lunes, 21 de marzo de 2011

DIVORCIO A LA CARTA. FARSA POLÍTICA Y FRAUDE DE LEY

Notas de prensa que todavía cuesta creer, dan cuenta que la controvertida pareja presidencial conformada por el obediente y no deliberante Presidente de la República, Álvaro Colom, y la codiciosa Primera Dama, han planteado, de común acuerdo y desde el 11 de marzo de 2011, los trámites de divorcio.

Todo esto apunta a que la selección de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, especialmente las del Consejo Superior Universitario, que a última hora aprobó la votación pública y nominal, que obligó al candidato oficial a declinar minutos antes de la elección, y la de la Corte Suprema de Justicia, puede que no las hayan podido controlar y, por su medio, poner magistrados afines a su causa.

Podría ser, además, que alguno de los magistrados, ya electos, ante la enorme presión que existe porque un voto de esta naturaleza lo marcaría para siempre, haya optado por volteárseles, situación poco probable pero no imposible.

Lo cierto es que, en fraude de ley, han montado la más grande farsa política de la historia guatemalteca, situación en donde se demuestra que, en la escala de valores de nuestras "joyas presidenciales", pesa más la codicia y la prepotencia que el sentido de la legalidad y la decencia.

Fácil es prever que, alrededor de esta farsa, habrá mucha tela que cortar, desde la posibilidad de que su caso caiga en un juzgado a cargo de un profesional digno, respetado de sí mismo (a), que no se trague las mentiras que le habrán expuesto, y se atreva a no divorciarlos, hasta los recursos que, terceros interesados, habrán de interponer, unos para retrasar el asunto, otros para revertirlo en caso se dé esta situación que raya en lo ilegal, por cometerse no sólo en fraude de ley, sino de una de carácter constitucional.

¡Qué triste que quienes gobiernan quieran tan mal a Guatemala!

Con todo, esto viene siendo algo así como una mancha más al tigre, no sólo a nivel de los actos de corrupción que han cometido en el ejercicio de la función pública, sino, lo más importante, en la preparación del más grande fraude electoral desde el inicio de la era democrática, y sobre el cual ya nadie dijo nada: ¡es obvio que el Registro Nacional de las Personas, RENAP, viene cansando a nuestra juventud para que no saque su Documento Personal de Identidad, DPI, a tiempo para votar este año!

¡Guatemaltecos: todos a sacar su DPI y a empadronarse!

¡Este es un claro caso de tiranos que escupen la faz de Guatemala!

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