El gobierno de Álvaro Colom, Presidente Constitucional de Guatemala 2008-2012, ha sido un gobierno contaminado. Para comenzar, entendemos que, dentro de la causa 2376-2004, expediente tramitado en el Juzgado Décimo de Primera Instancia Penal por el caso de sustracción de fondos públicos de la Contraloría General de Cuentas de la Nación, para apoyar diversas campañas políticas, dentro del cual hay condenados cumpliendo diversas penas de prisión porque se trata de hechos comprobables y comprobados mediante documentos de pago (cheques) cobrados o depositados a través de los bancos del sistema, el entonces candidato, Álvaro Colom, logró su libertad bajo el pago de una fianza de medio millón de quetzales (Q.500,000.00) que, por cierto, protestó el convicto ex diputado Manuel Castillo (por el asesinato de tres diputados salvadoreños), porque él se los dio para salir de la prisión preventiva y nunca se los devolvió, fianza que no hemos visto en los medios, ni escuchado en la radio, que haya sido revocada.
Es decir, los guatemaltecos tenemos el poco honroso caso de un Presidente que ha ejercido todo su mandato bajo fianza de un juzgado del orden penal.
Por supuesto que los fondos saqueados de la Contraloría, jamás fueron devueltos.
Pero lo que queremos hacer ver acá es que todos los programas de gobierno o instituciones públicas por donde ha pasado la hasta ahora Primera Dama, Sandra Torres, se han contaminado de transferencias que los dejan sin recursos o de poca transparencia en el manejo indiscriminado de los fondos. No ha habido paz para los guatemaltecos desde que esta señora, sin función específica dentro de la administración, comenzó a mandar, a ordenar y a gritar Ministros, Directores Generales y hasta Diputados y Alcaldes.
Sin embargo, pensamos y creemos que a la señora se le pasó la mano tratando de estirar la Constitución y las leyes para acomodarlas a sus propios intereses, olvidándosele que la Ley fue hecha para todos igual, y que hay un mínimo recato que uno debe tener en sus actuaciones, sobre todo si son públicas, y un respeto implícito al derecho de los demás si lo que se quiere es el respaldo para ocupar algún cargo.
En Guatemala no se puede llegar por la fuerza a puesto alguno. Acostumbrados como estamos a convivir entre políticos de los países del área por nuestras funciones en el Parlamento Centroamericano, podemos aceptar que somos muchas cosas, en broma o en serio, pero así como vemos gente servil utilizando a la señora de escalera para reelegirse, especialmente algunos alcaldes y diputados de los dos partidos políticos que la apoyan, hay un hecho que debemos remarcar: en nuestro país las elecciones se ganan con el apoyo de la gente que no pertenece a partido político alguno.
Por eso, de venir contaminando todo lo que toca y ha tocado en el gobierno, hoy nos atrevemos a calificarla como la gran catalizadora, pero en su propia contra.
El apoyo que tenía de los líderes serviles que vienen usufructuando un puesto y que, a través de la candidatura de la señora Torres ven una opción de reelegirse porque habrá suficientes recursos económicos, no se incrementará con toda esta farsa que ha montado del divorcio de la pareja presidencial. Por el contrario, toda esa población que no suele involucrarse en política la sentimos indignada, molesta, contrariada, sorprendida y hasta incrédula, y en la medida que el tiempo pase es posible que, como en oportunidades anteriores, vayan formando su criterio y consolidando su apoyo a este u otro candidato, y es ahí en donde nos atrevemos a predecir que la candidatura de Sandra Torres no va a crecer.
Guatemala es un país, además de religioso, profundamente espiritual, y el desprecio que el Primer Mandatario y su hasta ahora esposa hacen por una institución que el Código Civil define como "social", y que todos sabemos que es base de la familia, les va a costar caro, políticamente hablando.
Como bien se dice, no se puede quedar bien con Dios y con el diablo, y en este caso el camino que han tomado los acontecimientos lleva la candidatura presidencial, estimamos, si no a un precipicio, pues es cuestión de tiempo que todas las iglesias, ante un acontecimiento tan impactante y tan poco edificante, les den la espalda, por lo menos los llevará a un callejón sin salida en donde líderes y liderezas de la GANA y de la UNE, los dos partidos políticos que avalan la ilegalidad y la estupidez, se tropiezen unos contra los otros con sonido de tronar de dientes de fondo musical.
En ese sentido, desde nuestro observatorio particular, con la experiencia que nos dan los años y la independencia que tenemos porque no pertenecemos a partido político alguno, podemos prever que las candidaturas de los demás aspirantes a la Presidencia de la República, se verán fortalecidas, en gran medida, la gran capitalizadora de este descontento, la de Otto Pérez Molina, si es que sus estrategas de campaña y sus publicistas hacen bien las cosas y no como en la campaña anterior en que le aconsejaron no asistir a un importante debate; la de Eduardo Suger, quien hizo un gran papel en la anterior campaña, lo cual podría repetir ahora, y en alguna medida la de Harold Caballeros.
Podrá, la señora Torres, tener contratados todos los anuncios de prensa, de radio y de televisión que quiera, pero el sentimiento de que sus cartas están echadas en el corazón de la gente, es muy grande como para atreverme a ponerlo por escrito.
Sandra Torres, en su afán por ser Presidenta de la República, en lugar de esperar cuatro años para lanzarse sin impedimento legal, intentó violar la Constitución, y para evadirla, se divorcia en fraude de ley, pero al pueblo no lo engaña, por lo tanto, predecimos desde ya su derrota en la contienda.
jueves, 24 de marzo de 2011
DE CONTAMINADORA A CATALIZADORA: EL CASO DE SANDRA TORRES
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