Trataremos de hacer un análisis de los más importantes escenarios que vienen gobernando el actuar político y social de nuestra comunidad, la guatemalteca, y de establecer unas líneas generales de hacia dónde vamos.
Para comenzar, parece que hubiera más gobernabilidad desde adentro de los presidios hacia sus clicas operativas en la calle que en el interior del Gobierno, con la consecuente manifestación de la delincuencia en actos de extorsión, asesinatos de pilotos, comerciantes, pasajeros y demás particulares, represalias macabras contra el personal penitenciario, secuestros, robo de vehículos, etcétera, mismos que las autoridades no han podido combatir y reducir.
Por otro lado, los constantes casos de corrupción que conoce la ciudadanía, provenientes de los tres Organismos del Estado, desde viajes con la secretaria hasta inversiones millonarias que se esfuman en el aire, pasando por todo tipo de triquiñuelas para desfalcar los fondos públicos, que llevaron al Vicepresidente de la República (Espada) a creer que todos quienes integramos esta sociedad somos iguales, sí producen desaliento a quienes, no siendo corruptos, desde afuera, vemos cómo desaparecen millones de quetzales de recursos que sí nos obligan a pagar en impuestos, lo cual genera animadversión generalizada hacia la gestión pública.
La perpetua cantaleta del Presidente de la República (Colom) y su anterior Ministro de Finanzas, unas veces hablando de Reforma Fiscal y otras de subir los impuestos, ha generado un clima adverso de negocios cuyos impactos negativos en la actividad generadora de empleo son difíciles de medir y ha hecho que vaya perdiendo, paulatinamente, el apoyo de aliados importantes.
Sólo el hecho de tener procesado a un ex Presidente de la República (Portillo), el cual se viene a sumar al anterior o actual procesamiento de muchos de sus Ministros y Funcionarios de Estado, incluido su ex Vicepresidente (Reyes), plantea un escenario que da a entender que la corrupción, o es un péndulo que va y viene con los gobiernos, o es algo que se ha venido transmitiendo de gobierno en gobierno hasta llegar a los límites que hoy se están viviendo y que agobian a la población trabajadora que lee y escucha cómo, todos los días, viene apareciendo un caso distinto de este tipo.
Si bien es cierto ha habido innumerables asesinatos sin mayor investigación o resultados positivos de la misma, en los últimos tiempos, el parteaguas de este manto de impunidad lo constituye el caso del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, en donde la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala lideró la investigación y está aportando al tribunal las pruebas científicas de esta conspiración. La CICIG es, por sí misma, un escenario independiente, pero prefiero mencionarla ligada a este caso que viene ventilándose, el cual también está relacionado con el asesinato previo del señor Khalil Mussa y su hija Marjorie Mussa, de cuyos resultados investigativos también estamos pendientes y estamos seguros que pronto los tendremos y serán interesantes de seguir.
El papel de la sociedad civil, potenciada, especialmente en el espectro más joven de la población, a raíz del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg y la consecuente aprobación de la Ley de Comisiones de Postulación, ha venido a complicar el escenario de nombramiento de funcionarios porque, estimamos, el procedimiento hay que mejorarlo. Lo complicado de este escenario es lo nefasto que puede ser, a futuro, si no se le imprime moderación a los procedimientos, pues lo que vemos es una enorme dificultad de conseguir gente de bien y, encima, preparada, que quiera sufrir el tipo de desgaste, a veces injusto, que hemos visto, para ocupar un puesto público. Guatemala necesita nutrirse de sus mejores hombres y mujeres y el proceso de escogencia es importante, pero nuestro punto de vista es que hoy tenemos un proceso perverso que ya comenzó a dar problemas hasta para las personas probas que han integrado las Comisiones, de modo que este es un tema que habrá de modificarse para mejorar.
Hoy vivimos inmersos en un escenario articulado hace muchos años: para despolitizar algunos nombramientos se procedió a dejar recaer en la Academia y los Colegios de Profesionales estas tareas, y el efecto que se produjo es que hoy se han politizado tanto la primera como los segundos. ¿Hacia dónde nos lleva todo esto?
La terquedad de la Primera Dama, Sandra Torres, de acaparar nombramientos, de dictar las órdenes, de encabezar los programas, todo con el afán de convertirse, supuestamente, en Presidenta de la República, es el escenario que más caos e ingobernabilidad aportan al país. Personalmente creemos que, finalmente, se dará cuenta de cómo se le han revertido las cosas, medirá los lugares donde está más fuerte y optará, mejor, por buscar una diputación, aunque también se lo vede el artículo 164 de la Constitución Política de la República de Guatemala.
