miércoles, 9 de junio de 2010

CICIG. LA RENUNCIA DEL COMISIONADO DE LA ONU

La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, comenzó operaciones en el país, con la opinión en contra de la mayoría de guatemaltecos, por visualizarla como otro proyecto de injerencia de la mal llamada Comunidad Internacional en los asuntos internos.

Mi escepticismo lo he manifestado a través de este medio, más que todo porque la anterior misión de la Organización de Naciones Unidas, ONU, en Guatemala, los últimos años del conflicto armado interno, la MIUGUA, dejó un pésimo sabor de boca, con funcionarios que gustaban de lucir sus trajes de galas y medallas en reuniones de salón, y visitar nuestras bellezas naturales, pues se les veía muchísimo por Panajachel, pero no se miraba realmente qué le estaban aportando al país. Algo así como lo que también puede observar en El Salvador con la ONUSAL, cuyos funcionarios eran felices, porque los vi muchas veces, comiendo mariscos en La Libertad.

Sin embargo, he reconocido que el estilo personal del doctor Carlos Castresana, cuya experiencia al frente de la misión fue vital, fue haciendo que la CICIG, aunque permaneciera siendo el blanco de muchos que todavía la adversan, y no necesariamente miembros de la delincuencia organizada sino respetables ciudadanos, también es cierto que fue ganando terreno y haciéndose reconocer como una entidad que estaba (o está, quisiera pensar) por encima de las bandas delincuenciales o los grupos de poder que, cual zapadores, durante décadas han ido avanzando, paso a paso, en la tarea de copar las instituciones del Estado.
Será tema aparte, porque aquí no corresponde, la politización que se ha hecho de la Academia y de los Colegios Profesionales en ese intento por impedir la manipulación en los nombramientos. Baste decir, por el momento, que no escapa este elemento a mi análisis.

Carlos Castresana no vino solo a Guatemala. Trajo un equipo de profesionales, provenientes de diversos países, y su misión, muchas veces lo dijo, era formar guatemaltecos limpios de corazón, es decir, no cooptados, con una nueva escala de valores y principios diferentes, para ir creando equipos incorruptibles de investigadores que, al partir los expertos extranjeros y finalizar el mandato de la CICIG, estuvieran en capacidad de continuar limpiando de mafias y delincuentes no sólo las calles sino las instituciones en donde se han enquistado ladrones, estafadores y, especialmente, sicarios.

Todo iba bien hasta que el lado humano, la vida personal de Castresana, interfirió con su credibilidad pública.

Comenzó a ser un secreto a voces y a principios del presente mes, en un conocido programa radial, “Hablando Claro”, que presenta el doctor Mario David García, la ciudadanía supo de las aventuras extramaritales del Comisionado. Hasta un vocero de la esposa y de los niños fue entrevistado vía telefónica, hasta Monterrey, México, quien hizo ver lo golpeados que todos están por haber conocido, recientemente, de esas infidelidades.

Si hubiese sido un funcionario común y corriente, en nuestras latitudes, no habría pasado nada, pero resulta que Castresana ha sido la voz cantante con el tema de las tachas y la honorabilidad de los candidatos a ocupar importantes puestos dentro de las instituciones que tienen que ver con la justicia en el país, como la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal General, a la luz de la nueva Ley de Comisiones de Postulación, aprobada por presión de la sociedad civil a raíz del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg.

Exigir de los demás un pasado relativamente limpio para buscar al candidato más idóneo, que no tenga tachas, ha sido confundido por muchos como una mancha en la honorabilidad, lo cual es distinto, pero le abrió al ahora ex comisionado una amplia gama de enemigos gratuitos.

Su vida privada fue atrapada por la esfera del carácter público de su gestión, y entendemos que ha de haber sido parte importante para tomar la decisión de dimitir el hecho de verse atosigado, de ahora en adelante, por ese tema, de manera que se vería imposibilitado, en el futuro, para exigir algo que él no estaba ya en condiciones de mostrar.

Sin embargo, creemos que un fuerte peso en la balanza, a la hora de tomar la decisión de dejar el cargo, tuvo que haber sido la filtración de personas vinculadas con el crimen organizado en el seno de los equipos de investigación de la misma CICIG, todo a raíz del nombramiento del nuevo Fiscal General, Conrado Reyes, un hombre de la confianza del Presidente de la República, Álvaro Colom, pues hasta hace poco fungía como asesor en el Registro General de la Propiedad, llevado por la administración actual.

Bien dice el dicho que a dos puyas no hay toro valiente. Ver socavada su credibilidad, por un lado, y ver minado el esfuerzo de un par de años por formar equipos limpios de investigadores, más la manipulación de expedientes de alto impacto, ligados a las serias acusaciones en contra de un antiguo Fiscal de Delitos Contra la Vida, Álvaro Matus, o a casos de genocidio, masacres y violaciones de Derechos Humanos, tuvo que ser desconsolador.

En el lejano oriente hemos visto muchas veces la inmolación auto infligida en señal de protesta. Es la manifestación de desacuerdo más seria que pueda haber en el planeta. La renuncia de Castresana, por ese doble cariz que he señalado, no puede considerarse, intrínsecamente, un sacrificio para sellar su desacuerdo, pero sí estamos de acuerdo en que sus últimas declaraciones, denunciado las interferencias del nuevo Fiscal del Ministerio Público, deben tomarse muy en serio.

Las declaraciones de Castresana, en ese sentido, debemos analizarlas en un doble contexto: las que se refieren al pasado del fiscal que ha tildado de corrupto, porque ha estado ligado a bufetes de abogados dedicados a las adopciones ilegales y a defender narcotraficantes, situaciones que debieron ventilarse en la Comisión de Postulación y que, en todo caso, debieron hacerse públicas con anterioridad, y las que se refieren a la actuación del abogado Conrado Reyes en su carácter de Fiscal General, es decir, con posterioridad a la discusión de las posibles tachas e inclusive de su nombramiento.

