Hoy, por ejemplo, teniendo una verdadera vocación por lo municipal, siendo uno de los fundadores de la Red de Fortalecimiento de los Gobiernos Locales, el promotor de la creación de la Sub-Comisión de Asuntos Municipales de la Comisión de Integración del PARLACÉN (que hoy es una Comisión por sí misma) y siempre defensor de los alcaldes, a quienes apoyé como nunca antes se dio en la historia a través del Programa Municipal del BCIE durante mi gestión, hoy me entristece verlos de bochincheros, sin entender su rol de líderes comunitarios y sin la claridad de ideas para saberse manipulados y utilizados como fuerzas de choque para lograr, por la fuerza, la aprobación de una Reforma Tributaria que no lo es y que debiera aprobarse, algún día, sin presiones, sino convenciendo a todos de su necesidad. Si tanto les hace falta el dinero que dicen necesitar, ¿Por qué no exigen transparencia en el manejo de los recursos públicos con el mismo ahínco? Si tuviésmos gobernantes honrados el dinero alcanzaría para todos y no habría necesidad de llegar a meterse al Congreso Nacional a jalonear del saco a los diputados.
La tentación ha sido grande, también, cada vez que matan otro piloto del transporte público u otro ayudante. Mis pensamientos se elevan hacia tanta viuda, hacia tanto huérfano, y no veo que haya planes para frenar ese baño de sangre, no veo que disminuyan los ataques a pesar de la medida absurda de los chalecos a los motoristas, y era hasta vergonzoso ver que ni en el color para el mismo se ponían de acuerdo y, al final, dispusieron el color más peligroso para la persona de los motoristas, por la tendencia a no distinguirlos bien en la noche. La profesión más peligrosa del mundo, hoy, no es ser minero ni cazar cangrejos en Alaska, sino piloto del transporte colectivo en Guatemala, y si tanto piloto y ayudante siguen trabajando por tan poco dinero es porque la necesidad de ellos y sus familias es apremiante. ¡Y nadie hace nada!
Hay tantos y variados temas para criticar, con razón, con más que justa y justificada razón, todas las sinrazones y enredos de gobernantes, diputados y jueces, pero he querido enfocarme en el tema de la crisis hondureña, que en alguna medida también lo es nuestra, advertir de las ilegalidades que se vienen cometindo en una institución regional que hoy no es vinculante pero que, eventualmente, tomará decisions que incidirán en la vida de los ciudadanos, así como de los indicios de otro Golpe de Estado Técnico que podría dar lugar a otro conflicto armado en Centroamérica, por el fraude electoral y las violaciones constitucionales de Daniel Ortega, el Presidente de Nicaragua, que en alguna medida nos puede afectar también, por el volumen de mercaderías que transitan por ese territorio entre Costa Rica y Panamá, por un lado, y Guatemala, del otro.
Pero mis reflexiones van hoy al comunicado que fuera publicado hoy, en página 43 de Prensa Libre, dando a conocer, los Consejos Regionales, acerca de la creación del Consejo Nacional de Autoridades Ancestrales del Pueblo Maya y Xinca de Ixim Uleu (el nombre maya del territorio de Guatemala), al cual podrá integrarse el pueblo garíguna (aunque ellos le llaman garífuna, que es el nombre del idioma que esta etnia habla).
¿Por qué me interesa comentar un comunicado de esta naturaleza?
Primero, porque he conocido de cerca el trabajo de las comunidades indígenas y siempre he estado impresionado. Su laboriosidad en los días de asuento, que aprovechan para efectuar labores que la comunidad necesita para elevar su nivel de vida, para desarrollarse, sin que nadie les obligue a hacerlo, es admirable, lo cual me ha hecho tener un especial cariño por esos guatemaltecos y guatemaltecas, y respeto por sus instituciones ancestrales.
Segundo, porque la articulación de los Consejos Regionales en un Consejo Nacional es algo que se da de forma natural. No termino de entender por qué no se había conformado anteriormente, y eso le permitirá al conglomerado de comunidades tener un sitio más alto para hacer escuchar su voz, tanto en Guatemala como en el mundo.
Tercero, porque señalan que la creación de este Consejo Nacional constituye un mandato que han recibido de sus abuelos y abuelas, y eso es símbolo de que en Guatemala, en Ixim Uleu, todavía se voltea a ver hacia los mayores, reservas naturales de la sabiduría de nuestros pueblos, no sólo para pedirles su opinión sino para recibir mandatos que sean atendibles y ejecutables. Ésa es una señal inequívoca de que, mientras el rumbo mayoritario de la humanidad va hacia la autosuficiencia de la juventud y, a veces, hasta a la falta de respeto por los mayores, los pueblos mayas, xinca y garíguna se constituyen en luz para el resto del mundo en este aspecto.
No malinterpreten mis palabras. Yo creo en la juventud. Soy de la opinión, inclusive, de que algunas instituciones debieran ser renovadas completamente por jóvens aptos y dispuestos a asumir un rol difrente en nuestro país, sin las mañas de los mayores. Una de ellas podría ser el Congreso de la República, pero este será tema para otro día.
Cuarto, porque en su declaración manifiestan que han hecho un alto para hablarse entre sí, para escucharse y hacer nacer el Consejo Nacional desde el corazón de los pueblos que representan, lo cual contiene varios elementos que hay que destacar y celebrar:
- Han sabido marcar un alto en el camino. Casualmente, el domingo 13 de diciembre estuve graduando, en Tegucigalpa, Honduras, a 18 nuevos cinturones negros de la escuela de arte marcial que fundara, y recordándoles que llegar a cinta negra no es un fin sino el verdadero comienzo del aprendizaje, les pedí que hicieran un alto en el camino y que, volviendo a los principios básicos, hiciesen una especie de disección, corrigieran despacio todos los pequeños errores y, hasta no estar seguros de tener lo que se deseaba, que no continuaran en el camino de siempre. La coincidencia de ideas con lo que los líderes comunitarios entienden y han hecho es sorprendente, y denota una sabiduría poco común en un mundo que, cada vez más, gira más rápido y más impersonalmente, olvidándose de los detalles.
- Para hablarse entre sí, lo que denota la facultad de expresión de las ideas de todos.
- Para escucharse, lo que denota que el hablarse entre sí no es un diálogo de sordos, sino que existe el respeto por la expresión de todas las opiniones, las cuales son tomadas en cuenta por todos los presentes. De nada sirve hablar si nadie escucha y atiende.
- La conciencia del hacer nacer desde el corazón de los pueblos el Consejo Nacional, lo que denota que quienes están presentes tomando la decision, jamás dejan de tener en mente que no es por sí mismos que se toma la misma, sino que cada hombre, cada mujer que aporta su consentimiento, lo está efectuando en nombre y representación de aquellas comunidades que, a su vez, les dieron un mandato. Las comunidades que han quedado en las montañas están presentes en el acto fundacional. Esto es un poco como yo me he sentido peleando por ver que las cosas se hagan dentro del marco de la legalidad en el PARLACÉN, en donde no estoy por lo que soy sino en representación de esos ciudadanos que me confiaron una especie de mandato, a quienes, ya lo he manifestado, jamás dejo de tener en cuenta.
Sin duda alguna este Consejo viene a fortalecer, con seriedad, la unidad de nuestros pueblos, y desdeluego estaremos pendientes de la Agenda Prioritaria que ya anticipan.
Esta es una muestra palpable de sentido común, razón por la cual prefiero comentarla, porque nuestro país está sediento de comentarios positivos, y todo lo que en poco tiempo comience a comentar en este blog es posible que no lo sea tanto.