lunes, 18 de enero de 2010

CUANDO SE ELIMINA EL SENTIDO COMÚN COMIENZA EL ABSURDO

En Cataluña, España, la Asociación de Peluqueros está distribuyendo pancartas para poner en todas las barberías, pidiéndole a los clientes que lleven su propia música.

Esto es debido a que la Asociación de Autores y Compositores de ese país logró que a todos los locales comerciales ambientados con música se les cobre una "tarifa", que cambia de acuerdo al tamaño del local, con la finalidad de que todo el mundo pague los derechos intelectuales de los creadores de la música.

Por su parte, peluqueros y barberos insisten que debería haber una tarifa para todos aquellos que luzcan los peinados de su creación en actividades públicas.

La noticia, por su parte, no es clara en cuanto a qué porcentaje sobre el monto total de dichas tarifas le entregan a cada autor o compositor y, en su caso, a sus herederos, o si esas tarifas solamente vienen a engrosar la caja de dicho ente gremial.

Como sea, es un ejemplo de cómo la política puede, al rebasar los límites del sentido común, volverse absurda, porque para que esa "tarifa", como dicen, sea exigible, tuvo que haber habido la sanción de una autoridad.

¿No son los mismos artistas quienes promueven que el producto de sus esfuerzos suene en la radio? ¿No se beneficia el artista de que el intermediario, la radio, dé a conocer su trabajo, el producto de su inventiva e inspiración? ¿Habrá algún país en donde la "tarifa" la hagan recaer directamente en las radios, para tener mejor control de los ingresos, y que la escucha de sus programaciones continúe libre, como siempre?

Por lo pronto, ya hay personas tan indignadas ante estas medias fascistas, que han iniciado un movimiento por no volver a comprar absolutamente nada que tenga que ver con música, lo cual es una muestra palpable de anteriores afirmaciones de quien escribe: toda acción política genera una reacción.

Y cuando la música que suena es de autores de otros países, ¿con qué derecho representa la Asociación de Autores y Compositores españoles los intereses de otras latitudes? ¿Hacen la cuenta y, al final del día, les mandan su parte proporcional? Habría que hacer los cálculos del dinero que, a cuenta de esta "tarifa" le deben los españoles a Agustín Lara, mexicano, sólo a cuenta de dos canciones: Granada y Madrid.

2 comentarios:

  1. Querido amigo el absurdo comenzó hace muchos años en este tema, como ejemplo de lo que digo tenemos al maíz. El maíz (zea mais) no es una planta silvestre, por el contrario es el producto de la selección y mejoramiento continuo que por miles de años los campesinos mayas desarrollaron al conservar y cruzar las carecterísticas más deseables que observaron primero en el Teozinte y luego en sus derivados. ¿Y cuál es el problema? que desde hace un par de décadas se comenzaron a patentar variedades de maíz y sus derivados sin pagar "regalías" a los que produjeron el maíz. Ahora los campesinos deben pagar regalías si quieren usar las semillas "mejoradas" de ciertas variedades, que dicho sea de paso han casi aniquilado a las variedades originales.

    Otros ejemplos pueblan nuestras tierras: aguacates, tomates, chiles, etc.

    Pero no solo eso. El punto al que se ha llevado la paranoia de los derechos de propiedad intelectual en general rayan ya no en el absurdo sino en el descaro.

    La humanidad es tal porque pudo por miles de años partir del conocimiento generado por las generaciones pasadas de manera gratuita y llevar el conocimiento a nuevas dimensiones que a su vez fueron nuevos puntos de partida. ¿Y ahora que sucede? ¿Tendremos que asistir a la privatización del conocimiento?

    En terminos generales soy partidario de que existan mercados sanos, de que a los artistas se les reconozca su esfuerzo y puedan vivir dignamente de esa profesión, de que sus derechos patrimoniales y morales sean protegidos, pero de eso a lo que sucede actualmente hay un mundo de diferencia. Las cosas se han salido de dimensión pues aún uno de los más acérrimos defensores del nuevo orden Bill Gates, es conocido como no pagó ningún derecho por lo que aprendió y usó de Apple para montar su imperio.

    En resumen hay que abrir el debate sobre la función social y moral del conocimiento (técnico, científico y artístico) en la sociedad y cómo cualquier genio creador no podría ser tal sin su contexto y el conocimiento de la humanidad y, por lo tanto, sus derechos deberían terminar allí en donde la humanidad puede beneficiarse libremente de lo creado como un justo pago o retribución por lo que ella misma le ha ofrecido al creador (científico, técnico o artísta)

    Saludos

    PD
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  2. Gracias por tu comentario, Mario. Me parece que debiéramos indagar acerca de la próxima reunión internacional sobre Derechos de Autor y utilizar las redes sociales para señalar los puntos que mencionas y muchos más que pueden fortalecer posiciones, y procurar que en cada cancillería tomen conciencia de los temas.

    Por otro lado, hay una diferencia entre el asunto de los escuchas de una radio, cuya abstinencia no hace daño real a nadie, y los millones de desamparados y personas que no tienen voz, que siguen muriendo de hambre mientras las grandes transnacionales continúan registrando y manipulando plantas alimenticias y medicinales, muchas veces introduciéndoles genes de diversas especies animales.

    El debate, entonces, está abierto.

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