Es importante hacer esta dicotomía porque unas deben ser consideradas extemporáneas. No podemos permitir que los procedimientos sean revertidos cada vez que a alguien se le antoja agregar un nuevo elemento de juicio. Para eso están las instancias y los plazos legales. Pero, por otro lado, las malas actuaciones de un Fiscal General, así tenga 24 horas de haber sido nombrado, si son comprobables, son cusas justas para removerlo del cargo por el mismo Presidente de la República que recientemente lo nombró.

Es, por eso, importantísimo que pueda investigarse, imparcialmente, hasta la saciedad, todos esos cambios de personal que hizo el nuevo Fiscal General; investigar, a su vez, los vínculos que ese nuevo personal pueda tener con prófugos de la justicia, procesados y mafiosos; resguardar inmediatamente los expedientes a los cuales ha aludido Castresana y, a su vez, hacer una investigación imparcial acerca de lo que, con ellos, ha sucedido en el último mes, paso a paso.

Si de la investigación seria e independiente que se haga todo resulta un mal entendido o una falsedad, habría que darle al hombre de confianza del Presidente Colom el beneficio de la duda y que siga trabajando; pero si empiezan a salir esqueletos del closet, habrá que exigir, con toda la fuerza del caso, su remoción conforme a la ley.

El problema es que uno de los investigados es el mismo Presidente de la República. Habría que vigilar, además de lo señalado por Castresana, qué pasó con el expediente en donde el ciudadano Álvaro Colom sigue ligado a juicio por haberse determinado que 500 mil quetzales provenientes de fondos de la Contraloría General de Cuentas, en la época de Marco Tulio Abadío, fueron a parar a sus bolsillos de candidato a la Presidencia. ¿Qué fiscal tiene a su cargo el seguimiento del caso? ¿Qué se ha hecho del mismo? ¿Por qué no accionó la CICIG si se trata de un caso claro de impunidad en Guatemala?

En fin, es de agradecerle, además, al doctor Castresana, no sólo la entrega y el dinamismo con que se involucró frontalmente en una lucha difícil que ahora no tenemos claro cómo seguirá, aunque confiamos en que ha de seguir igual o mejor, pero el hecho mismo de su renuncia, tan al estilo europeo, demuestra un nivel de sensibilidad que en nuestros países es tan difícil ver.

“Esta mula es mi macho” suele ser la idiosincrasia del funcionario que, por situaciones mucho más cuestionables, se aferran a los puestos como si fueran de ellos. Tal vez por eso en nuestros países se le tiende a decir “hueso” a un puesto en la administración pública porque, como perros, solemos aferrarnos a él, por insignificante que sea.

Que le vaya bien, Castresana. No tuve el gusto de conversar con Ud. pero sí lo escuché en algún evento interesante. Le deseo todo el bien.

Al Fiscal General, por el bien de Guatemala, también le deseo todo el bien. Ojalá las denuncias no tengan fundamento y pueda continuarse trabajando bien.

Al Presidente de la República también le deseo todo el bien, por más que él mismo se empeñe en tomar tan malas decisiones y con su proyecto político esté llevando al país a una crisis, faltando a su juramento cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, cuando no representa ni la unidad de la nación.

A quién tome las riendas de la CICIG también le deseo lo mejor.

martes, 8 de junio de 2010

CENTROAMÉRICA: TIEMPOS Y TRIÁNGULOS

Hace pocas semanas se cumplió medio siglo del Tratado de Asociación Económica entre Guatemala, Honduras y El Salvador; ese triángulo norte que, desde entonces, permanece a la vanguardia de la integración de Centroamérica pero que, en esos 50 años, ha llegado al punto de "pedalear sin cadena", es decir, permaneciendo casi en el mismo lugar por más esfuerzo adicional que se le ponga.

Fueron Miguel Ydígoras Fuentes, de Guatemala, Ramón Villeda Morales, de Honduras, y José María Lemus, por El Salvador, los Presidentes de los tres Estados que, un nueve de enero de 1960, sentaron las primeras bases de una nueva manera de integrarse, mediante una declaración conjunta que, días después, se traduciría en la firma del Tratado mecionado, a través de sus plenipotenciarios, en la ciudad de Guatemala, el seis de febrero de ese año.

No sé cómo fue el proceso de aprobación del mismo en el Congreso de Honduras y la Asamblea Legislativa de El Salvador, pero en Guatemala fue aprobado por el Organismo Legislativo el cinco de abril; el decreto de aprobación lleva el número 1348 y está publicado en el Diario Oficial (El Guatemalteco) el 4 de mayo de 1960.

Es decir, menos de 4 meses bastaron para que los Presidentes hicieran una declaración política, los técnicos se reunieran y llegaran a acuerdos acerca de un nuevo tratado y lo firmaran, el Congreso Nacional aprobara el tratado con más de las dos terceras partes del número total de diputados que lo formaban y el mismo cobrara vigencia con su publicación en el diario oficial. Hoy, con los tiempos que maneja la Administración Pública y la complicada agenda y manera de desenvolverse del Congreso, no creo que dos años bastaran.

De todos modos, al recordar la efemérides, vale la pena indicar que se ha avanzado algo en esa denominada asociación económica del triángulo norte; negarlo sería ingrato y, además, una manifestación de ignorancia; pero ese avance, que pudo ser mayor, muchísimo mayor, se ha estancado y ahora es difícil sacudir las estructuras y volverlas más benignas para la ciudadanía que espera mejores respuestas de los políticos y de los técnicos en el tema de la movilización de bienes y de personas, especialmente, en Centroamérica.

Los argumentos de quienes decían que había que tener mejores controles en la frontera para evitar el paso de criminales y de indeseables de un país a otro están por los suelos. Es un hecho que en las fronteras de Centroamérica ha habido demasiados controles, pero no se puede negar que esos controles sólamente operan en contra de la gente que cumple con la ley, y que los malosos, los delincuentes y cualquier persona que quiera evadirlos tiene miles de pasos ciegos para utilizar y, de hecho, los han venido y los siguen utilizando.

