lunes, 5 de julio de 2010

¿EN DÓNDE ESTÁ LA OEA? YO LA ACUSO DE MATAR LA DEMOCRACIA EN NICARAGUA

Hace unos días regresé de Managua, Nicaragua, ciudad donde se llevó a cabo la reciente Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano, ocasión que aproveché para "percibir" el ambiente político que ahí se vive. El presente ensayo será una mezcla de la narración de lo que viene sucediendo o aconteció, efectivamente, durante mi estancia allá, y mis consideraciones personales e interpretaciones de lo que significan las señales que percibí y hacia dónde creo que la situación se enfila, para bien o para mal.

Durante mi estadía se dieron unos hechos sorprendentes, como por ejemplo, la llegada a sacar, a empellones, de un alcalde de un municipio como a 80 kilómetros de la capital. Este alcalde era, hace un tiempo, sandinista, o sea del partido del actual Presidente Daniel Ortega, pero abandonó el sandinismo para incorporarse a un partido político de oposición.

Lo que sucedió, según pude leer en los diarios y observé por los canales de televisión locales, es un proceso en el que, entiendo --porque no es el primero que se da--, está metido el gobierno, de corte dictatorial, en contra de los alcaldes que no son de su partido político, especialmente en contra de quienes eran sandinistas y ahora no lo son. El proceso consiste en "atraerse" a los vice alcaldes hacia el sandinismo y, con ellos al frente, derrocar por la fuerza a quienes ejercen el mandato legal del pueblo depositado en las urnas: el alcalde legítimo.

Fue grotesco ver cómo sacaron a golpes y empujones al alcalde de su despacho, e inmediatamente entraron a hacerle una auditoría, según recuerdo, seis funcionarios de la sandinista Contraloría de Cuentas, al mejor estilo de los dictadores de la primera mitad del siglo XX, en donde primero fusilaban a delincuentes y opositores y luego les armaban su expediente.

El pueblo no está tranquilo, y las manifestaciones posteriores han sido reprimidas por la Policía Nacional, que tanto se ufanan los sandinistas de denominar independiente, pero que en este caso protagonizó la sacada a golpes del alcalde y ha estado golpeando a la gente que sale a manifestar. No hay más que una obediencia no deliberante hacia los altos mandos de gobierno.

La democracia en Nicaragua está siendo asesinada todos los días con estos procedimientos poco ortodoxos planificados y ordenados desde las más altas esferas del sandinismo, con el apoyo financiero que le da la Venezuela de Hugo Chávez, a los bolsillos personales de Daniel Ortega, el equivalente, según pude entender, de unos 500 millones de dólares al año, los cuales le sirven para comprar voluntades y corromper todo el sistema.

Diputados de la Asamblea Legislativa y del Parlamento Centroamericano que llegaron a sus puestos de representación por otros partidos y que, incluso, fueron Vicepresidentes de la República o suplentes de algún Presidente de la misma, opositores al sandinismo son ahora los más fieros y destacados defensores y defensoras, para ser más claros, de esta patraña cometida en contra de sus electores.

Se ha sabido, aunque no lo he podido confirmar, porque es difícil, que diputados, alcaldes y funcionarios incondicionales, gozan de jugosos vales de combustible para ellos y sus familias todos los meses.

Fincas, haciendas, casas, empresas nacidas o desarrolladas al amparo de una protección gubernamental son algunas de las gratificaciones de las cuales he escuchado de diferentes grupos, que coinciden en apuntar esta metodología que viene carcomiendo los principios sagrados del pluralismo democrático.

Los revolucionarios que se organizaron y encabezaron el levantamiento de un pueblo en contra de una burguesía que venía dominando y gobernando durante décadas, son ahora los oligarcas, terratenientes y millonarios que, con el dinero de los venezolanos, especialmente, vienen corrompiendo voluntades y haciendo pedazos el sistema democrático.

Parece que la maldición de Nicaragua fuera que sus gobernantes aprendieran a hacerse eternos en las montañas, empuñando las armas en contra de sus antecesores.

Mientras tanto, ¿definió la OEA el sexo de los ángeles?

