Tengo muchos meses de venir denunciando el Golpe de Estado Técnico, la nueva modalidad de pasarse la Constitución por el perineo, que viene dándose, sostenidamente, en Nicaragua.
Si un pobre observador, desde Guatemala, se puede dar cuenta de lo que ahí sucede, de cómo se han robado descaradamente las elecciones para copar la mayor parte de alcaldías que puedan, de cómo, con Acuerdos Gubernativos expedidos por el Presidente, modifican a su sabor y antojo los períodos constitucionales en que deben fungir los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia; de cómo las fuerzas policiales se meten a las alcaldías de la oposición a sacar a los alcaldes, esposados de las manos, golpeados, para después darle paso a burócratas sandinistas de la Contraloría de Cuentas para ver si les arman un expediente.
Todo es burdo, y en la medida que la amañada Organización de Estados Americanos, OEA, se haga de la vista gorda, y la mal denominada Comunidad Internacional siga comportándose tibiamente, marcando una gran diferencia del caso de cuando Manuel Zelaya, el sociópata ex presidente de Honduras, en sus violaciones a la Constitución colmó la paciencia de sus connacionales y puso a todas las instituciones en su contra, expulsándolo del poder, en el cual gritaron, patalearon y hasta trataron, abusivamente, de introducirse ilegalmente en ese país. Decíamos, en la medida que todos permitan que Daniel Ortega avance, seguirá aplastando a la legítima oposición, seguirá restregándose la Constitución de todos los nicaragüenses por donde más le plazca, seguirá nombrando jueces y magistrados obedientemente alineados y se fortalecerá en una posición dictatorial que ya viene ejerciendo desde hace décadas.
Recuerdo, todavía, cuando venía alguna noticia de la OEA a Guatemala, que la leíamos quedándonos una impresión de que era una institución respetable. Hoy, como las mulas con sus aparejos para halar carretas, está incapacitada para ver la totalidad del mundo, o por lo menos del hemisferio, y con los ojos tapados, da la impresión de que mira sólo la porción del panorama que los países, que le han puesto el vendaje de los petrodólares, quieren que vea.
Este espacio ha permitido venir denunciando el enorme daño que la ideología le sigue haciendo a nuestros países. Éste es un claro ejemplo de ello. Daña a Nicaragua, daña a la OEA, daña por donde pasa.
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