En Guatemala, por ejemplo, hay poblaciones enteras de salvadoreños que viven ilegalmente en el país, porque simplemente pasaron la frontera en tiempos difíciles y aquí se consiguieron una cédula falsa que los acredita como guatemaltecos, y así se han dedicado, unos a trabajar, que son la mayoría, otros a delinquir, como toda comunidad en cualquier parte del mundo. La costa sur y parte del sur oriente y del oriente guatemalteco viven esta realidad, pues gran parte de ellos ya no regresaron a su país, y difícilmente hicieron los engorrosos trámites legales para quedarse.

Lo mismo había sucedido hasta 1969 en que se dio la recordada "Guerra del Futbol" entre Honduras y El Salvador, con núcleos de población salvadoreña asentada en territorio hondureño; y algo similar sucedió con los nicaragüenses que, a fines de los años 1970's, huían de su tierra natal para refugiarse en otros países, especialmente Costa Rica.

Por otro lado, en 50 años ha mejorado la infraestructura de carreteras de Centroamérica, pero el promedio de velocidad en que se mueven las mercaderías no es mucho lo que ha avanzado, porque son innumerables las trampas que la misma tiene en el camino, como exacciones ilegales, registros a cada rato, simples colocaciones de túmulos sin autorización, y hasta ocurrencias administrativas, como la reciente de las autoridades nicaragüenses al pretender utilizar cabezales de ese país y no dejar a los de los demás países seguir movilizando la carga. Todo esto sin mencionar los robos de furgones y los asaltos.

Lo anterior, aunque el consumidor no se dé cuenta, tiene unos enormes costos para la población. Un paquete de galletas o una bolsa de dulces producidos en Costa Rica, tienen incorporado en el precio la enorme cantidad de horas que su transporte pierde haciendo colas en las fronteras, o la "mordida" o "coima" que el piloto tuvo que pagar porque "no había sistema" en la frontera. Igual le pasa a los cargamentos de frutas y de verduras de Guatemala en su paso hasta Panamá, en donde obviamente tienen que pagar el precio de la ineficiencia del sistema al comprar una canasta de moras o un manojo de acelga.

A ver cuándo llega el momento en que el parque de contenedores y de cabezales de la región se puedan utilizar las 24 horas del día en una Centroamérica sin fronteras internas que permita un mejor intercambio y bajar costos para todos.

Ahora que se ha firmado el Acuerdo de Asociación con Europa, el tema de la Unión Aduanera cobrará vigencia tarde o temprano, pero aunque cada día estemos más cerca, volvemos al tema de los tiempos: si fueran como hace 50 años, ya el mencionado Acuerdo sería objeto de debates en el Congreso y se estaría en el proceso de aprobarlo y de que cobrara vigencia, pero al paso que hoy son las cosas, ni siquiera conocemos el texto oficial, en español, de lo que se firmó en Madrid, España, el 18 de mayo del presente año, y lo más seguro es que pasaremos los siguientes 2 o 3 años en el proceso de ver si se aprueba el mismo o no.

Mientras tanto, el resto del mundo avanza y nosotros seguimos sufriendo los embates de la naturaleza, discutiendo el sexo de los ángeles y viendo pasar, gobierno tras gobierno, sin que se vea un gobernante con visión y decisión, como para renovar el impulso que aquel viejito que, de candidato, se puso a saltar cuerda para demostrar que todavía estaba joven, don Miguel Ydígoras, le imprimió, con sus homólogos del triángulo norte de Centroamérica, al proceso de integración regional.

BIENVENIDOS, EMPRESARIOS VENEZOLANOS

Es obvio que el dictador de moda, Hugo Chávez (de moda porque es quien tiene el dinero, no el seso ni el carisma), no quiere empresarios en Venezuela.

La ha emprendido en contra de inversiones hoteleras, energéticas, de medios, de transporte, de todo. Lo último es el proceso de expropiación que está en marcha en contra de una enorme empresa productora de alimentos y bebidas, lo cual pondrá en más riesgo a la población, ya que su incapacidad, como la de cualquier gobierno que se mete a hacer tareas que no le corresponden, ya dio al traste con 20,000 toneladas de alimentos que mandó a importar, según él para hacerle la competencia a la burguesía productora, pero en lugar de repartirlos o de venderlos a tiempo, se pudrieron y se echaron a perder.

¡Una mancha más al tigre no importa! Y como el petróleo sigue fluyendo y los precios no bajan, que siga la piñata chama.

Mientras tanto, todas esas fuentes de empleo que se pierden en Venezuela se habrán de crear en otro país, los niveles de desocupación crecerán y se pagará más por la comida, porque en lugar de producirla localmente habrá que pagarla en monedas duras y, además del cambio de moneda por comida, habrá que agregarle fletes, seguros, comisiones, costos de estibadores, etcétera, y en lugar de fluir hacia la población a través de una cadena redituable pero eficiente, ahora lo hará a través de una que no tiene costo, porque es estatal, pero sumamente ineficiente, y los venezolanos la pagarán más cara por partida doble: porque será más cara que la producida y ofertada por una iniciativa privada que compite entre sí, y porque vaticinamos que será más escasa, como sucede en Cuba, lo cual producirá muy pronto un mercado paralelo que será negro, muy negro.

Guatemala necesita inversiones, crear más plazas de trabajo y mejorar sus niveles de competencia no sólo para exportar, que ya exportamos gran cantidad de comida, entre vegetales, frutas y productos procesados, sino para el mercado interno, que le cae bien a los actuales actores más presencia y diversidad.

Desde acá les damos la bienvenida. Tenemos nuestros problemas, como todos saben, pero éste es un país en donde serán bien recibidos y donde sus negocios podrán prosperar en un ambiente de igualdad y tolerancia, como lo hicieron muchos cubanos hace décadas y nicaragüenses y salvadoreños en un pasado más reciente.

jueves, 3 de junio de 2010

LA VERDADERA VOCACIÓN

Apenas el 4 de mayo escribí un ensayo denominado CUANDO LA OPCIÓN POR LOS POBRES ES VERDADERA, que recoge algunos datos referentes a la trayectoria de toda una vida de mi madre apoyando a la Liga Nacional Contra el Cáncer. Hoy vale la pena retomar el tema.