Yo aprovecho este espacio virtual que la tecnología pone al alcance de la humanidad y que no tiene fronteras, como lo acusa el globito contador de visitantes que coloqué el 5 de noviembre de 2009 en este blog, para acusar a la Organización de Estados Americanos, OEA, de matar, con su doble moral, el sistema democrático que tanta sangre le ha costado ya a Nicaragua y a sus mejores hijos.

Desde este espacio vengo anunciando una posible guerra civil en Nicaragua, y ahora responsabilizo a Daniel Ortega, a Hugo Chávez y a la mismísima OEA, del posible derramamiento de sangre que pueda derivar con este tipo de acciones que lesionan a las autoridades electas de las comunidades y, con ellas, al mismo pueblo que las eligió, de manera que una respuesta radical es más que esperable y predecible.

La misma Organización de Naciones Unidas, ONU, está callada y le sirve de comparsa a esta situación, especialmente tomando en cuenta que un ex cura, Miguel D'Escoto, un sandinista que estuvo presente en una de las actividades que llevamos a cabo la semana pasada, acaba de finalizar su mandato como Presidente de su Asamblea General.

Por otro lado, asistí, por invitación, a un desayuno con el ex Presidente Arnoldo Alemán, junto con otras 40 personas, especialmente diputados centroamericanos, en donde fue preguntado acerca de las posibilidades de unirse todos en un frente común para contrarrestar la probable candidatura ilegal para reelegirse de Daniel Ortega, la cual lo ha llevado a emitir acuerdos administrativos de prórroga de mandato de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal Supremo Electoral, cuando no le corresponde, creando otra crisis constitucional.

Mi impresión, después de hablar con la gente que rodea a Alemán y a la que apoya a Eduardo Montealegre, el otro candidato liberal, es que tienen, forzosamente, que unirse, y que probablemente lo harán alrededor del candidato de más experiencia y más popular, aunque el ejercicio del poder y las negociaciones del pasado con Daniel Ortega lo hayan desgastado. Es decir, visualizo que todo el esfuerzo por romper esta dictadura girará alrededor de Arnoldo Alemán.

La institucionalidad nicaragüense ha sido copada por el partido de gobierno. El Tribunalo Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Legislativa, todo ha sido contaminado con los millones que llegan de Venezuela, no como una cooperación internacional hacia el país que que ayude a salir a la gente pobre de su situacion de pobreza, que es exorbitante, sino como un apoyo directo a Ortega, alentando sus ansias de poder.

En el seno de la Asamblea Plenaria del PARLACEN, al discutirse la agenda, objeté que estuviese agendada una reunión con el Presidente de Nicaragua, el Comandante Daniel Ortega, en las instalaciones de la "Casa del Pueblo" (que en realidad se llama "Casa de los Pueblos"), para el miércoles 30 de junio de 2010, porque el Parlamento no debe tener la informalidad para reunirse con un Presidente como no sea en la casa de gobierno, no en la casa del partido, pero nadie más objetó y fue aprobada la misma. La reunión se llevó a cabo la noche del día señalado, a la cual no asistí por principios y por cuestiones de protocolo.

Además, ¿quién se cree la noticia que salió en la radio, en Guatemala, desde el viernes 25 de junio en horas de la mañana, acerca de que Daniel Ortega no iba a poder llegar a la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano porque tenía gripe, si la reunión era para 5 días más tarde? ¿Qué cancillería sale diciendo con tanta anticipación que el Presidente no irá, por gripe, a un evento programado para dentro de 5 días? Se necesita ser muy ingenuo para creérselos y, encima, para ir a dar a un escenario en el que, atrás de un Presidente Daniel Ortega que lucía hinchado, ondeaba la bandera rojo y negro del Frente Sandinista, a la par de la de Nicaragua, donde las sillas alternaban en rojo y negro y, además, estaba todo el aparato de publicidad del Estado para transmitir, en vivo, en la televisión abierta (canal 12, uno de varios canales sandinistas), la totalidad de la sesión, enfocando las caras de todos los presentes, uno a uno, mientras escuchaban un trasnochado discurso acerca de por qué le dieron golpe de estado al pobre de Manuel Zelaya, en Honduras, de lo bueno que es el angelito y de cómo llama Presidente a Porfirio Lobo y reconoce la legitimidad del proceso electoral, pero que no reconoce al Gobierno de Honduras (¿?). Me imagino que paró de hablar cuando le hicieron alguna seña de que ya habían enfocado a todos los presentes con suficiente dedicación.

