El Presidente de la República, Álvaro Colom, da la impresión que ni ha leído la Constitución Política de la República de Guatemala, especialmente aquella parte que señala que representa la unidad nacional.
Hoy, en una conferencia de prensa que fue radiada, le escuché decir que quienes han dicho que se prepara un fraude electoral son idiotas.
Yo lo he afirmado y no me considero un idiota. Es más, lo sostengo.
Mis argumentos para haber hecho tal aseveración son producto de la experiencia política, y se fundamentan, básicamente, en que, para comenzar, sus mayores financistas de campaña, Gregorio Valdez y Gustavo Alejos, se conoce que están detrás del obscuro negocio de la extensión del Documento Único de Identidad, DPI, a través de un concurso amañado, manipulado desde la Presidencia de la República, ya que Gustavo Alejos ejerce el poderoso cargo de Secretario Privado del Presidente.
El “negocio” de extender dicho documento, por centenares de millones de quetzales que ha financiado el Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, endeudando al país, lo ganó una empresa de cartón, sin experiencia en nada, formada con un capital pagado de Q.5 mil, es decir, el mínimo que exige la ley para constituir una sociedad anónima.
Se nos ha hecho creer que en el Registro Nacional de las Personas, RENAP, existe una gran ineptitud, y nosotros no lo dudamos, pero lo que sí ponemos en duda es que todo sea ineptitud.
Hemos denunciado, no porque seamos idiotas sino porque así lo pensamos, razonadamente, que el partido oficial, la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, que ha tenido un escabroso y corrupto gobierno, no es bien aceptada en los centros urbanos, lugares en donde, precisamente, la juventud que no tiene cédula de vecindad para votar y que a fuerza necesita el DPI para ejercer su derecho ciudadano, se topa con un RENAP que no los atiende, que los mantiene haciendo colas en balde, que les da citas para dentro de unas semanas o algunos meses y, cuando al fin extiende algún documento, ¡oh, casualidad!, viene con errores que hacen que esa juventud, no acostumbrada a un sistema perverso, prefiera desistir de conseguir ese valioso documento para emitir el sufragio, a estar haciéndole el juego a gente que aparenta no saber ni la “O” por lo redondo.
Mi denuncia es seria y es justificada. Creo que se viene fraguando, de acuerdo con los grandes financistas de la campaña anterior de la UNE, un gran fraude electoral a base de no identificar legalmente a la juventud que, seguramente han medido con base a encuestas, les es adversa.
Idiota sería si, con la experiencia que tengo, no sólo en política sino en materia de registros públicos, no me diera cuenta del jueguito que se traen en su afán de perpetuarse en el poder.
Así las cosas, dejo en manos de la ciudadanía que juzgue quién es el idiota.
Con actitudes confrontativas un Presidente no se gana ni el prestigio ni el respeto de los gobernados, sino siendo honrado, trabajando por el país, poniendo orden donde no lo hay, gastando lo que hay y no lo que no tiene, cumpliendo lo que ofreció en campaña y teniendo los atributos necesarios para gobernar por sí mismos, no por interpósita persona.
Entre pedirle a las víctimas de la violencia que se aguanten y tratar de idiotas a los opositores políticos sólo se va colocando, paso a paso, en el lugar de la historia que le corresponde.
Además, toda esa juventud que se acerca por vez primera a las instituciones merece no sólo todo el respeto de la autoridad sino un tratamiento de primera.
Comenzar a ver la administración pública desde la perspectiva de quien la sufre sólo pone a las autoridades en el lugar que el Presidente menciona, a ellos mismos.
¿Quién es el idiota, entonces?
martes, 7 de septiembre de 2010
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También he escuchado en varias oportunidades al Señor Presidente faltar el respeto a la población con el léxico corriente que utiliza y bien decía mi abuelita quien da la acción pierde el derecho él insulto primero... Yo también sé quien es el idiota. Gracias por no callar y ud. comprenderá que no puedo escribir mi nombre por mi seguridad.
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