lunes, 26 de octubre de 2009

A LAS PUERTAS DE LA GUERRA CIVIL EN NICARAGUA

La prepotencia es temeraria; cuando se le agregan dólares estadounidenses que debieran ser patrimonio exclusivo del pueblo venezolano y que ahora sirven para interferir en los asuntos internos de Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, Honduras, Uruguay, Colombia, por nombrar algunos países, o la Organización de Estados Americanos, OEA, por nombrar alguna Institución, la prepotencia se vuelve estupidez.

Nicaragua ya tuvo su guerra constitucionalista en los albores del siglo XX; luego se dio la intervención funesta de Estados Unidos y la guerra heróica de Augusto C. Sandino, la cual finalizó hasta después de que Teodoro Roossevelt retirara las tropas estadounidenses de Nicaragua al amparo de su política del "New Deal" o un Nuevo Trato.

Fueron estas gestas del pasado las que inspiraron la conformación del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, en 1961, por figuras como Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge.

Luego, fue una lucha de todo un pueblo en contra de la odiosa dictadura de Anastasio Somoza García, de primero (asesinado por Rigoberto López a fines de los años 1950's), y de su hijo Anastasio Somoza Debayle, de último, la que llevó al gobierno revolucionario que duró de 1979 a 1990.

Daniel Ortega se encontraba en Costa Rica cuando triunfó la Revolución en 1979 en Nicaragua, pero de alguna manera se las ingenió para quedar en la Junta Revolucionaria, inicialmente, y para gobernar depués, con el apoyo de su hermano Humberto al frente del Ejército Sandinista, hasta que Violeta Barrios de Chamorro, la viuda de Pedro Joaquín Chamorro, periodista liberal asesinado años antes por los esbirros de Somoza, ganó la Presidencia.

Luego de los gobiernos de Barrios de Chamorro, de Arnoldo Alemán y de Enrique Bolaños, vistiéndose de rosado, cambiando el himno sandinista por el Himno a la Alegría (4to, movimiento de la 9a. Sinfonía de Ludwig van Beethoven) y soltando palomas en medio de sus discursos, el comandante revolucionario Daniel Ortega, amparado en la Constitución de Nicaragua, que permite la reelección si no son períodos seguidos, ganó por primera vez la Presidencia de la República mediante elecciones libres y democráticas.

La burla que Daniel Ortega ha hecho de la Democracia, burlándose de las reglas del juego sin que nadie le diga nada, lo ha envalentonado, estimulándolo los consejos no siempre buenos de su ahora amigo Hugo Chávez, el Neo Emperador Chamo.

Nadie se ha atrevido a decirle nada de la cooptación que ha hecho de los tribunales de justicia, de las cortes de apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, en donde los patéticos casos de Arnoldo Alemán Lacayo, expresidente de la República, y de Carlos Guerra Gallardo, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, hoy magistrado de la Corte Centroamericana de Justicia, negociando ambos su impunidad a cambio de convertirse en lacayos del Presidente de la República, uno a través de sus huestes políticas, el otro a través de sus servicios en la CCJ, producen náuseas a las personas decentes y democráticas.

El Golpe de Estado en Nicaragua, del cual nadie de la mal denominada "Comunidad Internacional" ha dicho "esta boca es mía", ha sido una obra maestra de planeación, efectuada obviamente por personas dedicadas a tiempo completo a pensar cómo defraudar, de la manera que sea, a la Democracia, con tal de conseguir los fines del grupo; se está llevando a cabo desde hace algún tiempo, desde el demostrado fraude electoral municipal en noviembre de 2008 y, ante las legítimas protestas populares, Daniel Ortega se quejó ante la Asamblea General y el mismo José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, quien en lugar de utilizar toda la energía que le hemos visto desplegar contra el pueblo hondureño, no tenemos conocimiento de que haya movido un dedo en favor de la democracia nicaragüense.

El fraude electoral que sólo TeleSur, la televisión oficial de venezuela, defendió, fue la primera fase un plan bien orquestado y más ambicioso. Hoy, mediante este ardid, los alcaldes nicaragüenses del FSLN son más de las dos terceras partes del total de alcaldes del país. Si, además, agregamos que innumerables alcaldes participan del "churro legal" que pretenden hacernos tragar como válido, y ahora visualizan su reelección, entenderemos que es otra fase del Golpe de Estado Técnico que pretende asegurar el apoyo de los líderes del interior del país al hacerlos participar del mismo proyecto político antijurídico.

La última fase de este bien orquestado y diabólico Golpe de Estado, será, si se llega, el proceso eleccionario de 2012 en el cual Daniel Ortega y sus secuaces alcaldes tratarán de violentar el proceso democrático que establece la Constitución de Nicaragua y, si ya hicieron fraude electoral en 2008 y nada pasó, ¿qué les impide repetirlo nuevamente?

Sin embargo, el peligro que estamos viendo venir va en dos vías: la primera, el inevitable pleito interno dentro del FSLN, porque es obvio que, después de tantos años, habrá otros personajes dentro del partido con el interés de llegar a ser Presidente de la República, y esta jugada de Ortega pueda dar lugar a la ruputra definitiva. Lo mismo pasará en cada municipio con los Alcaldes que pretenden reelegirse.

Pero, por otro lado, es inevitable pensar que lo que ha prendido Ortega es la mecha de una nueva guerra civil en Nicaragua, porque quienes no son correligionarios del mismo pueden estar interpretando que este es un paso más hacia la odiosa dictadura que ya vivieron durante los años de los Somoza, la misma que Ortega Saavedra ayudó a eliminar, y es lógico suponer que habrá muchos nicaragüenses pensando que, si antes aguantaban los desmanes y ocurrencias porque había opción de derrotarlo en las urnas, ante tremendo descaro ya no están viendo una luz al final del tunel sino un período largo de nubarrones que hoy podrían quitarse de encima si reaccionan de alguna manera especial.

Con todo lo que he venido escribiendo sobre la crisis política hondureña, no he tenido realmente una preocupación seria de que la misma desemboque en guerra civil, porque los hondureños, en su gran mayoría, están unidos frente al expresidente Zelaya, quien fue el primero en violar la Constitución. Mis temores por el tema de Honduras los pondré en la próxima entrega.

Pero sobre el caso de Nicaragua sí tengo un tremendo temor de que esto termine mal, razón por la cual hago un llamado a todos, a la mal denominada "Comunidad Internacional", a la OEA, a la ONU, a los líderes políticos defensores de los derechos humanos y democráticos, para que, con la misma energía inusual utilizada en contra de Honduras, hoy se apersonen en Nicaragua para exigir el respeto a la Constitución, la separación de poderes y el irrestricto apego a la legalidad.

Es la "Comunidad Internacional" la que no ha dejado solo a un paria en Honduras, Manuel Zelaya. Hoy, pareciera que el pueblo nicaragüense está solo frente a la cooptación institucional y la sociopatía de Daniel Ortega, y desde esta humilde tribuna les pido que no los dejen solos, porque las batallas legales, de medios y posiblemente de otra naturaleza, están recién comenzando.

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