Es increíble cómo la cultura acerca a los pueblos y a las personas que los integran. No conozco Polonia; sin embargo, siempre me ha simpatizado ese país y su gente. Desde antes de conocer a mi recordada profesora de piano, de orgien polaco, ya sentía esa simpatía.
Hoy que lo pienso, no sé si es por la aniquilación que sufrió su valiente ejército durante la Segunda Guerra Mundial, el cual, totalmente inútil con su caballería tipo siglo XIX, fue destrozado por las divisiones blindadas alemanas (panzer) durante la invasión de aquel 1 de septiembre de 1939.
Influye, también, el sometimiento a la garra del imperio socialista soviético hasta la década de 1980's en que el movimiento sindical encabezado por Lech Walesa, cofundador del movimiento Solidaridad, con el respaldo de otro gran polaco, el Papa Juan Pablo II, lograron emancipar a su patria sin derramamiento de sangre.
Sin embargo, me parece que lo que más me ha acercado a Polonia durante mi vida ha sido mi vocación por la música de Federico Chopin. Es más, la foto que he colocado corresponde a una actividad en la Universidad Francisco Marroquín, UFM, durante la cual estoy pronunciando la disertación inaugural de la fundación del grupo de Amigos de Chopin, una iniciativa de otro gran polaco, don Adam Praun, quien con su esposa Danuta se quedaron en Guatemala para fundar y hacer crecer y prosperar a su familia.
No sé cuántos polacos murieron en la batalla de Smolensko, de los 45 mil que se calcula que hubo, en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, patrocinada especialmente entre los rusos y alemanes; o la de 1943, que produjo más de medio millón de bajas a los bandos en pugna, pero ahora es un lugar que siempre será recordado por los polacos porque ahí perdieron a sus más altas autoridades electas.
La consternación por este suceso ha sido enorme en todo el mundo, y no deseo dejar de manifestarles a todos los polacos mi solidaridad para con un puebo trabajador, honrado y que siempre ha sido ejemplo de fomentar los grandes valores, entre los cuales está el de la cultura, tan necesaria para todos los habitantes del planeta.
Mis deseos por que esa herida colectiva sane lo más pronto posible.
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