Resulta que la semana pasada llegó el Presidente de la mencionada Liga, don José Moreno, a su casa, a notificarle que la Junta Directiva de la misma había considerado declararla Presidenta Honoraria Vitalicia, acto que se llevó a cabo, hoy, en el pequeño auditórium de que tienen sus instalaciones.

Como no quiero que se pierdan sus palabras de agradecimiento y, además, estimo conveniente que todo el mundo conozca sus motivaciones, su manera de entender esa entrega por los necesitados, las transcribo a continuación:

"Estimados amigos:

Mi primera experiencia cercana con el cáncer fue hace más de 50 años cuando a mi padre le diagnosticaron cáncer del estómago. Creo que Dios utiliza a veces situaciones difíciles para hacer que nosotros encontremos caminos que pueden darle sentido a nuestras vidas. Ése fue mi caso. Y es algo que agradeceré por siempre, pues me dio la oportunidad de ayudar y serle útil a otras personas.

He venido bendiciendo los dones generosos y abundantes que Dios ha derramado sobre mí y sobre mis compañeras de trabajo. La muerte de mi esposo y de mi hijo me hizo sufrir mucho pero desde que los entregué al Espíritu Santo estoy tranquila y buscando en qué ocuparme para que el vacío en mi vida no me entristeciera.

Gracias a Dios por las personas amorosas que me rodean, la familia, los amigos, las compañeras de trabajo de la Liga Nacional Contra el Cáncer que contribuyen a mi felicidad y a quienes aprecio tanto. Ofrecemos nuestro tiempo y nuestras manos para satisfacer las necesidades de los enfermos. La manera como las usamos va entretejiendo la historia de nuestras vidas.

Quisiera aprovechar este momento para pedir de ustedes que se inscriban como socios de la Liga, dando su contribución de Q.20.00 a Q.300.00 mensuales para ayudar a la quimioterapia de nuestros pacientes de escasos recursos que en medio de una enfermedad, pierden además toda esperanza de vida por no poder comprar los medicamentos que necesitan.

Agradezco las manos y mentes que han contribuido al mejoramiento de la calidad de vida de nuestros pacientes y en esta ocasión quiero agradecerle especialmente a Lilly (de Marroquín, quien propuso el homenaje) y a las señoras del Patronato por esta muestra de cariño al nominarme para ser presidenta vitalicia.

Sigamos ayudando y dejémonos guiar por ese Dios amoroso que nos ama y nos guía.

Gracias a todos. Los quiero mucho."

Como podrán haber observado, ni siquiera en el homenaje que se le hizo pudo dejar de pedir ayuda para la Liga, su Liga, porque así la siente.

La vocación original de esta singular señora era la enseñanza. A mí me enseñó a leer y escribir de 3 años de edad, con un juego de letras de plástico de colores que todavía recuerdo. Durante toda mi infancia y juventud la vi dar clases y ver que, por donde iba, la paraban y la saludaban con un cariñoso "Miss Gloria"; pero, como ella misma dice, la enfermedad de su papá cambió el curso de su vocación, la cual originalmente combinaba con la otra, pero a la postre se quedó apoyando con toda su energía, que era mucha, a este proyecto en donde muchas veces la vi regresar totalmente descompuesta por haber estado expuesta a casos dolorosos, especialmente de niños inocentes con terribles tumores en la cara o en su cuerpecito, o de madres agonizantes que no sabían qué sería de sus hijos cuando ellas no estuvieran.

Tesón, perseverancia, amor por el prójimo, metas claras, falta de miedo para pedir por los demás, cuentas horrorosas de teléfono (porque se prendía de él a llamar a medio mundo), desvelos, todo eso ha acompañado su vocación.

Los depósitos de víveres donde se supone que venden más barato, los conocí por élla. Siempre cuidando los centavos del Patronato Femenino para que éste, a su vez, pudiera apoyar los programas de la Liga.

Hoy no deseo comparar lo que es entregarse sin buscar nada a cambio por los más necesitados con lo que, de un tiempo a acá, solemos ver en los periódicos o ver y escuchar en las noticias. No deseo rebajar este ensayo. Baste decir que tengo más de 50 años de acompañar a una verdadera devota por los pobres y, encima, enfermos, lo cual me da la experiencia necesaria como para saber diferenciar las cosas, apreciar y valorizar la verdadera virtud y despreciar el hecho de que de esos pobres y necesitados se aprovechen.

Guatemala necesita más mujeres que, con fe en Dios, entreguen alma y corazón por una causa noble.




Posteriormente le tenían una sorpresa, ya que la parte posterior del mencionado auditórium, que tenía unas tembloreras viejísimas, fue remodelado, y en su lugar, la municipalidad de Guatemala colaboró remozando un pequeño jardín, el cual fue denominado Gloria Asturias de Flores, en su honor. Cuando la llevaba de la mano hacia el área donde se develó una placa conmemorativa me dijo, refiriéndose a la esquina del jardin: "ese quiosco que está ahí lo donamos entre Martita de Andrade y yo".



Aparte de ser un orgullo para la familia que la trayectoria de toda una vida sea reconocida de esta manera

miércoles, 2 de junio de 2010

EL BIENESTAR POR DECRETO SE VUELVE MALESTAR

Uno de los cursos principales del primer año del Doctorado en Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca giraba alrededor del "Estado Bienestar", ese entramado de beneficios sociales que, especialmente en Europa, durante décadas, han venido recetándose por decreto, y que ahora que son millones de ciudadanos los que se benefician de ello, llevando a los gobiernos a funcionar con grandes déficit durante los últimos años para mantener ese tren de vida, ha convertido ese estado de bienestar en una pesadilla que, con los obligados recortes presupuestarios que están teniendo que hacer ante la realidad económica, se está convirtiendo en un estado de malestar para millones de ciudadanos, tanto para quienes están en su etapa productiva como para aquellos respetables ciudadanos que ya se han retirado y ver, de la nocha a la mañana, mermadas sus pensiones. No puede haber algo más triste que, en lugar de subirle la pensión a un anciano, posiblemente enfermo y sin más recursos, se le rebaje.