La ingobernabilidad, que parece ser la compañera del actual Presidente Colom, y que lo ha hecho desesperarse y cometer el error de arremeter en contra de opositores políticos, analistas independientes, prensa y sociedad civil, parece que lo acompañará hasta el cada vez más cercano final de su mandato. Después de todas las criticas sensatas, tanto al comunicado del Gobierno como al de su partido político, en lugar de entender que representa, constitucionalmente, la Unidad de la Nación, persiste en su error al denominar a sus críticos como “sapos que se tiene que tragar un presidente”, lo cual es una clara señal de que, si antes no había entendido, hoy tampoco.
Desde esta posición privilegiada que nos permite observar, creemos que el sapo que se tendrá que tragar es a su Vicepresidente (Espada), que ya da signos, por fin, de tener cierto carácter independiente, de mayor sensatez que su Presidente, y de que, por lo menos, no tiene horchata en la sangre después de los desmanes que ha recibido de la pareja presidencial. Este será un escenario interesante de ver cómo evoluciona.
El que conforman Gobierno y Sector Privado Organizado, aunque hoy publiciten que han limado asperezas, no lo vemos así. Más bien creemos, por la actitud presidencial y los consejos que le da su poderosa Primera Dama, que lo que estamos viendo es una especie de tregua o "calma chicha" en un pulso de largo aliento que finalizará cuando asuma el siguiente Gobierno, así que creemos que la Guerra Fría, más que la limada de asperezas, se ha instalado entre estos dos sectores.
El escenario donde viene jugando el Tribunal Supremo Electoral es complicado. Por un lado suprimió dos comités pro formación de partido político por hacer campaña anticipada, pero no sanciona al partido oficial que se ha mantenido en campaña, lo cual le resta la credibilidad que aquellos patriarcas que lo fundaron le imprimieron. Este escenario lo complica, además, la incertidumbre acerca de los efectos que tendrá, en el proceso electoral, la pésima gestión que ha habido, no sabemos si intencionalmente y de mala fe o simplemente por negligencia, en el Registro Nacional de las Personas, RENAP, encargado de sustituir la cédula de vecindad, que ya no pueden reponer las alcaldías municipales, por el Documento Personal de Identidad, DPI, que no están en capacidad de entregar a toda la población antes de que se llegue el día de las elecciones.
Esto nos trae a otro escenario que la mayoría de la población, por joven, ya no conoce: se trata del fantasma del fraude electoral. Es el fraude en una elección el que motivó el Golpe de Estado del 23 de marzo de 1982, y es por eso que la Constitución Política, promulgada en mayo de 1985 e influida por lo que había sucedido, previó una institucionalidad separada e independiente a cargo de los procesos electorales, lo cual no sólo ha garantizado sino, efectivamente, ha producido procesos limpios, transparentes, en donde nadie puede decir que alguien se robó una elección.
Sin embargo, el elemento externo que genera la manera de identificar a los ciudadanos que emitirán el sufragio nos pone, desde ya, a pensar que no todo es ignorancia y falta de capacidad, sino que podría ser un macabro plan de algunas personas que todos conocemos, que no tienen principios ni escrúpulos, para tener el sartén por el mango en caso la preferencia ciudadana y el reparto de fondos públicos no sea suficiente para ganar simpatías en las urnas. Abona a este análisis la poco transparente licitación y que la haya ganado una empresa de poca monta, ligada a uno de los mayores financistas de la campaña política del actual mandatario, Gregorio Valdez, para manejar un presupuesto de más de mil millones de quetzales. En este campo la duda es razonable y por eso damos la señal de alarma.
Siempre en el campo político, girando alrededor del TSE, los dimes y diretes entre el partido oficial y el partido patriota, ambos metiendo muchísimos millones en campaña política, el primero prácticamente en forma abierta sin que el TSE le diga nada (como no sea haberle impuesto una multa ridícula de 100 dólares, que nos parece que no ha pagado), el segundo disfrazándola a través de foros, pero utilizando los colores, las figuras y todos los medios de publicidad conocidos. De esto no se escapan otros políticos ansiosos.
Ya hemos dicho en este espacio que la política debe ser una fiesta más cívica que política, pero en Guatemala todo tiende a ser prohibido, así que vemos a quienes nos gobiernan y a quienes nos quieren gobernar, violando la ley, lo cual no es el mejor ejemplo para la juventud ni el mejor aliciente para la población activa para que participe. Necesitamos, mientras no se cambien las leyes, políticos moderados, que sepan poner toda la carne en el asador pero cuando sea el momento oportuno; no antes.
Especial mención merece el escenario, ligado con el anterior, que representa todas las transferencias de las entidades gubernamentales a los programas que maneja la Primera Dama, que abonan a la ingobernabilidad y que tiene a dichas entidades al borde del colapso financiero, mientras se permite, sin que nadie más que la diputada Nineth Montenegro, desde el Congreso de la República, haga absolutamente nada por impedirlo. En este escenario debiéramos estar viendo a un Contralor de Cuentas de la Nación procesado, junto con todos los funcionarios del Gobierno que, haciendo de factótum, se prestan a darle a la Primera Dama las firmas que necesita para emitir los cheques, hacer las transferencias y hacer campaña política, con foto de la primera incluida, por todo el territorio nacional.
