En el último Encuentro Nacional de Empresarios, ENADE (se refiere al de 2010), en donde el invitado especial fue el ex Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, quienes asistimos pudimos contrastar los peculiares estilos de ejercer la Presidencia, entre el exitoso modelo colombiano y el desastroso del actual Presidente de Guatemala, Álvaro Colom, quien llegó originalmente a la inauguración del evento, se salió estrepitosamente, con su comitiva siguiéndolo a toda velocidad, antes de la filmación de un programa más de “Libre Encuentro” que contó con la participación del ex Canciller colombiano Jaime Bermúdez, el ex Embajador de Guatemala en Washington y ex Ministro de Finanzas, Peter Lamport, y el ex Secretario de la Paz de Guatemala, Gustavo Porras, con la moderación de Dionisio Gutiérrez, para reincorporarse después de la filmación de dicho evento y poder estar en la presentación magistral del ex Presidente Uribe y, además, participar para clausurar el evento.
Hay quienes dicen que todos los comentarios introductorios de Dionisio Gutiérrez fueron innecesarios y fuera de lugar. Nosotros pensamos que los mismos, introductorios de un debate, solamente sitúan a quienes lo entablarán y a quienes estarán atentos al mismo a la triste problemática nacional. Que es muy duro decir en este tipo de eventos que el Presupuesto de la Nación lo han estado utilizando para hacer campaña política y que hay otros lugares y momentos para decirlo, fue una de las críticas que escuchamos. ¿Y no es ésa una realidad? ¿Hay algún lugar especial para decir este tipo de cosas? ¿Cómo queda alguien que nos introduce a la realidad del país, previo a un debate, si omite este tema por demás importante?
La supuesta Primera Dama, presente en todo momento a excepción de la salida abrupta a la cual nos referimos, se tuvo que tragar los fuertes aplausos que el público presente le daba a Uribe cada vez que éste hablaba de la transparencia que tuvieron con el manejo de los programas de cohesión social, especialmente cuando señaló que todos los listados de beneficiarios y los montos entregados están disponibles, para todo el mundo, en internet (no es error nuestro escribirlo con minúscula; estimamos que así debiera ser).
Ya, desde la presentación de la mesa principal, el auditorio marcó una gran diferencia al aplaudir casi sin ganas al Presidente Álvaro Colom y darle una verdadera ovación, de pie, al conferenciante Álvaro Uribe.
Pero fueron patéticas las palabras de clausura del Presidente Colom. Sin un discurso elaborado para leer, tratando de improvisar metiendo, en medio de la misma, cifras que le interesan como las de educación y acceso a puestos de salud, pero omitiendo lo que más afecta al país, ya que no hizo mención a las agobiantes cifras de violencia que tenemos, lloriqueando a veces y quejándose, amargado, con Uribe, porque nadie le reconoce todo lo que hace, no sólo lo hicieron quedar mal sino hacen quedar mal al país que representa, que no es capaz de producir un líder de altura y alguna capacidad, o cuyos electores no tienen la capacidad de discernir entre los postulantes.
Lo cierto es que, producto quizás de esa amargura que no se pudo tragar y que es un poco la cosecha de los fracasos que ha venido sembrando, tanto administrativa como políticamente, de la manga pareció sacarse que el ex Presidente Uribe venga, nuevamente, a Guatemala, en el mes de noviembre, a algo así como arbitrar la visión de país que todos, empresarios, sindicatos, autoridades de gobierno, alcaldes, cooperativistas, debamos consensuar.
Desde nuestra tribuna y con la experiencia que tenemos podríamos decir que es un esfuerzo loable, aunque tardío para un gobierno que va para afuera y que ya no tiene mayor posibilidad de maniobra, y que más debiera servir, no como lo quisiera ver el actual Presidente, quizás como algo que le sirva para oxigenarse y gobernar en algún sentido el año entrante en que, dicho sea de paso, ya nadie le hará caso, si es que alguna vez le hizo caso algún funcionario, sino para verdaderamente orientar las políticas públicas y cohesionar el sentimiento de nación de todos los involucrados.
Después de que el Sector Privado Organizado estuvo de acuerdo en darle un respaldo político irreflexivo, por lo ilegal de su contenido, por mucho que después le haya dado algún revestimiento de legalidad la cuestionada Corte de Constitucionalidad, con estar de acuerdo con la intervención del Registro Nacional de las Personas, RENAP, y que el Presidente, después de sus característicos titubeos dijera que sí lo intervendría y finalizara diciendo que no, dejando a todos esos apoyos en el limbo, nos pareció extraño que el mencionado Sector Privado Organizado estuviera de acuerdo, nuevamente, en seguirle el rumbo al errático Presidente.
Esperemos que la visión de país que tengan los empresarios sea de largo plazo y no se dejen manipular por lloriqueos políticos de coyuntura, así vengan de la mismísima Casa Presidencial.
Nos parece estar de acuerdo con que el anhelado desarrollo del país no podrá elevarse en un solo período de gobierno; y visiones de país ha habido, si no muchas, varias; de modo que este ejercicio, ahora acompañado por un verdadero campeón de la ejecución de políticas públicas que sí funcionan, debe ser aprovechada en todo su contexto y la buena fe con que, estamos seguros, vendrán revestidas sus sugerencias.
Una reforma de lo más importante en el quehacer público se requiere en el corto plazo, y tenemos la ventaja que las recetas probadas vienen, ahora, de un país similar al nuestro, podrán ser explicadas en nuestro idioma y contarán, tal vez lo mejor de todo, con nuestra credibilidad por provenir de donde vienen.
Tenemos que hacer todo nuestro mejor esfuerzo en el evento que se viene. Si el mismo Presidente de la República promueve un acercamiento de todos los sectores para pensar en el país y su futuro, aunque sea del diente al labio, es porque ni él mismo cree a ciencia cierta que lo que está haciendo para gobernar es lo adecuado.
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