Para comenzar por el principio debemos decir que, aunque Platón, con su República, fue quizás el primer socialista, todo esto comienza en el siglo XIX, en pleno auge de la industrialización capitalista, como una reacción ante las pésimas condiciones bajo las cuales se producía en las fábricas y se vivía en los centros urbanos.

Son los pensadores alemanes quienes, especialmente, le van dando fuerza a las ideas, algunos de ellos influenciados por los enormes cambios sociales producto de la Revolución Francesa, como Georg Hegel, el consolidador del método dialéctico que posteriormente utilizara Karl Marx para redactar su "Manifiesto Comunista", preparándole el campo a los pensadores posteriores para desarrollar, ya en la práctica, con muchísimas variantes, todas estas ideas que, en aquella época, eran novedosas y, por no haber sido puestas en práctica, atrayentes.

Ya el período conocido como La Ilustración, que se dio más que todo en Inglaterra y Francia, un poco antes, había influido bastante, y las ideas de ésta, mezcaladas con la algarabía que desató la presentación de Carlos Darawin de su Teoría de la Evolución de las Especies, también contribuyó al desarrollo de ideas de evolución hacia mejores fines en el ámbito del aparato social.

Es bajo ese influjo de pensamientos que se comienza a desarrollar un socialismo incipiente, que en la vertiente revolucionaria y violenta del marxismo-leninismo podemos ver llegar al poder en Rusia, con el triunfo de la Revolución Bolchevique que con un Estado centralista, el férreo control del Comité Central del Partido Comunista al frente de una dictadura llamada "del proletariado", porque el poder ejercido por esos pocos siempre se publicitó que era en nombre de todos; con la liquidación de la aristocracia y la burguesía y la paralela colectivización de la sociedad, más otros hechos como la instauración de un régimen de terror presidido por las purgas de adversarios políticos, de la cúpula militar y hasta de los mismos aliados y compañeros de causa, le fueron conformando un perfil distinto de los demás socialismos.

Pero por otro lado, las ideas socialistas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron de la mano de los nuevos partidos políticos que representaban estas ideas y los sindicatos, sus aliados naturales, ambos nacidos recientemente a la vida del conglomerado social como consecuencias distintas de las mismas causas, el inhumano capitalismo incipiente que, en su afán por perfeccionarse, como todo proceso biológico y social, seguía y proseguía causando muchísimos males y haciendo evidente el enriquecimiento al grado de la opulencia de unos pocos, gracias a un sistema que explotaba, literalmente, el esfuerzo físico de las grandes mayorías, incluyendo niños, en jornadas de trabajo agotadoras, agobiantes, que muchas veces producían graves enfermedades e incapacidades y hasta la muerte.

Es así que los políticos que defendían la instauración de mejores jornadas de trabajo y, en general, mejores condiciones para la gente, coincidieron con los miembros de los sindicatos, sus electores, de manera que el socialismo comenzó a llegar a los parlamentos y, desde ahí, de una manera democrática, comenzó a impulsar sus ideas, a ganar adeptos y a aprobar, mediante decretos, los primeros beneficios no personales para el conglomerado social. Por supuesto, hasta aquí se trataba realmente de conquistas logradas a pulso, con mucho esfuerzo mediante el convencimiento de las mayorías en un ambiente, la mayoría de las veces (valga la redundancia), democrático (recordemos que, en la discusión, también había anarquistas y todo tipo de actos, algunos de ellos violentos que, hoy, podríamos calificar de terroristas).

Es decir, hubo toda una cosmovisión apoyada en ideas anteriores y relacionadas con variados temas, la cual sirvió para que, durante algunas décadas, los teóricos desarrollaran, por su cuenta, sus propias teorías que no sería sino muchos años después que germinarían al ponerse en práctica.

Ayudaba mucho a la consolidación del pensamiento socialista el que algunos teóricos, como Karl Kautsky y otros, sostuvieran que la sociedad capitalista en la cual se desenvolvían conduciría ineluctablemente a una polarización que, a la postre, acarrearía la ruina de las clases medias y de los pequeños propietarios, siendo esta la causa de la autodestrucción del capitalismo y la garantía del triunfo del socialismo que promulgaban.

La Primera Guerra Mundial fue, quizás, uno de los primeros indicios de la globalización que se dieron en el planeta y, hasta esa fecha, fue probablemente el acontecimiento más grande que hubiese sucedido bajo los registros de la historia humana (es decir, no cuenta el exterminio masivo de los dinosaurios).

Hasta el advenimiento de esta terrible guerra el gobierno no intervenía en la orientación de las políticas económicas, ya que privaba el denominado laissez-faire (el dejar hacer, dejar pasar); pero la depresión económica de la posguerra con la consecuente crisis de empleo que generó, más el advenimiento de los primeros gobiernos fascistas que mucha gente creía producto de ese dejar hacer, dejar pasar, las ideas volvieron a tomar su curso y, de ahí en adelante, los gobiernos comenzaron a influir en las políticas económicas y de generación de empleo sin que mucha gente objetara al respecto.

Mientras tanto, era tal el nivel de desocupación, que las plataformas de todos los partidos socialistas de la época contemplaban la promesa del pleno empleo. Ésa era la incursión, en los asuntos de todos, de los planificadores económicos, quienes veían como algo natural al proceso de incursión en los destinos del país la nacionalización de empresas que, hasta entonces, habían estado en manos privadas, al amparo del postulado que la producción debía estar para el uso de la sociedad y no para el beneficio de algún particular, lo cual les granjeaba gran apoyo popular y, de alguna manera, los legitimaba.

