental en el apoyo europeo a la insensatez que hoy, por hacerlos sus compadres, tienen que pagar quedándose chiflando en la soledad de la loma.

¿Qué le queda a la denominada Comunidad Internacional? ¿Enviar cascos azules como los envió en su oportunidad a Haití? La diferencia es que en Haití los estaban esperando con ansia. En Honduras, no.

Manuel Zelaya, entiéndanlo bien, padece de megalomanía con sus característicos delirios de omnipotencia y de grandeza, y es un sociópata a quien no le interesan los límites que imponen las leyes ni para qué sirven las instituciones.

Mi particular punto de vista es que la mente de Manuel Zelaya ya tuvo tiempo de asimilar su fracaso, de darse cuenta de la unión que provocó en la sociedad de su país, pero en su contra; que no quiere pasar a la historia como el hombre que perdió el poder por sus delirios de grandeza, razones suficientes para una mente enferma para llegar a meterse en el ojo del huracán para buscar su inmolación. Personalmente siento y creo que el hombre no está bien de la cabeza y la Comunidad Internacional, así llamada, no ha tenido ojos para verlo. Un hombre, bajo tales circunstancias, es peligroso. Para él y, por su anterior investidura y las actuales circunstancias, para la sociedad. Por eso es que, insistiendo en que lo que se cometió sí fue un Golpe de Estado, para preservar la paz social de Honduras no veo factible el regreso de Zelaya al poder, ni siquiera con limitaciones inconstitucionales.

Hundureños: ¡que Dios les dé sabiduría a todos, paciencia sin límites y límites a la arrogancia!

jueves, 10 de septiembre de 2009

NOS QUEDA LA BUENA OBRA DE SU GESTIÓN, O INCOMPETENCIA AL CUBO

Algo así fueron las palabras que escuché hoy, a través de Emisoras Unidas, de boca del Presidente de la República, Alvaro Colom, con ocasión de la destitución del Ministro de Salud, Celso Cerezo Dardón, porque "tuvo una actitud política inapropiada, especialmente durante la interpelación a la cual era sometido en el órgano legislativo...", cuando todos sabemos, por notas de prensa que ya duran varios meses y que finalizan con la petición de su destitución, desde el día 7 de septiembre de 2009, por los salubristas del país, que todo es debido a su incompetencia, a su incapacidad para enfrentar los problemas de salud del país, incompetencia, digo yo, que sólo se suma a la del propio mandatario, quien ante la abrumadora evidencia de falta de acción, insistió en defenderlo inclusive el mismo día en que, a las pocas horas de emitir otras declaraciones de respaldo, lo mandaba para su casa. Si a lo anterior sumamos que el Señor Vicepresidente de la República es un connotado profesional de la medicina quien, obligadamente tuvo que venirse dando cuenta de todo, la incompetencia gubernamental es al cubo.

Encima, como el Presidente cree que todos los guatemaltecos somos idiotas, se atreve a decir que por lo menos queda la buena obra de su gestión. Como no sea la de la venta de medicinas a más del 1200 por ciento de su valor, las plazas fantasmas y el desabastecimiento de hospitales y centros de salud, el pésimo manejo de las epidemias de gripe AH1N1 y de Dengue en Izabal, reto públicamente a Álvaro Colom o a Rafael Espada para que demuestren, fehacientemente y no con falacias, es decir, más mentiras, a qué se refieren con esa brillante gestión ministerial.

Este blog nació para comentar acerca de cómo la política y el sentido común deben ir de la mano. Ha sido una tentación, desde el inicio, escribir sobre la política interna de Guatemala, tan abundante en casos de desatino y total divorcio entre estos dos elementos indispensables para hacer un buen gobierno, mantener la paz social e impulsar el desarrollo sostenible.

Casos como la entrega de cientos de millones de quetzales del Ministerio de Gobernación al programa "Mi Familia Progresa", dejando a las autopatrullas desabastecidas de combustible y dejando de atender el problema que más agobia a los guatemaltecos y que tiene a tantas familias de luto y con grandes problemas de paz mental, es sólo uno de ellos. Hay otros, como la propuesta de presupuesto con un déficit fiscal de 3.4% del PIB, que sólo llaman a mi mente calificativos que no debo poner acá, o el récord de cambio de ministros, o el caso Rosemberg que no he abandonado y que, con la información anticipada al mayor implicado, Álvaro Colom, del informe de la CICIG, dan ganas de entrarle, o los 108 pilotos asesinados en lo que va del año, que es inaudito, o la capacidad operativa que las maras demuestran tener desde adentro de las cárceles, o esto, o lo otro; es la de no parar.

