viernes, 20 de noviembre de 2009

HONDURAS: LOS DOS ERRORES DE ROBERTO MICHELETTI

Para quienes no somos hondureños, Roberto Micheletti, el Presidente interino de Honduras, saltó a la palestra pública a raíz de la destitución del anterior presidente, Manuel Zelaya Rosales, luego de que durante varios meses, reiteradamente, violara la Constitución y las leyes de su país, enfrentara a prácticamente todas las instituciones políticas, desafiara a la opinión pública, desacatara mandatos de los tribunales de justicia y, en general, ocasionara el peor caos político del último cuarto de siglo en ese vecino país.

Sin embargo, para los hondureños es una figura política conocida en donde no sólo fungía como Presidente del Congreso Nacional sino participó en las elecciones primarias de su partido, el Partido Liberal de Honduras, buscando la candidatura a la Presidencia de la República, la cual no logró pero si obtuvo un 27.76% de los votos, que fueron poco más de 174 mil, según datos del (http://www.tse.hn/jc/documentos/estadisticas_y_proce_elec/Elecciones%20Primarias%202008/Partido%20Liberal/PARTIDOLIBERAL.PDF) Tribunal Supremo Electoral.

En este espacio virtual hemos hecho diversos comentarios con respecto a la crisis política hondureña, los que van desde el aspecto doctrinario, como el tema de la legitimidad, al aspecto legal, como el análisis determinando que sí fue un Golpe de Estado el sucedido el 28 de junio de 2009 o el que, posteriormente, hice del Acuerdo Guaymuras, o sociológico, como cuando aseguro que Manuel Zelaya fue un presidente pontificio, porque fue quien de mejor manera creó los puentes para unir a toda la sociedad hondureña organizada en su contra.

Pensaba que, de aquí a las elecciones programadas para el domingo 29 de noviembre, no habría necesidad de comentar cosa alguna al respecto, pero ayer, jueves 19, el Presidente Interino Micheletti hizo el anuncio de que dejará temporalmente el poder, del 25 de noviembre al 2 de diciembre, según él, para que sus connacionales se concentren en el proceso electoral y no en la crisis política, lo cual me obliga a pronunciarme al respecto, so pena de, en el futuro, por callarme, se piense que estuve de acuerdo con su actitud y la medida que está pretendiendo tomar.

El primer error que señalé, del breve gobierno de Micheletti, fue el decretar Estado de Sitio, el lunes 28 de septiembre, mediante el Decreto Ejecutivo PCM-M-016-2009, dejando en suspenso 5 importantes garantías constitucionales y ordenando el cierre de algunos medios de comunicación afines al derrocado Zelaya. Estamos claros que esta medida es legal, ya que fue tomada de conformidad con el artículo 187 de la Constitución hondureña, el cual contempla como una de las cinco causales que pueden justificar una medida de esta naturaleza, la perturbación grave de la paz. Lo que criticamos es que, políticamente, haya sido una medida conveniente. Nosotros estimamos que jamás debió cerrarse medio de comunicación alguno.

Ahora que Micheletti pretende retirarse temporalmente del poder, nos atrevemos a señalar esta medida como un segundo error de su gestión, por las siguientes razones:
  1. El proceso electoral no comenzó a raíz del Golpe de Estado de 28 de junio de 2009; fue convocado desde el 28 de mayo de 2009.
  2. La convocatoria a elecciones efectuada oportunamente por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras no ha sido motivo de modificación alguna; es más, han sido tan firmes los hondureños defendiendo su proceso electoral que la pretensión de Oscar Arias, a través del denominado Acuerdo de San José, de modificar la fecha de las elecciones, fue declarada inconstitucional.
  3. Las elecciones de autoridades en Honduras no son convocadas por la Presidencia de la República sino por el mencionado TSE, el cual tiene a su cargo todo lo relativo a emisión de sufragio en ese país (la ingerencia de Manuel Zelaya en este campo, pretendiendo agregar una cuarta urna, es parte importante del problema).
  4. Así como he señalado que la Comunidad Internacional no le da legitimidad a un proceso electoral, también afirmo que tampoco se la da este o aquel funcionario en ejercicio. Sólo el pueblo hondureño, mediante el ejercicio del sufragio, le otorgará las credenciales de legitimidad que ningún país del mundo ni organización de países debiera poner en tela de duda.
  5. La presencia o no presencia del Presidente Interino en el despacho oficial, no le quita ni le pone al proceso en sí; solamente permite que se siga especulando alrededor de un tema en el cual el ex presidente Zelaya se había venido quedando solo.
  6. Desde mi particular punto de vista, el Presidente Interino Micheletti jamás habría podido permanecer firme, defendiendo los puntos de vista que ha defendido, sin el acompañamiento de la gran mayoría de instituciones, de personalidades y del pueblo hondureño; separarse del cargo en el momento crucial del proceso no le hace provecho a ninguna de las personas o instituciones que lo han acompañado, pero sí abre una brecha para generar más violencia (recordemos que ya ha habido asesinatos, hasta de un sobrino del Presidente Interino, y secuestros de altos jefes militares), lo cual obligaría al Presidente Interino a regresar antes del tiempo señalado, generando más oportunidad de crear zozobra alrededor de un proceso electoral que verdaderamente deseamos sea de lo más tranquilo para bien de todos.

Por el momento, y por que no se crea que deseo influir en los resultados electorales, me atrevo a decir que de todo esto hay sólo un ganador: El pueblo hondureño. Perdedores hay varios, entre ellos, Manuel Zelaya, condenado en el futuro a ser una figura internacional pero un paria en su propia tierra; Micheletti, porque teniendo aspiraciones y facultades para gobernar todo un período constitucional, lo hará por un tiempo limitado, siete meses menos un día.

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