El otro gran evento del siglo XX, la Segunda Guerra Mundial, con su senda de destrucción y muerte sólo abrió paso, en el período de la nueva posguerra, al rediseño de las primeras políticas globalizadoras de la economía y las finanzas, con los Acuerdos de Bretton Woods, en donde se decide la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Casi tres años antes, Franklin D. Roossevelt y Winston Churchill habían firmado la Carta del Atlántico en donde, con gran visión, en medio de la guerra (en la cual Estados Unidos todavía no había entrado), se atrevían a vislumbrar al mundo de la posguerra.

Los trabajos de preparación de la conferencia de Bretton Woods, por el lado británico, estuvieron a cargo del economista Johan Maynard Keynes, que con sus ideas de la intervención estatal en la economía a través de la utilización del gasto público para fomentar el desarrollo y, especialmente, en torno a la política de generación de empleo, han sido dos elementos característicos de la totalidad de gobiernos socialdemócratas hasta la fecha, aunque muchos otros incluían en su plataforma política la controvertida redistribución del ingreso.

Keynes rechazaba la teoría marxista de la autodestrucción del capitalismo, y sostenía que sus ideas eran una forma burocrática de lidiar con los problemas, los cuales podían y debían ser resueltos con refinamiento y delicadeza, generando el ambiente propicio para que el capital prosperara, garantizándose, así, la paz y el tan ansiado consenso social sin sobresalto alguno. ¡La flema inglesa!

Fue de esta manera como el capitalismo salvaje inicial, el denominado capitalismo tradicional, fue evolucionando, reformándose, modificándose y reinventándose, sin perder su esencia, por efecto de las ideas socialistas que, como reacción a sus efectos originarios, lo fueron permeando.

Mientras esto se daba, me refiero a los países europeos, las originales clases obreras, marginadas, del siglo XIX, se fueron aburguesando. Ya no eran los trabajadores harapientos que no tenían derecho alguno y que se veían constreñidos a trabajar de sol a sol, sino los empleados de la fábrica que vivían en departamentos en edificios multifamiliares, que iban al trabajo en auto propio o en transporte colectivo, que salían a cenar, iban al cine y visitaban el zoológico con los niños.

Así, una nueva sacudida socialista se da en 1968, en que la juventud europea, espoleada por la francesa, sale a rebelarse en contra de todo orden establecido, es decir, también en contra de los dirigentes de izquierda, los socialistas y los comunistas, a quienes les reclaman haber traicionado la revolución. Recordemos que ya los dirigentes comunistas de la Europa democrática habían optando por apoyar, políticamente, la represión que la URSS hizo de las juventudes revolucionarias húngaras, en 1956, prefiriendo aliarse a la ortodoxia comunista representada por Moscú que a los ideales intangibles de la aspiración socialista.

Es así como muchos gobiernos socialistas han venido gobernando en algunos países de Europa, administrando el capitalismo, eso sí, y muchas veces implementando políticas neoliberales para poder mantenerse en el poder, como lo vimos con Francoise Mitterrand, en Francia, o Felipe González, en España, quienes, encabezando partidos denominados socialistas, lideraron los procesos de privatización y tomaron medidas económicas contrarias a la, hasta entonces, ortodoxia socialista de nacionalizar los bienes de producción y democratizar, por lo menos en teoría, los beneficios de ellos, haciendo un lado el dogmatismo para privilegiar un pragmatismo hasta entonces inusitado.

Sin embargo, en Europa las fuerzas políticas están en los parlamentos y es ahí donde se da el debate político, y durante años ese debate ha ido de la mano del populismo, de la granjería, del otorgamiento de beneficio tras beneficio al conglomerado social que ellos, los diputados, ven como electores e instrumentos para obtener su permamencia en los estratos de poder.

Poco a poco las sociedades europeas han ido adquiriendo mayores beneficios económicos y condiciones, tanto en salud, en educación, como en edad de jubilación, porcentajes de sueldo al jubilarse, seguros de desempleo, etcétera.

Una de las grandes rémoras de España consiste, precisamente, en lo que ellos denominan el paro y que nosotros denominamos desempleo. Existen tales incentivos para no trabajar, en España, que mucha gente prefiere no trabajar que hacer el esfuerzo por conseguir empleo.

En Holanda, por ejemplo, el socialismo es tal, que cuando alguien se queda sin empleo no tiene que salir a buscar uno; el Estado le comienza a pagar un alto porcentaje del último sueldo reportado y, encima, se encarga de conseguirle un nuevo trabajo de acuerdo a sus habilidades y condiciones, y le avisa cuando se lo consigue, lo cual, según he podido observar, es ineficiente.

Ahora que se ha destapado el patético caso griego y que los alemanes han salido a apoyar con dinero, no se sabe si a Grecia como país o a los mismos bancos alemanes, acreedores de los bancos y del gobierno griego, el debate que se ha dado en Alemania es interesante porque son los contribuyentes alemanes, con fondos provenientes de los impuestos que pagan, los que ayudarán a los griegos a salir adelante del problema que enfrentan por irresponsabilidad en el manejo de las finanzas. Sin embargo, mientras un alemán tiene que trabajar hasta los 65 años y se jubila con un 65% de su último salario, los griegos se pueden jubilar a los 47 años con un 80% de su último salario. Sólo en este ejemplo nos podemos dar cuenta por qué los alemanes tienen dinero para rescatar a los griegos, que no lo tienen.

No es casualidad, por ejemplo, que Georgios Papandreu hijo, el Primer Ministro griego, sea hijo del fundador, del mismo nombre, del Partido Socialista Democráctico (en 1935) y que, habiendo sido formado en un ambiente socialista que lo ha llevado no sólo a ocupar el indicado puesto sino a ser el Presidente de la poderosa Internacional Socialista, haya presidido también el XXIII Congreso Internacional de la misma en Atenas, en 2008. Me pregunto cuándo convocarán el siguiente Congreso y cuál será la agenda en medio de esta crisis existencial.

