miércoles, 21 de julio de 2010

EL CENTRO UNIVERSITARIO METROPOLITANO, CUM

En un terreno propiedad de la Universidad de San Carlos en donde la muchachada se reunía cotidianamente a jugar futbol, a finales de la década de 1990, cuando fungía como Director por Guatemala del Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, se procedió a construir, con financiamiento de dicho banco, el Centro Universitario Metropolitano.

Tuve la oportunidad de visitarlo con el entonces Rector Magnífico, ingeniero Efraín Medina, con quien establecí una excelente relación institucional y personal, mientras se ejecutaba la obra gris.

Desde entonces, se ha convertido en el lugar en que decenas de miles de jóvenes han hecho realidad el sueño de transformarse en profesionales útiles a su país.

Sin embargo, hoy el CUM es noticia por la cantidad de asaltos y la manera como gente armada ingresa al mismo a despojar de sus computadoras portátiles a decenas de estudiantes que, indefensos, no tienen más remedio que entregarlas.

Ése no es el ambiente que la juventud necesita para desarrollar sus capacidades intelectuales y florecer a la vida profesional.

Se requiere que las autoridades de gobierno, en conjunto con las universitarias, implementen un plan conjunto que proteja el entorno en donde nuestros estudiantes se desempeñan.

La vigilancia con cámaras, tanto dentro del CUM como de sus alrededores, así como la de las rutas de transporte colectivo que van y vienen con catedráticos y estudiantes, deben establecerse, y las fuerzas de seguridad deben ser parte de ese plan para poder reaccionar inmediatamente cuando se detecte algún hecho ilícito.

Además, se hace indispensable que se establezcan los medios idóneos para impedir que gente armada ingrese a un campus universitario.

Promover que el país tenga los mejores profesionales es hacer patria, y sanear el entorno en donde se forman debe ser el principio de esa formación.

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