El escenario de los desastres naturales es complicado también, primero porque no hemos podido, como país, sanar las heridas producidas, anteriormente, por otros fenómenos ocurridos hace años; luego, es poco probable que este gobierno, que ya ha demostrado su falta de capacidad, haga mayor cosa al respecto. Tiempo vital para atender a la población se la han pasado discutiendo cuánto dinero van a meter en esto o en lo otro, pero no se ve, realmente, que se haga algo por quienes lo perdieron todo, como no sea esperar que llegue la Primera Dama con su batallón de pick ups y gente armada a entregar bolsas de “ayuda” con su foto, en franca campaña política, cuyo colmo fue ordenar que no levantaran las avionetas que gentilmente ofreció el Aeroclub si no iban cargadas con estos elementos y dirigidas hacia donde ella decidía.
Un escenario derivado de los desastres naturales es nuestra debilidad en infraestructura, que pone en entredicho a funcionarios, a constructores, a supervisores y hasta a las entidades multilaterales de desarrollo que financian nuestros proyectos, cobran la supervisión y, cuando la obra se hace pedazos, nos siguen cobrando el préstamo con sus intereses y comisiones. Puentes, carreteras, drenajes, cortes y rellenos en cerros y barrancos, tendrán que ser diseñados y construidos de otra manera.
Eso nos trae a otro escenario, el de la contratación de Organizaciones No Gubernamentales, ONG’s, para la construcción de obra, circunstancia que debe cambiar para bien de todos.
Existe otro escenario complicado, el de la minería abierta y los contratos de exploración y explotación petrolera frente a los ambientalistas. Nosotros somos de la opinión que la minería debe apoyarse en el país, pero no la de cielos abiertos, y mucho menos con concesiones que les permiten hacer pedazos el entorno y llevarse la parte valiosa de las entrañas de la Madre Tierra por una contraprestación de un uno por ciento de su valor, lo cual es ridículo; no basta con que nos restrieguen en la radio el número de empleos que dan o que ha surgido alguna empresita de transporte a sus alrededores. Con el tema petrolero somos de la misma opinión: si nosotros no sacamos el oro negro, lo sacarán desde el lado mexicano y su valor pasará a engrosar las reservas internacionales de otro país en lugar de apoyar el desarrollo del nuestro, pero sí somos de la opinión de apretar bien las tuercas con los contratos, no sólo a nivel de regalías sino a nivel de medidas de prevención y de mitigación de riesgos, así como obtener las fianzas internacionales necesarias para poder garantizarse cualquier cosa con relación a eventualidades.
El escenario de que la extracción de petróleo que llama, hoy, nuestra atención, está en un área protegida, nos lleva a este escenario, el cual es más complejo. Somos de la opinión que más desgaste sufren nuestras áreas protegidas por las invasiones, la quema de sus bosques para siembras efímeras y la instalación de poblados sin control alguno dentro de sus núcleos, que la suma de derrames que haya habido en el pasado. Ni siquiera ha tenido el Estado la capacidad de tener todas estas áreas registradas con su número de finca, folio, libro y polígono, de modo que la extensión de títulos de propiedad, muchos de ellos falsos, nos ha hecho mucho más daño que el petróleo, sin contar las invasiones provocadas por conocidos narcotraficantes, con comunidades importadas y trasladadas desde otros lugares, para asegurar con gente de ellos los entornos de donde instalan sus pistas de aterrizaje.
Otro escenario al que no se le suele poner atención es el del terrorismo que, de alguna manera, ejerce la Superintendencia de Administración Tributaria, SAT, sobre quienes ya estamos inscritos como contribuyentes, tratándonos como esclavos sin derechos, no como lo que somos, ahuyentando de esta manera a quienes debieran estar inscribiéndose en sus registros. No se combate la informalidad económica haciendo los trámites más engorrosos, más complicados y más ininteligibles para todos, sino dándole facilidades a la gente para inscribirse y para declarar lo que ganan y lo que gastan, así de sencillo. Sin embargo, hay muchas actuaciones que hoy emprenden, en contra de los contribuyentes, hasta sin fundamento legal, como bloquear el NIT e impedir que uno pueda pagar sus impuestos a tiempo y declarar, como no aceptar documentos legalizados por notario, olvidándoseles que es el Estado el que le otorga la fe pública a los mismos. Ha de haber muchísima gente justificando un sueldo en esta institución, ya que me ha tocado ver, varias veces, impugnaciones que hace por el monto de un centavo de quetzal. Es éste un escenario que habrá de ponérsele atención si queremos despegar como país en búsqueda del desarrollo y del crecimiento económico, y hacerle las modificaciones necesarias para que sea una institución amigable con quienes ayudan a mantener todo el aparato estatal.