Es que el Estado Bienestar tiene un costo, un enorme costo. Como bien dijo Milton Friedman, no hay almuerzo gratis. El despilfarro de hoy, mañana o pasado mañana se tiene que pagar. Eso le está sucediendo a Grecia.

España no se queda atrás. Está en un proceso de dar marcha atrás en algunas liberalidades de ese Estado Bienestar, rebajando pensiones, agregándole años a la edad de retiro. Ahora mismo está en discusión, con las centrales de trabajadores que aglutinan a sindicatos que representan millones de trabajadores, el nuevo acuerdo laboral que España necesita para salir adelante de la crisis en que está porque, en ese almuerzo del que hablaba Friedma, han terminado el postre y, mientras se toman el café (de Guatemala, por supuesto), la factura les ha llegado y hay que pagar. Ya ha dicho el Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, que si no hay acuerdo, igual va a firmar, el 16 de junio en curso, el decreto con la nueva política laboral española, lo cual vaticina o una política con cambios tibios o una batalla campal, en las calles, entre sindicatos y gobierno.

De ahí el título de este ensayo. Los beneficios sociales, como cuestan dinero, deben ir de la mano de la capacidad real del Estado no sólo para otorgarlos sino para garantizarlos en el tiempo, porque otorgar beneficio tras beneficio sin reparar en los costos hasta que ya no se puede cumplir ni siquiera con las obligaciones primordiales, no deja opción, obliga a hacer recortes en aquéllos, cambiando el estado de bienestar que producen cuando se otorgan a un estado de malestar cuando, sin quitarlos, simplemente se reducen, produciendo, como es de esperarse, convulsiones sociales innecesarias si los políticos que se llenan la boca al aprobarlos tuvieran un tanto de responsabilidad para vislumbrar el futuro del país y no ver tano sólo el momento actual o su posible reelección.

Este ensayo tiene historia comprobable y conlleva la intención de hacer pensar, con ejemplos de actualidad de lo que sucede en los países desarrollados que tienen muchísimo más dinero que nosotros, con relación a lo que sucede en nuestros países, en donde la tendencia actual es a hacer piñata el futuro de varias generaciones, endeudando irresponsablemente al país por dos razones fundamentales: la primera, para regalar el dinero en un programa poco transparente y que genera más dudas que otra cosa, el cual podría ser de enorme beneficio si se institucionalizara sin el ingrediente político partidista; la segunda, para pagar intereses de deudas contraídas con anterioridad.

Quien tenga dos dedos de frente concordará conmigo en que ese almuerzo, representado por ese despilfarro que se hace de los recursos del Estado, todos lo tendremos que pagar, hasta los guatemaltecos que no han tenido la oportunidad de nacer todavía.

HONDURAS Y SU SOCIEDAD CIVIL. LAS CONSECUENCIAS DE LA INSENSATEZ DE CANCILLERÍAS APARENTEMENTE SERIAS.

Acabo de recibir, por internet, un comunicado que hacen varios grupos, en forma conjunta, de la sociedad civil hondureña. Aunque no copian el texto, el comunicado es motivado por las declaraciones recientes del ciudadano presidente de ese país, Porfirio Lobo, las cuales, asumimos, se refieren a la posibilidad de que el ciudadano ex presidente desde junio del año pasado, Manuel Zelaya, regrese a su país sin asumir responsabilidad alguna en los sucesos políticos que ocasionó y que motivaron su remoción del cargo, irregularmente si se quiere, mediante un Golpe de Estado, pero por traición a la patria como prescribe la constitución de ese país.

Porfirio Lobo, con sus buenas intenciones, de las cuales se dice que está empedrado el camino al infierno, con sus declaraciones, se está poniendo peligrosamente al margen de la ley, porque no es al Presidente de la República a quien le corresponde juzgar y eximir de responsabilidad penal, sino al Organismo Judicial, especialmente cuando, dentro de los cargos que se le hacen al ahora vocero de una de las organizaciones neo imperialistas de Hugo Chávez (Imperio Chamo pero, al fin, imperio), se involucran actos de corrupción que nada tienen que ver con el tema político o de violación a la constitución.

Las declaraciones de Porfirio Lobo las podemos analizar desde varias aristas.

Una, que pueden dar paso, si no a la autodestrucción porque eso sería exagerar, sí a la división del Partido Nacional, ya que una gran mayoría de miembros del hoy partido oficial hondureño seguramente respaldan el texto del comunicado, el cual va precisamente en contra de la actitud asumida por el Presidente de la República, salido de sus filas.

La otra, como ya me extendí en un ensayo anterior, el peligroso papel que democracias fuertes y constituidas, como la mexicana, como la brasileña, como la chilena, están jugando en la ya golpeada sociedad y democracia hondureña, con esa actitud arribista que no ayuda a nadie, que no construye pero que, está demostrado, continúa dañando y dividiendo a un país que celebró elecciones probablemente con mayor participación porcentual que en los países mencionados, y que no tienen atisbo de ilegitimidad que se le pueda reclamar a ese pueblo digno y valeroso que salió a expresar su voluntad como debe hacerse: mediante el sufragio. ¿Qué más quieren?

México tiene sus propios problemas con la guerra abierta, interna, que está llevando a cabo con los carteles de la droga. Chile tiene los suyos con la tragedia de tanto terremoto que acaba de sufrir, y Brasil también tiene los suyos, y sólo por mencionar alguno, el enorme proceso de reversión de la situación de las miles de favelas que tiene. De los tres, posiblemente México sea el que más aliados necesita en el exterior en este momento, pero su cancillería parece no entenderlo.

En Honduras, como desde Guatemala, donde escribo, la actitud de la cancillería mexicana con respecto a la anterior crisis política hondureña, simplemente no se entiende. ¿Será demasiada la arrogancia que les cuesta mirar hacia el sur? Por lo menos de Brasil entendemos que la ceguera es ocasionada por el tema ideológico que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo a nuestros países; y lo mismo sucedió con Chile, del cual esperamos que, pronto, reconozca la legalidad y legitimidad de las elecciones hondureñas, ya que el actual presidente, Piñera, no está ideologizado como su antecesora, la Sra. Bachelet.