Menciono la hinchazón del Presidente Ortega porque otro de los rumores que corren es que tiene una enfermedad terminal de la sangre que no le permite atender obligaciones de día, bajo el sol.

La manipulación que se hace de la población es impresionante. Desde las vallas publicitarias enormes, por todos lados, en solitario (los de otros partidos no pasan de tener pintados sus colores y siglas en algún poste de transmisión de energía eléctrica), haciendo ver los 31 años de antigüedad del triunfo de la revolución, haciéndola ver como cristiana, cosa que, por burda, no termino de entender, hasta el nivel de precios de los combustibles, que están super subsidiados y, con ellos, prácticamente todas las actividades económicas que directa o indirectamente tienen que ver con el transporte, creando un clima artificial de relativo bienestar.

Durante el evento sucedió un hecho curioso. En el mismo lugar donde sesionábamos, que tiene varios salones, tuvo lugar una reunión de sindicalistas, entre 300 y 400 dirigentes, que estaban discutiendo las reformas recientes a la legislación laboral, pero al notar que las gentes que conocí de esta reunión estaban en contra del Gobierno, pregunté si la base del sandinismo no se apoyaba, entre otras, en el sindicalismo, y ellos mismos se encargaron de decirme que el sandinismo tenía sus propios sindicatos blancos.

De la juventud, lo que puedo decir es que, del lado sandinista, bien organizada y constituyen unos de los grupos de choque, es decir, de los que usan para ir a darle palo a los adversarios; por el lado de la oposición, apática, desarticulada, indiferente y hasta asqueada, lo cual es peligroso para el futuro de su patria.

En fin, un país dividido que no termina de salir de las garras del gobernante de turno.

Daniel Ortega estaba en Costa Rica cuando la Revolución Sandinista triunfó un 19 de julio de 1979, y de ahí partió e ingresó en Nicaragua para conformar parte de la Junta de Gobierno en la que, poco tiempo después, al mejor estilo marxista leninista, quedó gobernando solo, gobierno que llegó hasta abril de 1989 en que tomó posesión doña Violeta Barrios de Chamorro, que le ganó limpiamente en las urnas.

Casi diez años antes y los que lleva en el poder ahora, debieran ser suficientes, pero el ansia de poder y el impulso que le dan los petro dólares venezolanos tienen soporizado, es decir, con una modorra morbosa persistente que lo ha llevado, desde noviembre de 2008, a manipular las elecciones municipales, ocasión en que fue acusado de fraude electoral, por no decir de robárselas, sin que la mal llamada comunidad internacional haya hecho más que dejar de desembolsarle algunos créditos o algunas donaciones en forma temporal.

El proceso de deterioro de la situación antidemocrática, en Nicaragua, va de mal en peor, nadie hace ni dice nada al respecto, y el tiempo es implacable. En la medida que se acerquen los comicios electorales la tensión será mayor y la tentación de arrebatar también.

Se está jugando con fuego en ese país, y como diputado centroamericano, representante de los ciudadanos que me dieron su confianza para representarlos, vuelvo a dar la voz de alarma. Si se desata el conflicto el mercado común centroamericano se habrá cortado nuevamente y, en la medida que estamos conectados por nuestra vinculación en varias instituciones y que Nicaragua es parte del corredor centroamericano, nos veremos afectados de una u otra manera.

El PARLACEN nació al amparo de los Acuerdos de Esquipulas, cuyo objetivo principal es lograr una paz firme y duradera, pero esa paz lograda con muchísimos esfuerzos de tantas partes, está a punto de malograrse por los afanes de una persona por perpetuarse indefinidamente en el poder, al mejor estilo de los dictadores de antaño.

Yo, desde hace algún tiempo, ya dije.

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