miércoles, 14 de julio de 2010

INTERPELACIÓN AL ESTADO GUATEMALTECO Y A SUS AUTORIDADES

La obstinación del actual mandatario, Álvaro Colom, por endosarle la Presidencia de la República, al mejor estilo aristocrático, a la señora Sandra Torres, tiene sumido al país en una crisis permanente que abarca a todos los ministerios, secretarías y dependencias ligadas al Organismo Ejecutivo, generando un ambiente idóneo para el desorden, el despilfarro, el enriquecimiento ilícito y la corrupción, donde los buenos empleados y funcionarios (que los hay) han de sentir vergüenza de trabajar en esta administración que se la lleva de ser la de los "Tiempos de Solidaridad", pero con ellos mismos.

Si a eso agregamos las generaciones de diputados que, en su inmensa mayoría, legislatura tras legislatura, se empeñan en llegar a hacer negocios desde sus curules en lugar de llegar a servir y a representar a las comunidades que los eligieron, como prometieron en campaña...

Si, seguidamente, entramos a analizar las actitudes de jueces, magistrados y funcionarios del Organismo Judicial, con pocas excepciones pero admirables, dignas de orgullo y reconocimiento...

Y, finalmente, si metemos en nuestro análisis esa serie de instituciones autónomas y descentralizadas, como el Tribunal Supremo Electoral, TSE, el Registro Nacional de las Personas, RENAP, la Corte de Constitucionalidad, CC, la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH y los cientos de alcaldías y corporaciones municipales, nos daremos cuenta que, insistimos, aunque hay excelentes funcionarios haciendo lo que deben hacer, es poco lo que nos va quedando digno de resaltar como ejemplo de virtudes.

El Presidente Colom, digno ejemplo del Principio de Peter o Regla de la Incompetencia, pudo haber sido un buen funcionario en el Fondo Nacional para la Paz, FONAPAZ, o pudo haber sido un buen ingeniero, pero lo que la naturaleza le ha dado para gobernar esta nación está muy por debajo de sus capacidades, de modo que ahora, ya investido como Presidente de la República, comienza a mostrar sus inconsistencias y debilidades que derivan en incompetencia, y al ritmo de "lo malo es enemigo de lo peor y lo bueno es enemigo de lo malo", suele no tomar decisiones, tartamudeando cuando se le pregunta y, cuando las toma, alguien se las revierte porque son las equivocadas o están fundadas en principios ilegales, de manera que estos 30 meses de gobierno han sido de "chapuces", renuncias, fugas de funcionarios (con el "pisto", por supuesto), y el gobernante, no sabemos si fingiendo o siendo realmente lo que aparenta, no se entera sino después que cayó el rayo, sonó el trueno y exclamamos: ¡Jesús, María!

¿Qué calidad de personas puede atraer un Presidente de la República que asume el cargo bajo fianza porque su campaña política fue financiada con recursos del Estado que salieron de manera más que ilegal, de la Contraloría General de Cuentas de la Nación? ¿Cuál es el mensaje que proyecta cuando se quedó, porque no los devolvió, con el medio millón de quetzales del Estado que le dio el "empresario" (según él, por supuesto) Marco Tulio Abadío a través del grupo "Amigos en Acción"?

Curiosamente, hoy mismo saldrá libre Byron René Abadío Carrillo, hijo de Marco Tulio Abadío, ex Superintendente de Administración Tributaria, y hermano de Junior Abadío, luego de ser condenado a pagar Q.160,000.00 y a cumplir una condena de seis años de prisión que, sin oposición del fiscal del Ministerio Público y con la venia del juez, se convirtieron en poco más de 3 años (comenzó a purgarla el 20 de abril de 2007). Los contratos falsos de adquisición de suministros en los que el "chichito" estuvo involucrado suman unos Q.50.0 millones. ¡Ese mensaje, donde los "chirices" se mueren de hambre y la gente honrada no consigue trabajo, llora sangre.

No es nuestro objeto analizar caso por caso sino hacer ver que, en una interpelación global al Estado guatemalteco, pocas instituciones sacan buena nota, y poquísimas personas también.

La mayoría de funcionarios del Organismo Ejecutivo, de los involucrados en la Administracion de Justicia (donde algunas mujeres merecen todo mi respeto) y de los diputados del Congreso de la República, no sólo no pasan la prueba sino son objeto de la mayor vergüenza.

¡Pobre Guatemala! Tan lindo país el que tenemos y tan podridas nuestras actuales autoridades.

2 comentarios:

  1. No hay mucha diferencia entre el hijo de Marco Tulio Abadío y el Smayli o el Smurfi, la única diferencia entre El crimen organizado y las autoridades públicas es, que las autoridades públicas o de gobierno es que ellos cometen sus verguenzadas con saco y corbata y los del crimen organizado o mareros, las comenten con armas, bombas, cuchillos, etc. Y para terminar con el mismo dinero que se roban salen de la cárcel.

    ResponderEliminar
  2. ¡Cómo me dueles Guatemala¡

    tus niños lombricientos, y tus hombres pobres que no comen sino maiz y frijol.

    ResponderEliminar