sábado, 19 de junio de 2010

EL PRESIDENTE Y EL PLOMERO

Todas las profesiones tienen circunstancias que hacen que se diferencian y que se parezcan unas de otras o con otras.

La Presidencia de la República no es una profesión pero, para efectos prácticos, la visualizaremos como tal.

Ahora, ¿en qué se parece un Presidente de la República a un plomero?

El Presidente tiene, en su agenda, muchas cosas para ver; el plomero tiene una muy clara: el flujo del agua.

Sin embargo, la necedad de nuestro Presidente por provocar una reforma fiscal que sólo quiere decir aumento de impuestos, me permite comparar su actuar con el de un plomero.

Parte de la agenda del Presidente de la República es la provisión de recursos para los diferentes programas del Estado a través de su Ministro de Finanzas y de la coordinación con la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT. Tan importante como esta parte de la agenda es la ejecución de esos recursos, lo cual se da a través de todos los Ministerios, Secretarías e instituciones públicas centralizadas y descentralizadas.

Es decir, hay un flujo de dinero que tiene que entrar y tiene que salir, igual que el agua que es preocupación principal del plomero.

El flujo del dinero y el flujo del agua son tan importantes para uno y otro, pero el problema es que el Presidente sólo parece preocuparse del suministro de dinero y no importarle nada el gasto del dinero.

Es como si contratáramos a un plomero para que se asegurase de que entre agua de la calle pero que no le importe y no nos importe que haya miles de fugas entre la entrada principal de agua, donde está el contador que nos hace pagar la factura, y la salida del chorro del lavatrastos, en donde casi no caería agua para cubrir nuestras necesidades.

Es decir, seríamos un país de estúpidos pagando la factura del agua y las del plomero, sabiendo que entra agua a nuestra casa pero sin que esta nos sea útil de manera alguna.

Al Presidente de la República se le ha hecho ver que, antes de pedir que ingrese más dinero a las arcas de la SAT, es necesario que se reparen todas las, digamos, "fugas", por no llamarle robos, enriquecimientos ilícitos, estafas, dobles contrataciones, sobrevaloraciones y todos esos "defectos de cañería", por equipararlo con el plomero de nuestra historia.

Es Presidente no es tonto, de modo que si insiste en pedir más sin poner orden en el tremendo despilfarro que tiene, es porque nos ve a nosotros, los ciudadanos, como esos estúpidos a los cuales me refiero, y habemos algunos que no lo somos.

Por supuesto que Guatemala necesita revisar su tasa impositiva, sobre lo cual hay muchos argumentos qué discutir, especialmente la incorporación de quienes tienen y no pagan y no sólo de aumentarle a los que ya pagan, pero es imposible conseguir apoyo popular y político de todas las bancadas si el mensaje que recibimos es de inversiones millonarias que se esfuman (como la del Congreso de la República), viajes pagados por más días de los necesarios y con "intérpretes" donde no son realmente necesarias (como en la Presidencia del Organismo Judicial), comisiones bajo la mesa (como varias "concedidas" a las sobrinas del Presidente).

El Presidente de la República debería comenzar por devolver los Q.500.0 mil que recibió, siendo candidato, de fondos provenientes de la Contraloría General de Cuentas de la Nación, lo cual todavía no ha hecho a sabiendas que son recursos robados de una institución del Estado. Después de que los devuelva, veamos si alguna legitimación tiene para hablar de reforma fiscal, pero antes, no la tiene.

En mi ya larga trayectoria política me he opuesto a muchas cosas, pero yo no soy opositor acérrimo y sin fundamento. Hace poco ni siquiera los diputados del propio partido político del Presidente lo defendieron en medio de un debate en la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano, y fue este escribiente quien salió a defender algo de su política que me pareció correcto, pero en este tema, por el momento, debo ser inflexible con mi posición: O evitan que el dinero se esfume en el camino, o no cuenten con mi apoyo sino con todas mis fuerzas en contra.

¡Ésa será la única manera en que el dinero alcance y llegue a las comunidades más necesitadas del país!

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