viernes, 6 de noviembre de 2009

NICARAGUA: EN MENOS DE UN MES, TERREMOTO POLÍTICO Y HURACÁN

Las desgracias de la querida Nicaragua han sido tan diversas, que su nivel actual de desarrollo tiene, forzosamente, que ser consecuencia de aquéllas.

La "Comunidad Internacional", por decirlo de alguna manera, se la ha disputado. Primero España, cuyos conquistadores, especialmente Pedro Arias de Ávila (Pedrarias Dávila), Francisco Hernández de Córdoba, fundador de las ciudades de León y Granada, y Cristóbal de Olid, brindaron a lo que ahora es ese país las primeras escaramuzas modernas; luego Inglaterra con aquella farsa que montó en la Mosquitia a principios del siglo XIX con la finalidad de apropiársela; posteriormente, a mediados de ese mismo siglo, el filibusterismo estadounidense al frente de William Walker (representante de los intereses económicos del multimillonario Vanderbilt), quien hasta se hizo proclamar Presidente para tener control del paso de caravanas de la costa este de Estados Unidos hacia la costa oeste, recién arrebatada a México, a través del Río San Juan y del Lago de Nicaragua y, de acuerdo con algunos estados esclavistas del sur de Estados Unidos, tomar control del resto de la región para convertir a todos los pequeños países en esclavistas, allegarlos a la Federación estadounidense y, con ellos, obtener la ansiada mayoría en el Congreso de ese país.

Ya en el siglo XX, las que serían las dos grandes potencias hegemónicas también se la disputaron: Estados Unidos, con la invasión de Corinto de 1912; o la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, hoy desaparecida, que con el apoyo a los sandinistas desde antes del triunfo de la revolución que provocó el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza, en 1979, y con el pretexto del apoyo al "Gobierno de Reconstrucción", prácticamente mantenía control militar durante la década de 1980, lo cual ocasionó, como contrapartida, la instalción de la base estadounidense de Palmerola en territorio hondureño. ¡Toda una guerra imperial en esta pequeña porción de América! La "Guerra Fría" mantenida por las dos potencias mundiales desde el final de la II Guerra Mundial en 1945, fue totalmente caliente en Centroamérica, y Nicaragua no fue la excepción. Ellos pusieron las armas, las balas, la plata, la ideología; Centroamérica puso los muertos.

En el aspecto político, Nicaragua también ha tenido fuertes problemas desde los inicios de su vida republicana. El primer personaje en ocupar la Presidencia de la República, Manuel Antonio de la Cerda Aguilar, fue fusilado en ejercicio del cargo en medio de una guerra civil que ya existía desde antes de ser nombrado Jefe del Estado de Nicaragua unos años antes. La misma ciudad de Managua se convirtió en capital de la República en 1852, en sustitución de Granada y León, las ciudades fundadas en 1524, dado que ambas estaban ligadas, la primera al bando conservador, la segunda al bando liberal, de tal manera que se requería que el gobierno estuviese instalado, fuese del bando que fuese, en territorio neutral y equidistante.

Luego, la historia nicaragüense del siglo XX fue, prácticamente, la de las oprobiosas dictaduras que no dejaron desarrollarse plenamente a su sociedad y provocaron, en el último cuarto de ese siglo, una revolución de los sectores sociales, apoyada en gran parte por la oligarquía incipiente, que dieron al traste con la última de aquéllas, la de Anastasio Somoza Debayle.

Ahora, en los albores del siglo XXI, las cosas no parecen mejorar. El antiguo líder revolucionario, ahora de casi 65 años, parece convertirse en el nuevo y primer dictador de este siglo, al movilizar sus serviles y suplentes magistrados de la Sala de Amparos de la Corte Suprema de Justicia para, en una sentencia totalmente controvertida que se extralimita también totalmente en sus funciones, declarar la inaplicabilidad de una norma constitucional para un grupo selecto de personas: el presidente Daniel Ortega y la "camorra" de alcaldes sandinistas.

Recalco: el término "totalmente" lo he empleado doblemente para enfatizar que esa sentencia siempre será discutida, no sólo desde el punto de vista del fondo sino de las irregularidades de forma para dejar sin conocer del caso a los magistrados titulares, así como que las funciones de los magistrados involucrados siempre serán consideradas fuera del ámbito de atribuciones que cualquier Constitución puede otorgar a un funcionario de ese rango.

Ya no son las armas las que dan los Golpes de Estado para montar militares en el trono del poder; ahora son las togas, ensuciadas por viles tinterillos que no debieran llamarse abogados, las que los dan para, luego de ejecutados, pretender montar en el mismo trono al Comandante y a sus comparsas.

Cuando pienso en mis hermanos nicaragüenses no dejo de reflexionar acerca de las cosas que, por sus mentes, estarán pasando. No es lo mismo aguantar las tonterías más grandes del gobierno de turno, como nos pasa a los guatemaltecos muchas veces, pero a sabiendas que hay una luz al final del tunel con la terminación del período para el cual fue electo el mandatario y la elección limpia, democrática y transparente de las nuevas autoridades, lo cual nos brinda un hálito de esperanza.

Sólo de pensar que lo que se les viene encima no serán sólo tonterías sino verdaderas maldades, no digamos en contra de las personas pero sí en contra del sistema democrático y de valores fundamentales para la convivencia pacífica, mis pensamientos vuelan hacia esos amigos nicaragüenses que tienen bien cimentados sus principios básicos para convivir en paz, que han de tener muchísimo pesar por su país e incertidumbre acerca del futuro de su patria en estos momentos.

Para ellos y para todas esas víctimas de los embates de la naturaleza de ayer, mis mejores deseos por que Dios ilumine sus pensamientos y los de quienes hoy detentan el poder y, en su soberbia, no se dan cuenta de dos cosas: del daño que le hacen a su país y que, en este mundo, nadie es indispensable.

Para esos abogados que se prestan a encender la mecha de la discordia en el suelo que los vio nacer, dándole prioridad a su ideología sobre los principios que, acerca del Derecho, tuvieron que haber aprendido en la Universidad, mi total desprecio por las ilegalidades que están cometiendo.

1 comentario:

  1. Tristemente y inevitablemente Nicaragua va con pasos gigantes, guiados por Daniel Ortega y su FSLN, a una otra guerra. Otra vez, la pobre Nicaragua va sangrar la vida de su juventud y atrasar su propio futuro. Llora Nicaragua ,llora lagrimas de sangre.

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