viernes, 23 de abril de 2010

LA DESVALORIZACIÓN DEL SIGNIFICADO DE LA PALABRA "HONOR"

Da la impresión que las personas que integran unn Tribunal de Honor lo hacen sin la consciencia de lo que significa, como si se estuvieran integrando a un club social, a un cuchubal u otro tipo menos formal en que el conglomerado humano suele organizarse.

Esa cualidad moral que implica el conocimiento pleno de cuáles son las obligaciones y deberes de uno mismo para con sí y para con el prójimo se encuentra perdida, en el limbo, en la falta de certeza.

Viene a colación este ensayo por la nota de prensa que aparece en Prensa Libre de hoy viernes 23 de abril de 2010, página 8, con relación a una fianza que le otortó un juez a una abogada de larga trayectoria en el "negocio" de las adopciones ilegales, quien fue deportada desde la ciudad de Houston, Texas, en los Estados Unidos, por encontrarse allá de manera ilegal.

Llama la atención de la nota de prensa que esta abogada, según la monografía de partidos políticos elaborada por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES, fue miembro del Tribunal de Honor del actual partido de gobierno, la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, de 2004 a 2008, es decir, los años precisamente en que me tocó laborar en la misma institución que ella, en el Registro General de la Propiedad, en donde, por su imprudencia de hablar de sus "casos" en el baño de mujeres, ya era comidilla su actividad delictiva, incluyendo que la casa cuna no estaba a nombre de ella sino de su hija. Chismes, que les dicen, pero que en el fondo, como se ve, están basados en hechos comprobables documentalmente.

Entonces, si en manos de personajes así están los tribunales de honor de los partidos políticos, ¿qué se puede esperar de quienes integran otros órganos que no tienen que ver con el honor?

¿Es que se ha perdido el sentido profundo del honor? ¿Es que los padres y las madres no están inculcando en sus hijos esos grandes valores que diferencian a los seres humanos de los animales, como la verdad, el honor, el sentido del deber?

Si el honor de la UNE ha estado en manos de personas que ven a los bebés como mercancías, si los partidos políticos no hacen su labor de investigación de las personas que han de integrar estas instancias partidarias, si todo lo relacionado con la escala humana de valores es secundario, ¿qué se puede esperar de las instituciones políticas? ¿qué tipo de gobernantes pueden salir de una instituciónn así?

Las sociedades del mundo, cada una dentro de su propio entorno, deben cerrar filas cuando de defender principios y valores se trata.

Desde este espacio he sido consistente en insistir en la necesidad de que todos participemos en el proceso político, y ésta es una muestra concreta, real y palpable de la influencia que la gente con principios podría estar ejerciendo desde adentro de las instituciones políticas si participara más activamente.

No es posible que sigamos en la línea de estar en la posición de juzgar las acciones de otros en un Tribunal de Honor para salir después expulsado de un país, engrilletado y sujeto a proceso por la venta del destino de casi treinta bebés o por cualquier causa imaginable.

Finalizo haciendo un llamado a la juventud para que tome conciencia y reflexione sobre el bien o el mal que puede ejercer en el destino de su país con tan sólo tomar la decisión de participar, o no, en las instituciones que, eventualmente, han de proporcionar las más altas autoridades y funcionarios. Si no, no nos quejemos después.

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