Haber visto una nota de prensa, hoy, que señala que el Presidente Álvaro Colom inauguró, ayer, un campeonato infantil y juvenil de kempo karate, y ligarlo automáticamente a los pensamientos que hemos mantenido sobre el futbolista argentino Maradona, a quien algunos seguidores lo han elevado a la categoría de dios (sí, con minúscula).
Así como quienes hemos hecho deporte vemos con desagrado que un reiterado drogadicto sea el ídolo de la niñez y juventud de su país, sólo porque alguna vez fue una estrella deportiva, no comprendemos cómo en el nuestro alguien que parece jamás haber hecho deporte alguno y es un fumador empedernido, llegue a inaugurar un evento de esta naturaleza.
Así como Argentina es potencia mundial en el futbol, Guatemala lo es en artes marciales, con la diferencia que los deportistas argentinos han de tener todo el apoyo institucional y económico necesario, mientras que aquí, a excepción de dos federaciones de artes marciales tradicionales, todas las demás salen a competir y a ganar con sus propios recursos.
De ahí que, siendo un esfuerzo especialmente privado, es inexplicable que alguien no ligado al deporte desde donde se vea, sino al vicio, esté inaugurando eventos deportivos de niños y jóvenes, así sea el Presidente de la República.
Encima, la nota de prensa refleja dos cosas más: la primera, que por andar inaugurando torneos privados de deporte en donde seguramente no hay involucramiento de un centavo del Estado, llegó tres horas tarde a donde tenía a la población citada y reunida para recibir una bolsa mal llamada solidaria.
Lo digo así porque las bolsas solidarias son las provenientes de actos de liberalidad de la población, y las que reparte el gobierno son bolsas estatales, con productos comprados y pagados con impuestos, no con donaciones que podamos denominar solidarias.
Ayer fue un día particularmente lluvioso. Desconocemos bajo qué circunstancias tuvo que esperar la ciudadanía la llegada del funcionario, pero sí calificamos de una total descortesía que su personal no tenga la capacidad de prever los tiempos para no dejar de plantón a tanta gente, especialmente señoras. Es más, la actividad fue en San Pedro Aympuc, es decir, muy cerca de la capital, de modo que esa tardanza desconsiderada se vuelve menos explicable.
La segunda, que vuelve a demostrar que no tiene el liderazgo necesario como para representar a toda la nación y vuelve a rascar la llaga confrontando nuevamente a sus opositores, diciendo que ladran, que equivale a llamarles perros, como si anduviera en campaña o fuera un pleito de chiquillos en el barrio, parecido a lo que todavía suele hacer el inmaduro Maradona en cuanta oportunidad le ponen un micrófono enfrente.
Uno gordo, otro flaco; uno inhala polvo, otro echa humo; pero en el fondo, ambos un par de seres que no comprenden la realidad que los rodea, que no son buenos ejemplos para nadie y que continúan cegados, uno por los seguidores, otro por los lambiscones de siempre. El gordo ya recibió su goleada, la otra sólo es cuestión de tiempo.
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