Llamó mi atención, hoy, la nota de prensa que señala que las autoridades tributarias del país reportaron que el ingreso de recursos provenientes de impuestos durante el primer cuatrimestre del año aumentó 9.29% en relación con el mismo período de 2009.
Ya era público que la recaudación a febrero anterior se había recuperado y aumentado un 8.1%.
De modo, pués, que a pesar del ambiente negativo que insiste en mantener el Gobierno de la República, presidido por Álvaro Colom, amenazando constantemente con la reforma fiscal, que no es otra cosa que aumentar los impuestos, la economía se ha recuperado de manera que los ingresos del fisco, mermados por la baja del nivel de negocios del año anterior, han crecido considerablemente.
En la medida que pasa el tiempo y el aparato productivo comienza a revitalizarse, va perdiendo sentido, si alguna vez lo tuvo, la alharaca gubernamental. Es clara la tendencia a subir, cada vez más, el monto de tributos ingresados, de manera que es cuestión de tiempo que podamos estar hablando que el crecimiento ha sido, en términos porcentuales, de un mínimo de dos cifras, pero hay que dejar que las cosas vayan madurando.
Esta visto que si el gobierno quiere más recursos para gastar, no es subiendo impuestos que lo puede lograr, sino apoyando al empresariado, apoyando a los trabajadores, estabilizando el clima de negocios, invirtiendo en donde lo tiene que hacer como en seguridad, educación, capacitación, infraestructura, seguridad jurídica, salud y salubridad, prioritariamente.
Con sólo que los trámites en el Registro Mercantil mejoraran y los procedimientos para convertirse en contribuyente fuesen más amigables le harían un enorme bien al país, pero de eso está visto que no entienden nada.
Se las llevan que tienen experiencia pero sus actuaciones nos hacen dudar. Lo que es claro es que los intereses de la familia real gobernante no están puestos en su amor por Guatemala sino en la obtención, hoy, ya, para ayer, de miles de millones de quetzales adicionales para apoyar sus planes de perpetuarse en el poder a través una candidatura a todas luces ilegal.
El amor por la patria no se demuestra regalando dinero a los allegados del partido político en detrimento de muchos que están en condiciones tales de hambre que corren riesgo de muerte.
El amor por la patria se demuestra poniendo todas nuestras capacidades y principios morales a su servicio, para liderar los procesos que permitan lograr igualdad de oportunidades a los más desposeídos pero sin olvidar a quienes proveen de recursos a la maquinaria gubernamental que no produce nada pero sí tiene que nutrirse de algún lado.
El amor por la patria se lleva en el alma, no es un discurso ni cosa tangible que podamos distribuir a través de cápsulas radiales o televisadas.
Sembrar mejores procedimientos y dejar las cosas mejor que como las recibimos es hacer patria, es tenerle amor, y este gobierno, desde mi perspectiva, está siguiendo los pasos de otro anterior en donde muchos de sus funcionarios han estado en prisión o todavía aguardan el veredicto de jueces nacionales y extranjeros. Eso es sólo tenerle amor al dinero.
¡Hagamos patria! ¡Cerremos filas en contra de más endeudamientos, en contra de más inestabilidad en la cadena de producción!
Todos los desempleados que hoy no consiguen de qué manera llevar sustento a sus familias y que generalmente no tienen los medios de hacer escuchar su voz, se lo agradecerán.
jueves, 13 de mayo de 2010
EL AMOR POR LA PATRIA Y LA CANTALETA DE LA REFORMA FISCAL
Etiquetas:
aumento de ingresos tributarios,
Reforma Fiscal
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