sábado, 19 de marzo de 2011

LA VISITA DE BARACK OBAMA A AMÉRICA LATINA

Los presidentes de Estados Unidos de América, EEUU, tienen diversas maneras de ver a América Latina, desde una perspectiva de que no valemos nada, que ha dado lugar a la denominación de "imperialismo", como la de Teodoro Roossevelt, hasta una condescendiente, como la de Bill Clinton, pasando por la de total indiferencia, como la de George W. Bush (es decir, el hijo).

Sin embargo, el discurso que anoche diera la Secretaria de EEUU, Hillary Clinton, en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, CSIS, por sus siglas en inglés, en Washington, destacando las fenomenales oportunidades que, para ellos, hay en América Latina, en un discurso diseñado para enmarcar o para darle contenido a la visita de Estado que el presidente Obama ha emprendido por Brasil, Chile y El Salvador, nos hace pensar que estamos frente a un parteaguas, si no dentro de nuestras relaciones con el coloso económico, industrial, comercial y militar del norte, sí lo estamos, por lo menos, en la visión que el partido de gobierno, de ese país, tiene de lo que ha sido esa relación, de la manera como viene estancándose la misma, profundizándose tan sólo en lo que se refiere a problemas, lo que no nos lleva, ni en el futuro cercano ni en el largo plazo, a nada mejor de lo que tenemos.

Es desde ese punto de vista que aplaudimos y respaldamos ese cambio de visión de lo que somos y de lo que representamos los latinoamericanos para Estados Unidos, tanto desde nuestros países como adentro, a través de nuestros migrantes trabajando allá.

Sabemos, porque hemos estado involucrados de alguna manera en el desarrollo de las actividades que alrededor de esta anunciada visita se hará en El Salvador, que el presidente Obama no ha querido aceptar, para nada, el tema migrante en la agenda que tratará, lo cual consideramos un tremendo error de su parte pues, siendo una realidad, no se puede tapar el sol con un dedo ni pretender que el problema desaparecerá con la técnica del avestruz, de enterrar la cabeza para sentirse invisible ante el peligro. ¡Por lo menos debiera anunciar que se concede, en términos de igualdad, el Estatuto de Protección Temporal, TPS (por sus siglas en inglés), a los guatemaltecos que trabajan allá!

Sin embargo, es innegable que el modelo actual en que quien tiene el dinero lo suelta con gotero en una supuesta cooperación internacional que, en décadas, ha servido en muchos sentidos para apoyar y mantener a sus funcionarios en el exterior, incluyendo a los del servicio de inteligencia, y cuyos resultados salen en los periódicos pero no terminan con el sufrimiento y la pobreza en la que se encuentran nuestros países, obligando a que, cada vez, más gente busque el rumbo hacia donde la economía sí permite mayores y mejores oportunidades.

Además, mucha de esa cooperación, los ciudadanos de estos países sentimos que está condicionada a cuestiones que rayan en el chantaje, y que no se ha hecho mucho por preservarla de la corrupción de los funcionarios locales.

En alguna parte de este espacio hemos escrito sobre la diferencia del modelo europeo de desarrollo, que le apostó a elevar, del todo, el nivel económico de los países de europa del este que iba incorporando a la Unión Europea, UE, y cómo EEUU debiera seguir este modelo de desarrollo, pues le conviene que haya, en América Latina, un mercado de varios cientos de millones de habitantes y de posibles consumidores cuyas grandes mayorías están, hoy, en la pobreza, en lugar de seguir "cooperando" para el desarrollo de nuestros países.

Por otro lado, la lucha contra el narcotráfico no lleva a lugar seguro alguno mientras EEUU ponga unos cuantos milloncitos (comparado con lo que este tráfico significa), a cambio de que los latinoamericanos pongamos la sangre. Tiene que haber desarrollo real en nuestros países para que la gente tenga oportunidades de trabajo dignas y evitarse, así, buscar el camino fácil que proporciona la droga y su traslado o comercialización. Además, tampoco es lógico que, en años de cooperación contra el narcotráfico en nuestros países, nunca caiga un verdadero capo de la droga en su propio país, lo cual hace sospechar, realmente, sobre lo que sucede y qué futuro tiene esta situación.

El problema de la nueva visión de la administración Obama es que sus opositores políticos, incluyendo los de su propio partido, pueda que no compartan su visión, lo cual la haría susceptible no sólo de falta de apoyo sino de verdaderos ataques, incluyendo la de la prensa.

Nuestra experiencia nos hace saber y presentir que las lomas de Washington (the hill), desde donde gobiernan EEUU pero creen gobernar el mundo, teniendo tan poca altura, marea a los políticos de turno. Acostumbrados a verse como el centro del Universo, difícilmente, porque lo diga la Secretaria de Estado o lo venga a recalcar el mismo Presidente de su país, dejarán diputados, senadores y todo su equipo de asistentes que hacen, en gran parte, el trabajo de carpintería de los diferentes Comités, en donde se asumen posiciones políticas y se generan corrientes de opinión, dejarán, decíamos, de vernos todavía como su patio trasero, como el callejón obscuro donde se suele sacar a dejar la basura.

Es urgente, entonces, que Latinoamérica responda con rapidez, con madurez política y con altura. Si Washington nos abre la puerta en estos momentos para vernos como sus socios y no como los parientes pobres, hay que actuar en consecuencia y ayudarle a la actual administración estadounidense a vender esta política en lo interno, asunto que tiene muy claro la señora Clinton, según se desprende de su propio discurso.

Ojalá Dios nos preste la vida para ver, algún día, el comienzo de una relación seria en donde EEUU realmente invierta los capitales que América Latina necesita para ir llevando ese muro que hoy tiene en el Río Bravo, cada vez más hacia el sur, hasta que desaparezca totalmente al llegar a la Patagonia.

Desarrollar a México como Europa desarrolló a España significa, para EEUU, desarrollar un potencial mercado de unos 110 millones de personas (está probado que, para Europa, el negocio de invertir en España ha sido excelente). Una vez desarrollado México, el desarrollo de Centroamérica con la inversión de capital adecuado, casi no lo sentirá comparado con lo anterior, pero le representaría, estimamos, sumarle otros 40 millones de consumidores. Así, sumando países en América del Sur, hasta convertir a toda América en una zona del mundo desarrollado, del denominado primer mundo, es un buen negocio para EEUU, pero es indispensable que los políticos de hoy, de los dos bandos más representativos, lo entiendan, lo compartan y lo sepan transmitir, no sólo a su electorado sino a las nuevas generaciones de políticos que los sucedan, a las iglesias, a los tanques de pensamiento, a las universidades, a la prensa y a su opinión pública.

¿Quieren detener la migración ilegal de latinoamericanos? ¡He aquí la solución! Pero no es gratis: requiere inversión real, perseverancia y mantener la brújula a toda costa.

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