Ya habrá tiempo de hacerlo con mi estilo directo comentando tales temas y otros. Por lo pronto, como no se han solucionado, seguiré escribiendo sobre las ilegalidades que se vienen comentiendo en el Parlamento Centroamericano, de la demanda que tengo planteada ante la Corte Centroamericana de Justicia, la cual no se ha resuelto, a pesar que el mes entrante es la elección de la siguiente Junta Directiva, y especialmente la crisis política hondureña, ya que no estoy de acuerdo con que la llamada Comunidad Internacional haga totalmente a un lado el principio de Autodeterminación de los Pueblos y no pienso abandonar la causa de la libertad que han abanderado mis amigos hondureños, sin importar el partido político al que pertenecen.

Gobiernitos blandengues como el actual dan mucha materia para criticar, pero no soy de los que critican por criticar; verdaderamente deseo que las cosas se hagan como deben ser, así que prometo a mis lectores y seguidores que, en cuanto se resuelvan los dos casos que he mencionado, comenzaré a incursionar en la manera que quienes nos gobiernan hoy día tienen todas las instituciones de cabeza.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LA LLAMADA COMUNIDAD INTERNACIONAL SE TENDRÁ QUE TRAGAR SUS PALABRAS

Los pueblos eligen los gobiernos y estos, una vez constituidos, se organizan de manera diversa en lo que ha dado en llamarse la "Comunidad Internacional".
Los gobiernos llegan a constituirse, muchas veces, por acuerdos políticos de segundo orden; otras, por elecciones de segundo grado en donde, quien llega a gobernar, muchas veces no lo hace con la deseable legitimidad.
Luego, con el ejercicio del poder, esa poca legitimación que tienen porque han llegado por los empujones o el oxígeno que les dan otros líderes o con una pobre elección originaria pero los suficientes votos de segunda vuelta, también tiende a perderse por el denominado "desgaste político"; es decir, muchos gobiernan sin apoyo popular, ya que el pueblo en general, y hasta sus mismos electores, suelen estar en contra de sus propios gobernantes y de las decisiones que estos van tomando en cada tema.
Es así como muchos gobernantes con muchísimo menos apoyo popular en su propio país que el que seguramente tiene Roberto Micheletti en Honduras, se han puesto de acuerdo para condenar a priori, es decir, sin estudiar detenidamente un caso tan complicado, seguir condenando y, encima, aumentar a la condena que casi todos hicieran, repito, a priori, con otra anticipada condena a todo un proceso electoral en marcha que no está a cargo de ningún funcionario público hondureño involucrado en la destitución (legal o ilegal) del ex-presidente (vayan entendiéndolo) Manuel Zelaya.
Desde mi particular punto de vista y después de conocer de cerca el proceso político hondureño desde abril de 1989 en que llegué a Tegucigalpa a participar en una Asamblea General de la Unión de Juventudes Democráticas Hispanoamericanas, UJDH, con partidos políticos de toda América Latina, Estados Unidos, España, Austria, Francia, Australia e Inglaterra, oportunidad en que yo representaba al Partido de Avanzada Nacional, PAN, de Guatemala, en mi calidad de Secretario Nacional de Relaciones Exteriores, al observar el funcionamiento de esos dos partidos políticos grandes y centenarios de Honduras, con sus elecciones primarias, sus corrientes internas, su enorme capacidad de unificarse después de los desgarradores procesos de escogencia de sus candidatos, la forma en que, en el área rural, durante décadas, he visto cada casa identificada con la bandera de su partido político, lo que me ha dado la pauta para decir y afirmar que Honduras tiene el sistema político más serio y más maduro que hay en el istmo centroamericano; y después de darle seguimiento cercano a la crisis política desatada desde hace alrededor de un año por un sociópata de apellido Zelaya que ostentaba la Presidencia de la República, lo que me hizo estar preparado para advertir prudencia cuando se agudizó la crisis el 28 de junio de 2009, me atrevo a expresar y a vaticinar:
