martes, 15 de febrero de 2011

TURISMO: HAY QUE METER BANQUEROS Y OTROS ACTORES EN EL NEGOCIO

Ayer, para efectuar un pago personal, acudí a un banco a comprar unos euros. Como el muchacho que me atendió no entendió muy bien qué quería hacer, me dio la tasa de cambio de una operación en la que yo le vendiera los euros.

Aclarada la situación, me pude percatar que el diferencial cambiario entre la compra y la venta de euros es de prácticamente tres quetzales, lo que me hace pensar que los turistas europeos son esquilmados en nuestro territorio por el simple hecho de venir a conocer y a gastar.

Lo anterior se agrava con la anécdota que, casualmente, hoy me contaron. Un guatemalteco, al tratar de cambiar dólares en una de las casetas del aeropuerto La Aurora al no más ingresar al país, se percató que el dólar lo estaban pagando casi a seis quetzales. Dándose cuenta de la manera de aprovecharse de los turistas, no cayó en la trampa y se fue sin cambiar su dinero por moneda local.

Lo peor es que, con la agenda apretada, se fue de una vez al interior del país, en donde acudió a la agencia de un banco a cambiar sus dólares, pero no lo pudo hacer porque el banco le exige que abra una cuenta para poder trocarle la moneda.

Sabido es, por aparte, que los mismos hoteles se encargan de sacarles a los turistas que hospedan más plata de la que el sentido común aconseja por el solo hecho de cambiarles sus dólares o sus euros.

Luego, vale la pena hacer ver que carece totalmente de sentido despellejar a turistas y connacionales con estas actitudes, pues el verdadero negocio está en que cada vez venga más gente a gastar.

El negocio de unos pocos, que se reduce a los dueños de las casetas que cambian dólares en el aeropuerto, y los accionistas y propietarios de bancos y hoteles, se vería incrementado en la medida que dejen de atropellar a la gente.

La mejor publicidad que un país pueda tener es la que se da de boca en boca. Y la peor también.

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