jueves, 10 de abril de 2014

LE TOMAMOS LA PALABRA A BALDIZÓN

     La desfachatez parece no tener límites.  Ni la del pobre aspirante a presidir Guatemala, Manuel Baldizón, con sus afanes de engañar al pueblo que desea gobernar, más enterado de lo que él supone y querría y, ahora, con el aval que, tanto la Facultad de Derecho como el Consejo Superior Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala le dan a su tésis doctoral, la cual, según investigaciones del mismo público en general, contiene más del 50% de material copiado literalmente de la internet (llegará el día en que la Real Academia acepte que ese término no debe ir en mayúscula).

     En Guatemala, a los personajes que exudan desfachatez se les llama "cuerudos", que significa que tienen el cuero bien grueso, que nada les cala, y la sensibilidad de Baldizón ante la ciudadanía que pretende gobernar es totalmente nula, lo cual da lugar a aplicarle este calificativo.  Sus declaraciones a la prensa, al respecto de lo que señalamos en el primer párrafo, que es noticia desde ayer, de que le satisface, "que era lo esperado por un trabajo original e inédito", lo confirman.

     En donde le tomamos la palabra a este pobre personaje (pobreza de principios, de ética personal, de valores morales, pero no de cuestionados recursos económicos) es en la solicitud que ha venido haciendo para tender una cortina de humo frente a lo que algunos denominan errores garrafales, que no lo son: ¡son mañas!, acerca de discutir los problemas que afectan a los guatemaltecos, y comenzaremos por discutir el que, a nuestro parecer, es el más importante de todos, afecta al conjunto de la sociedad y, de entrada, lo descalifica para gobernar una nación de gente que, en su mayoría, es trabajadora y honrada, no vividora, delincuente y patética como algunos de sus malos hijos.

     El primer problema al que nos referimos es el de la honradez de los gobernantes.  Apenas el martes 8 de abril de 2014, el titular de Prensa Libre reportaba 3,329 quejas por ilícitos en el Estado, y aunque haya una Fiscalía contra la Corrupción en el Ministerio Público y se mande construir una cárcel especial para los funcionarios corruptos, en Guatemala nunca habrá desarrollo ni llegarán las oportunidades para los más necesitados si la cabeza del Organismo Ejecutivo está podrida.

     ¿De qué nos sirve que constantemente se suban los impuestos, desincentivando las inversiones en nuevas fuentes de trabajo que mantienen a la juventud sin posibilidades de emplearse (Prensa Libre de hoy, página 37), si todo el dinero que ingresa se va en negocios sucios de altos funcionarios?

     ¿De qué le sirve al ciudadano de a pie que la deuda del país cada día sea mayor y los recursos que ingresan a través de impuestos se vean cada vez más comprometidos para darle servicio a dicha deuda, si es secreto a voces que alrededor del 40% de todo el dinero que se mueve en supuesta inversión va a parar a los bolsillos de mandatarios, ministros, directores, diputados y hasta funcionarios menores?

     Guatemala necesita no sólo cambios estructurales, sino en muchos otros sentidos, y uno de ellos, que por lo que se ve se está dando, es la toma de conciencia de la ciudadanía acerca de la calidad moral de quienes aspiran a gobernar la nación.  Guatemala tendrá, cada día que pasa, más votantes conscientes.

     En ese orden de ideas, señor Baldizón (disculpe que no le acredite título alguno), Ud. no solamente está descalificado para gobernar el país sino para discutir, con la seriedad que amerita, cualquier tema que tenga que ver con la agenda política del país.

     Si otros presidentes nos han avergonzado en el pasado, sólo es de imaginarnos, con su historial de mentiras y falsedades, lo que podría esperarle a Guatemala con un gobernante de tal calaña.

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