Un último argumento: ¿alguien volvió a satanizar al gobierno de los Estados Unidos de América por haber reconocido al gobierno constitucional de Honduras? La respuesta: que yo sepa, que leo las noticias todos los días, nadie.

Hasta la Asmblea Plenaria del Parlamento Centroamericano, presidida por un sandinista de línea dura como tiene que ser el Secretario de Relaciones Internacionales y ex embajador de Nicaragua en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, reconoció al gobierno de Porfirio Lobo.

La pregunta nuevamente es, entonces, ¿cuándo va a reaccionar México?

martes, 1 de junio de 2010

EL COMÚN DENOMINADOR Y LAS DIFERENCIAS DE MÉXICO, ESPAÑA Y VENEZUELA

Desde hace unos meses vengo meditando con relación a la valiente lucha que el Presidente de México, Felipe Calderón, ha venido enfrentando en contra del narcotráfico, casi una guerra interna en donde han perdido la vida varias decenas de miles de personas, entre delincuentes, fuerzas de seguridad, fiscales, jueces y personas inocentes, incluyendo niños.

Todo este esfuerzo, para que tenga resultados, debe ser de largo aliento, trasciende un gobierno y probablemente habrá de durar más que varios gobiernos, pero el riesgo de que la guerra la gane el narcotráfico es enorme, debido al péndulo de la opinión pública que, desde este mirador lejano e imparcial, ve con preocupación que, en las próximas elecciones no se favorecerá la continuación del mismo partido político, sino quien llegue lo hará, probablemente y casi seguro, con un discurso tendente a desmantelar el esfuerzo emprendido en contra de las narco bandas.

Si a lo anterior sumamos el enorme respaldo financiero que quienes adversen esta lucha recibirán, bajo la mesa por supuesto, de los narcotraficantes, para hacer campañas políticas bien publicitadas y robustas, el bando del presidente tenderá a estar solo en la contienda.

No veo, en los mexicanos, un nivel de comprensión tal de la lucha emprendida que los una alrededor de sus instituciones. Más bien los veo cansados de tanta violencia y dispuestos a tirar la toalla.

Visualizo, entre todo esto, no el advenimiento de un tercer partido, sino el renacimiento del poderoso Partido Revolucionario Institucional, el PRI, que ya ha tenido suficientes años como para asimilar su derrota y prepararse, con su inmensa maquinaria, a recuperar el poder.

Los daños colaterales para Estados Unidos, para Guatemala, con el abandono de la lucha o con la disminución de su intensidad por erradicar el problema de la droga en México, hoy son inmedibles. Baste pensar en estos grupos, armados hasta los dientes, pero en lugar de ser perseguidos, con aires de triunfo, confirmando que el territorio donde se mueven no es del Estado sino de ellos.

En España el caso es similar pero distinto. El gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, presionado por la crisis económica y financiera, más debido al pésimo manejo que ha hecho del manejo de las finanzas y de los presupuestos, pero también desgastado por lo mal que maneja los hilos del poder y las relaciones con la oposición, no se verá favorecido con el voto de las mayorías.

Su gobierno, para comenzar, es casi producto de la manipulación que los terroristas hicieran del electorado español al atentar con bombas y matar más de un centenar de personas 4 días antes de las elecciones anteriores. Siempre quedó la sensación de que, sin el atentado terrorista y el mal manejo que el gobierno de Aznar tuvo del mismo, jamás hubiese llegado a gobernar.

Es obvio que la población española está inmensamente afectada por los altísimos niveles de desempleo que viven y, ahora, para tratar de ajustar el irresponsable déficit fiscal que ha venido manejando, también se ve afectada en prestaciones, niveles de ingreso y edad para jubilarse. Es más, hay una enorme diferencia entre el manejo responsable, profesional, del tema económico, en manos de Rodrigo Rato, años ha, que el que hoy hace María Teresa Fernández de la Vega, lo cual pagarán irremisiblemente en las urnas.

El caso de Venezuela es un tanto diferente. A pesar de los grandes problemas que la población venezolana viene teniendo, no se ha visto, realmente, un grado de articulación de la oposición que sea suficiente como para sacar a ese dictador del poder. Lo más a lo que han llegado es a bloquearle una de sus tantas reformas constitucionales, la última, que tendía a perpetuarlo en el poder, lo cual sigue siendo su intención.

No han importado tanto las confiscaciones de hoteles, de fincas, de parcelas, de industrias, la captura de los medios de comunicación independientes o el regalo que hace de los recursos de todos los venezolanos a otros países, al grado que hoy el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se da el lujo, en medio de una campaña política donde quiere manipular la Constitución para poder, también, perpetuarse en el poder, de repartir, de su bolsa personal, con recursos provenientes de Venezuela, un bono de 25 dólares mensuales a casi 140 mil empleados públicos.

Lo que, medio en broma o medio en serio, creo que puede ser el detonante de la salida de este golpista, es que la fábrica tradicional de cerveza venezolana, La Polar, parece que ha decidido trasladarse a Colombia.

Es digno de comentarse porque, siendo la cerveza un producto netamente empresarial, de índole privado, tiene la particularidad de hacer, de los súbditos de cada país, embajadores y defensores de "su" cerveza, de modo que me atrevo a pensar que esto puede ser el elemento catalizador que haga, especialmente a la juventud venezolana, recapacitar acerca del rumbo del país y del responsable de ese rumbo, y comience un movimiento que vaya fortaleciéndose cada vez más en contra de Hugo Chávez. Quién sabe. Sólo el tiempo dirá.

Son tres gobiernos (o dos gobiernos y un desgobierno) que, por razones distintas, están por terminar un mandato con la desaprobación de los votantes, en un caso, el primero, tal vez incomprensiva e injustamente, en el segundo, responsable y cansadamente, y en el tercero, como dije, quién sabe qué pasará.