El escenario de la estabilidad de nuestro más de un millón de migrantes en el extranjero es vital para la estabilidad de muchos escenarios locales y para la supervivencia, en muchísimos casos, de personas en condición de pobreza y de pobreza extrema que, encima, han venido siendo afectados por los fenómenos de la naturaleza y son quienes corren mayor riesgo de serlo, en el futuro. De ahí que consideremos de vital importancia la aprobación, por parte del Gobierno de Estados Unidos de América, del Estatuto de Protección Temporal, TPS (por sus siglas en inglés), del cual gozan, ya, El Salvador, Honduras y Haití, razones que nos motivaron a solicitar, públicamente, el apoyo a esta aprobación.
Otro escenario al que no se le suele poner atención pero que es importante es el de la integración de Centroamérica, el cual está en crisis desde hace tiempo, o por los sucesos políticos acaecidos en Honduras, o por las posiciones de Costa Rica y Panamá, por ejemplo, frente al Acuerdo de Asociación con Europa o la integración a una sola parte del Sistema de la Integración de Centroamérica, SICA, respectivamente, aunque el riesgo de mayores problemas en Nicaragua que puedan cortar el corredor centroamericano son inminentes. Recordemos que muchos de nuestros productos, especialmente agrícolas o de la industria alimentaria, se venden en la región, y muchos de los artículos que consumimos, que ayudan a mejorar la oferta y la calidad de los nuestros, provienen de élla.
Mientras la mayoría de quienes lean estas líneas tiene su casa, su hogar, muchos guatemaltecos se enfrentan todos los días antes un escenario complicado por la falta de vivienda, así que este es un tema para tenerlo en mente también.
La reinserción de la niñez y la juventud, especialmente la huérfana y la desamparada, en programas que los instruyan, los preparen hacia el futuro y los mantengan alejados de las maras, es de vital importancia para desarticular el escenario de muerte, extorsión, promiscuidad y drogas que han traído estas últimas. En este apartado es bueno hablar del tema del deporte, en donde los contribuyentes invertimos grandes sumas de dinero pero no existen los programas masivos para encausar la energía de estos dos sectores y parece como si toda esa plata se fuera en otro tipo de gastos que poco o nada tienen que ver con la promoción deportiva que tanto necesitan nuestros segmentos poblacionales más jóvenes.
La violencia doméstica y el asesinato de jóvenes y de mujeres es otro que debe ser atendido y combatido con los programas de prevención y con la modificación de leyes que sean necesarias.
Un escenario que podría cambiar con relativa facilidad es el de la participación de los indígenas en la toma de decisiones. Sé de algunas comunidades indígenas en donde prácticamente todos sus jóvenes son estudiantes universitarios, de modo que la falta de capacidad no es el pretexto. En Quetzaltenango, de fuerte población indígena, se han instalado ya, según entendemos, nueve universidades. Es cuestión de voluntad política y estimamos que es un cambio que ya debiera comenzar a hacerse. Sentimos que dichas comunidades tienen razón de sentirse burladas cuando se les dan puestos decorativos, cuando hemos tenido la oportunidad de verlos trabajar a nivel comunitario y nos han maravillado por su entrega y dedicación.
¿Por qué traemos a colación, en estos momentos, todos estos escenarios? Es una manera de comprobar que el Presidente de la República tiene una agenda pendiente con el país y que su tiempo, en lugar de emplearlo en promover campañas políticas en las que lo han involucrado, debiera invertirlo en la agenda del país.
Si en lugar de escenarios tan complicados como estos hubiese un mejor ambiente para hacer negocios, la economía crecería, habría mayores y mejores fuentes de trabajo, se atraería la inversión extranjera para crear mayores oportunidades, vendría el doble o el triple de turistas y, en general, habría más ingresos por tributos con los cuales invertir en mejor infraestructura, en mejorar los servicios, en prevenir enfermedades y desastres naturales.
Con todos estos escenarios de un país sumergido en la pobreza es una total torpeza dedicarse los cuatro años de gobierno a hacer campaña política; la población más culta como la menos afortunada lo saben y lo entienden, y de todos modos habrán de pagar las consecuencias de los desmanes que han llegado a hacer al Gobierno, en donde todo político que se divorcia de la realidad y de su pueblo lo hace: en las urnas. ¡He ahí el temor del fraude electoral!
jueves, 8 de julio de 2010
LOS ESCENARIOS POLÍTICOS Y SOCIALES Y SUS CONSECUENCIAS, DE NO ATENDERLOS
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