Los hondureños, en su gran mayoría, están preparados para resistir cualquier intrusión externa en la resolución de un problema que es de ellos, así provenga de la denominada "Comunidad Internacional". No habrá poder, ni siquiera militar, que los haga cambiar en su convicción de que el proceso de elecciones generales convocadas por el Tribunal Supremo Electoral (y no a cargo de la Presidencia de la República ni de otra Institución) sigue su marcha. Todas las Instituciones, sean políticas, religiosas o simplemente cívicas, si no están siendo financiadas con "petro dólares chamos", están graníticamente, GRA NÍ TI CA MEN TE, unidas para elegir al candidato que la mayoría vote. El índice de ausentismo a las urnas electorales, a fines de noviembre de este año, me atrevo a decir que será de los más bajo o el más bajo de la historia.
De ahí a la instalación de las nuevas autoridades electas, habrá dos meses más. Después de eso, ¿cuál es el argumento que queda para que regrese Zelaya? La consecuencia, al final de todo este proceso, será que la denominada "Comunidad Internacional" tendrá que tragarse sus palabras, y si los países del Alba triunfan con la reelección del ingerente Secretario General de la OEA, Insulza, a quien los hondureños ya rebajaron a nivel de observador, pues la OEA tendrá un Secretario General desgastado por varios años más. Ojalá que los países del Caribe no se dejen influenciar en estos intentos de reelección y opten por presentar un candidato fresco, no comprometido, que pueda trabajar con todos los países y no esté cuestionado como lo está en Honduras, en Venezuela, en Bolivia, en Guatemala (los invito a que lean los artículos de este blog en mayo 2009 a la fecha), en el corazón de la mayoría de los argentinos.
La Unión Europea, que ha dejado su vocería en otra socialista radical española (que yo simpatizo con algunos socialistas, los que no son radicales y a su pensamiento le imprimen sentido común), bien haría en analizar todo el caso de nuevo, desde el año 2008, tener claridad de ideas con relación a lo que la constitución hondureña dice de la Presidencia, del Tribunal Supremo Electoral, del proceso general de elecciones, de las atribuciones de cada quien, de lo que significa traición a la patria, de lo que se dice con relación a reelección, a modificaciones a la constitución, y tengan el menor sentido común para saber la diferencia entre una encuesta y una consulta popular, para que puedan repensar su posición y, a tiempo, condenar el Golpe de Estado, como yo mismo lo sigo haciendo, pero NO destruir con sus posiciones uno de los sistemas políticos más tradicionales, serios y profesionales del hemisferio y, de repente, del mundo.
El mismo consejo a las autoridades estadounidenses (por favor, no son América, ni siquiera la totalidad de los norteamericanos). Mal hacen viendo la viga en el ojo ajeno cuando ellos tienen problemas tan grandes adentro de su propio país: el déficit presupuestario, la devaluación del dólar con relación a otras monedas duras (está por llegar a 1.5 dólares por euro), la posibilidad de que los países muden de moneda para cubrir sus reservas internacionales; la liberación, sólo en el estado de Texas, de casi 40 presos con más de 20 años de estar en prisión, cada uno, porque las pruebas de ADN demostraron que eran inocentes, lo que obliga a reflexionar acerca de su sistema de Administración de Justicia, las guerras de Afganistán (la más larga de la historia de ese país) y de Iraq (la segunda más larga de la historia, por encima de su participación en la I y II Guerras Mundiales, en la de Corea, en la de Vietnam...) y un largo etcétera que incluye inmigrantes, desempleo, racismo, drogadicción en todos sus componentes, incluyendo la producción, maras, negocios sucios alrededor del petróleo, las guerras y la salud (sólo esto es motivo de todo un artículo).
Conclusión: el pueblo hondureño, haya las condenas foráneas que haya, está unido como nunca en su historia republicana (la cual también he estudiado) y, según mi entender, se quitaron de encima un sociópata megalómano que quería perpetuarse al estilo de las mejores "joyas" del Alba, y no se dejarán arrebatar ese íntimo orgullo de que han peleado por su libertad, por la libertad de todos nosotros que vivimos en otros países en donde este cáncer de la sociopatía y el autoritarismo podrían expanderse; defenderán con uñas y dientes el proceso que está en marcha, elegirán sus nuevas autoridades y no habrá poder en la tierra, como no provenga de Las Alturas, que evite que el nuevo gobierno tome posesión en enero de 2010.
Yo apoyo a los hondureños, y la comunidad internacional, con el tiempo, lo tendrá qué hacer.